*I. Prelude (Andante maestoso), III .Landscape (Lento).
Sinfonía nº 7 "Sinfonía Antártica" (1949-52)
alph Vaughan Williams fue el autor de la música incidental que le había sido comisionada para el film Scott of the Antarctic, dedicada a aquel dramático episodio de la exploración polar. Posteriormente elaboró una sinfonía inspirada en el ambiente antártico y en las vivencias de Scott y su grupo. Se trata de una obra para una gran orquesta, acompañada de una soprano solista y un coro femenino, así como una sección de percusión que incluye un vibráfono y una máquina de viento. La Sinfonía Antártica se interpretó por primera vez en público el 14 de enero de 1953 en Manchester.
La Antártida es un territorio lejano y sometido a duras condiciones ambientales. Se trata de un lugar extraordinario que ha servido de escenario para épicos episodios que han puesto de manifiesto el afán humano por llevar más lejos las fronteras de la exploración y del conocimiento.
Fue terminada en 1953 y dedicada a Ernest Irving, director musical de los estudios cinematográficos Ealing.
La partitura requiere además: órgano, coro femenino y una soprano solista. Cada movimiento de la obra es precedido en la edición impresa por un comentario del autor, que ocasionalmente es leído en público.
Textos de los poemas de Walt Whitman que sirvieron de inspiración a Ralph Vaughan Williams.
Sinfonía N° 7 “Sinfonía Antártica”
Los siguientes textos introductorios,
incluidos en la partitura por el compositor,
indican el programa de cada movimiento.
Preludio
Para sufrir penas que la esperanza piensa infinitas,
Para perdonar los equívocos más oscuros que la muerte o la noche,
Para desafiar al poder que parece omnipotente...
Ni para cambiar, ni para vacilar, ni para arrepentirse.
Esto... va a ser...
Bueno, grandioso y feliz, hermoso y libre.
Esto sólo es vida, felicidad, imperio y victoria.
(Tomado de “Prometeus Unbound”, de Mary Shelley)
Scherzo
Allí van los barcos.
Allí se encuentra ese Leviatan,
A quien tú has hecho tomar su pasatiempo desde ahora
(Tomado del Salmo 104)
Paisaje
¡El hielo cae! Allí, desde la cumbre de la montaña.
Hacia abajo, un enorme barranco espera.
Torrentes, recuerdos, que escucharon una poderosa voz,
Y pararon de inmediato en medio de su loca caída.
¡Torrentes quietos! ¡Cataratas silenciosas!
(De “Hymn Before Sunrise in the Valey of Chamount”, de Coleridge)
Intermezzo
Amor, todo igual, ninguna estación sabia ni clima,
Ni horas, días, meses, que son los harapos del tiempo.
(Tomado de “The Sun Rising”, de Donne)
Epílogo
No me arrepiento de este viaje;
Corrimos riesgos, sabemos que los corrimos;
Las cosas resultaron en nuestra contra,
Por lo tanto, no tenemos causa para quejarnos.
Descargue "Hojas de hierbas" walt whitman.