*IV. Sehr behaglich.

Sinfonía nº 4 en Sol Mayor

 

ahler se autodenominaba "Sommerkomponist", ya que en verano se retiraba a algún paraje de los Alpes para aislarse y componer. Esta Sinfonía es una de sus más cortas, y fue compuesta entre julio de 1899 y agosto de 1900, el estreno tuvo lugar en Munich el 25 de noviembre de 1901, con un éxito extremadamente pobre.

Fué en el verano de 1900, en el que Mahler avanzó en la composición de esta obra, se estaba construyendo una casa en Maiernigg, cerca del lago Wörthersee, y se preguntaba qué terminaría antes, si la casa o la sinfonía. Estaba feliz, no paraba de hacer excursiones de dos o tres días, y en una de ellas se perdió, cayó por un barranco y acabó tostado por el sol y lleno de magulladuras. Componía en una cabaña y exigía un silencio total, llegaba al extremo de no soportar los nidos de los pájaros, ni a los polluelos piando, y así nació una sinfonía de plantilla más clásica que las precedentes.

Es una obra escrita para soprano orquesta. Una verdadera excepción en la orquestación de Mahler, es que no se incluyan trombones (única sinfonía en la que ocurre esto) y que se trate de una orquesta de tamaño “normal”. La voz de la soprano no interviene más que en el último movimiento.

El primer movimiento hace oír campanillas y temas de carácter de danzas campesinas. El segundo, introduce un violín desafinado solo, dando un lado rústico a la división. El adagio, es de una gran amplitud y juega sobre todo sobre las cuerdas, contrariamente a las dos primeras partes. Se termina por un tutti, introduciendo el último movimiento vocal. El texto del lied, cantado por una voz de soprano, enuncia los placeres gastronómicos del cielo. El cuarto movimiento (la Vida Celestial), se retoma del quinto lied del Des Knaben Wunderhorn escrito en 1892. Este movimiento debía formar parte, en un principio, de la tercera sinfonía (siendo este un séptimo movimiento que luego fue suprimido). Mahler decidió, entonces, hacer de este el final de su cuarta sinfonía y concibió los tres primeros movimientos en función del que ya tenía. La orquesta termina por borrarse después de haber reanudado los temas campesinos del primer movimiento.

Una temática aparentemente más poética que las obras anteriores, y un fondo de inocencia pesimista, que una vez más pone de manifiesto el carácter autobiográfico de las obras de Mahler.

Texto en alemán y español, de "Des Knaben Wunderhorn".

Das himmlische Leben

 

Wir genießen die himmlischen Freuden,

Drum tun wir das Irdische meiden,

Kein weltlich Getümmel

Hört man nicht im Himmel!

Lebt alles in sanftester Ruh'!

Wir führen ein englisches Leben!

Sind dennoch ganz lustig daneben!

Wir tanzen und springen,

Wir hüpfen und singen!

Sankt Peter im Himmel sieht zu!

 

Johannes das Lämmlein auslasset,

Der Metzger Herodes drauf passet!

Wir führen ein geduldig's,

Unschuldig's, geduldig's,

Ein liebliches Lämmlein zu Tod!

Sankt Lucas den Ochsen tät schlachten

Ohn' einig's Bedenken und Achten,

Der Wein kost' kein Heller

Im himmlischen Keller,

Die Englein, die backen das Brot.

 

Gut' Kräuter von allerhand Arten,

Die wachsen im himmlischen Garten!

Gut' Spargel, Fisolen

Und was wir nur wollen!

Ganze Schüsseln voll sind uns bereit!

Gut Äpfel, gut' Birn' und gut' Trauben!

Die Gärtner, die alles erlauben!

Willst Rehbock, willst Hasen,

Auf offener Straßen

Sie laufen herbei!

Sollt' ein Fasttag etwa kommen,

Alle Fische gleich mit Freuden angeschwommen!

Dort läuft schon Sankt Peter

Mit Netz und mit Köder

Zum himmlischen Weiher hinein.

Sankt Martha die Köchin muß sein.

 

Kein' Musik ist ja nicht auf Erden,

Die uns'rer verglichen kann werden.

Elftausend Jungfrauen

Zu tanzen sich trauen!

Sankt Ursula selbst dazu lacht!

Kein Musik ist ja nicht auf Erden,

die unsrer verglichen kann werden.

Cäcilia mit ihren Verwandten

Sind treffliche Hofmusikanten!

Die englischen Stimmen

Ermuntern die Sinnen,

Daß alles für Freuden erwacht.

 

La vida celestial

 

Disfrutamos los placeres celestiales

y evitamos los terrenales.

¡Ningún tumulto mundano

alcanza a oírse en el Cielo!

¡Todo vive en la paz más dulce!

¡Llevamos una vida angelical!

No obstante, somos muy alegres:

bailamos y brincamos,

¡brincamos y cantamos!

Entretanto, ¡San Pedro está en el Cielo!

 

San Juan ha permitido a su pequeño cordero

¡ir al encuentro del carnicero Herodes!

Conducimos a una víctima,

a una inocente víctima

¡al pequeño cordero a la muerte!

San Lucas sacrifica los bueyes

sin prestarles pensamiento o atención.

El vino no cuesta un penique

en la bodega del Cielo

y los ángeles, cuecen el pan.

 

Sabrosas verduras, de todo tipo,

¡crecen en el jardín de Cielo!

Suculentos espárragos, frijoles,

¡y cualquier cosa que deseemos!

¡Generosas fuentes están a nuestra disposición!

¡Jugosas manzanas, peras y uvas!

¡El Jardinero nos lo permite todo!

¿Te gustaría un ciervo, te gustaría una liebre?

Por las despejadas llanuras,

¡ellos caminan a tu lado!

Si algún día lo necesitaras,

¡todos los peces nadarían alegres junto a ti!

Allí, San Pedro camina,

con sus redes y cebo,

al estanque celestial.

¡Santa Marta debe ser la cocinera!

 

Ninguna música terrenal

puede compararse a la nuestra.

¡Once mil doncellas

se atreven a bailar!

¡Incluso la propia Santa Úrsula está riéndose!

Ninguna música terrenal

puede compararse a la nuestra.

Cecilia y todos sus parientes

¡forman un espléndido conjunto musical!

Las voces angélicas

despierten los sentidos

para que todo renazca con la alegría.