Madama Butterfly
n 1900, Puccini estaba en el ápice de su carrera: era rico, famoso y sus servicios se cotizaban muy bien. Su última ópera, Tosca, había sido cálidamente recibida ese año, pero él no estaba satisfecho en descansar sobre sus laureles, disfrutando de éxitos anteriores. En lugar de ello, en sus cartas a su editor Ricordi, y a otros, se lo ve iniciando casi inmediatamente la búsqueda de un nuevo libreto. Estudió muchas sugerencias, entre ellas temas tan improbables como La divina comedia del Dante, y Los hilanderos de Gerhard Hauptmann, rechazándolas todas. Sus libretistas, lllica y Giacosa, no podían ofrecerle ninguna sugerencia y para colmo de males, tuvo uno de los primeros ataques de la afección a la garganta que, eventualmente, le produciría la muerte.
Cuando fue a Londres en 1900, Puccini había sido llevado al Duke of York's Theatre para ver la obra de David Belasco, Madame Butterfly. Sin poder casi comprender una sola palabra del texto, quedó, sin embargo, muy impresionado con lo que vio. No decidió inmediatamente emplear la obra como tema para su próxima ópera, pero a los pocos meses conversó con Ricordi acerca de la posibilidad de solicitar la autorización de Belasco y en el mes de noviembre lo encontramos quejándose acerca de la demora del escritor en decidirse. Finalmente, Belasco dio su conformidad y para el otoño de 1901, lllica y Giacosa se pusieron a trabajar. La preparación del libreto presentó, sorprendemente, pocos problemas y Puccini tuvo menos exigencias que de costumbre en cuanto a modificaciones y revisiones. Sin duda, esto se debió parcialmente a la larga demora que había sido aprovechada para planear el argumento con cierto detalle.
Sobrevino con todo un desastre, Puccini se fracturó una pierna y sufrió otras heridas graves en un accidente automovilístico en el mes de febrero de 1903, y el trabajo de Madame Butterfly quedó interrumpido durante casi ocho meses. No fue concluido hasta fin de año y La Scala de Milán anunció su presentación para el 17 de febrero de 1904. El Director del Teatro de la Opera, Gatti-Casazza, había reunido un destacado elenco para esa ocasión, Rossina Storchio como Butterfly, Zenatello como Pinkerton y De Luco como Sharpless, bajo la batuta de Campanini. Como bien se sabe, la noche del debut fue el fracaso del siglo, ya que durante largos períodos de la presentación, los aullidos del enfurecido público no permitían ni escucharla. Todos estos cantantes y el conductor eran de la más alta calidad, por lo que la causa del fracaso no se podía atribuir a una mala ejecución por parte de los mismos, sino por problemas intrínsecos de la propia obra. Amarga y profundamente desilusionado, Puccini retiró la ópera y se marchó al campo con ella para efectuar algunas revisiones. Puccini acometió el arreglo de la misma, quitando algunas partes secundarias y dividiendo el largo segundo acto en dos.
La nueva versión fue presentada el 29 de mayo del 1904, no en Milán, sino en el pequeño teatro de la ciudad de Brescia. Dirigida por el Maestro Arturo Toscanini, con el mismo elenco que en la representación inicial, con excepción de la soprano polaca Salomea Kruszeniski como Cio-Cio-San, su éxito fue inmediato, y de la misma magnitud que el que ha tenido en todas partes desde entonces (debido a las connotaciones negativas del personaje del teniente yanqui Pinkerton, la ópera fue suspendida en Estados Unidos durante los años de la Segunda Guerra Mundial en el enfrentamiento bélico entre Japón y América).
El origen de la obra de Belasco es un cuento del escritor norteamericano John Luther Long (quien a su vez había basado su relato en la novela Madame Chrysanthème, del escritor francés Pierre Loti): un drama de tipo ya bien cimentado, acerca de la mujer que todo lo sacrifica por amor. La obra de Belasco fue utilizada por un empresario en Londres, a fin de recaudar fondos, pues esa temporada teatral le había causado pérdidas. Finalmente, este acertó, pues la representación fue un éxito.
Puccini se dedicó a la composición de Madame Butterfly con amor y, confiando en que se trataría de su mejor ópera, predijo su éxito inmediato.
En realidad, independientemente de los artificios técnicos introducidos para imprimirle a la música un sentido exótico u oriental, representa un marcado progreso sobre su predecesora, Tosca. Estos artificios exóticos, o más bien la relación con la música japonesa de cualquier estilo que ellos puedan tener, han sido tema de discusión. Deseoso de crear el ambiente adecuado, Puccini mandó pedir grabaciones de música japonesa; el problema radica en el empleo que de ellos hizo. En Madame Butterfly, Mosco Carner ha identificado cuatro melodías japonesas auténticas, reconociblemente incorporadas a la ópera. También se han empleado varios artificios armónicos de definido corte exótico.
La música creada por Giacomo Puccini para Madama Butterfly es de una belleza inconmensurable, y refleja en cada acorde la sensibilidad, el amor, la alegría, así como el patetismo que invade a la joven Butterfly.
Resumen argumental
Primer acto
El telón se levanta sobre una casa japonesa ubicada sobre la bahía de Nagasaki. Goro, el casamentero, sale de la casa acompañado por el teniente Pinkerton de la Marina de los EE.UU. Este último ha contraído un "enlace japonés" con Butterfly (Cio-Cio-San) y se le muestran las virtudes de su nuevo hogar. Goro llama a los sirvientes para que rindan homenaje al nuevo amo; entre éstos se encuentra Suzuki, la fiel criada de Butterfly. Llega Sharpless, el Cónsul estadounidense en Nagasaki. Mientras se preparan bebidas, Pinkerton le informa que ha adquirido la casa por novecientos noventa y nueve años, y luego procede a exponer su descuidada filosofía personal. Sharpless lo critica pero Pinkerton le interrumpe proponiendo un brindis a América, a los sones del himno nacional. Luego envía a Goro en busca de la novia y cuando ambos hombres quedan solos, Sharpless discute con Pinkerton en relación al casamiento que se le propone. El otro responde que ha quedado hechizado por Butterfly (Amore o grillo), y aunque el hombre de más edad le advierte que puede destrozarle el corazón, el impulsivo Pinkerton desoye su bien intencionado consejo.
Vuelve Goro para informar que la novia se halla en camino. Al poco tiempo se oye su voz en la distancia, elevándose por sobre un coro femenino (Ancora un passo). Finalmente llegan Butterfly y sus amigas. Al ver a Pinkerton, todas se arrodillan ante él cuando ella así lo ordena, en señal de homenaje. Sharpless le pregunta de dónde es y le informa que es oriunda de Nagasaki. Tiempo atrás, su familia fue muy rica, pero ahora son pobres, y ella ha debido convertirse en geisha.
El cónsul aprende que el padre de Cio-Cio-San ha muerto, y cuando averigua su edad ella le contesta que es vieja -exactamente quince años-. Llegan más visitantes, incluyendo al Comisionado Imperial, un funcionario del Registro Civil, y los parientes de Butterfly. Impaciente por concluir la ceremonia, Pinkerton le dice a Goro que apresure el procedimiento.
Hay gran animación; las mujeres comentan un tanto desfavorablemente la apariencia de Pinkerton; los parientes, evidentemente celosos de la buena fortuna de Butterfly, hacen comentarios rencorosos acerca de ella. La ruidosa reunión es demasiado para Goro, quien pide silencio. Pinkerton, hechizado por el encanto de Butterfly, apenas si presta atención a Sharpless cuando le insta al joven para que siga su consejo, y sólo puede cantar loas a su belleza.
Extrayendo una cantidad de atesoradas posesiones de entre sus mangas, Butterfly se las muestra a Pinkerton. Cuando a él parece no agradarle un pote de carmín, ella lo arroja a un lado, infantil en su ansiedad por complacerle. El aspecto de un estuche alargado y estrecho despierta su curiosidad, pero Butterfly vacila en dejarle ver su interior.
Goro le susurra en el oído que le fue enviado al padre de ella por el Mikado, con una invitación a que cometa hara-kiri, cosa que aquel hizo. Mostrándole a Pinkerton sus "ottoke" -muñecas que representan las almas de sus antepasados- Butterfly explica que, sin el conocimiento de su tío Bonzo y del resto de su parentela, ha concurrido a la misión donde ha adoptado la religión de su futuro esposo.
Habiendo preparado todo para la ceremonia, Goro ordena silencio y el Comisionado da lectura al contrato de bodas. Los novios firman y el casamentero anuncia que la ceremonia ha concluido. Las amistades de Butterfly ofrecen sus felicitaciones y Pinkerton efectúa un brindis, esperando que los invitados se retiren pronto. Los festejos son interrumpidos por el grito de "¡Cio-Cio-San!", en la distancia. Es la voz de Bonzo, y cuando éste aparece, los aterrorizados amigos y parientes de Butterfly ruegan a ésta que responda. Bonzo grita que sabe porqué ella ha ido a la misión, y descarga sobre su cabeza la maldición de los dioses del Japón. El enfurecido Pinkerton le ordena retirarse y Bonzo le retribuye ordenando a los amigos y parientes a que renuncien a Butterfly y que partan. Al oír esto, Pinkerton le manda alejarse duramente. Todos salen, dejando a Butterfly bañada en lágrimas a medida que las voces de sus amigas y parientes se desvanecen en la distancia. Pinkerton toma en sus brazos a la niña, susurrándole consuelo, mientras que desde la casa, puede escucharse a Suzuki murmurando sus oraciones.
Rompiendo el prolongado dúo de amor que cierra este acto, Pinkerton conduce a Butterfly a la casa (Viene la sera). Aparecen los sirvientes que descorren las paredes. Butterfly se retira con Suzuki, Pinkerton queda deslumbrado por su belleza (Bimba dagli occhi) y ella le dice que es como la diosa de la luna, quien desciende de noche, tomando todos los corazones y llevándoselos a los reinos de las alturas. Pinkerton le recuerda que ella no le ha dicho aún que lo ama. Butterfly le responde que para ella, él es la luz de los cielos; desde el primer momento en que lo vió gustó de él y ahora sólo puede repetir que es profundamente feliz.
Rogándole que la ame un poco (Vogliatemi bene), Butterfly dice a Pinkerton: "Somos gente acostumbrada a cosas pequeñas, humildes, tranquilas..."
El le responde, besando sus manos, "Butterfly". Al oír su nombre, ella recuerda que en el país de Pinkerton, es costumbre prender una mariposa a una tablilla con un alfiler. El contesta que es porque los hombres quieren asegurarse que una criatura tan hermosa no huirá volando. Al igual que ellos, él la ha capturado y la apretará contra sí, temblando, porque ella le pertenece. La música se hace más y más ardiente hasta que las dos voces, creciendo en apasionada culminación, se unen en un glorioso desborde de sonido. A medida que concluye el dúo, ambos penetran en la casa, alejándose lentamente la orquesta mientras cae el telón.
Segundo acto
El interior de la casa de Butterfly. Han pasado tres años y Suzuki está rezando a sus dioses, rogando que se permita a Butterfly no llorar más. Luego Butterfly pregunta a su criada cuánto tiempo transcurrirá antes de que se les acabe el dinero. Suzuki toma un puñado de monedas de un cajón y observa que a menos que Pinkerton regrese pronto, se encontrarán en serias dificultades. Butterfly asegura a Suzuki que Pinkerton volverá. "¿Por qué pidió al Cónsul que atendiera al alquiler? ¿Por qué colocó cerraduras en la casa si no pensaba volver?", pregunta. Su fe en él es tan absoluta que no puede imaginar otra cosa. Suzuki sigue sin convencerse, observando que nunca se ha visto que un marido extranjero regrese al hogar. Butterfly se vuelve furiosamente a su criada. Cambiando de tono, pasa a relatarle como su marido se despidió tiernamente de ella antes de partir, prometiendo volver cuando el petirrojo haga su nido. El escepticismo de Suzuki se mantiene y Butterfly le hace repetir las palabras "El volverá". Esto es demasiado para Suzuki quien rompe en llanto.
Butterfly le reprocha su falta de fe y en su famosa Un bel di, vedremo relata a su criada como un hermoso día verán una columna de humo en el horizonte del mar. Luego aparecerá un buque, tronando un saludo al entrar en lo bahía. Butterfly no saldrá corriendo al encuentro de Pinkerton, sino que lo esperará en la colina hasta que éste aparezca, subiendo. Cuando llegue a la cima llamará "Butterfly" y ella, en parte como broma y en parte por no morir de felicidad, se ocultará de su vista. El, preocupado por su silencio la llamará como solía hacerlo "Mi pequeña esposa, mi flor de dulce aroma". Con su inquebrantable fe, Butterfly promete a Suzuki que todo esto sucederá.
Aparecen Goro y Sharpless. Sharpless entra mientras Goro sale al jardín.
Butterfly recibe al Cónsul con gran alegría, invitándolo a sentarse. Tomando una carta de su bolsillo, él le dice que ha sabido de su marido, Pinkerton. Butterfly se siente sobrecogida por esta noticia y pregunta al asombrado Sharpless cuándo hacen sus nidos en América los petirrojos.
Ella le explica que Pinkerton ha prometido volver cuando ello suceda. Goro, quien ha estado espiando, ríe al escucharla. Sharpless confiesa que sus conocimientos en ornitología son escasos y Butterfly prosigue con la conversación informándole que Goro ha estado molestándola durante algún tiempo insistiéndole para que tome un nuevo marido. Goro interrumpe con la información de que el acaudalado príncipe Yamadori desea convertir a Butterfly en su esposa. En ese momento, éste se acerca con sus sirvientes. Cuando entra, Butterfly le hace objeto de una burla. Goro, perdiendo la paciencia, le dice que se está engañando a sí misma si cree que aún está casada. La enamorada le replica que el abrir la puerta y echar a la esposa se denomina divorcio en el Japón, pero que en América esto no puede hacerse, y que ella ahora es americana. Cuando dirige su atención a otra cosa, Goro logra susurrarle a Sharpless que el barco de Pinkerton está a la vista y el Cónsul revela que Pinkerton no quiere mostrarse y por lo tanto él, Sharpless, ha venido a comunicarle la noticia a Butterfly.
Rechazada su oferta de matrimonio, Yamadori se despide tristemente de Butterfly y se retira acompañado por Goro y sus sirvientes. Cuando queda solo con Butterfly, Sharpless comienza a leer la carta de Pinkerton (Amico, cercherere). Las reiteradas interrupciones de su esposa, y su incapacidad para comprender el significado de las insinuaciones de Pinkerton, obligan a Sharpless a ceder en su tentativa. En lugar de ello, pregunta seriamente a Butterfly qué haría si Pinkerton no regresase jamás. Anonadada, Butterfly responde que podría volver a su trabajo anterior, o mejor aún, morirse. Sharpless le ruega que acepte al acaudalado Yamadori. Ofendida de que él también dude de Pinkerton, Butterfly pide a Suzuki que conduzca a Sharpless a la puerta, pero lamentando su dureza inmediatamente después, le ruega que olvide lo que acaba de decirle y, corriendo a la otra habitación, vuelve con un niño en brazos.
El Cónsul le pregunta si el niño es de Pinkerton y si el padre sabe de su existencia. Butterfly le responde que el niño nació después de la partida de Pinkerton. Dirigiéndose al pequeño quiere saber si comprende lo que Sharpless ha tenido la osadía de sugerir.
En un aria lírica (Che tua madre dovrá) dice que él parece esperar que ella lo tome en brazos y recorra la ciudad con sol o con lluvia, ganando su sustento cantando y bailando. Sharpless siente una enorme compasión y ruega a Butterfly que lo perdone.
Cuando ha partido, entra Suzuki y toma a Goro de una oreja. Lo ha sorprendido diseminando el rumor de que nadie sabe quien es el padre del hijo de Butterfly. Impetuosamente Butterfly toma una daga que cuelga de la pared y se arroja sobre Goro, quien emite un alarido. Ello lo echa, y volviéndose al niño, se dirige a él tiernamente, diciéndole que su padre regresará pronto para llevarse a ambos. Se oye el tronar distante de un cañón y Suzuki exclama que proviene de la bahía.
Loca de alegría y de entusiasmo, Butterfly toma un telescopio y corre a la terraza. Lee en voz alta el nombre de un buque que tiene a la vista, Abraham Lincoln. Llena de júbilo se vuelve a Suzuki y le reprocha sus dudas. Pinkerton ha retornado al fin; en el mismo momento en que todos le decían que llorara, su amor y su fe han triunfado. Comienza entonces un encantador dúo en que Butterfly dice a suzuki que agite las ramas del cerezo y la cubra de flores (Scuoti quella fronda). Feliz, luego de tantos meses de tristeza, Butterfly se pregunta cuánto tiempo tendrá que esperar antes de la llegada de Pinkerton. Dice a su criada que recoja todas las flores, durazno, violetas, jazmines, todas. Ambas cantan alegremente mientras las desparraman por la habitación.
Cuando han concluido, Butterfly contempla su cansado rostro en el espejo y pide a Suzuki que la arregle. Agrega que también debe retocar un poco las mejillas del niño, para que la vigilia que van a pasar no lo haga parecer pálido. Butterfly, entonces, viste su traje de bodas. Perfora tres agujeros en un panel (Nello shosi) uno para ella, uno más bajo para Suzuki y uno aún más bajo para el niño. Los tres se ponen a mirar hacia la creciente oscuridad, esperando la llegada de Pinkerton, mientras el sonido de voces susurrantes acentúa el patetismo de la escena. A medida que progresa la noche, el niño se duerme. Tras él Suzuki. Queda únicamente Butterfly, de pie, inmóvil, esperando, observando.
Tercer acto
Un interludio precede al tercer acto, y cuando termina, la vigilia de Butterfly se acerca a su conclusión. Se oyen voces de marineros en la distancia, mientras el puerto cobra vida y la luz del día penetra en la habitación.
Suzuki y el niño siguen durmiendo. Tras despertar a la criada, Butterfly toma dulcemente a la criatura en sus brazos. Suzuki dice a su ama que vaya a descansar, prometiendo avisarle cuando llegue Pinkerton. Butterfly acaba de salir cuando se oye un llamado y, corriendo el panel, Suzuki ve a Sharpless y Pinkerton afuera. Deja escapar un grito, mientras ambos hombres entran. Informándoles que Butterfly, cansada luego de su larga vigilia, ha ido a descansar un rato, les dice con qué ansiedad ha esperado su ama el día del regreso de Pinkerton.
Oyendo un ruido en el jardín, mira hacia afuera y queda sorprendida al ver una mujer extraña. Suzuki se entera, horrorizada, que ésta es la esposa de Pinkerton. Sharpless informa a la criada que han llegado temprano con el fin de obtener su ayuda para darle la noticia a Butterfly. Aunque lamentan lo acontecido por su ama, el primer pensamiento debe ser para el niño. Sigue un trío en que Pinkerton comenta los recuerdos que en él despierta la habitación -recuerdos de su boda con Butterfly- mientras Sharpless ruega a Suzuki que persuada a su ama para que haga entrega de la criatura. La criada llora su desdicha ante los hechos que acaba de conocer.
Pinkerton, incapaz de encarar de frente la situación, decide retirarse. Sharpless no puede evitar recordarle el consejo que le dio y que él tan desaprensivamente desatendió. La única respuesta del otro es decirle un triste adiós al escenario de su pasada felicidad (Addio, fiorito asil), partiendo apresuradamente cuando Suzuki, quien ha salido en busca de Kate, vuelve del jardín con esta última. La criada promete aconsejar a Butterfly para que confíe en Kate, estipulando que debe dejársela a solas con su ama. Antes de que puedan proseguir con su conversación, se oye la voz de Butterfly llamando "Suzuki, Suzuki". La criada trata, sin lograrlo, de evitar que su ama entre en la habitación. Al ver a Sharpless, ella le pregunta ansiosamente acerca del paradero de Pinkerton. Observando a Kate, quien en el ínterin ha regresado al jardín, su alarma crece. Sharpless y Suzuki permanecen silenciosos mientras Butterfly pregunta "¿Quién es esa dama?". Cuando el primero le informa que Kate es la causante inocente de su desdicha, ella comprende que la mujer que le produce tanto temor es la esposa de Pinkerton. Entra Kate, y Butterfly acepta entregar a su hijo diciendo que Pinkerton debe venir sólo, dentro de media hora, a reclamarlo.
Luego que se han retirado Kate y Sharpless, Butterfly ordena a Suzuki que cierre la entrada a la luz del sol que ilumina la habitación. Una vez que lo ha hecho, le dice a la criada que vaya a cuidar al niño en sus juegos. Suzuki rehúsa partir, pero Butterfly se lo ordena. Butterfly toma entonces, la daga de su padre, leyendo en voz alta la inscripción grabada en el mismo "Muere con honor quien no puede vivir con honor". Cuando llega la daga a su garganta, se abre la puerta y se ve el brazo de Suzuki, empujando el niño hacia su madre. Butterfly deja caer el arma y toma al niño, abrazándolo apasionadamente. En una ferviente invocación (¿Tu? ¿Tu? piccolo iddio) le dice que jamás debe saber que su madre murió por su bien. Diciéndole adiós, le da una bandera americana y una muñeca para que juegue. Tomando la daga, va detrás de un biombo de donde se oye el ruido del mismo, cayendo al suelo. El velo blanco que colgaba del biombo es arrancado y Butterfly sale tambaleante apretando su garganta con el mismo. Caminando penosamente hacia el niño, cae a su lado, agonizante. Se oye la voz de Pinkerton llamando "Butterfly" desde afuera y un momento después, él y Sharpless, entran en la habitación.
Pinkerton se deja caer de rodillas junto a la agonizante Butterfly, mientras Sharpless toma al niño en sus brazos.
Texto en español e italiano.
Personajes
BUTTERFLY (Cio-Cio-San) SUZUKI B.F. PINKERTON KATE SHARPLESS GORO YAMADORI BONZO COMISIONADO YAKUSIDÉ MADRE |
Joven Gheisa Japonesa Criada de Batterfly Teniente de la Marina de los EE.UU. Esposa de Pinkerton Cónsul de los EE.UU. en Nagasaki Casamentero Pretendiente de Butterfly Tío de Butterfly Delegado Imperial Tío de Butterfly Madre de Butterfly |
Soprano Mezzosoprano Tenor Mezzosoprano Barítono Tenor Barítono Bajo Barítono Bajo Mezzosoprano |
La acción se desarrolla en Nagasaki, Japón, a finales del siglo XIX
ACTO PRIMERO
(Una colina en las afueras de
Nagasaki. Una casa con terraza y
jardín, desde la que se ven la bahía,
el puerto y la ciudad de Nagasaki)
(Se levanta el telón)
(Habitación al fondo de la casa.
Goro enseñando a Pinkerton la
casa con muchas reverencias Con
gran pomposidad explica los
detalles de la pequeña casa. Goro
corre una pared en el fondo, y
explica la finalidad a Pinkerton.)
PINKERTON
(Sorprendido a Goro)
...Y techo... y paredes....
GORO
(muy satisfecho)
Van y vienen a voluntad,
mostrando distintos aspectos
ambientes diferentes
de la misma habitación.
PINKERTON
(Mirando a su alrededor)
Y el nido nupcial, ¿dónde está?
GORO
(Señalando dos habitaciones)
Aquí, o allá..., según...
PINKERTON
¡También tiene doble fondo!
¿Y la sala?
GORO
(Señalando la terraza)
¡Ahí la tiene!
PINKERTON
(Asombrado)
¿Al aire libre?...
(Goro desliza un panel
hacia la terraza)
GORO
(enseñando el cierre de la pared)
Se corre un panel...
PINKERTON
(mientras Goro desliza los paneles)
¡Comprendo, comprendo! Otro...
GORO
¡.....se desliza!
PINKERTON
Esta casita... es tan delicada....
GORO
(protestando)
...es sólida como una torre.
desde el suelo al techo.
(Invita a Pinkerton a bajar al
jardín)
PINKERTON
Pero con un estornudo caería.
(Goro da tres palmadas. Y entran
dos hombres y una mujer que se
inclinan ante Pinkerton)
GORO
(Con voz un poco nasal, señalando)
Ésta será la camarera de su esposa,
(Melindroso)
la sirvienta predilecta.
El cocinero... el criado...
Están confusos por el gran honor.
PINKERTON
(Impaciente)
¿Sus nombres?
GORO
(señalando a Suzuki)
La señorita: Nube Ligera.
(señalando a un sirviente)
Rayo de Sol Naciente.
(señalando al otro sirviente)
Exhala Aromas.
SUZUKI
(permaneciendo de rodillas pero
con la cabeza levantada)
¿Sonríe vuestra Honorable Persona?
La risa es fruto y es flor.
Dijo el sabio Ocunama:
La sonrisa funde la trama de las penas.
(Desciende al jardín, siguiendo a
Pinkerton que se aleja sonriendo)
Le abre la concha a la perla,
y al hombre la entrada del paraíso.
Perfume de los dioses...
Fuente de la vida...
Dijo el sabio Ocunama:
La sonrisa funde la trama de las penas.
(Goro, dándose cuenta de que
Pinkerton empieza a aburrirse de
la locuacidad de Suzuki, da unas
palmadas, y los tres sirvientes se
retiran rápidamente hacia la casa)
PINKERTON
En cuanto a cháchara
ésta me parece cosmopolita.
(a Goro que se va hacia el
fondo a observar)
¿Qué miras?
GORO
Si llega la esposa.
PINKERTON
¿Está todo a punto?
GORO
Todo.
PINKERTON
¡Eres la joya de los casamenteros!
(Goro hace una gran inclinación)
GORO
Aquí vendrán:
el oficial del registro, los
parientes,
vuestro cónsul y la novia.
Se firmará el acta
y el matrimonio será un hecho.
PINKERTON
¿Y son muchos los parientes?
GORO
La suegra, la abuela, el tío bonzo,
que no nos honrará con su presencia,
y los primos y primas...
Pongamos que entre ascendientes...
y colaterales haya dos docenas.
En cuanto a la descendencia....
de eso ya se ocuparan suficientemente
(Con obsequiosa malicia)
Vuestra Gracia y la bella Butterfly...
PINKERTON
¡Eres la joya de los casamenteros!
(Goro se inclina profundamente.)
SHARPLESS
(fuera de escena, un poco lejos)
¡Venga a sudar y subir!
¡Resoplar y tropezar!
GORO
(Que ha acudido al fondo, anuncia
a Pinkerton)
Ya llega el cónsul.
(Se inclina ante el cónsul)
SHARPLESS
(entra jadeante)
¡Ah! ¡Esos pedruscos
me han agotado!
PINKERTON
(se apresura a saludar al cónsul
y a estrecharle las manos)
¡Bienvenido!
GORO
(Al Cónsul)
¡Bienvenido!
SHARPLESS
¡Uf!
PINKERTON
¡Rápido, Goro tráele algún refresco!
(Goro corre a la casa.)
SHARPLESS
(Jadeando y mirando alrededor)
Está muy alto.
PINKERTON
(Mostrando el panorama)
¡Pero es hermoso!
SHARPLESS
(Mirando abajo, a la ciudad
y al mar)
Nagasaki, el mar, el puerto...
PINKERTON
(Señalando a la casa)
Y una casita que ni hecha a propósito
(Goro sale de la casa seguido por
dos sirvientes llevando vasos y
botellas que dejan en la terraza.
Ellos entran en la casa mientras
Goro prepara las bebidas)
SHARPLESS
¿Es suya?
PINKERTON
La compré por
novecientos noventa y nueve años
con facultad cada mes,
de rescindir el contrato.
En este país son así de elásticos,
en cuanto a casas y contratos.
SHARPLESS
Y el hombre experto se aprovecha.
PINKERTON
Cierto.
(Pinkerton y Sharpless se sientan
en la terraza donde Goro está
preparando las bebidas.)
(A Sharpless con franqueza)
En cualquier lugar del mundo,
el yanqui vagabundo
disfruta y especula
despreciando riesgos.
Echa el ancla al azar...
(Se adelanta para ofrecer
una bebida a Sharpless.)
¿Ponche de leche o whisky?
SHARPLESS
Whisky.
PINKERTON
(continuando)
Echa el ancla al azar
hasta que una ráfaga le destroza
la nave, los aparejos, la arboladura...
La vida no le satisface si no se apropia
de las flores de cada lugar...
SHARPLESS
Es un evangelio fácil...
PINKERTON
(Continuando)
... y del amor de las mujeres bellas.
SHARPLESS
....es un evangelio fácil
que hace agradable la vida pero
que entristece el corazón....
PINKERTON
Si lo vencen prueba suerte otra vez.
Sigue sus impulsos allí donde esté.
Así pues, me caso al uso japonés, por
novecientos noventa y nueve años.
Dejando libre la posibilidad
de eximirme de ello cada mes.
SHARPLESS
Es un evangelio fácil.
PINKERTON
(levantándose y brindando
con Sharpless)
¡América siempre!
SHARPLESS
¡América siempre!
(Pinkerton y Sharpless se sientan
otra vez en la terraza.)
Y ¿es bella la esposa?
GORO
(Que ha estado escuchando y entra
en la terraza miedoso e insinuante)
Es una guirnalda de flores frescas.
Una estrella de rayos de oro.
Y por nada: sólo cien yenes.
(al cónsul)
Si Vuestra Gracia quiere...
tengo un gran surtido.
(Pinkerton se levanta impaciente.
El cónsul, risueño, sigue su ejemplo)
PINKERTON
(Muy impaciente se aleja)
¡Vamos, tráela aquí, Goro!
(Goro corre al fondo y desaparece
descendiendo colina abajo.)
SHARPLESS
¡Qué inquietud lo agita!
¿No estará usted además enamorado?
PINKERTON
¡No sé!... ¡no sé!
¡Depende de lo que se entienda
por enamoramiento!
Si es amor o un simple capricho
no sabría decírselo.
Cierto que ella
con sus artes ingenuas
me ha fascinado.
Leve como
un tenue globo de cristal,
por su estatura y porte
parece una figura
sacada de un biombo.
Pero de su brillante
fondo lacado,
con un movimiento súbito
destaca y revolotea
como una mariposilla,
y se posa
con tal gracia silenciosa
que siento un verdadero furor
por alcanzarla,
aunque ello me cueste
quebrarle las alas.
SHARPLESS
(Con seriedad y afable)
¡Anteayer vino a visitar el consulado!
Yo no la vi, pero la oí hablar.
El misterio de su voz me llegó al alma.
Cierto que, cuando es sincero,
el amor habla así.
Sería un gran pecado
arrancarle las leves alas
y destruir quizás un corazón crédulo.
PINKERTON
¡Mi querido Cónsul, tranquilícese!
Ya se sabe que a la edad de usted...
SHARPLESS
Sería un gran pecado...
PINKERTON
... se tiene el corazón triste.
Pero no hay ningún mal si...
SHARPLESS
Esa divina...
PINKERTON
... yo quisiera esas alas dirigir hacia...
SHARPLESS
....suave vocecita...
PINKERTON
...¡los dulces vuelos del amor!
SHARPLESS
...¡no debería dar notas de dolor!
PINKERTON
(Le ofrece de nuevo bebida)
¿Whisky?
SHARPLESS
Otracopa.
(Pinkerton sirve a Sharpless whisky
y se llena su propio vaso.)
A la salud de su lejana familia
PINKERTON
¡Y por el día de mi verdadera boda,
con una verdadera esposa...
americana!
AMIGAS DE BUTTERFLY
(fuera de escena)
¡Ah, ah, ah!
GORO
(reapareciendo sin aliento, después
de correr colina arriba)
¡Ahí están!
Han llegado a lo alto de la cuesta.
(Señala hacia el sendero)
Ya se oye el enjambre femenino,
como el viento entre el follaje.
(Pinkerton y Sharpless se acercan
al fondo del jardín mirando hacia
el sendero de la colina)
AMIGAS DE BUTTERFLY
(fuera de escena)
¡Ah, ah!
¡Cuánto cielo, cuánto mar!
(Siempre desde dentro)
¡Cuánto cielo, cuánto mar!
BUTTERFLY
(fuera de escena)
¡Un paso mas y ya estamos!
AMIGAS
¡Qué lenta eres!
BUTTERFLY
¡Espera!
AMIGAS
¡Aquí está la cima!
¡Mirad cuántas flores!
BUTTERFLY
(Serenamente)
Sopla sobre el mar y sobre la tierra
un alegre vientecillo primaveral.
LAS AMIGAS
¡Cuánto cielo, cuánto mar!
SHARPLESS
¡Oh, qué alegre griterío de juventud!
BUTTERFLY
Soy la muchacha más feliz del Japón,
e incluso del mundo.
¡Amigas, he venido atraída
por la llamada del amor...
AMIGAS
Alegría...
BUTTERFLY
...he venido a los umbrales del amor...
AMIGAS
...alegría, dulce amiga...
BUTTERFLY
...donde se recoge la felicidad
del que vive y del que muere!
AMIGAS
...pero antes de cruzar el umbral
que te atrae, vuélvete y mira,
mira las cosas que amas,
¡mira cuánto cielo, cuántas flores,
cuanto mar!...
(Comienzan a divisarse las geishas
que suben por el sendero)
BUTTERFLY
Amigas he venido atraída
por la llamada del amor, etc.
AMIGAS
¡Alegría, .alegría, dulce amiga
pero antes de cruzar el umbral
vuélvete y mira las cosas que amas!
(Butterfly y sus amigas entran en
el jardín. Todas llevan sombrillas
grandes y de colores brillantes)
BUTTERFLY
(A las amigas)
Ya hemos llegado.
(Butterfly ve a los hombres, reconoce
a Pinkerton y cerrando su sombrilla,
lo señala apartándose de sus amigas)
Aquí está F.B. Pinkerton. ¡Inclinaos!
(se arrodilla)
AMIGAS
(se arrodillan)
¡Inclinémonos!
(Todas se levantan y se acercan a
Pinkerton con gran ceremonia)
BUTTERFLY
(Hace una reverencia)
Gran ventura
AMIGAS
(haciendo una reverencia)
A sus órdenes
PINKERTON
(sonriendo)
¿Ha sido un poco fuerte la subida?
BUTTERFLY
Para una esposa educada
la impaciencia es más penosa.
PINKERTON
(con gentileza y un poco divertido)
Extraño cumplido
BUTTERFLY
(con ingenuidad)
Aún los sé mejores.
PINKERTON
(Recalcándolo)
¡Verdaderas joyas!
BUTTERFLY
(dispuesta a enseñarle todo su
repertorio de cumplidos)
Si os complace, ahora mismo...
PINKERTON
Gracias... no.
(Sharpless ha observado primero
con curiosidad el grupo de jovencitas,
después se acerca a Butterfly que lo
escucha con atención)
SHARPLESS
Señorita Butterfly... bonito nombre,
le sienta de maravilla.
¿Es usted de Nagasaki?
BUTTERFLY
Sí, señor. De una familia que fue
bastante próspera en otro tiempo.
(a sus amigas)
¿No es verdad?
AMIGAS
(aprobando con rapidez)
¡Sí, es verdad!
BUTTERFLY
(Con naturalidad)
Nadie confiesa jamas
haber nacido en la pobreza;
no hay vagabundo que
no asegure tener gran prosapia.
Yo sin embargo, conocí la riqueza.
Pero los torbellinos de la vida
Derriban a los robles mas robustos...
y para sostenerme
tuve que hacer de geisha.
(A las amigas)
¿Verdad?
AMIGAS
(Confirmando)
¡Es verdad!
BUTTERFLY
No lo oculto ni me avergüenzo.
(Viendo que Sharpless se sonríe)
¿Os reís? ¿Por qué?
Son cosas de la vida..
PINKERTON
(Ha escuchado con interés y
volviéndose hacia Sharpless)
Con ese aire de muñequita,
cuando habla me inflama.
SHARPLESS
(interesado en la charla con
Butterfly, continúa preguntándole)
¿Y tiene usted hermanas?
BUTTERFLY
No, señor. Tengo a mi madre.
GORO
(Con importancia)
Una noble dama.
BUTTERFLY
Pero, sin ofenderla,
también es muy pobre.
SHARPLESS
¿Y su padre?
BUTTERFLY
(Se detiene sorprendida, después
responde con sequedad)
Ha muerto.
(Las amigas de Butterfly inclinan
la cabeza; Goro está violento,
todas se abanican nerviosamente)
SHARPLESS
(Volviendo cerca de Batterfly)
¿Cuántos años tienes?
BUTTERFLY
(Con coquetería casi infantil)
Adivinadlo.
SHARPLESS
(bromeando)
Diez.
BUTTERFLY
Un poco más.
SHARPLESS
Veinte.
BUTTERFLY
Menos. Quince recién cumplidos;
(Con malicia)
¡Ya empiezo a ser vieja!
SHARPLESS
¡Quince años!
PINKERTON
¡Quince años!
SHARPLESS
La edad de los juegos...
PINKERTON
... y de los caramelos.
GORO
(que ha visto llegar a más gente
y los reconoce; los anuncia con
importancia)
¡El Comisario Imperial!
¡El oficial del registro, los parientes!
PINKERTON
(A Goro)
¡Daos prisa!
(Por el camino aparecen los parientes
de Butterfly; ella y sus amigas van a
recibirlos. Hay muchas reverencias.
Los parientes examinan con mucha
curiosidad a los dos americanos.
Pinkerton coge a Sharpless del brazo
y, empujándolo hacia un lado y
riendo, mira fijamente al grupo de
parientes. El Comisario Imperial
saluda a Pinkerton. Todos entran
en la casa donde son recibidos por
Goro)
PINKERTON
¡Qué ridículo es este desfile
de nuevos parientes,
adquiridos en préstamo, por meses!
PARIENTES, AMIGAS
¿Dónde está? ¿Dónde está?
BUTTERFLY
(Señalando a Pinkerton)
¡Ahí lo tenéis!
PRIMA, AMIGAS
Hermoso no es.... en verdad.
BUTTERFLY
(Ofendida)
Es tan hermoso...
que no se puede soñar nada mejor.
PINKERTON
(Observando al grupo de mujeres)
Seguro que detrás de
ese abanico violeta
se oculta mi suegra.
MADRE DE BUTTERFLY
¡Me parece un rey!
TÍA
Vale un Perú.
PRIMA
(a Butterfly)
Goro no hace mucho
me lo ofreció a mi, pero le dije que no.
BUTTERFLY
(Con desdén a su prima)
¡Sí, precisamente tú!
PINKERTON
(señalando a Yakusidé)
Y ese individuo vulgar
es el tío borracho y loco.
PARIENTES, AMIGOS, AMIGAS
(A la prima)
Mírala: porque ha sido la elegida
se da importancia.
OTROS
Está perdiendo su belleza.
PRIMA, AMIGOS
Se divorciará.... eso espero.
Está perdiendo su belleza.
GORO
(Sale de la casa e irritado por
la cháchara, va de uno a otro
recomendando hablar en voz baja)
Por favor callaos un poco. ¡Cht! ¡Cht!
TÍO YAKUSIDÉ
¿Hay vino?
MADRE, TÍA
(Mirando de reojo, procurando
no ser vistas)
Curioseemos.
AMIGAS
(con satisfacción, a Yakusidé)
Hemos visto bebidas
color de té, y carmín.
¡Ah, oh! ¡Ah, oh!
OTROS
(mirando compasivamente
a Butterfly)
Está perdiendo su belleza.
Él se divorciará
¡Ah, oh! ¡Ah, oh!
MADRE, TÍA
¡Parece un rey! Vale un Perú.
En verdad es tan hermoso,
que no se puede soñar nada mejor.
PRIMA
Goro no hace mucho me lo ofreció...
TÍA
Vale un Perú.
En verdad es tan hermoso, etc.
YAKUSIDÉ
¿Hay vino?, etc.
GORO
(Interviene de nuevo para
que cese el alboroto)
Por favor callaos un poco....
(Después hace gestos de silencio)
¡Cht, cht, cht!
SHARPLESS
(A Pinkerton aparte)
¡Oh, amigo afortunado!
PINKERTON
¡Si, es cierto, es una flor!
Su olor exótico...
SHARPLESS
¡Oh Pinkerton afortunado,
le ha tocado en suerte...
PINKERTON
...me ha alterado el cerebro.
SHARPLESS
...una flor recién abierta!
PRIMA, AMIGAS
¡Pero respondí que no lo quería!
MADRE, AMIGAS
¡Yo no habría respondido que no!
PRIMA AMIGAS
¡Y respondí que no!
MADRE, AMIGAS
¡No diría que no!
SHARPLESS
No he visto jamás una criatura...
BUTTERFLY
(a los suyos)
Atención: escuchadme.
PINKERTON
Si, es verdad, es una flor, etc.
SHARPLESS
... tan hermosa como Butterfly.
PRIMA, AMIGAS
Sin tener que buscar tanto,
yo los encuentro mejores.
MADRE, AMIGAS
No, querida, no lo creo.
Es verdaderamente un gran señor.
PINKERTON
¡Y a fe mía que la he conquistado!
SHARPLESS
Y si para usted son una burla
el contrato y su felicidad...
PRIMA, AMIGAS
Y les diré rotundamente que no,
y les diré que no, ¡que no!
MADRE, AMIGAS
Yo no le diría que no,
yo no le diría que no, ¡que no!
PARIENTES, AMIGOS
Y se divorciara, ya lo verás,
¡Se divorciará!
SHARPLESS
...¡tenga cuidado! Ella cree en ellos.
BUTTERFLY
(A su madre)
Madre, ven aquí.
(a los demás)
¡Escuchadme, atención!
(Hablando con voz infantil)
Uno, dos y tres, inclinaos todos.
(A una señal de Butterfly, todos se
inclinan ante Pinkerton y Sharpless.
Entonces los parientes levantan
y se dispersan por el jardín. Goro
conduce a algunos de ellos afuera.
Pinkerton toma a Butterfly por la
mano y la conduce hacia la casa)
PINKERTON
¡Ven, amor mío!
¿Te gusta la casita?
BUTTERFLY
SeñorF. B. Pinkerton...
(Ella le indica el gran número de
objetos que lleva en la manga.)
perdón... Yo quisiera...
unos pocos objetos femeninos...
PINKERTON
¿Dónde están?
BUTTERFLY
(indicandole la manga)
Están aquí... ¿os enfadáis?
PINKERTON
(Pinkerton sonríe sorprendido;
entonces, dice con galantería:)
Oh, pero ¿por que me iba a enfadar,
mi hermosa Butterfly?
BUTTERFLY
(sacando sus cosas de la manga y
dándoselas a Suzuki, que las
introduce en la casa)
Pañuelitos, la pipa...
un cinturón, un pequeño broche...
un espejito, un abanico...
PINKERTON
(ve un tarrito)
¿Y ese tarro?
BUTTERFLY
Un tarro de pintura.
PINKERTON
¡Caramba!
BUTTERFLY
¿Os desagrada?...
(Tirándolo sin esperar respuesta)
¡Fuera!
(saca una larga y estrecha caja.)
PINKERTON
¿Y eso?
BUTTERFLY
(muy seria)
Es algo sagrado para mi.
PINKERTON
(con curiosidad)
¿Y no se puede ver?
BUTTERFLY
Hay demasiada gente.
(Desaparece dentro de la casa
llevándose la caja con ella.)
Perdonadme.
GORO
(Que se ha acercado, le dice al
oído a Pinkerton)
Es un regalo del Mikado a su padre...
Invitándolo a...
(indica que el padre de Butterfly
tuvo que hacerse el hara-kiri.)
PINKERTON
(En voz baja)
Y... ¿su padre?
GORO
Obedeció.
(Se dirige hacia la casa.)
BUTTERFLY
(volviendo a la terraza, sentándose
con Pinkerton y sacando unas
figurillas de sus mangas)
Los ottoké.
PINKERTON
(toma una y la examina)
¿Esos muñecos?...
¿Qué has dicho que eran?
BUTTERFLY
Son las almas de mis antepasados.
PINKERTON
(dejando la figurita)
¡Ah!... Mis respetos.
BUTTERFLY
(confidencialmente a Pinkerton)
Ayer subí sola, a escondidas,
hasta la misión.
Con mi nueva vida
puedo adoptar una nueva religión.
(temerosa)
Mi tío el bonzo no lo sabe
ni mis parientes tampoco.
Yo sigo mi destino,
y llena de humildad me inclino
ante el Dios del señor Pinkerton.
Es mi destino. En la misma iglesia,
arrodillada al lado de usted,
le rezaré al mismo Dios.
Y para que esté contento,
tal vez consiga olvidar a mi gente.
(abraza a Pinkerton)
¡Amor mío!
(Butterfly se detiene, como asustada
de ser escuchada por sus parientes.
Goro mueve hacia atrás el panel de
la habitación en la cual todo está
preparado para la boda. Sharpless y
los oficiales están dentro. Butterfly y
los parientes se arrodillan ante ellos.
Pinkerton se sitúa a su lado)
GORO
¡Silencio todos!
COMISARIO
(leyendo)
Se concede al llamado
Benjamín Franklin Pinkerton,
lugarteniente de la cañonera Lincoln,
de la marina de los Estados Unidos
de América del Norte
y a la señorita Butterfly,
del barrio de Omara, Nagasaki,
unirse en matrimonio,
por su propia voluntad, el primero,
y ella por consentimiento
de los parientes, aquí llamados...
(da los papeles para que los firmen.)
...como testigos del acto.
GORO
(ceremoniosamente)
El novio.
(Pinkerton firma)
Después la novia.
(Butterfly firma.)
Y ya está todo concluido.
(Las amigas se acercan con grandes
saludos para felicitar a Butterfly)
AMIGAS
¡Señora Butterfly!
BUTTERFLY
(haciendo señas con la mano,
levanta un dedo y corrige)
Señora B. F. Pinkerton.
(algunas amigas abrazan a Butterfly,
mientras tanto el Oficial toma el
contrato y los otros papeles, después
hace señas al Comisario Imperial de
que todo ha acabado)
COMISARIO
(a Pinkerton)
Muchas felicidades.
PINKERTON
Muchas gracias.
(Devuelve el saludo)
COMISARIO
(A Sharpless)
Señor cónsul, ¿baja usted?
SHARPLESS
(A Pinkerton)
Me voy con él.
(Saluda a Pinkerton)
Nos veremos mañana.
(Estrecha la mano a Pinkerton)
PINKERTON
Perfecto.
OFICIAL DEL REGISTRO
(despidiéndose de Pinkerton)
Que tengan descendencia.
PINKERTON
Lo procuraré.
(El cónsul, el comisario imperial
y el oficial del registro empiezan
a alejarse)
SHARPLESS
(volviéndose hacia atrás
le dice a Pinkerton)
¡Prudencia!
(Pinkerton Le tranquiliza con un
gesto y se despide agitando la mano.
Sharpless desciende por el sendero.
Pinkerton le saluda de nuevo)
PINKERTON
(Vuele hacia delante y frotándose
las manos dice para sí)
Ya estamos en familia.
(Los criados traen bebidas y
reparten vasos entre los invitados.)
(a Butterfly)
Habrá que librarse de ellos
disimuladamente y cuanto antes.
(brindando con los invitados)
¡Hip, hip!
INVITADOS
(brindando)
¡Oh, Kami! ¡Oh Kami!
PINKERTON
¡Bebamos por los nuevos lazos!
INVITADOS, YAKUSIDE
¡O Kami! ¡O kami!
PINKERTON
¡Bebamos por los nuevos vínculos!
MADRE, PRIMA, AMIGAS
¡Oh, Kami! ¡Oh, Kami!
¡Bebamos por los nuevos vínculos!
(El brindis es interrumpido por gritos
que vienen del sendero de la colina.)
EL BONZO
(fuera de la escena, lejos)
¡Cio-Cio-San!
(los amigos y parientes de Butterfly
corren colina abajo en tropel,
aterrorizados; ella queda sola.)
BONZO
¡Cio-Cio-San! ¡Maldita seas!
BUTTERFLY, AMIGAS
¡El tío bonzo!
GORO
¡Al cuerno el aguafiestas!
¿Quién nos librará
de las personas molestas?...
BONZO
¡Cio-Cio-San!
(Acercándose)
¡Cio-Cio-San!
(el tío de Butterfly, un sacerdote
budista, aparece precedido por
otros dos sacerdotes.)
¡Cio-Cio-San!
(El se da cuenta de que Butterfly
está apartada del resto y la señala
amenazadoramente con el dedo)
¿Qué hiciste en la misión?
PRIMA, AMIGAS
¡Responde, Cio-Cio-San!
PINKERTON
(enfadado por la escena del bonzo)
¿De que habla ese loco?
BONZO
¡Responde! ¿qué hiciste?
AMIGAS, PARIENTES
(volviéndose hacia Butterfly)
¡Responde, Cio-Cio-San!
BONZO
¿Cómo puedes tener los ojos secos?
¿Son estos, pues, los frutos?
(Gritando)
¡Ha renegado de todos nosotros!
AMIGAS, PARIENTES
(escandalizados, con un grito agudo)
¡Hou! ¡Cio-Cio-San!
BONZO
¡Ha renegado, os digo...
del antiguo culto!
AMIGAS, PARIENTES
¡Hou! ¡Cio-Cio-San!
BONZO
¡Kami sarundasico!
A tu alma corrompida
¡qué suplicio le aguarda!
(El tío maldice a Butterfly, que oculta
su rostro con los manos. Su madre va
hacia ella protectoramente, pero el
sacerdote la empuja a un lado: se
detiene ante Butterfly, gritándole.)
AMIGAS, PARIENTES
¡Vamos! ¡Cio-Cio-San!
PINKERTON
(Ha perdido la paciencia y se
interpone entre el bonzo y Butterfly)
¡Eh, tú, ya basta, basta!
(El sacerdote se detiene, asombrado,
se vuelve y ordena a los invitados
que se vayan con él.)
BONZO
¡Venid todos! ¡Vámonos!
(A Butterfly)
¡Ha renegado y nosotros...
(Se retiran todos al fondo y extienden
el brazo hacia Butterfly)
BONZO, YAKUSIDÉ, AMIGAS, PARIENTES
... renegamos de ti!
PINKERTON
(Con autoridad, ordena a todos
que se vayan)
¡Marchaos al instante!
¡En mi casa no quiero
ni tumultos ni tratos con bonzos!
AMIGAS, PARIENTES
(gritando)
¡Vámonos!
(Ante las palabras de Pinkerton todos
huyen en tropel hacia el camino que
baja a la ciudad La madre de
Butterfly intenta volverse hacia su
hija pero es e empujada con los
demás. El sacerdote desaparece
colina abajo hacia el templo
seguido por sus acólitos)
(saliendo)
¡Hou! ¡Cio-Cio-San!
(Un poco más lejos)
¡Hou! ¡Cio-Cio-San!
(Butterfly permanece inmóvil y
silenciosa, con el rostro entre las
manos. Pinkerton sube hasta la cima
de la colina para asegurarse de que
todos se hayan marchado)
BONZO, YAKUSIDÉ, AMIGOS, PARIENTES
¡Kami sarundasico!
PARIENTES, AMIGAS
¡Hou! ¡Cio-Cio-San!
BONZO, YAKUSIDÉ, AMIGOS, PARIENTES
¡Renegamos de ti!
PARIENTES, AMIGAS
(sombríamente)
¡Hou! ¡Cio-Cio-San!
BONZO, YAKUSIDÉ, AMIGOS, PARIENTES
(sombríamente)
¡Renegamos de ti!
PARIENTES, AMIGOS
¡Hou! ¡Cio-Cio-San!
(Muy lejano)
¡Hou! ¡Cio-Cio-San!
(Los gritos se alejan. Es noche
cerrada. Butterfly estalla en
lágrimas y Pinkerton va hacia
ella para consolarla y le quita
con delicadeza las manos de la
cara llorosa)
PINKERTON
Niña, niña, no llores
por que esas ranas croen...
PARIENTES, AMIGOS
(lejísimos)
¡Hou! ¡Cio-Cio-San!
BUTTERFLY
(Tapándose los oídos, para
no oír los gritos)
¡Aún gritan!
PINKERTON
Toda tu tribu
y todos los bonzos del Japón
no valen el llanto
de esos ojos queridos y hermosos.
BUTTERFLY
(sonriendo de forma infantil)
¿De verdad?
(Comienza a hacerse de noche)
Ya no lloro.
Y casi ni me duele el repudio
gracias a vuestras palabras,
que suenan dulcemente en mi corazón.
(Le besa las manos a Pinkerton.)
PINKERTON
(deteniéndola)
¿Qué haces?... ¿La mano?
BUTTERFLY
Me han dicho que en vuestro país,
entre la gente bien educada,
es éste el signo de mayor respeto.
SUZUKI
(fuera de escena, refunfuñando)
Y Izaghi e Izanami s
arundasico, y Kami,
e Izaghi e Izanaini,
sarundasico, y Kami.
PINKERTON
(sorprendido por el murmullo)
¿Quién refunfuña allá arriba?
BUTTERFLY
Es Suzuki, que reza su plegaria.
(Ya casi es de noche y Pinkerton
conduce a Butterfly hacia la casa.)
PINKERTON
Llega la noche...
BUTTERFLY
... y la sombra, y la quietud.
PINKERTON
Y estás aquí, sola.
BUTTERFLY
¡Sola y repudiada!
¡Repudiada y feliz!
(Pinkerton da palmadas y
tres sirvientes junto con Suzuki
aparecen rápido)
PINKERTON
¡Vamos, cerrad!
(Los criados hacen deslizar
silenciosamente los paneles.)
BUTTERFLY
(A Pinkerton)
Sí, sí, estamos totalmente solos...
Y afuera el mundo...
PINKERTON
(riendo)
¡Y el bonzo furibundo!
BUTTERFLY
(a Suzuki que ha venido a servir
y está esperando las órdenes)
Suzuki, mi ropa.
(Suzuki va al armario y toma
algunas ropas de noche y un
cofrecillo que entrega a Butterfly.)
SUZUKI
(inclinándose ante Pinkerton)
Buenas noches.
(Pinkerton vuelve a dar unas
palmadas y los sirvientes se van.
Butterfly entra en la casa donde
Suzuki le ayuda en sus preparativos
para la noche. Se pone un camisón
blanco de novia. Después sentándose
en un cajón se peina. Suzuki sale.)
BUTTERFLY
¡Cuánto cuesta deshacer
este cinturón tan complicado!
La novia debe vestirse de puro candor
PINKERTON
(mirando amorosamente a Butterfly)
Con movimientos de ardilla
se suelta los nudos y los deshace...
BUTTERFLY
Con palabras suaves,
sonríe y me mira.
PINKERTON
¡Pensar que este juguetito
es mi esposa!... ¡Mi esposa!
BUTTERFLY
¡Si pudiera ocultarme!
¡Me da tanta vergüenza!
PINKERTON
(Sonriendo)
Pero actúa con tal gracia
que consume la fiebre...
BUTTERFLY
Aún me maldice esa voz airada...
PINKERTON
... de súbito deseo.
BUTTERFLY
Butterfly renegada,
Renegada... y feliz.
(Pinkerton levantándose se
acerca a Butterfly)
PINKERTON
(le tiende sus manos a Butterfly
y ella sale a la terraza.)
Niña de ojos llenos de encanto
ahora eres toda mía.
Te has vestido de lirio.
Me gusta tu trenza morena
entre velos blancos.
BUTTERFLY
(descendiendo a la terraza)
Parezco la diosa de la luna,
la pequeña diosa de la luna,
que desciende por las noches
desde el puente del cielo
PINKERTON
Y que fascina a los corazones...
BUTTERFLY
...y los toma, y los envuelve
en un manto blanco.
Y se los lleva consigo
a los reinos más altos.
PINKERTON
Pero aún no me has dicho
aún no me has dicho que me amas.
¿Sabe, esa diosa, las palabras
que calman los ardientes deseos?
BUTTERFLY
Las sabe.
Quizá no quiera decirlas
por que teme que la maten.
PINKERTON
Temor tonto: el amor no mata
sino que da vida, y sonríe
por las alegrías celestiales,
como hace ahora a través de
(Pinkerton se ha acercado más a
Butterfly y acaricia su rostro,)
tus grandes ojos ovalados.
(Butterfly con un repentino
movimiento se aleja de él.)
BUTTERFLY
(con intenso sentimiento)
Ahora usted
(Entusiasmándose)
es para mí
el centro del universo.
Desde el primer momento que os vi
me gustasteis.
(por un momento Butterfly todavía
parece oír los gritos de sus parientes.
Entonces tranquilizándose se acerca
más a Pinkerton.)
Sois alto, fuerte.
¡Reís de un modo tan franco!
Y decís cosas que jamás había oído.
Ahora soy feliz, muy feliz
(Se ha hecho de noche y el cielo está
lleno de estrellas. Butterfly avanza
hacia Pinkerton que está sentado
en un banco del jardín. Se arrodilla
a sus pies y le mira tiernamente)
Amadme, por favor,
aunque sea un poquito,
como se ama a un niño,
como a mí me corresponde.
Amadme, por favor.
Nosotros somos gente acostumbradas
a las cosas pequeñas,
humildes y silenciosas,
a una ternura sutil
pero tan profunda como el cielo,
como las olas del mar.
PINKERTON
Deja que bese tus queridas manos
¡mi Butterfly!...
Qué bien te han bautizado,
suave mariposa.
BUTTERFLY
(con estas palabras Butterfly se
entristece y retira las manos)
¡Dicen que al otro lado del mar
si cae en manos de un hombre
(Con expresión miedosa)
la mariposa es atravesada
con un alfiler
(Con pena)
¡y la clavan a una tabla!
PINKERTON
(Tomando con dulzura las manos
de Butterfly y sonriendo)
Hay algo de verdad en ello.
¿Y sabes por qué?
Para que no pueda escapar.
(abrazando apasionadamente
a Butterfly)
Yo te he atrapado.
Te abrazo apasionado.
Eres mía.
BUTTERFLY
(abandonándose)
Sí, para toda la vida.
PINKERTON
¡Ven, ven!
(Butterfly se echa hacia atrás,
asombrándose por su audacia)
Expulsa de tu alma en pena
el miedo y la angustia.
(señala el cielo estrellado)
¡Es una noche serena!
¡Mira: todo duerme!
BUTTERFLY
(mirando el cielo, quieta)
¡Ah, que noche tan dulce!
PINKERTON
¡Ven, ven!
BUTTERFLY
¡Cuántas estrellas!
¡Jamás las vi tan hermosas!
PINKERTON
¡Es una noche serena!
¡Ven, ven!
¡Es una noche serena!
¡Mira: todo duerme!
BUTTERFLY
¡Dulce noche! ¡Cuántas estrellas!
PINKERTON
¡Ven, ven!
BUTTERFLY
¡Jamás las vi tan hermosas!
PINKERTON
¡Ven, ven!..
BUTTERFLY
Tiembla, brilla cada punto de luz...
PINKERTON
¡Ven, se mía!
BUTTERFLY
...con el fulgor de una pupila.
¡Oh! Cuántos ojos fijos, atentos ...
(Aparecen luciérnagas alrededor de
los amantes entre flores y arbustos.)
PINKERTON
(amorosamente)
¡Aleja la angustia de tu corazón!
BUTTERFLY
¡Cuántos ojos fijos, atentos ...
PINKERTON
Te abrazo palpitante.
¡Eres mía! ¡Ah!
BUTTERFLY
...atentos,
desde todos lados, mirándome!
PINKERTON
¡Ah, ven, ven! Eres mía ¡Ah!
BUTTERFLY
¡Allá en el firmamento, en las playas,
en el mar!
PINKERTON
Ven, mira:
¡Todo duerme!.
BUTTERFLY
¡Ah! ¡Cuántos ojos fijos, atentos,
desde todos lados mirándome!
¡En el firmamento, allá lejos,
en las playas, en el mar!
¡Cuántas miradas! El cielo sonríe
¡ah, dulce noche!
Todo está lleno de amor.
¡El cielo sonríe!
PINKERTON
¡Ah! ¡Ven! ¡Eres mía!
(Salen del jardín hacia la casita)
(Cae el telón)
ACTO SEGUNDO
(Una habitación en casa de Butterfly)
(Se alza el telón)
(la habitación está en semipenumbra.
Suzuki está rezando agazapada
frente a una estatua de Buda; de
vez en cuando toca la campanilla
de la oración. Butterfly está tumbada
en el suelo, con la cabeza entre las
manos)
SUZUKI
(rezando)
Izaghi e Izanami,
sarundasico y Kami...
(Interrumpiéndose)
¡Oh, mi cabeza!
(toca la campanilla para llamar
la atención de los dioses)
Y tu, Ten-Sjoo-Daj,
(Con voz llorosa, mira a Butterfly)
haced que Butterfly no llore más,
nunca mas, ¡nunca más!
BUTTERFLY
(sin moverse)
Son perezosos y obesos
los dioses japoneses.
Estoy segura de que
el Dios americano responde
más prestamente a quien lo implora.
Pero me temo que ignora
que vivimos en esta casa.
(Permanece pensativa)
(Suzuki se levanta y abre el panel
del fondo hacia el jardín.)
Suzuki, ¿está lejos la miseria?
(Suzuki se dirige a un pequeño armario y
busca monedas)
SUZUKI
(Enseña a Butterfly unas pocas
monedas.)
Éste es el ultimo dinero que queda.
BUTTERFLY
¿Sólo éste? ¡Oh, demasiados gastos!
(Suzuki deja otra vez el dinero en el
armario y cierra el cajón)
SUZUKI
(suspirando.)
Si él no regresa y pronto,
estaremos en apuros.
BUTTERFLY
(levantándose)
Pero volverá.
SUZUKI
(sacudiendo la cabeza)
¡Volverá!
BUTTERFLY
(irritada, acercándose a Suzuki)
¿Por qué se preocupa de que el cónsul
se haga cargo del alquiler?
¡vamos, responde!
(Suzuki calla)
(siempre insistiendo)
¿Por qué tuvo tanto cuidado
en proveer la casa de cerraduras
si no pensaba volver jamás?
SUZUKI
No lo sé.
BUTTERFLY
(un poco irritada y maravillada
de tanta ignorancia)
¿No lo sabes?
(Volviendo a calmarse y con
confiado orgullo)
Pues yo te lo diré:
para mantener fuera a los mosquitos,
a los parientes y a las penas,
y para guardar celosamente
a su esposa.
A su esposa que soy yo ¡Butterfly!
SUZUKI
(poco convencida)
Pero nunca se ha oído decir
que un marido extranjero
haya vuelto a su nido.
BUTTERFLY
(Indignada, coge a Suzuki)
¡Ah, cállate o te mato!
(Insistiendo para persuadir a Suzuki)
Aquella última mañana le pregunté:
"¿Regresaréis, señor?"
Y él, con el corazón dolorido,
para ocultarme su pena
respondió sonriendo:
"Oh, Butterfly, pequeña mujercita,
volveré con las rosas
en la estación serena
en la que los pelirrojos
hacen sus nidos."
(Calmada y convencida se tumba)
Volverá.
SUZUKI
(con incredulidad)
Esperémoslo.
BUTTERFLY
(insistiendo)
Repítelo conmigo: ¡volverá!
SUZUKI
(para complacerla lo repite)
Volverá...
(Suzuki comienza a sollozar.)
BUTTERFLY
(sorprendida)
¿Lloras? ¿Por qué? ¿Por qué?
¡Ah, te falta fe...!
(Confiada y sonriente)
¡Escucha!
(Representa la escena del retorno
de su marido como si estuviera
teniendo lugar.)
Un hermoso día veremos alzarse
un hilo de humo en el horizonte.
Y entonces aparecerá la nave.
Luego, esa nave blanca entrara
en el puerto, atronando con su saludo.
¿Lo ves? ¡Ya ha llegado!
Yo no bajo a encontrarme con él.
Me pongo allí, en lo alto de la colina,
y espero, espero largo tiempo
y no me pesa la larga espera.
Y saliendo de entre la multitud
un hombre, un punto pequeño
se destaca por la colina.
¿Quién será? Y cuando llegue,
¿qué dirá?, ¿qué dirá?
Llamará a Butterfly desde lejos.
Y yo, sin dar respuesta,
estaré allí escondida,
un poco para inquietarlo,
y un poco para no morir
al primer encuentro, y él,
con alguna inquietud, llamará, llamara:
"Pequeña mujercita, olor de verbena",
los nombres que me daba
cuando volvía a casa.
(a Suzuki)
Todo esto ocurrirá, te lo aseguro.
Guárdate tu miedo,
yo con firmeza le espero.
(Butterfly despide a Suzuki y la mira
tristemente mientras se aleja y sale
por la puerta de la izquierda. Goro
y Sharpless aparecen en el jardín.
Goro, mira hacia el interior de la
habitación y ve a Butterfly. Y le dice
a Sharpless que lo siga)
GORO
Está aquí. Pase.
(Goro desaparece en el jardín.)
SHARPLESS
(Sharpless mira hacia el interior y
golpea discretamente en la pared.)
Le ruego me perdone...
(Sharpless divisa a Butterfly, la cual
viendo entrar a alguien se ha movido)
Madama Butterfly...
BUTTERFLY
(sin volverse, pero corrigiendo)
¡Madama Pinkerton! por favor.
(Volviéndose Butterfly ve a
Sharpless y palmea con felicidad.)
¡Oh!
(Suzuki entra y prepara una mesa
con tabaco, pipas y cerillas.)
(Con alegría)
¡Oh. mi señor cónsul, señor cónsul!
SHARPLESS
(sorprendido)
¿Me reconocéis?
BUTTERFLY
(Haciendo los honores de la casa)
¡Bienvenido a una casa americana!
SHARPLESS
Gracias.
(Ella invita al cónsul a sentarse
junto a la mesa. Él se recuesta en
un almohadón. Butterfly se sienta
frente a él y le sonríe ocultándose
con su abanico, turbándole A
continuación le pregunta con
infinita gracia:)
BUTTERFLY
Sus abuelos y antepasados,
¿están bien?
SHARPLESS
(sonríe agradecido)
Eso espero.
BUTTERFLY
(indica a Suzuki que prepare
una pipa)
¿Fuma usted?
SHARPLESS
Gracias.
(Presuroso en mostrar el motivo de
su visita saca una carta del bolsillo.)
Tengo...
BUTTERFLY
(interrumpiéndole, sin darse
cuenta de la carta)
Señor, veo el cielo azul.
(Butterfly coge la pipa preparada
por Suzuki , da una bocanada y se
la ofrece al cónsul.)
SHARPLESS
(rechazándolo)
Gracias, no.
(Intenta retomar el discurso)
Tengo...
BUTTERFLY
(poniéndola sobre la mesa e
insistiendo en el tema con interés)
¿Prefiere quizá
unos cigarrillos americanos?
(Ella le ofrece unos cigarrillos)
SHARPLESS
(Él acepta uno)
Gracias.
(Intenta continuar el discurso)
Debo mostrarle...
(Se levanta)
BUTTERFLY
(ofreciéndole fuego)
Con permiso.
SHARPLESS
(enciende el cigarrillo y lo deja
rápidamente mostrando la carta
a Butterfly.)
Me ha escrito
Benjamín Franklin Pinkerton...
BUTTERFLY
(con gran excitación)
¿De verdad? ¿Está bien de salud?
SHARPLESS
Perfectamente.
BUTTERFLY
(levantándose)
Soy la mujer más feliz del Japón.
(Suzuki está preparando el té)
¿Puedo hacerle una pregunta?
SHARPLESS
Por supuesto...
BUTTERFLY
(vuelve a sentarse)
En América
¿cuándo hacen el nido los petirrojos?
SHARPLESS
(asombrado)
¿Cómo dice?
BUTTERFLY
Sí, ¿antes o después que aquí?
SHARPLESS
¿Por qué lo pregunta?
(Goro que merodeaba por el jardín
se acerca a la terraza y sin ser visto
escucha a Butterfly.)
BUTTERFLY
Mi marido me prometió volver
en la estación en que el petirrojo
hace su nido. Aquí ya lo ha hecho
tres veces, pero podría ser que allí
tenga por costumbre
anidar con menos frecuencia.
(Se oye reír o Goro.)
(Volviéndose)
¿Quién se ríe?
(Viendo a Goro)
¡Oh, es el casamentero!
(en voz baja a Sharpless)
Un hombre malo.
GORO
(acercándose obsequiosamente)
Me alegro...
BUTTERFLY
¡Silencio!
(Goro se inclina otra vez y
vuelve al jardín.)
(a Sharpless)
El osó...No...
(Cambiando de idea)
Responda primero a mi pregunta.
SHARPLESS
(Turbado)
Lo siento mucho, pero lo ignoro...
No he estudiado ornitología.
BUTTERFLY
Orni...
SHARPLESS
...tología.
BUTTERFLY
En resumen, que no lo sabe usted.
SHARPLESS
(intenta volver al objeto de su visita)
No. Decíamos...
BUTTERFLY
(Butterfly le interrumpe)
Ah, sí. Goro, apenas F.B. Pinkerton
hubo zarpado, me asedio,
con charlas y con regalos,
para darme ora un marido, ora otro.
Y ahora me promete tesoros
para que acepte a un idiota...
GORO
(Goro vuelve a entrar y, volviéndose
hacia Sharpless, intenta justificarse.)
El rico Yamadori.
Ella es pobre como una rata.
Sus parientes han renegado de ella.
(Afuera se oye acercarse al príncipe
Yamadori, riendo en su palanquín
rodeado de sirvientes. Butterfly lo
ve y se lo muestra a Sharpless.)
BUTTERFLY
(A Sharpless)
Ahíestá. ¡Atención!.
(Goro, apoyado sobre una rodilla,
recibe a Yamadori, que desciende
de su palanquín y saluda al cónsul
y a Butterfly. Se sienta en la terraza
respetuosamente y se gira hacia
Butterfly.)
BUTTERFLY
(A Yamadori)
Yamadori,
¿aún no os han desengañado
las penas del amor?
¿Os cortaréis todavía las venas
si os niego un beso?
YAMADORI
Entre las cosas más molestas
figuran los suspiros inútiles.
BUTTERFLY
(con graciosa malicia)
Habéis abandonado a tantas mujeres,
que debéis estar acostumbrado a ello.
YAMADORI
Me casé con todas ellas
y el divorcio me ha liberado.
BUTTERFLY
Muy halagador.
YAMADORI
Pero a vos os juraría
fidelidad eterna.
SHARPLESS
(suspirando al mismo tiempo
que pone la carta en su bolsillo)
Me temo que no lograré
transmitir el mensaje.
GORO
(señalando a Yamadori)
Villas, criados, oro y en Omara,
un palacio principesco.
BUTTERFLY
(con seriedad)
Yo ya estoy sujeta a un vínculo...
GORO, YAMADORI
(a Sharpless)
Todavía se cree casada.
BUTTERFLY
(levantándose de repente)
No es que lo crea:
lo estoy, ¡lo estoy!
GORO
Pero la ley...
BUTTERFLY
¡Yo la ignoro!
GORO
....por lo que a la esposa respecta,
equiparó el abandono al divorcio...
BUTTERFLY
La ley japonesa puede...
pero no la de mi país.
GORO
¿Qué país?
BUTTERFLY
Los Estados Unidos.
SHARPLESS
(Para sí)
¡Oh, infeliz!
BUTTERFLY
Ya se sabe que aquí,
abrir la puerta y echar a la mujer,
es el modo más rápido de divorciarse.
Pero en América eso
no puede hacerse.
(A Sharpless)
¿No es verdad?
SHARPLESS
(embarazosamente)
Es verdad. Pero....
BUTTERFLY
(interrumpiendole y girándose
triunfante hacia Goro y Yamadori)
Allí un buen juez serio recto,
le dice al marido:
"¿Usted quiere marcharse?
Oigamos el porqué"
"Estoy cansado de la vida conyugal."
Y el magistrado responde:
(Cómicamente)
"¡Ah, sinvergüenza,
rápido, a la cárcel!"
(Para cambiar de tema dice a Suzuki)
¡Suzuki, el té!
(Butterfly se acerca a Suzuki que
está preparando el té, y lo trae.)
YAMADORI
(aparte a Sharpless)
¿Ha oído?
SHARPLESS
(en voz baja)
Me entristece una ceguera semejante.
GORO
(aparte a Sharpless y a Yamadori)
El barco de Pinkerton
no tardará en llegar.
YAMADORI
(desesperado)
Cuando ella lo vuelva a ver...
SHARPLESS
(aparte a Yamadori y a Goro)
Él no quiere verla.
Precisamente yo he venido
para desengañarla...
(Se detiene un momento al ver
a Butterfly, seguida de Suzuki,
que se acerca con el té.)
BUTTERFLY
(sirviendo el té a Sharpless)
Si Vuestra Gracia me lo permite.
(Ella abre su abanico y, sonriendo
tras él, señala a los otros dos.)
¡Qué personas tan pesadas!
(Yamadori se levanta para irse)
YAMADORI
(suspirando)
Adiós. Os dejo
con el corazón lleno de dolor:
pero sigo esperando...
BUTTERFLY
Es usted muy dueño.
YAMADORI
(Volviéndose hacia Butterfly
al mismo tiempo que se va)
Ah, si quisierais....
BUTTERFLY
Lo malo es que no quiero...
(Yamadori, despidiéndose de
Sharpless, se va seguido por sus
sirvientes y Goro. Butterfly continúa
sonriendo detrás de su abanico.
Sharpless se sienta en un taburete,
con un aire serio y pide a Butterfly
respetuosamente, que se siente a su
lado. Una vez más saca la carta de
su bolsillo, conmovido.)
SHARPLESS
Bueno, veamos. ¡Siéntese aquí!
(Mostrando la carta)
¿Quiere leer conmigo esta carta?
BUTTERFLY
(quitándole la carta)
¡Démela!
(besándola)
Sobre la boca,
(estrechándola contra su corazón)
sobre el corazón...
(A Sharpless con gentileza)
Sois el mejor hombre del mundo.
(Le devuelve la carta, acomodándose
para escuchar con toda su atención)
Empiece.
SHARPLESS
(leyendo)
"Amigo, buscará usted
a esa hermosa flor de muchacha..."
BUTTERFLY
(incapaz de contenerse)
¿Dice realmente eso?
SHARPLESS
(con seriedad)
Sí, eso dice. Pero si a cada momento...
BUTTERFLY
(tranquilizándose,
vuele a escuchar)
Callo, callo. No diré nada más.
SHARPLESS
"Desde esa época feliz
han pasado ya tres años..."
BUTTERFLY
(interrumpe la lectura)
¡Él también los ha contado!
SHARPLESS
(reanudando)
"...y tal vez Butterfly
ya no me recuerde."
BUTTERFLY
(sorprendida, volviéndose a Suzuki)
¿Que no le recuerdo?
¡Suzuki, díselo tú!
(Repite escandalizada las
palabras de la carta)
"Ya no me recuerde"
(Suzuki sale por la puerta izquierda
llevándose el té)
SHARPLESS
(aparte)
¡Paciencia!
(continúa leyendo)
"Si todavía me quiere,
si me espera...."
BUTTERFLY
(cogiendo la carta de la mano de
Sharpless exclama con ternura)
¡Oh, que dulces palabras!
(besando la carta)
¡Bendita seas!
SHARPLESS
(retoma la lectura de la carta sin
inmutarse, pero con voz temblorosa
por la emoción)
"Me pongo en sus manos, para que,
con mucho cuidado y delicadeza,
la prepare....
BUTTERFLY
(excitada, pero contenta)
Regresa...
SHARPLESS
... para el golpe."
BUTTERFLY
(dando palmados
de felicidad)
¿Cuándo? ¡Pronto! ¡Pronto!
SHARPLESS
(suspirando)
Está bien
(aparte guardando la carta
en el bolsillo)
(Para sí)
será mejor acabar ya...
(Molesto)
¡Ese diablo de Pinkerton!
(levantándose y mirando
seriamente a Butterfly)
Y bien,
¿qué haría usted, Madama Butterfly,
si él decidiese no regresar nunca más?
(Butterfly se levanta como si hubiese
sido golpeada: entonces con la
cabeza inclinada pregunta, con
infantil sumisión, tartamudeando.)
BUTTERFLY
Podría hacer dos cosas:
volver a divertir a la gente
con mis canciones...
o bien, mejor, morir.
(Sharpless profundamente
conmovido se acerca, muy
nervioso, a Butterfly y con
dulzura toma sus manos.)
SHARPLESS
No sabe usted lo que me cuesta
destruir todas sus ilusiones.
Acepte usted la oferta
de ese rico Yamadori.
BUTTERFLY
(Apartando sus manos y
con la voz rota)
¡Usted! ¡Usted, señor, me dice esto!
¿Usted?
SHARPLESS
(incómodo)
Dios Santo. ¿Y qué hago ahora?
BUTTERFLY
(da unas palmadas y Suzuki acude)
¡Ven aquí Suzuki, deprisa, deprisa!
Su Gracia se marcha.
(Suzuki entra apresuradamente.)
SHARPLESS
(preparándose para irse)
¿Me echa usted?
BUTTERFLY
(arrepentida por lo que ha dicho
se acerca a Sharpless)
Se lo ruego, no insista.
(Ordena a Suzuki que se vaya)
SHARPLESS
(excusándose)
He sido brutal, no lo niego.
BUTTERFLY
(llevándose la mano dolorosamente
al corazón)
¡Oh, me ha hecho daño,
mucho daño, mucho, mucho!
(Butterfly se tambalea; Sharpless la
sostiene pero ella se recupera)
No es nada, nada.
He creído morir,
pero pasará enseguida,
como pasan las nubes sobre el mar.
(Tomando una resolución)
Ah, ¿Así que me ha olvidado?
(Ella corre hacia la habitación de
la izquierda. Cuando vuelve trae
triunfalmente a un niño sobre su
hombro y se lo muestra a Sharpless)
(Con entusiasmo)
¿Y esto, y esto?
¿Podrá olvidar esto también?
(Pone al niño en el suelo
manteniéndolo junto a ella.)
SHARPLESS
(con emoción)
¿Es suyo?
BUTTERFLY
(señalando con dulzura
y un poco agitada)
¿Quién ha visto jamás en el Japón
un niño que tenga los ojos azules?
¿Y esos labios?
¿Y esos rizos de oro puro?
SHARPLESS
(cada vez más conmovido)
Es evidente. Y Pinkerton, ¿lo sabe?
BUTTERFLY
No. no.
(Con pasión)
Nació cuando él estaba
en aquel gran país suyo.
¡Pero usted
(Acariciando al niño)
le escribirá para decirle
que aquí le espera un hijo sin par!
¡Y ya me dirá usted
si no se dará prisa en venir
por tierra y por mar!
(Sienta al niño en un almohadón
y se arrodilla a su lado.)
(Besa con ternura al niño)
¿Sabes qué se atrevió a pensar
(al niño señalando a Sharpless)
ese señor?
(Cogiendo al niño en brazos)
Que tu madre tendrá que
cogerte en brazos
y correr a la ciudad
bajo la lluvia y el viento
para ganar tu pan y tu ropa.
Y a la gente sin piedad
le extenderá la mano, gritando:
escuchen, escuchen mi triste canción.
Hacedle caridad a una madre infeliz
¡tened piedad de ella!
(se levanta; el niño permanece en su
almohadón jugando con un muñeco.)
¡Y Butterfly, terrible destino,
bailará para ti!
Y como ya lo hizo antaño...
(Levanta de nuevo al niño y con las
manos levantadas lo hace implorar)
¡la geisha cantará!
Y la canción festiva y alegre
acabará en un sollozo.
(Arrodillándose ante Sharpless.)
¡Ah, no, eso jamás!
¡Ese oficio conduce al deshonor!
¡Antes muerta, muerta!
¡Nunca más danzar!
Antes pondré fin a mi vida.
¡Ah, muerta!
(Cae al suelo al lado del niño
besándolo apasionadamente
con gesto compulsivo.)
SHARPLESS
(para sí)
(Incapaz de contener sus lágrimas)
¡Cuánta piedad me inspira!
(Venciendo su emoción, a Butterfly)
Debo marcharme. ¿Me perdona usted?
(Butterfly gentilmente tiende la
mano a Sharpless que la aprieta
efusivamente)
BUTTERFLY
(Volviéndose al niño, toma su mano
y se la da a Sharpless.)
Vamos, dale la mano.
SHARPLESS
¡Que hermosos cabellos rubios!
(besando al niño)
Querido, ¿como te llamas?
BUTTERFLY
(al niño, con gracia infantil)
Responde: hoy mi nombre es "Dolor".
Pero decidle a papá,
cuando le escribáis,
que el día de su regreso,
(Levantándose)
mi nombre será "Alegría", "Alegría".
SHARPLESS
Tu padre lo sabrá, te lo prometo.
(Hace un saludo a Butterfly y
se va apresuradamente)
SUZUKI
(gritando fuera de escena)
¡Víbora! ¡Sapo maldito!
(Suzuki entra sujetando a Goro
que intenta escapar.)
(Grito agudo de Goro)
BUTTERFLY
(a Suzuki)
¿Que sucede?
SUZUKI
¡Nos ronda alrededor este vampiro!
Y esparce a los cuatro vientos que
nadie sabe quien es el padre del niño!
(Suelta a Goro)
GORO
(protestando con temor)
Yo solo... he dicho....
que allí en América,
(Acercándose al niño y señalándolo)
cuando un niño nace maldito...
(Butterfly, instintivamente, se
pone delante del niño)
¡Es rechazado por todos!
(Con un grito, Butterfly corre hacia
el relicario y coge la daga que
cuelga de él.)
BUTTERFLY
(con voz desgarrada)
¡Ah, mientes, mientes, mientes!
¡Ah, mientes!
(Butterfly sujeta a Goro; él cae;
ella le amenaza con la daga y él
grita con fuerza, desesperado.)
¡Repítelo y te mato!
SUZUKI
¡No!
(Suzuki interviene pero asustada
coge al niño y lo lleva a la otra
habitación.)
BUTTERFLY
(empuja a Goro con el pie)
¡Vete de aquí!
(Goro se va. Butterfly permanece
inmóvil un momento; luego volviendo
en sí, devuelve la daga a su sitio.)
(Volviendo conmovida el
pensamiento al niño)
Ya verás, pequeño amor mío,
mi pena y mi consuelo,
mi pequeño amor,
ya verás como tu vengador
(Exaltándose)
nos llevará lejos, muy lejos,
nos llevara, a su tierra lejana.
(Se oye un cañonazo.)
SUZUKI
¡El cañón del puerto!
(Butterfly y Suzuki corren
hacia la terraza)
¡Un barco de guerra!...
BUTTERFLY
Es blanco.... blanco...
con la bandera americana ....
Está maniobrando para echar el ancla.
(Coge un catalejo de la mesa y corre
a la terraza para mirar. Está
temblando de excitación, dirige el
catalejo hacia el puerto y le dice a
Suzuki )
Sosténme la mano, para que
pueda distinguir el nombre...
¡Ahí esta: Abraham Lincoln!
(Le da el catalejo a Suzuki y entra
en la habitación llena de alegría.)
¡Todos han mentido! ¡Todos!
Sólo yo lo sabia, sólo yo, que le amo.
(a Suzuki)
¿Ves qué estúpidas eran tus dudas?
¡Ha llegado! Justo en el momento
en que todos decían:
llora y desespérate...
¡Triunfa mi amor! ¡Mi amor!
Mi fidelidad ha triunfado:
¡él vuelve y me ama!
(Jubilosa corre a la terraza. Dice a
Suzuki que la ha seguido)
Sacude esa rama del cerezo
e inúndame de flores,
quiero sumergir en esa lluvia olorosa
mi frente ardiente.
(Sollozando de ternura)
SUZUKI
(tratando de calmarla)
Señora, tranquilizaos. Ese llanto...
BUTTERFLY
(entrando en la casa con Suzuki)
¡No, no! ¡Me río, me río!
¿Cuánto tendremos que esperarle?
¿Qué crees? ¿Una hora?
SUZUKI
Más tiempo.
BUTTERFLY
Quizá dos horas.
(Dando vueltas por la habitación)
Todo, que todo esté lleno de flores,
como lo está de estrellas la noche.
(indica a Suzuki que salga al jardín)
¡Ve a buscar flores!
SUZUKI
(desde la terraza)
¿Todas las flores que hay?
BUTTERFLY
(A Suzuki con alegría)
¡Todas las flores, todas, todas!
De melocotonero, violetas, jazmines,
todo lo que haya florecido
en el césped o en los árboles.
SUZUKI
(desde el jardín al pie de la terraza)
¡El jardín quedará tan pelado
como en invierno!
(coge las flores del jardín)
BUTTERFLY
Quiero que aquí se huela el perfume
de toda la primavera.
SUZUKI
(desde el jardín)
¡El jardín quedará tan pelado
como en invierno!
(aparece al pie de la terraza con un
ramo de flores que da a Butterfly)
Tomad, señora.
BUTTERFLY
(tomando las flores)
¡Coge más!
(Butterfly pone las flores en jarrones
mientras Suzuki vuelve al jardín.)
SUZUKI
(desde el jardín)
Frecuentemente veníais a este seto
para mirar a lo lejos,
llorando ante la desierta inmensidad.
BUTTERFLY
Ya llego el que yo esperaba;
ya nada más le pido al mar;
le di mi llanto a la tierra,
y ella me da sus flores.
SUZUKI
(Aparece de nuevo en la terraza
con las manos llenas de flores)
Ya está desnudo el huerto.
BUTTERFLY
¿Ya está desnudo?
¡Ven, ayúdame!
SUZUKI
Pongamos rosas en el umbral.
(ponen flores por todas partes)
AMBAS
Quiero que toda la primavera
se pueda oler aquí.
Sembremos de abril todo el contorno.
SUZUKI
Toda la primavera, toda, toda.
¿Lirios?, ¿violetas?
BUTTERFLY
(tirando flores)
Quiero que toda la primavera
se pueda oler aquí....
Espárcelas, espárcelas a tu derredor.
SUZUKI
Sembremos de abril todo el contorno.
BUTTERFLY
Sembremos de abril todo el contorno.
Que se engalane su asiento...
SUZUKI
Esparce lirios y rosas.
BUTTERFLY
....con guirnaldas de enredadera.
BUTTERFLY, SUZUKI
(arrojan flores, mientras se mueven
siguiendo el ritmo con un suave
ondear de danza)
¡Echemos a manos llenas
violetas y nardos,
corolas de verbena
y pétalos de toda clase de flores!
¡Corolas de verbena
y pétalos de toda clase de flores!
(Butterfly se sienta en su tocador,
y Suzuki le acerca dos lámparas.)
BUTTERFLY
(a Suzuki)
Ahora ven a arreglarme.
¡No, primero tráeme al niño!
(Suzuki va a la habitación a la
izquierda y trae al niño, sentándolo
cerca de Butterfly, mientras se mira
tristemente en el espejo y dice)
¡Ya no soy la misma!
Demasiados suspiros
ha exhalado esa boca...
y mis ojos han estado mirando
demasiado fijamente a lo lejos.
(A Suzuki)
Ponme en la cara un toque de carmín,
(Coge un pincel y pone un poco de
carmín en las mejillas de su niño)
y también a ti, pequeño,
para que el estar en vela
no te deje las mejillas pálidas
SUZUKI
(Invitándola a tranquilizarse)
No os mováis,
que voy a arreglaros el pelo.
BUTTERFLY
(sonriendo)
¿Y qué dirán ahora?
¿Y el tío bonzo?
(Con un poco de malicia)
¡Tan contentos como estaban
de mi desgracia!
(Sonriendo)
¿Y ese Yamadori con sus languideces?
¡Burlados, abochornados,
sinvergüenzas, esos ingratos!
SUZUKI
(terminando de arreglarla)
Ya he terminado.
BUTTERFLY
(A Suzuki)
El cinturón nupcial.
Tráelo para que me lo ponga.
(Mientras Butterfly se pone el
vestido, Suzuki le pone otro al niño)
BUTTERFLY
Quiero que me vea
con el velo del primer día.
(A Suzuki que ha acabado
de vestir al niño)
Y una amapola roja en el pelo Así.
(Suzuki pone una flor en el
cabello de Butterfly.)
Así
(Con gracia infantil hace que
Suzuki cierre el shosi)
En el shosi haremos tres agujeritos
para mirar, y estaremos callados,
como ratoncitos. esperando...
(Cae la noche. Suzuki cierra el
panel de detrás. Butterfly lleva
al niño hasta la mampara y comienza
a hacer tres agujeros uno para ella,
otro para Suzuki y el más bajo para
el niño. Hecho esto se sienta en un
almohadón mirando cuidadosamente
desde su mirilla. Suzuki trae las
dos lámparas; después se agacha y
mira hacia afuera. Mientras Butterfly
permanece inmóvil como una estatua
mirando por la mirilla, el niño, que
está entre Suzuki y su madre, mira
curiosamente. Es de noche. La luz de
la luna resplandece a través del panel
de papel. Un rayo de luna ilumina la
parte externa del panel. El niño y
Suzuki se quedan dormidos sólo
Butterfly se mantiene despierta,
observando inmóvil Se oye a lo lejos
unas voces que cantan a boca cerrada.
Cae lentamente el telón)
ACTO TERCERO
(Se levante el telón)
(Butterfly, inmóvil, observa el
exterior a través de su mirilla. El
pequeño continúa durmiendo, Suzuki
está durmiendo en el suelo.)
MARINEROS
(desde la bahía, muy lejos)
¡Oh eh, oh eh, oh eh!
¡Oh eh, oh eh, oh eh!
¡Oh eh, oh eh, oh eh!
¡Oh eh, oh eh, oh eh!
¡Oh eh, oh eh, oh eh!
(Rumores de maniobras marineras.
Sonidos de pájaros en el jardín.
Amanece, el sol aparece iluminando
la habitación con tintes rojos)
SUZUKI
(despertando con un sobresalto)
¡Ya ha salido el sol!
(Se levanta y va hacia Butterfly
y le toca en el hombro)
Cio-Cio-San...
BUTTERFLY
(se sobresalta y confiada dice)
Vendrá, vendrá,.. ya veras.
(Viendo al niño dormir, lo coge en
brazos y lo lleva a la habitación
de la izquierda.)
SUZUKI
Id a descansar; estáis agotada...
En cuanto llegue os llamaré.
BUTTERFLY
(subiendo la escalera)
Amor mío, duerme sobre mi corazón.
Tú estas con Dios, y yo con mi dolor.
Sobre ti brillan rayos de oro.
¡Niño mío, duerme!
(Entra en la habitación)
SUZUKI
(tristemente, sacudiendo la cabeza)
¡Pobre Butterfly
BUTTERFLY
(voz un poco lejana)
Amor mío, duerme sobre mi corazón.
(Voz más lejana)
Tú estas con Dios, y yo con mi dolor.
SUZUKI
Pobre Butterfly
(Alguien llama a la puerta.)
¿Quién será?
(Llaman más fuerte. Suzuki va a
abrir el panel de la puerta del fondo)
(Grita, retrocede sorprendida.)
¡Oh!
SHARPLESS
(Al entrar hace señas a Suzuki de
que guarde silencio)
¡Chtt!
PINKERTON
(le indica a Suzuki que se calle)
¡Calla! ¡Calla!
SHARPLESS
¡Calla! ¡Calla!
(Pinkerton y Sharpless entran
despacio, de puntillas)
PINKERTON
(rápidamente a Suzuki)
No la despiertes.
SUZUKI
Estaba tan cansada.
Os ha estado esperando
toda la noche con el niño.
PINKERTON
¿Y cómo lo sabía?
SUZUKI
Desde hace tres años,
no llega al puerto una nave
que Butterfly no escrute de lejos,
para indagar el color, la bandera.
SHARPLESS
(a Pinkerton)
¿No os lo había dicho?
SUZUKI
(Comienza a andar)
La llamaré...
PINKERTON
(Parando a Suzuki)
¡No, todavía no!
SUZUKI
(señala la habitación florida)
¿Lo ve usted?
Anoche llenó la habitación de flores.
SHARPLESS
(conmovido, a Pinkerton)
¿No os lo había dicho?
PINKERTON
(turbado)
¡Qué pena!
SUZUKI
(oyendo un ruido en el jardín,
va a mirar afuera y exclama
sorprendida)
¿Quién hay en el jardín?...
¡Una mujer!
PINKERTON
(va hacia Suzuki y la acompaña
hacia delante, recomendándole
que hable en voz baja)
¡Calla!
SUZUKI
(agitada)
¿Quién es? ¿Quién es?
SHARPLESS
Será mejor decírselo todo:
SUZUKI
(asustada)
¿Quién es? ¿Quién es?
PINKERTON
(con embarazo)
Ha venido conmigo.
SUZUKI
¿Quién es? ¿Quién es?
SHARPLESS
(deliberadamente)
Es su esposa.
SUZUKI
(levanta los brazos al cielo y cae
de rodillas con la cara en tierra)
¡Almas santas de los antepasados!
¡A la pequeña se le ha apagado el sol,
se le ha apagado el sol!...
SHARPLESS
(calmando a Suzuki y levantándola)
Hemos escogido esta hora matutina
para encontrarte sola, Suzuki,
y para buscar en ti una ayuda,
para que soporte la gran prueba
SUZUKI
(desolada)
¿De qué sirve? ¿Para qué?
(Sharpless lleva a Suzuki hacia un
lado y trata de persuadirla para que
les ayude; mientras tonto, Pinkerton,
va de aquí para allá)
SHARPLESS
Ya sé que para sus penas
no hay consuelo posible.
Pero hay que asegurar
el futuro del niño.
PINKERTON
La amarga fragancia de estas flores,
llega como un veneno a mi corazón.
SHARPLESS
Esa mujer piadosa,
que no se atreve a entrar,
cuidara al niño como una madre.
SUZUKI
¡Oh, triste de mi!
Y quieren que yo
le pida a una madre...
PINKERTON
No ha cambiado la habitación
de nuestros amores...
SHARPLESS
Vamos, habla...
PINKERTON
Pero hay un frío de muerte.
SHARPLESS
... con esa piadosa mujer y tráela aquí.
SUZUKI
...y quieren que yo
le pida a una madre...
PINKERTON
(Va hacia una estatua de Buda,
y ve un retrato suyo)
Mi retrato.
SUZUKI
¡Ah! ¡Triste de mí!
SHARPLESS
No importa que Butterfly la vea.
PINKERTON
Han pasado tres años...
SHARPLESS
Incluso sería mejor que al verla
Se diera cuenta de la verdad:
Anda, habla, etc.
SUZUKI
¡Ah! ¡Triste de mí!
PINKERTON
... y ha contado los días y sus horas!
.
(Suzuki va hacia el jardín para
traer a Kate Pinkerton)
SHARPLESS
¡Ven, Suzuki, ven!
PINKERTON
(Vencido por la emoción y no
pudiendo retener el llanto, se
acerca a Sharpless y le dice)
¡No puedo quedarme aquí...
SUZUKI
(yéndose)
¡Ah, triste de mí!
PINKERTON
... Sharpless, le esperaré en la calle.
SHARPLESS
¿No se lo había dicho?
PINKERTON
Intente usted ayudarla,
me siento morir de remordimientos.
SHARPLESS
Se lo dije. ¿Se acuerda?
Cuando la desposó, le dije a usted:
tenga cuidado, que ella va en serio.
Y fui profeta entonces.
Sorda ante los consejos,
sorda ante las dudas, vilipendiada,
cerró su corazón
en su obstinada espera.
PINKERTON
Si, ahora comprendo todo mi error,
siento que de este tormento
¡no me liberaré jamás, no!
SHARPLESS
Márchese.
La triste verdad conocerá por sí sola...
PINKERTON
(dulcemente con añoranza)
Adiós, florecido refugio
de la alegría y del amor.
Tu apacible rostro, siempre veré
con remordimientos atroces.
SHARPLESS
...mas ahora su corazón ya lo intuye.
PINKERTON
¡Adiós, florecido refugio!
SHARPLESS
Se lo dije....¿se acuerda?
Y fui profeta entonces.
PINKERTON
¡No puedo soportar su desolación!
¡Huyo, huyo! ¡Soy un cobarde!
SHARPLESS
Márchese,
la triste verdad conocerá por sí sola.
(Pinkerton da la mano a Sharpless
y se va deprisa. Sharpless sacude
tristemente la cabeza. Suzuki entra
procedente del jardín, seguida por
Kate, que se detiene la terraza.)
KATE
(con dulzura a Suzuki)
¿Se lo dirás?
SUZUKI
(responde con la cabeza baja, pero
sin que desaparezca su rigidez)
Se lo prometo.
KATE
¿Y le aconsejarás que me lo confíe?
SUZUKI
Se lo prometo.
KATE
Lo cuidaré como a un hijo.
SUZUKI
Lo creo.
Pero será necesario
que en el gran momento
esté yo a solas con ella ... ¡sola!
¡Llorará tanto! ¡Tanto!
BUTTERFLY
(llamando con voz lejana desde
la habitación de la izquierda)
¡Suzuki¡!
(Más cerca)
¡Suzuki! ¿Dónde estás? ¡Suzuki!
(Butterfly aparece por la puerta y
Kate sin ser vista sale al jardín.)
SUZUKI
Estoy aquí...
Rezaba y ordenaba las cosas.
(tratando de impedir que
Butterfly entre)
No... no..., no bajéis...
(Butterfly entra en la habitación
apartando a Suzuki)
(Gritando)
¡No, no, no!
BUTTERFLY
(examina la habitación por todas
partes agitada pero jubilosa.)
¡Está aquí!...¡está aquí!...
¿Dónde esta escondido?
¡Está aquí, está aquí!...
(viendo a Sharpless)
Aquí está el cónsul...
(Buscando a Pinkerton)
Y ¿dónde?, ¿dónde?
(Después de mirar por todas partes,
en cada ángulo de la pequeña
habitación y detrás del biombo)
¡No esta!
(Viendo a Kate en el jardín,
mira fijamente a Sharpless)
(a Sharpless)
¡Esa mujer!
¿Qué quiere de mí?
¡Nadie dice nada!
(Suzuki solloza silenciosamente)
(Sorprendida)
¿Por qué lloráis?
(Sharpless se acerca a Butterfly para
hablar con ella. De repente parece
una niña asustada)
No, no me diga nada... nada...
Podría caerme muerta al instante.
(Con bondad afectuosa a Suzuki)
Tu, Suzuki, que eres tan buena
¡no llores!
Tú que me quieres tanto,
con un sí o un no, dime, bajito...
¿Vive?
SUZUKI
Sí.
(Como si hubiera recibido un golpe
mortal: rígida)
BUTTERFLY
Pero ya no vendrá.
¡Te lo han dicho!
(Suzuki calla. Butterfly irritada)
¡Víbora! Quiero que me contestes.
SUZUKI
Nunca más.
BUTTERFLY
(con frialdad)
Pero... ¿llegó ayer?
SUZUKI
Sí.
BUTTERFLY
(habiendo entendido por fin,
mira a Kate, fascinada)
¡Ah! ¡Esa mujer
me da mucho miedo!
SHARPLESS
Es la causa inocente
de todas sus desgracias. Perdónela
BUTTERFLY
(comprendiendo, grita)
¡Ah, es su esposa!
(más calmada)
¡Todo ha muerto para mí!
¡Todo ha acabado! ¡Ah!
SHARPLESS
¡Valor!
BUTTERFLY
¡Quieren quitármelo todo!
(Desesperada)
¡Mi hijo!
SHARPLESS
Haga por su bien, ese sacrificio...
BUTTERFLY
(desesperada)
¡Ah, triste madre! ¡Ah, triste madre!
¡Abandonar a mi hijo!
(Permanece inmóvil. Calmada)
Pero sea.
¡Debo obedecerle!
KATE
(que se acerca tímidamente a
la terraza, pero sin entrar)
¿Podrá perdonarme, Butterfly?
BUTTERFLY
Bajo el gran puente del cielo
no hay mujer más feliz que usted.
Séalo siempre,
no se entristezca por mí.
KATE
(A Sharpless que se le ha acercado)
¡Pobre pequeña!
SHARPLESS
(Bastante conmovido)
Su generosidad es inmensa.
KATE
Y el hijo... ¿lo entregará?
BUTTERFLY
(que lo ha oído, dice solemnemente
y resaltando las palabras)
Sólo a él se lo daré, si viene.
(Con intención y sencillez)
En media hora suban a la colina.
(Suzuki acompaña a Kate y a
Sharpless que salen por el fondo.
Butterfly cae llorando al suelo;
Suzuki se apresura a socorrerla.)
SUZUKI
(con su mano en el corazón
de Butterfly)
¡Como una mosca prisionera
agita las alas ese pequeño corazón!
(Butterfly entra y ve la habitación
llena de la luz del día. Se suelta de
Suzuki y le dice)
BUTTERFLY
¡Hay demasiada luz fuera,
hay demasiada primavera. Cierra!
(Suzuki cierra el panel de modo que
la habitación queda casi oscura;
y se vuelve hacia Butterfly)
¿Dónde está el niño?
SUZUKI
Juega... ¿Le llamo?
BUTTERFLY
(con angustia)
Déjalo jugar. Déjalo jugar
Ve a hacerle compañía.
SUZUKI
(Llorando)
Me quedo con usted.
BUTTERFLY
(dando palmas con fuerza)
¡Vete! Te lo ordeno.
(Obliga a Suzuki, que llora
amargamente, a levantarse e irse.
Butterfly se arrodilla delante de la
estatua de Buda. Permanece inmóvil,
absorta en un doloroso pensamiento,
entonces se da cuenta de los sollozos
de Suzuki, los cuales se van poco a
poco debilitándose. Sale y coge el
velo blanco que cuelga del biombo,
después el cuchillo de su padre, de
dentro de un estuche lacado, que
está colgado de la pared cerca de
la estatua de Buda. Besa la hoja con
devoción, cogiéndola con las manos
por la punta y por la empuñadura,
y, en voz baja, lee la inscripción)
"Con honor muere, quien no puede
conservar la vida con honor"
(Mantiene el cuchillo en su garganta.
La puerta se abre y se ve el brazo de
Suzuki empujando al niño hacia su
madre. Él corre hacia ella con sus
brazos extendidos. Butterfly suelta el
cuchillo y abraza a su hijo
apasionadamente )
¿Tú? ¿Tú?
(Con gran sentimiento,
y muy agitada)
¡Pequeño Dios! Amor mío,
flor de lirio y de rosa.
(Tomando la cabeza del niño,
acercándola hacia sí)
Que no sepas nunca que por ti,
por tus ojos puros,
(Con voz llorosa)
muere Butterfly...
Para que tu puedas irte
Al otro lado del mar,
sin que te remuerda,
cuando seas mayor,
el abandono de tu madre
(exaltada)
¡Oh, tú, que descendiste del trono
del alto Paraíso,
mira muy fijamente, fijamente,
el rostro de tu madre,
para que te quede una huella de él.
¡Miralo bien!
¡Adiós, amor! ¡Adiós, pequeño amor!
(Con voz débil)
¡Vete, juega, juega!
(Butterfly toma a su hijo y lo coloca
sobre una alfombra mirando hacia
la izquierda. En sus manos pone
una bandera americana y un muñeco,
obligándole a jugar mientras le tapa
los ojos con suavidad. Entonces ella
toma el cuchillo y con sus ojos fijos
en el niño se esconde tras el biombo.
Se oye el ruido del cuchillo cayendo
al suelo y un velo blanco colgado en
el biombo desaparece. Butterfly
reparare al lado del biombo con el
velo en su garganta. Se tambalea
hacia el niño y agita su mano
hacia él débilmente, con el tiempo
justo para besarle antes de caer a
su lado.)
PINKERTON
(desde dentro)
¡Butterfly! ¡Butterfly! ¡Butterfly!
(La puerta se abre violentamente y
Pinkerton y Sharpless acuden cerca
de Butterfly, que con un débil gesto
señala al niño y muere. Pinkerton se
arrodilla mientras Sharpless toma al
niño y lo besa sollozando)
(Cae el telón rápidamente)
FIN DE LA ÓPERA
ATTO PRIMO
(Collina presso Nagasaki. Casa
giapponese, terrazza e giardino. In
fondo, al basso, la rada, il porto,
la città di Nagasaki.)
(Si alza il sipario.)
(Dalla camera in fondo alla casetta, Goro
con molti inchini introduce Pinkerton, al
quale con grande prosopopea, ma sempre
ossequente, fa ammirare in dettaglio la
piccola casa. Goro fa scorrere una parete
nel fondo, e ne spiega lo scopo a Pinkerton.
Si avanzano un poco sul terrazzo.)
PINKERTON
(sorpreso per quanto ha visto dice a Goro:)
... E soffitto... e pareti...
GORO
(godendo della sorprese di Pinkerton)
Vanno e vengono a prova
a norma che vi giova
nello stesso locale
alternar nuovi aspetti ai consueti.
PINKERTON
(cercando intorno)
Il nido nuzial dov'è?
GORO
(accennando a due locali)
Qui, o là... secondo...
PINKERTON
Anch'esso a doppio fondo!
La sala?
GORO
(mostra la terrazza)
Ecco!
PINKERTON
(stupito)
All'aperto?...
(Goro fa scorrere la parete
verso la terrazza)
GORO
(mostrando il chiudersi d'una parete)
Un fianco scorre...
PINKERTON
(mentre Goro fa scorrere le pareti)
Capisco!... Capisco!... Un altro...
GORO
....Scivola!
PINKERTON
E la dimora frivola...
GORO
(protestando)
...Salda come una torre
da terra, fino al tetto.
(invita Pinkerton a scendere nel
giardino)
PINKERTON
È una casa a soffietto.
(Goro batte tre volte le mani palma a
palma. Entrano due uomini ed una donna
e si genuflettono innanzi a Pinkerton.)
GORO
(con un voce un po' nasale, accennando)
Questa è la cameriera che della vostra sposa
(lezioso)
fu già serva amorosa.
Il cuoco... il servitor...
Son confusi del grande onore.
PINKERTON
(impaziente)
I nomi?
GORO
(indicando Suzuki)
Miss Nuvola leggera
(indicando un servo)
Raggio di sol nascente.
(indicando l'altro servo)
Esala aromi.
SUZUKI
(sempre in ginocchio, ma fatta
ardita rialza la testa)
Sorride Vostro Onore?
Il riso è frutto e fiore.
Disse il savio Ocunama:
dei crucci la trama smaglia il sorriso.
(Scende nel giardino, seguendo
Pinkerton che si allontana sorridendo.)
Schiude alla perla il guscio,
apre all'uomo l'uscio del Paradiso.
Profumo degli Dei...
Fontana della vita...
Disse il savio Ocunama:
dei crucci la trama smaglia il sorriso.
(Pinkerton è distratto e seccato. Goro,
accorgendosi che Pinkerton comincia ad
essera infastidito dalla loquela di Suzuki,
batte tre volte le mani. I tre si alzano e
fuggono rapidamente rientrando in casa.)
PINKERTON
A chiacchiere costei
mi par cosmopolita.
(a Goro che è andato verso il fondo
ad osservare)
Che guardi?
GORO
Se non giunge ancor la sposa.
PINKERTON
Tutto è pronto?
GORO
Ogni cosa.
PINKERTON
Gran perla di sensale!
(Goro ringrazia con profondo inchino.)
GORO
Qui verran:
L'Ufficiale del registro,
i parenti, il vostro Console, la
fidanzata.
Qui si firma l'atto
e il matrimonio è fatto.
PINKERTON
E son molti i parenti?
GORO
La suocera, la nonna, lo zio Bonzo,
che non ci degnerà di sua presenza,
e cugini, e le cugine...
Mettiam fra gli ascendenti...
ed i collaterali, un due dozzine.
Quanto alla discendenza...
provvederanno assai
(con malizia ossequente)
Vostra Grazia e la bella Butterfly...
PINKERTON
Gran perla di sensale!
(Goro ringrazia con profondo inchino.)
SHARPLESS
(dall'interno un po' lontano)
E suda e arrampica!
sbuffa, inciampica!
GORO
(ch'è accorso al fondo, annuncia
a Pinkerton)
Il Consol sale.
(si prosterna innanzi al Console)
SHARPLESS
(entra stufando)
Ah!... quei Viottoli
mi hanno sfiaccato!
PINKERTON
(va incontro al Console: i due si
stringono la mano.)
Bene arrivato.
GORO
(al Console)
Bene arrivato.
SHARPLESS
Ouff!
PINKERTON
Presto Goro, qualche ristoro.
(Goro entra in casa frettoloso)
SHARPLESS
(sbuffando e guardando intorno)
Alto.
PINKERTON
(indicando il panorama)
Ma bello!
SHARPLESS
(contemplando la città ed
il mare sottoposti)
Nagasaki, il mare, il porto...
PINKERTON
(accenna alla casa)
e una casetta che obbedisce a bacchetta.
(Goro viene frettoloso dalla casa, seguito
da due servi: portano bicchieri e bottiglie
che depongono sulla terrazza; i due servi
rientrano in casa e Goro si dà a preparare
le bevande.)
SHARPLESS
Vostra?
PINKERTON
La comperai per
novecento-novanta-nove anni,
con facoltà ogni mese,
di rescindere i patti.
Sono in questo paese elastici del par,
case e contratti.
SHARPLESS
E l'uomo esperto ne profitta.
PINKERTON
Certo.
(Pinkerton e Sharpless si siedono
sulla terrazza dove Goro ha
preparano le bevande.)
(A Sharpless con franchezza)
Dovunque al mondo
lo Yankee vagabondo
si gode e traffica
sprezzando i rischi.
Affonda l'ancora alla ventura.
(s'interrompe per offrire
da bere a Sharpless)
Milk-Punch o Wisky?
SHARPLESS
Wisky
PINKERTON
(riprendendo)
Affonda l'ancora alla ventura
finché una raffica
scompigli nave e ormeggi, alberatura.
La vita ei non appaga
se non fa suo tesor i fiori d'ogni plaga...
SHARPLESS
È un facile vangelo...
PINKERTON
(continuando)
... d'ogni bella gli amor.
SHARPLESS
.. è un facile vangelo
che fa la vita vaga
ma che intristisce il cor...
PINKERTON
Vinto si tuffa,
la sorte racciuffa.
Il suo talento fa in ogni dove.
Così mi sposo all'uso giapponese
per novecento-novanta-nove anni.
Salvo a prosciogliermi ogni mese.
SHARPLESS
È un facile vangelo.
PINKERTON
(si alza, toccando il bicchiere
con Sharpless)
Americaforever!
SHARPLESS
Americaforever!
(Pinkerton e Sharpless si siedono
ancora sulla terrazza.)
Ed è bella la sposa?
GORO
(Goro che ha udito, si affaccia al
terrazzo pauroso ed insinuante.)
Una ghirlanda di fiori freschi.
Una stella dai raggi d'oro.
E per nulla: sol cento yen.
(al Console)
Se Vostra Grazia mi comanda
ce n'ho un assortimento.
(Pinkerton si alza impaziente; il Console
ridendo, ringrazia e si alza pure.)
PINKERTON
(con viva impazienza, allontanadosi)
Va, conducila, Goro.
(Goro corre in fondo e scompare
discendendo il colle.)
SHARPLESS
Quale smania vi prende!
Sareste addirittura cotto?
PINKERTON
Non so!... non so!
Dipende dal grado
di cottura!
Amore o grillo,
dir non saprei.
Certo costei
m'ha coll'ingenue
arti invescato.
Lieve qual tenue
vetro soffiato
alla statura, al portamento
sembra figura
da paravento.
Ma dal suo lucido
fondo di lacca
come con subito
moto si stacca,
qual farfalletta svolazza
e posa
con tal grazietta silenziosa
che di rincorrerla
furor m'assale
se pure infrangerne
dovessi l'ale.
SHARPLESS
(seriamente e bonario)
Ier l'altro, il Consolato sen' venne a visitar!
Io non la vidi, ma l'udii parlar.
Di sua voce il mistero l'anima mi colpì.
Certo quando è sincer
l'amor parla così
Sarebbe gran peccato
le lievi ali strappar
e desolar forse un credulo cuor.
PINKERTON
Console mio garbato, quetatevi,
Si sa...
SHARPLESS
Sarebbe gran peccato...
PINKERTON
la vostra età è di flebile umor.
Non c'è gran male...
SHARPLESS
Quella divina...
PINKERTON
... s'io vo' quell'ale...
SHARPLESS
....mite vocina ...
PINKERTON
...drizzare ai dolci voli dell'amor!
SHARPLESS
...non dovrebbe dar note di dolor!
PINKERTON
(offre di nuovo da bere)
Wisky?
SHARPLESS
Un'altro bicchiere.
(Pinkerton mesce del wisky a Sharpless
e colma anche il proprio bicchiere)
Bevo alla vostra famiglia lontana.
PINKERTON
E al giorno in cui mi sposerò
con vere nozze a una vera sposa...
americana!
LE AMICHE DI BUTTERFLY
(interno, lontana)
Ah! ah! ah!
GORO
(riappare correndo affannato
dal basso della collina)
Ecco.
Son giunte al sommo del pendio.
(accenna verso il sentiero)
Già del femmineo sciame qual
di vento in fogliame s'ode il brusio.
(Pinkerton e Sharpless si recano in fondo
al giardino osservando verso il sentiero
della collina.)
LE AMICHE
(Fuori scene)
Ah! ah! ah! ah!
Ah! Quanto cielo! Quanto mar!
(sempre interno)
Quanto cielo! Quanto mar!
BUTTERFLY
(interno)
Ancora un passo or via.
LE AMICHE
Come sei tarda!
BUTTERFLY
Aspetta.
LE AMICHE
Ecco la vetta.
Guarda, guarda quanti fior!
BUTTERFLY
(serenamente)
Spira sul mare e sulla terra
un primaveril soffio giocondo.
LE AMICHE
Quanto cielo! Quanto mar!
SHARPLESS
O allegro cinguettar di gioventù!
BUTTERFLY
Io sono la fanciulla più lieta del Giappone,
anzi del mondo.
Amiche, io son venuta
al richiamo d'amor...
LE AMICHE
Gioia a te...
BUTTERFLY
...d'amor venni alle soglie! ....
LE AMICHE
... gioia a te sia, dolce amica...
BUTTERFLY
...ove s'accoglie il bene di
chi vive e di chi muor!
LE AMICHE
...ma pria di varcar la soglia che
t'attira, volgiti e mira
le cose che ti son care,
mira quanto cielo, quanti fiori,
quanto mar!...
(si cominciano a scorgere le
Geishas che montano il sentiero)
BUTTERFLY
Amiche, io son venuta
al richiamo d'amor, ecc
LE AMICHE
Gioia a te, gioia a te sia, dolce amica,
ma pria di varcar la soglia
volgiti e guarda le cose che ti son care!
(Butterfly e le amiche appaiono in
scena hanno tutte grandi ombrelli
aperti, a vivi colori)
BUTTERFLY
(alle amiche)
Siamgiunte.
(Butterfly vede il gruppo dei tre uomini
e riconosce Pinkerton. Chiude subito
l'ombrello e pronta lo addita alle amiche.)
B.F. Pinkerton. Giù!
(si genuflette)
LE AMICHE
(chiudono gli ombrelli e si genuflettono)
Giù!
(Tutte si alzano e si avvicinano a
Pinkerton cerimoniosamente.)
BUTTERFLY
(fa una riverenza)
Gran ventura.
AMICHE
(facendo una riverenza)
Riverenza.
PINKERTON
(sorridendo)
È un po' dura la scalata?
BUTTERFLY
A una sposa costumata
più penosa è l'impazienza...
PINKERTON
(gentilmente, ma u po' derisorio)
Molto raro complimento.
BUTTERFLY
(con ingenuità)
Dei più balli ancor ne so.
PINKERTON
(rincalzando)
Dei gioielli!
BUTTERFLY
(volendo sfoggiare il suo
repertorio di complimenti)
Se vi è caro sul momento...
PINKERTON
Grazie, no.
(Sharpless ha osservato prima
curiosamente il gruppo delle fanciulle,
poi si è avvicinato a Butterfly, che lo
ascolta con attenzione)
SHARPLESS
Miss Butterfly. Bel nome,
vi sta a meraviglia!
Siete di Nagasaki?
BUTTERFLY
Signor sì. Di famiglia assai
prospera un tempo.
(alle amiche)
Verità?
AMICHE
(approvando premurose)
Verità!
BUTTERFLY
(con naturalezza)
Nessuno so confessa mai
nato in povertà;
non c'è vagabondo che a
sentirlo non sia di gran prosapia.
Eppur conobbi la ricchezza.
Ma il turbine rovescia
le quercie più robuste...
e abbiam fatto la gheiscia
per sostentarci.
(alle amiche)
Vero?
AMICHE
(confermano)
Vero!
BUTTERFLY
Non lo nascondo, nè mi adonto.
(vedendo che Sharpless sorride)
Ridete? Perché?
Cose del mondo.
PINKERTON
(ha ascoltato con interesse, e si
rivolge a Sharpless)
Con quel fare di bambola
quando parla m'infiamma.
SHARPLESS
(anch'esso interessato dalle chiacchiere
di Butterfly, continua a interrogarla)
E ci avete sorelle?
BUTTERFLY
Non signore. Ho la mamma.
GORO
(con importanza)
Una nobile dama.
BUTTERFLY
Ma senza farle torto
povera molto anch'essa.
SHARPLESS
E vostro padre?
BUTTERFLY
(si arresta sorpresa, poi secco
secco risponde)
Morto.
(Le amiche chinano la testa; Goro
è imbarazzato. Tutte si sventolano
nervosamente coi ventagli.)
SHARPLESS
(ritornando presso Butterfly)
Quant'anni avete?
BUTTERFLY
(con civetteria quasi infantile)
Indovinate.
SHARPLESS
(Scherzante)
Dieci.
BUTTERFLY
Crescete.
SHARPLESS
Venti.
BUTTERFLY
Calate. Quindici netti, netti;
(con malizia)
sono vecchia diggià.
SHARPLESS
Quindici anni!
PINKERTON
Quindici anni!
SHARPLESS
L'età dei giuochi...
PINKERTON
E dei confetti
GORO
(che ha veduto arrivare dal fondo altre
persone e le ha riconosciute, annuncia
con importanza)
L'Imperial Commissario,
l'Ufficiale del registro, i congiunti.
PINKERTON
(a Goro)
Fate presto.
(Goro corre in casa. Dal sentiero in
fondo si vendono salire e sfilare i parenti
di Butterfly: questa va loro incontro
insieme alle amiche: grandi saluti,
riverenze: i parenti osservano curiosamente
i due americani. Pinkerton ha presso
sottobraccio Sharpless e, condottolo
da un lato, gli fa osservare, ridendo,
il bizzarro gruppo dei parenti; il
Commissario Imperiale e l'Ufficiale del
registro salutano Pinkerton ed entrano
in casa, ricevuti da Goro.)
PINKERTON
Che burletta la sfilata
della nuova parentela
tolta in prestito, a mesata!
PARENTI, AMICHE
Dov'è? Dov'è?
BUTTERFLY
(indicando Pinkerton)
Eccolo là
LA CUGINA, AMICI
Bello non è.... in verità
BUTTERFLY
(offesa)
Bello è così che non si può...
sognar di più.
PINKERTON
(osservando il gruppo delle donne)
Certo dietro a quella
vela di ventaglio pavonazzo,
la mia suocera si cela.
LA MADRE
Mi pare un re!
ZIA
Vale un Perù.
LA CUGINA
(a Butterfly)
Goro l'offrì pur anco a me,
ma s'ebbe un no!
BUTTERFLY
(sdegnosa alla cugina)
Si, giusto tu!
PINKERTON
(indicando Yakusidè)
E quel coso da strapazzo
è lo zio briaco e pazzo.
PARENTI, AMICI, AMICHE
(alla cugina)
Ecco, perché prescelta fu,
vuol far con te la soprappiù
ALTRI
La sua beltà già disfiori
CUGINA, AMICI
Divorzierà.... Spero di sì.
La sua beltà già disfiori.
GORO
(esce dalla casa e indispettito dal
garrulo cicalio, va dall'uno all'altro
raccomandando di parlare sottovoce)
Per carità, tacete un po'. Sch! Sch!
YAKUSIDÈ
Vino ce n'è?
LA MADRE E LA ZIA
(sbirciando, cercando di non farsi
scorgere)
Guardiamo un po'.
PARENTI, AMICHE
(con soddisfazione, a Yakusidè)
Ne vidi già color di thè,
color di thè e chermisì!
Ah, hu! Ah, hu!
ALTRI PARENTI, AMICHE
(guardando compassionevolmente
Butterfly)
La sua beltà già disfiori,
già disfiori. Divorzierà
Ah, hu! Ah, hu!
LA MADRE, LA ZIA
Mi pare un re.
Vale un Perù in verità
bello è così che non si può sognar di più.
LA CUGINA
Goro l'offrì pur anco a me, ecc.
ZIA
Vale un Perù.
In verità bello è così, ecc.
YAKUSIDÈ
Vino ce n'è, ecc.
GORO
(interviene di nuovo per
far cessar il baccano)
Per carità tacete un po'...
(poi coi gesti fa cenno di tacere)
Sch! sch! sch!
SHARPLESS
(a Pinkerton a parte)
O amico fortunato!
PINKERTON
Sì, è vero, è un fiore, un fiore! ...
L'esotico suo odore...
SHARPLESS
O fortunato Pinkerton,
che in sorte v'è toccato...
PINKERTON
... m'ha il cervello sconvolto.
SHARPLESS
... un fior pur or sbocciato! ...
CUGINA, AMICHE
Ma risposi: non lo vo'
MADRE, AMICHE
Non avrei riposto no
CUGINA, AMICHE
E risposi no!
MADRE AMICHE
Non direi mai no!
SHARPLESS
Non più bella è d'assai ...
BUTTERFLY
(ai suoi)
Badate, attenti a me.
PINKERTON
Si, è vero, è un fiore, un fiore, ecc
SHARPLESS
... fanciulla io vidi mai di questa Butterfly
CUGINA, AMICHE
Senza tanto ricercar.
Io ne trovo dei miglior,
MADRE, AMICHE
No, mia cara, non mi par,
è davvero un gran signor,
PINKERTON
E in fede mia l'ho colto!
SHARPLESS
E se a voi sembran scede
il patto e la sua fede...
CUGINA, AMICHE
E gli dirò un bel no,
e gli dirò di no, di no!
MADRE, AMICHE
Nè gli direi di no,
nè mai direi di no, di no!
PARENTI, AMICI
E divorzierà, e divorzierà,
divorzierà!
SHARPLESS
... badate! Ella vi crede
BUTTERFLY
(a sua madre)
Mamma, vien qua.
(agli altri)
Badate a me: attenti, orsù
(parlato con voce infantile)
uno, due tre ... e tutti giù
(Al cenno di Butterfly tutti si inchinano
innanzi a Pinkerton ed a Sharpless. I
parenti si rialzano e si spargono nel
giardino; Goro ne conduce qualcuno
nell'interno della casa. Pinkerton
prende per mano Butterfly e la conduce
verso la casa.)
PINKERTON
Vieni, amor mio!
Vi piace la casetta?
BUTTERFLY
Signor F. B. Pinkerton
(mostra le mani e le braccia che sono
impacciate dalle maniche rigonfie)
perdono... Io vorrei...
pochi oggetti da donna...
PINKERTON
Dove sono?
BUTTERFLY
(indicando le maniche)
Sono qui... vi dispiace?
PINKERTON
(un poco sorpreso, sorride, poi
subito acconsente con galanteria)
O perché mai, mia bella
Butterfly?
BUTTERFLY
(a mano a mano cava dalle maniche gli
oggetti e li consegna a Suzuki, che è uscita
sulla terrazza, e li depone nelle casa)
Fazzoletti. La pipa. Una cintura.
Un piccolo fermaglio. Uno specchio.
Un ventaglio.
PINKERTON
(vede un vasetto)
Quel barattolo?
BUTTERFLY
Un vaso di tintura
PINKERTON
Ohibò!
BUTTERFLY
Vi spiace?...
(Getta via il vaso di tintura)
Via!
(trae un astuccio lungo e stretto)
PINKERTON
E quello?
BUTTERFLY
(molto seria)
Cosa sacra a mia.
PINKERTON
(curioso)
E non si può vedere?
BUTTERFLY
C'è troppa gente.
(sparisce nella casa
portando con sè l'astuccio)
Perdonate.
GORO
(che si è avvicinato, dice all'orecchio
di Pinkerton:)
È un presente del Mikado a suo padre...
coll'invito...
(Goro fa il gesto di chi il padre de
Butterfly s'apre il ventre)
PINKERTON
(piano a Goro)
E ... suo padre?
GORO
Ha obbedito.
(si allontana, rientrando nella casa)
BUTTERFLY
(Butterfly, che è ritornata, va a sedersi
sulla terrazza vicino a Pinkerton e leva
dalle maniche alcune statuette.)
Gli Ottokè.
PINKERTON
(ne prende una e la esamina con curiosità)
Quei pupazzi?...
Avete detto?
BUTTERFLY
Son l'anime degli avi.
PINKERTON
(depone le statuette)
Ah!... il mio rispetto.
BUTTERFLY
(con rispettosa confidenza a Pinkerton)
Ieri son salita tutta sola in segreto
alla Missione.
Colla nuova mia vita
posso adottare nuova religione.
(con paura)
Lo zio Bonzo nol sa,
nè i miei lo sanno.
Io seguo il mio destino
e piena d'umiltà,
al Dio del signor Pinkerton m'inchino.
È mio destino.
Nella stessa chiesetta in ginocchio con voi
pregherò lo stesso Dio.
E per farvi contento potrò forse
obliar la gente mia.
(si getta nelle braccia di Pinkerton)
Amore mio!
(si arresta come avesse paura d'essere stata
udita dai parenti Intanto Goro ha aperto
lo sposi, nella stanza dove tutto è pronto
pel matrimonio, si trovano Sharpless e le
autorità, Butterfly entra nella casa e si
inginocchia; Pinkerton è in piedi vicino
a lei, i parenti sono nel giardino rivolti
verso la casa, inginocchiati.)
GORO
Tutti zitti!
IL COMMISSARIO IMPERIALE
(legge)
È concesso al nominato
Benjamin Franklin Pinkerton
Luogotenente nella cannoniera Lincoln,
marina degli Stati Uniti,
America del Nord:
ed alla damigella Butterfly
del quartiere d'Omara Nagasaki,
d'unirsi in matrimonio,
per dritto il primo,
della propria volontà,
ed ella per consenso dei parenti
(porge l'atto per la firma)
qui testimoni all'atto.
GORO
(molto cerimonioso)
Lo sposo.
(Pinkerton firma)
Poi la sposa.
(Butterfly firma)
E tutto è fatto.
(Le amiche si avvicinano, complimentose, a
Butterfly, alla quale fanno ripetuti inchini.)
AMICHE
Madama Butterfly!
BUTTERFLY
(facendo cenno colla mano, alza
un dito, e corregge:)
Madama F. B. Pinkerton.
(Le amiche festeggiano Butterfly, che ne
bacia qualcuna: intanto l'Ufficiale dello
Stato Civile ritira l'atto e le altre carete,
poi avverte il Commissario Imperiale che
tutto è finito.)
COMMISSIONARE
(saluta Pinkerton)
Auguri molti.
PINKERTON
I miei ringraziamenti.
(rende il saluto)
COMMISSIONARE
(si avvicina al Console)
Il signor Console scende?
SHARPLESS
(A Pinkerton)
L'accompagno.
(saluta Pinkerton)
Ci vedrem domani.
(stringendo la mano a Pinkerton)
PINKERTON
A meraviglia.
L'UFFICIALE DEL REGISTRO
(congedandosi da Pinkerton)
Posterità.
PINKERTON
Mi proverò.
(Il Console, il Commissario Imperiale
e l'Ufficiale del registro si avviano per
scendere alla città.)
SHARPLESS
(ritorna indietro, e con accento
significativo dice a Pinkerton:)
Giudizio!
(Pinkerton con un gesto lo rassicura e lo
saluta colla mano. Sharpless scende pel
sentiero; Pinkerton che è andato verso
il fondo lo saluta di nuovo.)
PINKERTON
(ritorna innanzi e stropicciandosi
le mani dice fra sè:)
Ed eccoci in famiglia.
(I servi portano delle bottiglie di Saki e
distribuiscono i bicchieri agli invitati.)
(A Butterfly)
Sbrighiamoci al più
presto in modo onesto.
(brindando cogli invitati)
Hip! hip!
CORO DEGL'INVITATI
(brindando)
O Kami! O Kami!
PINKERTON
Beviamo ai novissimi legami,
INVITATI, YAKUSIDÈ
O Kami! O Kami!
PINKERTON
beviamo ai novissimi legami.
CUGINA, MADRE, AMICHE
O Kami! O Kami!
Beviamo ai novissimi legami.
(I brindisi son interrotti da strane grida
che partono dal sentiero della collina.)
BONZO
(dall'interno lontano)
Cio-cio-san!
(A questo grido tutti i parenti e gli amici
allibiscono e si raccolgono impauriti:
Butterfly rimane isolata in un angolo.)
BONZO
Cio-cio-san! Abbominazione!
BUTTERFLY, INVITATI
Lo zio Bonzo!
GORO
Un corno al guastafeste!
Chi ci leva d'intorno
le persone moleste?!...
BONZO
Cio-cio-san! Cio-cio-san!
(sempre più vicino)
Cio-cio-san!
(Al fondo appare la strana figura del
Bonzo, preceduto da due portatori di
lanterne e seguito da due Bonzi.)
Cio-cio-san!
(Vista Butterfly, che si è scostata da tutti,
il Bonzo stende le mani minacciose verso
di lei.)
Che hai tu fatto alla Missione?
CUGINA, AMICI
Rispondi, Cio-cio-san!
PINKERTON
(seccato per la scenata del Bonzo)
Che mi strilla quel matto?
BONZO
Rispondi, che hai tu fatto?
PARENTI, AMICI
(volgendosi, ansiosi, verso Butterfly)
Rispondi, Cio-cio-san!
BONZO
Come, hai tu gli occhi asciutti?
Son dunque questi i frutti?
(urlando)
Ci ha rinnegato tutti!
PARENTI, AMICI
(scandalizzati, con grido acuto, prolungato)
Hou! Cio-cio-san!
BONZO
Rinnegato, vi dico,...
il culto antico
PARENTI, AMICI
Hou! Cio-cio-san!
BONZO
Kami sarundasico!
All'anima tua guasta
qual supplizio sovrasta!
(imprecando contro Butterfly, che si copre
il volto colle mani: la madre si avanza
per difenderla, ma il Bonzo duramente la
respinge e si avvicina terribile a Butterfly,
gridandole sulla faccia:)
PARENTI, AMICI
Hou! Cio-cio-san!
PINKERTON
(ha perduto la pazienza e si intromette
fra il Bonzo e Butterfly)
Ehi, dico: basta, basta!
(alla voce di Pinkerton, il Bonzo si arresta
stupefatto, poi con subita risoluzione invita
i parenti e le amiche a partire)
BONZO
Venite tutti. Andiamo!
(a Butterfly)
Ci hai rinnegato e noi...
(Tutti si ritirano frettolosamente al fondo e
stendono le braccia verso Butterfly.)
BONZO, YAKUSIDÈ, PARENTI, AMICI
Ti rinneghiamo!
PINKERTON
(con autorità, ordinando a tutti
d'andarsene)
Sbarazzate all'istante.
In casa mia niente baccano
e niente bonzeria.
PARENTI, AMICI
(grido)
Hou!
(Alle parole di Pinkerton, tutti corrono
precipitosamente verso il sentiero che
scende alla città: la Madre tenta di
nuovo di andare presso Butterfly,
ma viene travolta dagli altri. Il Bonzo
sparisce pel sentiero che va al tempio
seguito dagli accoliti. Le voci a poco
a poco si allontanano)
(nell'uscire)
Hou! Cio-cio-san!
(un po' lontani)
Hou! Cio-cio-san!
(Butterfly sta sempre immobile e muta
colla faccia nelle mani, mentre Pinkerton
si è recato alla sommità dal sentiero per
assicurarsi che tutti quei seccatori se ne
vanno.)
BONZO, YAKUSIDÈ, PARENTI, AMICI
(uomini)
Kami sarundasico!
PARENTI, AMICI
(donne)
Hou! Cio-cio-san!
BONZO, YAKUSIDÈ, PARENTI, AMICI
(uomini)
Ti rinneghiamo!
PARENTI, AMICI
(donne)
(cupo)
Hou! Cio-cio-san!
BONZO, YAKUSIDÈ, PARENTI, AMICI
(cupo)
Ti rinneghiamo!
PARENTI, AMICI
Hou! Cio-cio-san!
(lontano molto)
Hou! Cio-cio-san!
(Comincia a calare la sera. Butterfly
scoppia in pianto infantile. Pinkerton
l'ode e va premuroso presso di lei,
sollevandola dall'abbattimento in cui
è caduta e togliendole con delicatezza
le mani dal viso piangente.)
PINKERTON
Bimba, bimba, non piangere
per gracchiar di ranocchi...
PARENTI, AMICI
(lontanissimo)
Hou! Cio-cio-san!
BUTTERFLY
(turandosi le orecchie, per
non udire le grida)
Urlano ancor!
PINKERTON
Tutta la tua tribù
e i Bonzi tutti del Giappon
non valgono il pianto
di quegli occhi cari e belli.
BUTTERFLY
(sorridendo infantilmente)
Davver?
(Comincia a calare la sera.)
Non piango più.
E quasi del ripudio non mi duole
per le vostre parole
che mi suonan così dolci nel cuor.
(si china per baciare la mano a Pinkerton)
PINKERTON
(dolcemente impedendo)
Che fai?... la man?
BUTTERFLY
Mi han detto che laggiù
fra la gente costumata
è questo il segno del maggior rispetto.
SUZUKI
(internamente, brontolando)
E Izaghi ed Izanami
Sarundasico, e Kami,
e Izaghi ed Izanami
Sarundasico, e Kami.
PINKERTON
(sorpreso per tale sordo bisbiglio)
Chi brontolandola lassù?
BUTTERFLY
È Suzuki che fa la sua preghiera seral.
(Scende sempre più la sera, e Pinkerton
conduce Butterfly verso la casetta.)
PINKERTON
Viene la sera
BUTTERFLY
...e l'ombra e la quiete.
PINKERTON
E sei qui sola.
BUTTERFLY
Sola e rinnegata!
Rinnegata! e felice!
(Pinkerton batte tre volte le mani: i
servi e Suzuki accorrono subito, e
Pinkerton ordina ai servi:)
PINKERTON
A voi, chiudete!
(I servi fanno scorrere
silenziosamente alcune pareti.)
BUTTERFLY
(a Pinkerton)
Sì, sì, noi tutti soli...
E fuori il mondo...
PINKERTON
(ridendo)
E il Bonzo furibondo.
BUTTERFLY
(a Suzuki, che è venuta coi servi e
sta aspettando gli ordini)
Suzuki, le mie vesti.
(Suzuki fruga in un cofano e dà a Butterfly
gli abiti per la notte ed un cofanetto
coll'occorrente per la toeletta.)
SUZUKI
(inchinandosi a Pinkerton)
Buona notte.
(Pinkerton batte le mani: I servi corrono
via. Butterfly entra nella casa ed aiutata
da Suzuki fa cautelosamente la sua toeletta
da notte, levandosi la veste nuziale ed
indossandone una tutta bianca; poi siede
su di un cuscino e mirandosi in uno
specchietto si ravvia i capelli: Suzuki esce)
BUTTERFLY
Quest'obi pomposa
di scioglier mi tarda...
Si vesta la sposa di puro candor.
PINKERTON
(guardando amorosamente Butterfly)
Con moti di scoiattolo
i nodi allenta e scioglie!...
BUTTERFLY
Tra motti sommessi
sorride e mi guarda.
PINKERTON
Pensar che quel giocattolo
è mia moglie! mia moglie!
BUTTERFLY
Celarmi potessi!
ne ho tanto rossor!
PINKERTON
(sorridendo)
Ma tal grazia dispiega,
ch'io mi strugge per la febbre...
BUTTERFLY
E ancor l'irata voce mi maledice...
PINKERTON
...d'un subito desìo.
BUTTERFLY
... Butterfly, rinnegata...
Rinnegata... e felice...
(Pinkerton, alzandosi, poco a poco
s'avvicina a Butterfly.)
PINKERTON
(stende le mani a Butterfly che
sta per scendere dalla terrazza)
Bimba dagli occhi pieni di malìa
ora sei tutta mia.
Sei tutta vestita di giglio.
Mi piace la treccia tua bruna
fra i candidi veli.
BUTTERFLY
(scendendo dal terrazzo)
Somiglio la Dea della luna,
la piccola Dea della luna
che scende la notte dal
ponte del ciel.
PINKERTON
E affascina i cuori...
BUTTERFLY
E li prende e li avvolge
in un bianco mantel
E via se li reca
negli alti reami,
PINKERTON
Ma intanto finor non m'hai detto,
ancor non m'hai detto che m'ami.
Le sa quella Dea le parole
che appagan gli ardenti desir?
BUTTERFLY
Le sa.
Forse dirle non vuole
per tema d'averne a morir!
PINKERTON
Stolta paura, l'amor non uccide
ma dà vita e sorride
per gioie celestiali
come ora fa
(avvicinandosi a Butterfly e
carezzandole il viso)
nei tuoi lunghi occhi ovali
(Butterfly, con subito movimento si ritrae
dalla carezza ardente di Pinkerton)
BUTTERFLY
(con intenso sentimento)
Adesso voi
(entusiasmandosi)
siete per me
l'occhio del firmamento.
E mi piaceste dal primo momento
che vi ho veduto.
(Ha un moto di spavento e fa atto di turarsi
gli orecchi, come se ancora avesse ad udire
le urla die parenti: poi si rassicura e con
fiducia si rivolge a Pinkerton.)
Siete alto, forte.
Rideste con modi si palesi
e dite corse che mai non intesi.
Or son contenta, or son contenta.
(Notte completa: cielo purissimo e
stellato. Avvicinandosi lentamente a
Pinkerton seduto sulla panca nel giardino.
Si inginocchia ai piedi di Pinkerton e lo
guarda con tenerezza, quasi supplichevole.)
Vogliatemi bene,
un ben piccolino,
un bene da bambino,
quale a me si conviene.
Vogliatemi bene.
Noi siamo gente avvezza
alle piccole cose
umili e silenziose,
ad una tenerezza
sfiorante e pur profonda
come il ciel, come l'onda del mare!
PINKERTON
Dammi ch'io baci le tue mani care.
Mia Butterfly!...
come t'han ben nomata
tenue farfalla...
BUTTERFLY
(a queste parole Butterfly si rattrista
e ritira le mani)
Dicon che oltre mare
se cade in man dell'uom,
(con paurosa espressione)
ogni farfalla
da uno spillo è trafitta
(con strazio)
ed in tavole infitta!
PINKERTON
(riprendendo dolcemente le mani
a Butterfly e sorridendo)
Un po' di vero c'è.
E tu lo sai perché?
Perché non fugga più.
(con entusiasmo e affettuosamente
abbracciandola)
Io t'ho ghermita
Ti serro palpitante.
Sei mia.
BUTTERFLY
(abbandonandosi)
Sì, per la vita.
PINKERTON
Vieni, vieni!
(Butterfly si ritira, stupida
per la sua audacia)
Via dall'anima in pena
l'angoscia paurosa.
(indica il cielo stellato)
È notte serena!
Guarda: dorme ogni cosa!
BUTTERFLY
(guardando il cielo, estatica)
Ah! Dolce notte!
PINKERTON
Vieni, vieni!
BUTTERFLY
Quante stelle!
Non le vidi mai sì belle!
PINKERTON
È notte serena!
Ah! vieni, vieni!
È notte serena!
Guarda: dorme ogni cosa!
BUTTERFLY
Dolce notte! Quante stelle!
PINKERTON
Vieni, vieni!
BUTTERFLY
Non le vidi mai sì belle!
PINKERTON
vieni, vieni!...
BUTTERFLY
Trema, brilla ogni favilla ...
PINKERTON
Vien, sei mia!...
BUTTERFLY
... col baglior d'una pupilla! Oh!
Oh! quanti occhi fissi, attenti
(Lucciole intorno dei amanti
tra gli fiori e gli arbusti)
PINKERTON
(con cupido amore)
Via l'angoscia dal tuo cor!
BUTTERFLY
Quanti occhi fissi, attenti...
PINKERTON
Ti serro palpitante.
Sei mia. Ah!
BUTTERFLY
... d'ogni parte
A riguardar!
PINKERTON
Vien, vien, sei mia, ah!
BUTTERFLY
Pei firmamenti, via pei lidi,
via pel mare.
PINKERTON
Vieni, guarda:
Dorme ogni cosa!
BUTTERFLY
Ah! Quanti occhi
fissi, attenti,
d'ogni parte a riguardar,
pei firmamenti,
via pei lidi, via pel mare!
Quanti sguardi ride il ciel!
Ah! Dolce notte!
Tutto estatico d'amor, ride il ciel!
PINKERTON
Ah! vien, Ah! vien! sei mia!
(Salgono dal giardino nella casetta.)
(Cala il sipario.)
ATTO SECONDO
(Interno della casetta di Butterfly)
(Si alzo il sipario.)
(Le pareti sono chiuse lasciando la camera
in una semioscurità. Suzuki prega,
raggomitolata davanti all'immagine di
Buddha: suona di quando in quando la
campanella delle preghiere. Butterfly è
stesa a terra, appoggiando la testa nelle
palme delle mani.)
SUZUKI
(pregando)
E Izagi ed Izanami,
Sarundasico e Kami...
(interrompendosi)
Oh! la mia testa!
(suona la campanella per richiamare
l'attenzione degli Dei)
E tu Ten-Sjoodaj!
(con voce di pianto, guardando Butterfly)
fate che Butterfly non pianga più,
mai più, mai più!
BUTTERFLY
(senza moversi)
Pigri ed obesi
son gli Dei giapponesi.
L'americano Iddio son persuasa
ben più presto risponde
a chi l'implori.
Ma temo ch'egli ignori
che noi stiam qui di casa.
(rimane pensierosa)
(Suzuki si alza, apre la parete del
fondo verso il giardino.)
Suzuki, è lungi la miseria?
(Suzuki va ad un piccolo mobile ed apre
un cassetto cercando delle monete.)
SUZUKI
(va presso Butterfly mostrandole
poche monete)
Questo è l'ultimo fondo.
BUTTERFLY
Questo? Oh! troppe spese!
(ripone il danaro nel piccolo
mobile e lo chiude)
SUZUKI
(sospirando)
S'egli non torna e presto,
siamo male in arnese.
BUTTERFLY
(decisa, alzandosi)
Ma torna.
SUZUKI
(crollando la testa)
Tornerà!
BUTTERFLY
(indispettita, avvicinandosi a Suzuki)
Perché dispone
che il Console provveda alla pigione,
rispondi su!
(Suzuki tace)
(sempre insistendo)
Perché con tante cure
la casa rifornì di serrature,
s'ei non volessi ritornar mai più?
SUZUKI
Non lo so.
BUTTERFLY
(un poco irritata e meravigliata
di tanta ignoranza)
Non lo sai?
(ritornando calma e con
fiducioso orgoglio)
Io te lo dico.
Per tener ben fuori le zanzare, i parenti
ed i dolori, e dentro,
con gelosa custodia,
la sua sposa,
la sua sposa che son io: Butterfly.
SUZUKI
(poco convinta)
Mai non s'è udito
di straniero marito
che sia tornato al suo nido.
BUTTERFLY
(furibonda afferra Suzuki)
Ah! Taci! o t'uccido.
(insistendo nel persuadere Suzuki)
Quell'ultima mattina:
tornerete, signor? gli domandai.
Egli, col cuore grosso,
per celarmi la pena...
sorridendo rispose:
O Butterfly, piccina mogliettina,
tornerò colle rose
alla stagion serena
quando fa la nidiata
il petti rosso.
(calma e convinta si sdraia per terra)
Tornerà.
SUZUKI
(con incredulità)
Speriam.
BUTTERFLY
(insistendo)
Dillo con me: Tornerà.
SUZUKI
(per compiacerla ripete, ma con dolore)
Tornerà...
(scoppia in pianto)
BUTTERFLY
(sorpresa)
Piangi? Perché? perché?
Ah, la fede ti manca...
(fiduciosa e sorridente)
Senti.
(fa la scena come si realmente vi
assistesse e si avvicina poco a poco
allo shosi del fondo)
Un bel dì, vedremo
levarsi un fil di fumo
dall'estremo confin del mare. E poi la nave
appare. Poi la nave bianca
entra nel porto, romba il
suo saluto. Vedi? È venuto!
Io non gli scendo incontro.
Io no. Mi metto là sul ciglio del
colle e aspetto, e aspetto gran tempo
e non mi pesa, la lunga attesa.
E uscito dalla folla cittadina
un uomo, un picciol punto
s'avvia per la collina.
Chi sarà? chi sarà?
E come sarà giunto
che dirà? che dirà? Chiamerà
Butterfly dalla lontana.
Io senza dar risposta
me ne starò nascosta un po' per celia...
e un po' per non morire
al primo incontro,
ed egli alquanto in pena chiamerà, chiamerà:
piccina mogliettina olezzo di verbena,
i nomi che mi dava
al suo venire
(a Suzuki)
Tutto questo avverrà, te lo prometto.
Tienti la tua paura,
io con sicura fede l'aspetto.
(Butterfly e Suzuki si abbracciano
commosse Butterfly congeda Suzuki,
che esce dall'uscio di sinistra, e la segue
mestamente collo sguardo. Nel giardino
compariscono Goro e Sharpless. Goro
guarda entro la camera, scorge Butterfly
e dice a Sharpless che lo segue:)
GORO
C'è. Entrate.
(Goro sparisce nel giardino.)
SHARPLESS
(affacciandosi, bussa discretamente
contro la parete del fondo)
Chiedo scusa...
(Sharpless scorge Butterfly la quale
udendo entrare qualcuno si è mossa.)
Madama Butterfly...
BUTTERFLY
(senza volgersi, ma correggendo)
Madama Pinkerton. Prego.
(si volge e riconoscendo il Console
batte le mani per allegrezza)
Oh!
(Suzuki entra premurosamente e prepara
un tavolino coll'occorrente per fumare)
(allegramente)
il mio signor Console, signor Console.
SHARPLESS
(sorpreso)
Mi ravvisate?
BUTTERFLY
(facendo gli onori di casa)
Benvenuto in casa americana.
SHARPLESS
Grazie.
(Butterfly, invita il Console a sedere
presso il tavolino: Sharpless si lascia
cadere grottescamente su di un cuscino:
Butterfly si siede dall'altra parte e
sorride maliziosamente dietro il ventaglio
vedendo l'imbarazzo del Console;
poi con molta grazia gli chiede:)
BUTTERFLY
Avi, antenati
tutti bene?
SHARPLESS
(ringrazia sorridendo)
Ma spero.
BUTTERFLY
(fa cenno a Suzuki di preparare
la pipa)
Fumate?
SHARPLESS
Grazie.
(desideroso di spiegare lo scopo per
cui è venuto, cava una lettera di tasca)
Ho qui...
BUTTERFLY
(interrompendolo, senza accorgersi
della lettera)
Signore, io vedo il cielo azzurro.
(dopo aver tirata una boccata dalla
pipa che Suzuki ha preparata, l'offre
al Console.)
SHARPLESS
(rifiutando)
Grazie...
(tentando ancora di riprendere il discorso)
Ho...
BUTTERFLY
(depone la pipa sul tavolino e assai
premurosa dice:)
Preferite forse
le sigarette americane?
(ne offre)
SHARPLESS
(un po' seccato ne prende una)
Grazie.
(e tenta continuare il discorso)
Ho da mostrarvi...
(si alza)
BUTTERFLY
(porge a Sharpless un fiammifero acceso)
A voi.
SHARPLESS
(accende la sigaretta, ma poi la depone
subito e presentando la lettera si siede
sullo sgabello)
Mi scrisse
Benjamin Franklin Pinkerton.
BUTTERFLY
(con grande premura)
Davvero! È in salute?
SHARPLESS
Perfetta
BUTTERFLY
(alzandosi con grande letizia)
Io son la donna più lieta del Giappone.
(Suzuki è in faccende per preparare il thè.)
Potrei farvi una domanda?
SHARPLESS
Certo.
BUTTERFLY
(torna a sedere)
Quando fanno il lor nido in America
i pettirossi?
SHARPLESS
(stupito)
Come dite?
BUTTERFLY
Sì, prima o dopo di qui?
SHARPLESS
Ma perché?
(Goro che si aggira nel giardino, si
avvicina alla terrazza e ascolta, non
visto, quanto dice Butterfly.)
BUTTERFLY
Mio marito m'ha promesso,
di ritornar nella stagion beata
che il pettirosso rifà la nidiata.
Qui l'ha rifatta per ben tre volte
ma può darsi che di là
usi nidiar men spesso.
(Goro s'affaccia e fa una risata)
(volgendosi)
Chi ride
(vedendo Goro)
Oh, c'è il nakodo!
(piano a Sharpless)
Un uom cattivo.
GORO
(avanzandosi e inchinandosi ossequioso)
Godo...
BUTTERFLY
Zitto!
(a Goro che s'inchina di nuovo e
si allontana nel giardino)
(a Sharpless)
Egli osò... No...
(cambiando idea)
prima rispondete alla dimanda mia.
SHARPLESS
(imbarazzato)
Mi rincresce, ma ignoro...
Non ho studiato ornitologia,
BUTTERFLY
Orni...
SHARPLESS
...tologia.
BUTTERFLY
Non lo sapete insomma.
SHARPLESS
(ritenta di tornare in argomento)
No. Dicevamo...
BUTTERFLY
(lo interrompe, seguendo la sua idea)
Ah, sì. Goro, appena B.F. Pinkerton
fu in mare mi venne ad assediare
con ciarle e con presenti per ridarmi
ora questo, or quel marito.
Or promette tesori
per uno scimunito...
GORO
(intervenendo per giustificarsi, entra
nella stanza e si rivolge a Sharpless)
Il ricco Yamadori
Ella è povera in canna.
I suoi parenti l'han tutti rinnegata.
(al di là della terrazza si vede giungere
il Principe Yamadori in un palanchino,
attorniato dai servi. vede Yamadori e
lo indica a Sharpless sorridendo)
BUTTERFLY
(A Sharpless)
Eccolo, attenti!
(Yamadori, accolto da Goro genuflesso,
scende dai palanchino, saluta il Console
e Butterfly, che si è avvicinata alla parete
del fondo; Yamadori si siede sulla terrazza
rivolto rispettosamente verso Butterfly la
quale s'inginocchia nella stanza.)
BUTTERFLY
(a Yamadori)
Yamadori,
ancor le pene dell'amor
non v'han deluso?
Vi tagliate ancor le vene
se il mio bacio vi ricuso?
YAMADORI
Tra le cose più moleste
è l'inutil sospirar.
BUTTERFLY
(con graziosa malizia)
Tante mogli omai toglieste,
vi doveste abituar.
YAMADORI
L'ho sposate tutto quante
e il divorzio mi francò.
BUTTERFLY
Obbligata.
YAMADORI
A voi però giurerei
fede costante.
SHARPLESS
(sospirando, rimette in tasca
la lettera)
Il messaggio, ho gran paura,
a trasmetter non riesco.
GORO
(con enfasi, indicando Yamadori)
Ville, servi, oro,
ad Omara un palazzo principesco.
BUTTERFLY
(con serietà)
Già legata è la mia fede...
GORO, YAMADORI
(a Sharpless)
Maritata ancor si crede.
BUTTERFLY
(alzando di scatto)
Non mi credo,
sono, sono!
GORO
Ma la legge...
BUTTERFLY
Io non la so.
GORO
...per la moglie, l'abbandono
al divorzio equiparò
BUTTERFLY
La legge giapponese
non già del mio paese.
GORO
Quale?
BUTTERFLY
Gli Stati Uniti
SHARPLESS
(fra sè)
Oh, l'infelice!
BUTTERFLY
(nervosissima, accalorandosi)
Si sa che aprir la porta e la moglie cacciar
per la più corta qui divorziar si dice.
Ma in America questo
non si può
(a Sharpless)
Vero?
SHARPLESS
(imbarazzato)
Vero... Però...
BUTTERFLY
(lo interrompe rivolgendosi a
Yamadori ed a Goro trionfante)
Là un bravo giudice serio, impettito
dice al marito:
"Lei vuol andarsene?
Sentiam perché"
"Sono seccato del coniugato!"
E il magistrato:
(comicamente)
"Ah, mascalzone,
presto in prigione!"
(per troncare il discorso ordina a Suzuki)
Suzuki, il thè.
(Butterfly va presso Suzuki che à già
preparato il thè, e lo versa nelle tazze)
YAMADORI
(sottovoce a Sharpless)
Udiste?
SHARPLESS
(sottovoce)
Mi rattrista una sì piena cecità
GORO
(sottovoce a Sharpless e Yamadori)
Segnalata è già
la nave di Pinkerton.
YAMADORI
(disperato)
Quand'essa lo riveda...
SHARPLESS
(sottovoce ai due)
Egli non vuol mostrarsi.
Io venni appunto
per levarla d'inganno...
(vedendo che Butterfly, seguita da
Suzuki, si avvicina per offrire il thè,
tronca il discorso.)
BUTTERFLY
(offrendo il thè a Sharpless)
Vostra Grazia permette?
(apre il ventaglio e dietro a questo
accenna ai due, ridendo)
Che persone moleste!
(Yamadori s'alza per andarsene)
YAMADORI
(sospirando)
Addio. Vi lascio il cuor
pien di cordoglio:
ma spero ancor...
BUTTERFLY
Padrone.
YAMADORI
(Yamadori s'avvia per uscire, poi
torna indietro presso Butterfly)
Ah! se voleste...
BUTTERFLY
Il guaio è che non voglio...
(Yamadori, dopo aver salutato Sharpless,
sospirando, se ne va, sale nel palanchino
e si allontana seguito dai servi e da Goro.
Butterfly ride ancora dietro il ventaglio.
Sharpless siede sullo sgabello, assume
un fare grave, serio, poi con gran rispetto
ed una certa commozione invita
Butterfly a sedere, e torna a tirar fuori
di tasca la lettera.)
SHARPLESS
Ora a noi. Sedete qui;
(mostrando la lettera)
legger con me volete questa lettera?
BUTTERFLY
(prendendo la lettera)
Date.
(baciandola)
Sulla bocca,
(mettendola sul cuore)
sul cuore...
(a Sharpless, gentilmente)
Siete l'uomo migliore del mondo.
(rende la lettera e si mette ad
ascoltare cola massima attenzione)
Incominciate.
SHARPLESS
(leggendo)
"Amico, cercherete quel
bel fior di fanciulla..."
BUTTERFLY
(non può trattenersi e con gioia esclama)
Dice proprio così?
SHARPLESS
(serio)
Sì, così dice, ma se ad ogni momento...
BUTTERFLY
(rimettendosi tranquilla,
torna ad ascoltare)
Taccio, taccio, più nulla.
SHARPLESS
"Da quel tempo felice,
tre anni son passati."
BUTTERFLY
(interrompe la lettura)
Anche lui li ha contati!
SHARPLESS
(riprende)
"E forse Butterfly
non mi rammenta più.
BUTTERFLY
(sorpresa molto, volgendosi a Suzuki)
Non lo rammento?
Suzuki, dillo tu.
(ripete come scandalizzata
le parole della lettera)
"Non mi rammenta più"!
(Suzuki esce per la porta di sinistra
asportando il thè.)
SHARPLESS
(fra sè)
Pazienza!
(seguita a leggere)
"Se mi vuol bene ancor,
se m'aspetta"
BUTTERFLY
(prendendo la lettera dallo mani di
Sharpless, esclama con viva tenerezza:)
Oh, le dolci parole!
(bacia la lettera)
Tu, benedetta!
SHARPLESS
(riprende la lettera e seguita a leggerla
imperterrito ma con voce tremante per
l'emozione)
A voi mi raccomando, perché
vogliate con circospezione
prepararla...
BUTTERFLY
(con affanno, ma lieta)
Ritorna...
SHARPLESS
...al colpo...
BUTTERFLY
(si alza saltando di gioia e
battendo le mani)
Quando? presto! presto!
SHARPLESS
(sbuffando)
Benone!
(si alza di scatto e ripone
la lettera in tasca)
(fra sè)
Qui troncarla conviene...
(indispettito)
Quel diavolo d'un Pinkerton!
(guarda Butterfly negli
occhi serissimo)
Ebbene,
che fareste, Madama Butterfly,
s'ei non dovesse ritornar più mai?
(Butterfly immobile, come colpita
a morte, china la testa e risponde
con sommessione infantile,
quasi balbettando:)
BUTTERFLY
Due cose potrei far:
tornar a divertir la gente,
col cantar...
oppur, meglio, morire.
(Sharpless è vivamente commosso e
passeggia agitatissimo; poi torna
verso Butterfly, le prende le due mani
e con paterna tenerezza le dice:)
SHARPLESS
Di strapparvi assai mi costa
dai miraggi ingannatori.
Accogliete la proposta
di quel ricco Yamadori.
BUTTERFLY
(con voce rotta dal pianto e ritirando
le mani)
Voi, voi, signor, mi dite questo!
Voi?
SHARPLESS
(imbarazzato)
Santo Dio, come si fa?
BUTTERFLY
(batte le mani e Suzuki accorre)
Qui, Suzuki, presto, presto,
che Sua Grazia se ne va.
(Suzuki entra frettolosa)
SHARPLESS
(fa per avviarsi ad uscire)
Mi scacciate?
BUTTERFLY
(Butterfly, pentita, corre a Sharpless e
singhiozzando lo trattiene)
Ve ne prego: già l'insistere non vale.
(congeda Suzuki, la quale va nel giardino)
SHARPLESS
(scusandosi)
Fui brutale, non lo nego.
BUTTERFLY
(dolorosamente, portandosi
la mano al cuore)
Oh, mi fate tanto male,
tanto male, tanto, tanto!
(Butterfly vacilla; Sharpless fa per
sorreggerla, ma Butterfly si domina subito)
Niente, niente!
Ho creduto morir.
Ma passa presto
come passan le nuvole sul mare.
(prendendo una risoluzione)
Ah! m'ha scordata?
(Butterfly corre nella stanza di sinistra.
Butterfly rientra trionfalmente tenendo
il suo bambino seduto sulla spalla sinistra
e lo mostra a Sharpless)
(con entusiasmo)
E questo? E questo?
E questo, egli potrà pure scordare?
(depone il bambino a terra e lo
tiene stretto a sè)
SHARPLESS
(con emozione)
Egli è suo?
BUTTERFLY
(indicando mano mano, con dolcezza
e con un po' di agitazione)
Chi vide mai a bimbo del Giappon
occhi azzurrini?
E il labbro?
E i ricciolini d'oro schietto?
SHARPLESS
(sempre più commosso)
È palese, e Pinkerton lo sa?
BUTTERFLY
No. No.
(con passione)
È nato quand'egli stava
in quel suo gran paese.
Ma voi
(accarezzando il bimbo)
gli scriverete
che l'aspetta un figlio senza pari!
E mi saprete dir
s'ei non s'affretta
per le terre e pei mari!
(mettendo il bimbo a sedere sul cuscino
e inginocchiandosi vicino a lui)
(bacia teneramente il bambino)
Sai cos'ebbe cuore di pensare
(indicando Sharpless)
quel signore?
(pigliando il bimbo in braccio)
Che tua madre dovrà prenderti
in braccio ed alla pioggia e al vento
andar per la città
a guadagnarsi il pane e il vestimento.
Ed alle impietosite genti
la man tremante stenderà
gridando: Udite, udite
la triste mia canzon.
A un infelice madre la carità,
muovetevi a pietà....
(si alza, mentre il bimbo rimane seduto
sul cuscino giocando con una bambola)
E Butterfly, orribile destino,
danzerà per te,
E come fece già
(rialza il bimbo e colle mani levate l
o fa implorare)
La Ghesciacanterà!
E la canzon giuliva e lieta
in un sighiozzo finirà!
(buttandosi a' ginocchi davanti a Sharpless)
Ah! no, no! questo mai!
questo mestier che al disonore porta!
Morta! morta!
Mai più danzar!
Piuttosto la mia vita vo' troncar!
Ah! Morta!
(cade a terra vicino al bimbo che
abbraccia strettamente ed accarezza
con moto convulsivo)
SHARPLESS
(fra sè)
(non può trattenere le lagrime)
Quanta pietà!
(vincendo la propria emozione, a Butterfly)
Io scendo al piano. Mi perdonate?
(Butterfly con atto gentile dà la mano
a Sharpless che la stringe nelle sue con
effusione.)
BUTTERFLY
(volgendosi al bimbo prende una mano
e la mette in quella di Sharpless)
A te, dagli la mano.
SHARPLESS
I bei capelli biondi!
(lo bacia)
Caro, come ti chiamano?
BUTTERFLY
(al bimbo, con grazia infantile)
Rispondi: Oggi il mio nome è Dolore.
Però dite al babbo,
scrivendogli,
che il giorno del suo ritorno,
(alzandosi)
Gioia, Gioia mi chiamerò!
SHARPLESS
Tuo padre lo saprà, te lo prometto...
(fa un saluto a Butterfly ed esce
rapidamente dalla porta di destra)
SUZUKI
(di fuori, gridando)
Vespa! Rospo maledetto!
(entra trascinando con violenza Goro
che tenta inutilmente di sfuggirle.)
(Grido acuto di Goro.)
BUTTERFLY
(a Suzuki)
Che fu?
SUZUKI
Ci ronza intorno il vampiro!
e ogni giorno ai quattro venti spargendo va
che niuno sa chi padre al bimbo sia!
(lascia Goro)
GORO
(protestando, con voce di paura)
Dicevo... solo...
che là in America
(avvicinandosi al bambino e indicandolo)
quando un figliolo è nato maledetto
(Butterfly istintivamente si mette innanzi
al bambino, come per difenderlo.)
trarrà sempre reietto la vita fra le genti!
(grido selvaggio di Butterfly, corre
presso al reliquario e prende il coltello
che sta appeso)
BUTTERFLY
(con voce selvaggia)
Ah! tu menti! menti! menti!
Ah! menti!
(afferra Goro, che cade a terra, e
minaccia d'ucciderlo. Goro emette
grida fortissime, disperate, prolungate.)
Dillo ancora e t'uccido!
SUZUKI
No!
(intromettendosi: poi, spaventata a tale
scena, prende il bimbo e lo porta nella
stanza a sinistra)
BUTTERFLY
(lo respinge col piede)
Va via!
(Goro fugge. Butterfly rimane immobile
come impietrita. Butterfly si scuote a
poco a poco e va a riporre il coltello.)
(volgendo commossa il pensiero
al suo bambino)
Vedrai, piccolo amor,
mia pena e mio conforto,
mio piccolo amor...
Ah! vedrai che il tuo vendicator
(esaltandosi)
ci porterà lontano, lontan, nella sua terra,
lontan ci porterà
(Colpo di cannone sulla scena)
SUZUKI
Il cannone del porto!
(Butterfly e Suzuki corrono
verso il terrazzo.)
Una nave da guerra...
BUTTERFLY
Bianca, bianca...
il vessillo Americano delle stelle...
Or governa per ancorare.
(prende sul tavolino un cannocchiale e
corre sul terrazzo ad osservare. Tutta
tremante per l'emozione, appunta il
cannocchiale verso il porto e dice a
Suzuki:)
Reggimi la mano ch'io ne discerna il nome,
Il nome, il nome.
Eccolo: Abramo Lincoln!
(dà il cannocchiale a Suzuki e rientra nella
stanza in preda a una grande esaltazione)
Tutti han mentito! tutti, tutti!
sol io lo sapevo, sol io che l'amo.
(a Suzuki)
Vedi lo scimunito tuo dubbio?
È giunto! è giunto!
è giunto! proprio nel punto
che ognun diceva: piangi e dispera...
Trionfa il mio amor! il mio amor;
la mia fe' trionfa intera:
ei torna e m'ama!
(giubilante, corre sul terrazzo. A
Suzuki che l'ha seguita sul terrazzo)
Scuoti quella fronda di ciliegio
e m'innonda di fior.
Io vo' tuffar nella pioggia odorosa
l'arsa fronte.
(singhiozzando per tenerezza)
SUZUKI
(calmandola)
Signora, quetatevi... quel pianto...
BUTTERFLY
(ritorna con Suzuki nella stanza)
No, rido, rido!
Quanto lo dovremo aspettar?
Che pensi? Un'ora!
SUZUKI
Di più!
BUTTERFLY
Due ore forse.
(aggirandosi per la stanza)
Tutto, tutto sia pien di fior,
come la notte è di faville.
(accenna a Suzuki di andare nel giardino)
Va pei fior.
SUZUKI
(dal terrazzo)
Tutti i fior?
BUTTERFLY
(a Suzuki gaiamente)
Tutti i fior, tutti, tutti.
Pesco, viola, gelsomin,
quanto di cespo, o d'erba,
o d'albero fiorì.
SUZUKI
(nel giardino ai piedi del terrazzo)
Uno squallor d'inverno sarà
tutto il giardin!
(coglie fiori nel giardino)
BUTTERFLY
Tutta la primavera voglio
che olezzi qui.
SUZUKI
(dal giardino)
Uno squallor d'inverno sarà
tutto il giardin.
(appare ai piedi del terrazzo con un
fascio di fiori che sporge a Butterfly)
A voi signora.
BUTTERFLY
(prendendo i fiori dalle mani di Suzuki)
Cogline ancora.
(Butterfly dispone i fiori nei vasi, mentre
Suzuki scende ancora nel giardino.)
SUZUKI
(dal giardino)
Soventi a questa siepe veniste
a riguardare lungi,
piangendo nella deserta immensità.
BUTTERFLY
Giunse l'atteso,
nulla più chiedo al mare;
diedi pianto alla zolla,
essa i suoi fior mi dà.
SUZUKI
(appare nuovamente sul terrazzo
colle mani piene di fiori)
Spoglio è l'orto.
BUTTERFLY
Spoglio è l'orto?
Vien, m'aiuta.
SUZUKI
Rose al varco della soglia
(Butterfly e Suzuki spargono fiori ovunque)
BUTTERFLY, SUZUKI
Tutta la primavera
voglio che olezzi qui.
Seminiamo intorno april,
SUZUKI
Tutta la primavera, tutta, tutta.
Gigli? viole?
BUTTERFLY
(gettando fiori)
Tutta la primavera
voglio che olezzi qui...
intorno, intorno spandi.
SUZUKI
Seminiamo intorno april.
BUTTERFLY
Seminiamo intorno april.
Il suo sedil s'inghirlandi,
SUZUKI
Gigli, rose spandi,
BUTTERFLY
...di convolvi s'inghirlandi.
BUTTERFLY, SUZUKI
(gettando fiori mentre colla persona
seguono il ritmo con un blando
ondeggiare di danza)
Gettiamo a mani piene
mammole e tuberose,
corolle di verbene,
petali d'ogni fior!
Corolle di verbene,
petali d'ogni fior!
(Suzuki dispone due lampade vicino
alla toeletta dove si accoscia Butterfly.)
BUTTERFLY
(a Suzuki)
Or vienmi ad adornar.
No! pria portami il bimbo.
(Suzuki va nella stanza a sinistra e porta il
bambino che fa sedere vicino a Butterfly,
mentre questa si guarda in un piccolo
specchio a mano e dice tristemente:)
non son più quella!
Troppi sospiri
la bocca mandò,
e l'occhio riguardò
nel lontan troppo fiso.
(a Suzuki)
Dammi sul viso un tocco di carminio
(prende un pennello e mette del rosso
sulle guance del suo bimbo)
ed anche a te, piccino,
perché la veglia non ti faccia
vote per pallore le gote.
SUZUKI
(invitandola a stare tranquilla)
Non vi movete,
che v'ho a ravviare i capelli.
BUTTERFLY
(sorridendo a questo pensiero)
Che ne diranno!
E lo zio Bonzo?
(con una punta di stizza)
già del mio danno
tutti contenti!
(sorridente)
E Yamadori coi suoi languori!
Beffati, scornati, beffati,
spennati gli ingrati!
SUZUKI
(ha terminato la toeletta)
È fatto.
BUTTERFLY
(a Suzuki)
L'obi che vestii da sposa.
Quà' ch'io lo vesta.
(Mentre Butterfly indossa la veste,
Suzuki mette l'altra al bambino)
BUTTERFLY
Vo' che mi veda indosso
il vel del primo dì!
(a Suzuki, che ha finito
d'abbigliare il bambino)
E un papavero rosso nei capelli.
(Suzuki punta il fiore nei
capelli di Butterfly,)
Così.
(con grazia infantile fa cenno a
Suzuki di chiudere lo shosi.)
Nello shosi or farem tre forellini
per riguardar, e starem zitti
come topolini ad aspettar...
(Scende sempre più la notte. Suzuki chiude
lo shosi nel fondo. Butterfly conduce il
bambino presso lo shosi e fa tre fori nello
shosi: uno alto per sè, uno più basso per
Suzuki ed il terzo ancor più basso pel
bimbo, che fa sedere su di un cuscino,
accennandogli di guardare attento fuori
del foro preparatogli. Suzuki dopo aver
portato le due lampade vinico alle shosi,
si accoscia e spia essa pure all'esterno.
Butterfly si pone innanzi al foro più alto e
spiando da esso rimane immobile, rigida
come una statua; il bimbo, che sta fra la
madre e Suzuki, guarda fuori curiosamente.
È notte; i raggi lunari illuminano
dall'esterno lo shosi. Il bimbo si
addormenta, rovesciandosi all'indietro,
disteso sul cuscino e Suzuki si addormenta
pure, rimandando accosciata: solo
Butterfly rimane sempre ritta ed immobile.
Da lontano si sentono le che cantano a
bocca chiusa. Cala lentamente il sipario.)
ATTO TERZO
(S'alza il sipario.)
(Butterfly, sempre immobile, spia al di
fuori; il bimbo, rovesciato sul cuscino,
dorme e dorme pure Suzuki, ripiegata
sulla persona.)
MARINAI
(della baia, lontanissimi)
Oh eh! oh eh! oh eh!
oh eh! oh eh! oh eh!
oh eh! oh eh! oh eh!
oh eh! oh eh! oh eh!
oh eh! oh eh! oh eh!
(Rumori di catene, di ancore e di manovre
marinaresche. Fischi d'uccelli dal giardino.
Comincia l'alba. L'alba sorge rosea. Spunta
l'aurora. Al di fuori risplende il sole.)
SUZUKI
(svegliandosi di soprassalto)
Già il sole!
(si alza, va verso Butterfly e le
batte sulla spalla)
Cio-cio-san...
BUTTERFLY
(si scuote e fidente dice:)
Verrà, verrà, vedrai.
(vede il bimbo addormentato e lo prende
sulle braccia, avviandosi verso la stanza
a sinistra)
SUZUKI
Salite a riposare, affranta siete
al suo venire... vi chiamerò.
BUTTERFLY
(salendo la scaletta)
Dormi amor mio, dormi sul mio cor.
Tu se con Dio ed io col mio dolor...
A te i rai degli astri d'or.
Bimbo mio dormi!
(entra nella camera a sinistra)
SUZUKI
(mestamente, crollando la testa)
Povera Butterfly!
BUTTERFLY
(voce un po' lontana)
Dormi amor mio, dormi sul mio cor.
(voce più lontana)
Tu sei con Dio ed io col mio dolor.
SUZUKI
Povera Butterfly!
(si batte lievemente all'uscio d'ingresso.)
Chi sia?
(si batte più forte. Suzuki va ad
aprire lo shosi nel fondo.)
(grida, per la grande sorpresa)
Oh!
SHARPLESS
(sul limitare dell'ingresso fa cenni
a Suzuki di silenzio)
Stz!
PINKERTON
(raccomanda a Suzuki di tacere)
Zitta! zitta!
SHARPLESS
Zitta! zitta!
(Pinkerton e Sharpless entrano
cautamente in punta di piedi.)
PINKERTON
(premurosamente a Suzuki)
Non la destar.
SUZUKI
Era stanca sì tanto!
Vi stette ad aspettare
tutta la notte col bimbo.
PINKERTON
Come sapea?
SUZUKI
Non giunge da tre anni
una nave nel porto,
che da lunge Butterfly
non ne scruti il color, la bandiera.
SHARPLESS
(a Pinkerton)
Ve lo dissi?
SUZUKI
(per andare)
La chiamo...
PINKERTON
(fermando Suzuki)
No: non ancor.
SUZUKI
(indicando la stanza fiorita)
Lo vedete,
ier sera, la stanza volle sparger di fiori.
SHARPLESS
(commosso, a Pinkerton)
Ve lo dissi?
PINKERTON
(turbato)
Che pena!
SUZUKI
(Suzuki sente rumore nel giardino,
va a guardare fuori ed esclama con
meraviglia:)
Chi c'è là fuori nel giardino?
Una donna!
PINKERTON
(va da Suzuki e la riconduce sul
davanti, raccomandandole di
parlare sottovoce)
Zitta!
SUZUKI
(agitata)
Chi è? chi è?
SHARPLESS
Meglio dirle ogni cosa...
SUZUKI
(sgomenta)
Chi è? chi è?
PINKERTON
(imbarazzato)
È venuta con me.
SUZUKI
Chi è? chi è?
SHARPLESS
(con forza repressa ma deliberatamente)
È sua moglie!
SUZUKI
(sbalordita, alza le braccia al cielo, poi si
precipita in ginocchio colla faccia a terra)
Anime sante degli avi!
Alla piccina s'è spento il sol,
s'è spento il sol!...
SHARPLESS
(calma Suzuki e la solleva da terra)
Scegliemmo quest'ora mattutina
per ritrovarti sola, Suzuki,
e alla gran prova un aiuto, un sostegno
cercar con te.
SUZUKI
(desolata)
Che giova? Che giova?
(Sharpless prende a parte Suzuki e cerca
colla persuasione di averne il consenso,
mentre Pinkerton, sempre più agitato,
si aggira per la stanza ed osserva)
SHARPLESS
Io so che alle sue pene
non ci sono conforti!
Ma del bimbo conviene
assicurar le sorti!
PINKERTON
Oh, l'amara fragranza di questi fior,
velenosa al cor mi va.
SHARPLESS
La pietosa che entrar non osa
materna cura
del bimbo avrà
SUZUKI
O, me trista!
E volete ch'io
chieda ad una madre...
PINKERTON
Immutata è la stanza
dei nostri amor...
SHARPLESS
Suvvia, parla...
PINKERTON
Ma un gel di morte vi sta.
SHARPLESS
.. Con quella pia e conducila qui.
SUZUKI
..e volete ch'io
chieda ad una madre...
PINKERTON
(va verso il simulacro di Buddha,
vede il proprio ritratto)
Il mio ritratto.
SUZUKI
Oh! me trista!
SHARPLESS
S'anche la veda Butterfly, non importa.
PINKERTON
Tre anni son passati,
SHARPLESS
Anzi, meglio se accorta del vero si
facesse alla sua vista,
Suvvia, parla, ecc.
SUZUKI
Oh! me trista!
PINKERTON
...e noverati n'ha i giorni e l'ore!
(Suzuki spinta da Sharpless va nel giardino
a raggiungere Mistress Pinkerton)
SHARPLESS
Vien, Suzuki, vien!
PINKERTON
(vinto dall'emozione e non potendo
trattenere il pianto si avvicina a
Sharpless e gli dice risolutamente:)
Non posso rimaner,
SUZUKI
(andandosene)
Oh! me trista!
PINKERTON
Sharpless, v'aspetto per via.
SHARPLESS
Non ve l'avevo detto?
PINKERTON
Datele voi qualche soccorso:
mi struggo dal rimorso
SHARPLESS
Vel dissi? vi ricorda?
quando la man vi diede:
"badate! Ella ci crede"
e fui profeta allor!
Sorda ai consigli,
sorda ai dubbi,
vilipesa nell'ostinata
attesa raccolse il cor.
PINKERTON
Sì, tutto in un istante io vedo il fallo mio
e sento che di questo tormento tregua
mai non avrò, mai non avrò! no!
SHARPLESS
Andate:
il triste vero da sola apprenderà.
PINKERTON
(dolcemente con rimpianto)
Addio fiorito asil,
di letizia e d'amor.
Sempre il mite suo sembiante
con strazio atroce vedrò.
SHARPLESS
Ma or quel sincero presago è già.
PINKERTON
Addio, fiorito asil,
SHARPLESS
Vel dissi, vi ricorda?
e fui profeta allor.
PINKERTON
Non reggo al tuo squallor,
Fuggo, fuggo: son vil!
SHARPLESS
Andate,
il triste vero apprenderà.
(Pinkerton strette le mani al Console,
esce rapidamente dal fondo: Sharpless
crolla tristemente il capo. Suzuki viene
dal giardino seguita da Kate che si ferma
ai piedi del terrazzo.)
KATE
(con dolcezza a Suzuki)
Glielo dirai?
SUZUKI
(risponde a testa bassa, senza
scomporsi dalla sua rigidezza)
Prometto.
KATE
E le darai consiglio d'affidarmi?
SUZUKI
Prometto.
KATE
Lo terrò come un figlio.
SUZUKI
Vi credo.
Ma bisogna ch'io le sia sola accanto.
Nella grande ora... sola!
Piangerà tanto tanto!
piangerà tanto!
BUTTERFLY
(voce lontana dalla camera a
sinistra, chiamando)
Suzuki!
(più vicina)
Suzuki! Dove sei? Suzuki!
(appare alla porta socchiusa; Kate per non
essere vista si allontana nel giardino)
SUZUKI
Son qui...
pregavo e rimettevo a posto. No...
(si precipita per impedire a
Butterfly di entrare)
no, no, no, no, non scendete...
(Butterfly entra precipitosa, svincolandosi
da Suzuki che cerca invano di tratteneria.)
(gridando)
no, no, no.
BUTTERFLY
(aggirandosi per la stanza con grande
agitazione, ma giubilante)
È qui, è qui...
dov'è nascosto?
è qui, è qui...
(scorgendo Sharpless)
Ecco il Console.
(sgomenta, cercando Pinkerton)
e dove? dove?
(dopo aver guardato da per tutto, in ogni
angolo, nella piccola alcova e dietro il
paravento, sgomenta si guarda attorno)
Non c'è!
(Vede Kate nel giardino e
guarda fissamente Sharpless)
(a Sharpless)
Quella donna?
Che vuol da me?
Niuno parla...
(Suzuki piange silenziosamente.)
(sorpresa)
Perché piangete?
(Sharpless si avvicina a Butterfly per
parlarle; questa teme di capire e si fa
piccina come una bimba paurosa.)
No: non ditemi nulla, nulla...
forse potrei cader morta sull'attimo...
(con bontà affettuosa ed infantile a Suzuki)
Tu, Suzuki, che sei tanto buona,
non piangere!
e mi vuoi tanto bene,
un Si, un No, di' piano:
Vive?
SUZUKI
Si.
(come se avesse ricevuto un colpo
mortale: irrigidita)
BUTTERFLY
Ma non viene più.
Te l'han detto!
(Suzuki tace, irritata al silenzio di Suzuki)
Vespa! Voglio che tu risponda.
SUZUKI
Mai più.
BUTTERFLY
(con freddezza)
Ma è giunto ieri?
SUZUKI
Si
BUTTERFLY
(che ha capito, guarda Kate,
quasi affascinata)
Ah! quella donna
mi fa tanta paura! tanta paura!
SHARPLESS
È la causa innocente
d'ogni vostra sciagura. Perdonatele.
BUTTERFLY
(comprendendo, grida:)
Ah! è sua moglie!
(con voce calma)
Tutto è morto per me!
tutto è finito! Ah!
SHARPLESS
Coraggio.
BUTTERFLY
Voglion prendermi tutto!
(disperata)
il figlio mio!
SHARPLESS
Fatelo pel suo bene il sacrifizio...
BUTTERFLY
(disperata)
Ah! triste madre! triste madre!
Abbandonar mio figlio!
(rimane immobile. calma)
E sia!
A lui devo obbedir!
KATE
(che si è avvicinata timidamente al
terrazzo, senza entrare nella stanza)
Potete perdonarmi, Butterfly?
BUTTERFLY
Sotto il gran ponte del cielo
non v'è donna di voi più felice.
Siatelo sempre;
non v'attristate per me.
KATE
(a Sharpless, che le si è avvicinato)
Povera piccina!
SHARPLESS
(assai commosso)
È un immensa pietà!
KATE
E il figlio lo darà?
BUTTERFLY
(che ha udito, dice con solennità e
spiccando le parole:)
A lui lo potrò dare se lo verrà a cercare.
(con intenzione, ma con grande semplicità)
Fra mezz'ora salite la collina.
(Suzuki accompagna Kate e Sharpless
che scono dal fondo. Butterfly cade a
terra, piangendo; Suzuki s'affretta a
soccorrerla.)
SUZUKI
(mettendo una mano sul
cuore di Butterfly)
Come una mosca prigioniera
l'ali batte il piccolo cuor!
(Butterfly si rinfranca poco a poco:
vedendo che è giorno fatto, si scioglie
da Suzuki, e le dice:)
BUTTERFLY
Troppa luce è di fuor,
e troppa primavera. Chiudi.
(Suzuki va a chiudere lo shosi, in modo
che la camera rimane quasi in completa
oscurità. Suzuki ritorna verso Butterfly.)
Il bimbo ove sia?
SUZUKI
Giuoca... Lo chiamo?
BUTTERFLY
(con angoscia)
Lascialo giuocar, lascialo giuocar.
Va a fargli compagnia.
SUZUKI
(piangendo)
Resto con voi.
BUTTERFLY
(risolutamente, battendo forte le mani)
Va, va. Te lo comando.
(Fa alzare Suzuki, che piange
disperatamente, e la spinge fuori dell'uscio
di sinistra. Butterfly si inginocchia davanti
all'immagine di Buddha. Butterfly rimane
immobile, assorta in doloroso pensiero,
ancora si odono i singhiozzi di Suzuki, i
quali vanno a poco a poco affievolendosi.
Butterfly ha un moto di spasimo. Butterfly
va allo stipo e ne leva il velo bianco, che
getta attraverso il paravento, poi prende il
coltello, che chiuso in un astuccio di lacca,
sta appeso alla parete presso il simulacro
di Buddha. ne bacia religiosamente la
lama, tenendola colle mani per la punta e
per l'impugnatura, legge a voce bassa le
parole che vi sono incise)
"Con onor muore chi non può
serbar vita con onore."
(si punta il coltello lateralmente alla gola.
S'apre la porta di sinistra e vedesi il
braccio di Suzuki che spinge il bambino
verso la madre: questi entra correndo colle
manine alzate: Butterfly lascia cadere il
coltello, si precipita verso il bambino, lo
abbraccia e lo bacia quasi a soffocarlo.)
Tu? tu?
(con grande sentimento,
affannosamente agitata)
piccolo Iddio! Amore, amore mio,
fior di giglio e di rosa.
(prendendo la testa del bimbo,
accostandola a sè)
Non saperlo mai per te,
pei tuoi puri occhi,
(con voce di pianto)
muor Butterfly...
perché tu possa andar
di là dal mare
senza che ti rimorda
ai di maturi,
il materno abbandono.
(con esaltazione)
O a me, sceso dal trono
dell'alto Paradiso,
guarda ben fiso, fiso
di tua madre la faccia!
che ten resti una traccia,
guarda ben!
Amore, addio! addio! piccolo amor!
(con voce fioca)
Va, gioca, gioca!
(Butterfly prende il bambino, lo posa su di
una stuoia col viso voltato verso sinistra,
gli dà nelle mani la banderuola americana
ed una pupattola e lo invita a
trastullarsene, mentre delicatamente gli
benda gli occhi. Poi afferra il coltello e,
collo sguardo sempre fisso sul bambino,
va dietro il paravento. qui si ode cadere
a terra il coltello, e il gran velo bianco
scompare dietro al paravento. Si vede
Butterfly sporgersi fuori dal paravento,
e brancolando muovere verso il bambino,
il gran velo bianco le circonda il collo:
con un debole sorriso saluta colla mano il
bambino e si trascina presso di lui, avendo
ancora forza di abbracciarlo, poi gli cade
vicino.)
PINKERTON
(interno)
Butterfly! Butterfly! Butterfly!
(La porta di destra è violentemente aperta.
Pinkerton e Sharpless si precipitano nella
stanza, accorrendo presso Butterfly che con
debole gesto indica il bambino e muore.
Pinkerton si inginocchia, mentre Sharpless
prende il bimbo e lo bacia singhiozzando.)
(Sipario rapido.)
FINE DELL'OPERA.
Un bel di vedremo, Mirella Freni.
Herbert von Karajan, 1974.