*Aria: Sanfte soll mein Todeskummer.

ABRIL...

ORATORIO DE PASCUA, BWV 249

La resurrección de Jesucristo (detalle), Rafael Sanzio, entre 1499 y 1502.

Oratorio de Pascua, BWV 249

 

l Oratorio de Pascua, BWV 249, del cual se conservan tres manuscritos, fue presentado como tal, la primavera de 1735 en Leipzig. La obra consistió en la reelaboración de material ya existente para ser empleado en alguna ocasión religiosa determinada. Se ha destacado que los tres movimientos de la introducción (u obertura) forman una especie de concerto grosso en el que las voces se unen a los instrumentos en el Allegro Final. Investigaciones a mediados del siglo pasado parecen confirmar que esos tres movimientos proceden de los numerosos bosquejos acumulados durante la composición de los Conciertos Brandeburgueses presentados en 1721.

A lo largo de su vida, Bach mantuvo muy buenas relaciones con la corte ducal de Sajonia-Weissenfels, las cuales se iniciaron durante su etapa al servicio de la corte ducal de Weimar (1708-1717). En 1713, con motivo del aniversario del duque Christian, había estrenado su primera cantata profana, Was mir behagt, ist nur die muntre Jagd (Cantata de Caza), catalogada posteriormente BWV 208.

Pero el material más importante del Oratorio de Pascua, BWV 249, fue obtenido de la cantata profana de tema pastoral, Entfliehet, verschwindet, entweichet, ihr Sorgen, BWV 249a (Huid, desapareced, alejaos, tristezas), estrenada el 23 de febrero de 1725, para amenizar el cumpleaños del duque de Sajonia-Weissenfels (cuatro años más tarde el duque retribuirá el presente otorgando a Bach el título honorífico de compositor de la corte).

Esta cantata, como todas las obras de circunstancia de la época, eran pieza de un solo uso, destinadas al olvido una vez interpretadas. Pero Bach no abandonaba sus obras, una constante es la reutilización de una misma música debidamente transformada. En las obras vocales, abundará el procedimiento llamado parodia: una obra determinada, con una nueva letra pero con la misma música. Esto permitía tanto reciclar la música de estas obras de compromiso como convertir obras profanas en religiosas, pero nunca a la inversa. Al convertirse en oratorio, su estructura y contenido musical aumentado por recitativos, apoyaron un texto nuevo y por lo tanto tuvieron un significado totalmente distinto. Eso es exactamente lo que hizo Bach con esta cantata de cumpleaños. El 1 de abril de ese mismo año (1725), para el Domingo de Pascua de Resurrección, fue interpretada en Leipzig como cantata de iglesia bajo el título Kommt, gehet und eilet. Sólo se conservan fragmentos de esta primera adaptación, pero parece ser que ya estaba concebida dramáticamente, con personajes como María la madre de Santiago (soprano), María Magdalena (alto), Pedro (tenor) y Juan (bajo).

También existe otro texto para cantata profana con la misma música: Verjaget, zerstreuet, zerrüttet, ihr Sterne, BWV 249b, estrenada el 25 de agosto de 1726, escrita para el cumpleaños del Conde Joachim Friederich von Flemming.

Cuando diez años después, se le encargó a Bach la composición de un oratorio para Pascua echó mano al ya citado material previo, sin importarle su carácter profano, y se conformó en agregar un coro al dúo de bajo y tenor. En realidad, el oratorio debería ser denominado Cantata de San Juan ya que los oratorios se basan en textos bíblicos. Pero, en la tradición del oratorio, Bach otorgó a los solistas nombres de personajes bíblicos. Además de ellos la obra requiere la intervención de un coro a cuatro voces y un conjunto instrumental que incluye tres trompetas, dos flautas, dos oboes, oboe de amor, fagot, cuerdas, timbales, clave y órgano.

El autor del texto de las dos versiones profanas de este trabajo fue Christian Friedrich Henrici, recaudador de tasas postales y poeta aficionado, más conocido por el seudónimo de Picander. Colaborador habitual de Bach en su etapa en Leipzig, fue el libretista de varias de sus obras vocales, como La Pasión según San Mateo, BWV 244.

El aspecto popular de la obra (de acuerdo con su relación profana) se manifiesta por su sencillez: tres arias separadas por recitativos y encuadradas por un dinámico dúo introductorio y un sereno recitativo que lleva a un exultante coro final. El oratorio no cuenta el acostumbrado coral ni siquiera para concluir la obra. Es notable que, aparte de la obertura y la conclusión, la Resurrección haya sido encarada "con gravedad" y que la emoción domine a la exaltación. Los recitativos están imbuidos de una singular expresividad y (para la época) inusual audacia: en dos voces, en terceras (N° 1), cuando María y María Magdalena expresan su impaciencia en ver nuevamente al Salvador, de admirable y flexible vocalización cuando Juan afirma que la promesa se cumplió (N° 10). A pesar de su gran expresividad las arias parecen más tradicionales (después de todo habían sido destinadas a complacer a los mencionados Condes); pero el acompañamiento orquestal revela coloridos esenciales siempre aclaratorios y, en páginas del mismo carácter expresivo, destellos del Bach maduro, como el oboe de amor (acompañando a la contralto) para manifestar solaz.

Redescubrimos aquí, de acuerdo con la necesidad de llegar a una concordancia musical, un nuevo aspecto de un simbolismo musical que Bach siempre respetó, pero tratándolo con tanta originalidad que olvidamos lo que actualmente nos podría parecer ingenuo (temas descendientes para el alma que sufre, escalas ascendentes para expresar júbilo, etc.).

De esta manera Bach volvió a forjar el eslabón con tradiciones milenarias, la del Evangelio y los Salmos, tal como Martín Lutero les dio nueva vida y vigor. A Bach, ferviente luterano y profundamente inspirado, aún en sus obras profanas, por la religiosidad inherente a todas las cosas, podrían dedicarse las palabras de admiración con que Michelet rehabilitó a Lutero en Francia: "Fue un verdadero cantar, libre y puro, que brotó del fondo del alma, el cantar de quienes lloran y son consolados, alegría divina entre las lágrimas del mundo, en destello del cielo... Mi corazón cantó y fue elevado: ésa es la verdadera resurrección, el renacimiento del alma..."

 

Texto en español y alemán.

1 SINFONÍA

 

2 ADAGIO

 

3 CORO

Venid, corred y apresuraos, pies fugitivos,

¡llegad a la gruta que esconde a Jesús!

 

(Tenor, Bajo)

Risas y gozo

acompañen nuestros corazones

porque quien nos salvó ha resucitado

 

4 RECITATIVO

MARÍA MAGDALENA (Contralto)

¡Oh, hombres de frío corazón!

¿Adónde ha ido el amor

que debéis al salvador?

 

MARÍA LA DE SANTIAGO (Soprano)

Una indefensa mujer os ha de avergonzar.

 

PEDRO (Tenor)

¡Oh! ¡Aflicción y dolor!

 

JUAN (Bajo)

Y angustioso dolor de corazón

 

PEDRO, JUAN (Tenor, Bajo)

Con salobres lágrimas

y melancólico anhelo

queríamos ungirle con óleos.

 

MARÍA LA DE SANTIAGO, MARÍA MAGDALENA

(Soprano, Contralto)

Que vosotros, como nosotras, trajisteis en vano.

 

5 ARIA

MARÍA LA DE SANTIAGO (Soprano)

Oh, alma, tus especias

Ya no serán mirra.

Pues sólo

con el esplendor de una corona de laurel

tus angustiosos anhelos se calmarán

 

6 RECITATIVO

PEDRO (Tenor)

Aquí está el sepulcro

 

JUAN (Bajo)

Y aquí la piedra

que lo cubría.

¿Pero dónde está mi Salvador?

 

MARÍA MAGDALENA (Contralto)

¡Ha resucitado de la Muerte!

Vino a nosotros un ángel

Y así nos lo proclamó.

 

PEDRO (Tenor)

Veo con gran placer

que el sudario yace incólume.

 

7 ARIA

PEDRO (Tenor)

Cuando muera, dulce será mi pena,

Igual que un sueño,

Jesús, gracias a tu sudario.

Sí, porque el paño enjugará

las lágrimas de mi sufrimiento

y consolará mis mejillas.

 

8 RECITATIVO

MARÍA LA DE SANTIAGO, MARÍA MAGDALENA

(Soprano, Contralto)

Mientras, nosotras suspiramos

con ardiente deseo.

¡Ah, si solamente pudiéramos

ver pronto al mismísimo Salvador!

 

9 ARIA

MARÍA MAGDALENA (Contralto)

¡Decidme, decidme enseguida

dónde encontraré a Jesús,

por quien mi alma anhela!

Ven entonces, ven, abrázame,

porque mi corazón está sin Ti

huérfano y angustiado.

 

10. RECITATIVO

JUAN (Bajo)

Nos regocijamos

porque Jesús vive de nuevo

y nuestros corazones,

antes disueltos por la tristeza y en suspenso

olvidan sus penas

y entonan himnos de alegría

porque nuestro Salvador vive de nuevo.

 

11. CORO

¡Loas y gracias

sean tu himno de alabanza!

¡El infierno y el demonio han sido vencidos

y sus portales destruidos!

¡Gritad y alegraos, oh lenguas redimidas,

para que se os oiga hasta en los cielos!

¡Abrid, oh cielos, vuestros arcos espléndidos

para que entre en triunfo el León de Judá!

 

1. SINFONIE

 

2. ADAGIO

 

3. CHOR

Kommt, eilet und laufet, ihr flüchtigen Füße,

Erreichet die Höhle, die Jesum bedeckt!

 

(Tenor, Baß)

Lachen und Scherzen

Begleitet die Herzen,

Denn unser Heil ist auferweckt.

 

4. REZITATIV

MARIA MAGDALENE (Alt)

O kalter Männer Sinn!

Wo ist die Liebe hin,

Die ihr dem Heiland schuldig seid?

 

MARIA JAKOBI (Sopran)

Ein schwaches Weib muß euch beschämen!

 

PETRUS (Tenor)

Ach! ein betrübtes Grämen

 

JOHANNES (Baß)

Und banges Herzeleid

 

PETRUS, JOHANNES (Tenor, Baß)

Hat mit gesalz'nen Tränen

Und wehmutsvollem Sehnen

Ihm eine Salbung zugedacht,

 

MARIA JAKOBI, MARIA MAGDALENE

(Sopran, Alt)

Die ihr, wie wir, umsonst gemacht.

 

5. ARIE

MARIA JAKOBI (Sopran)

Seele, deine Spezereien

Sollen nicht mehr Myrrhen sein.

Denn allein

Mit dem Lorbeerkranze prangen,

Stillt dein ängstliches Verlangen.

 

6. REZITATIV

PETRUS (Tenor)

Hier ist die Gruft

 

JOHANNES (Baß)

Und hier der Stein,

Der solche zugedeckt;

Wo aber wird mein Heiland sein?

 

MARIA MAGDALENE (Alt)

Er ist vom Tode auferweckt!

Wir trafen einen Engel an,

Der hat uns solches kundgetan.

 

PETRUS (Tenor)

Hier seh' ich mit Vergnügen

Das Schweißtuch abgewickelt liegen.

 

7. ARIE

PETRUS (Tenor)

Sanfte soll mein Todeskummer

Nur ein Schlummer,

Jesu, durch dein Schweißtuch sein.

Ja, das wird mich dort erfrischen

Und die Zähren meiner Pein

Von den Wangen tröstlich wischen.

 

8. REZITATIV

MARIA JAKOBI, MARIA MAGDALENE

(Sopran, Alt)

Indessen seufzen wir

Mit brennender Begier;

Ach, könnt' es doch nur gebald geschehen,

Den Heiland selbst zu sehen!

 

9. ARIE

MARIA MAGDALENE (Alt)

Saget, saget mir geschwinde,

Saget, wo ich Jesum finde,

Welchen meine Seele liebt!

Komm doch, komm, umfasse mich,

Denn mein Herz ist ohne dich

Ganz verwaiset und betrübt.

 

10. REZITATIV

JOHANNES (Baß)

Wir sind erfreut,

Daß unser Jesu wieder lebt,

Und unser Herz,

So erst in Traurigkeit zerflossen und geschwebt,

Vergißt den Schmerz

Und sinnt auf Freudenlieder;

Denn unser Heiland lebet wieder.

 

11. CHOR

Preis und Dank

Bleibe, Herr, Dein Lobgesang!

Höll' und Teufel sind bezwungen,

Ihre Pforten sind zerstört;

Jauchzet, ihr erlösten Zungen,

Daß man es im Himmel hört!

Eröffnet, ihr Himmel, die prächtigen Bogen,

Der Löwe von Juda kommt siegend gezogen!

 

Oratorio de Pascua, BWV 249