FEBRERO...
LA BOHÈME
*MADAMA BUTTERFLY.
“La Bohème”. La más humana de las obras de Puccini
a Bohème se estrenó en Turín el 1º de febrero de 1896, y desde entonces sigue siendo la más vívida, la más representativa y la más humana de las obras de Puccini y de todo el movimiento verista italiano. La ópera fue inspirada por la novela de Henri Murger (1822-1861) Escenas de la vida bohemia (aunque sería más propio decir en la obra teatral de Louis Théodore Barrière, que basándose en dicha novela se representó con éxito en París, asegurando a Murger un estimable éxito económico y su cuarto de hora de popularidad -Las Escenas de la bohemia, de Henry Murger, aparecieron en forma de folletín en el periódico francés Le Corsaire Satan, entre marzo de 1845 y abril de 1849. Más tarde, con la colaboración de Louis Théodore Barrière, el autor encaró una versión teatralizada de esas escenas y dio a luz a La vida bohemia. El folletín original en forma de libro apareció después con un nuevo título, Escenas de la vida bohemia, al que varios compositores recurrieron después como fuente literaria de otras tantas obras-) superando con facilidad la ópera de igual título y origen, compuesto más o menos simultáneamente por Leoncavallo y estrenada al año siguiente de la de Puccini. El libreto de La Bohème fue adaptado por Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, de la versión escénica de Théodore Barrière. Al llegar a este punto no estará de más subrayar el amplio tributo pagado a Francia en sus óperas por los compositores italianos del siglo XIX, al inspirarse reiteradamente en obras literarias y dramáticas de autores franceses, conforme ocurrió en el caso de Lucrezia Borgia, Rigoletto, La Traviata, La Bohème, Tosca, Fedora, L'Amico Fritz, Andrea Chenier, L'Arlesienne y muchas otras.
Gracias a La Bohème, Puccini, cuya Manon Lescaut había logrado ya favorable acogida por parte del público, se convirtió de la noche a la mañana en toda una celebridad. Tosca (1900) y Madama Butterfly (1904) no hicieron más que afirmar su popularidad en todo el mundo, sin demostrar progresos de importancia en su desenvolvimiento creativo.
Puccini había nacido en Lucca el 23 de diciembre de 1858, en el seno de una familia de músicos. Su madre le envió al conservatorio local; allí se pusieron en evidencia los primeros signos de su gran habilidad futura, y a la temprana edad de 17 años había conquistado ya cierto renombre como organista de la iglesia parroquial. Una beca concedida por la reina de Italia, le permitió completar sus estudios en el Conservatorio de Milán bajo la guía de Ponchielli. Muy pronto demostró Puccini una decidida inclinación por el teatro lírico, a despecho de lo cual sus primeras obras no le procuraron mayores satisfacciones. Estaba ya cerca de los 40 cuando gracias a La Bohème se ubicó instantáneamente en el primer rango entre los operistas contemporáneos. A partir de ese momento, el relato de su vida se confunde con la historia de sus obras, cuyos sucesivos estrenos suscitaron periódicamente el más extraordinario interés hasta culminar con Turandot, la ópera que el maestro dejó inconclusa al morir en Bruselas como consecuencia de una intervención quirúrgica (tenía cáncer de garganta, para el que había ido a tratarse allí y del que solamente su hijo conocía la gravedad real -Puccini era un fumador compulsivo-), el 29 de noviembre de 1924.
Durante los 30 años que se prolongó su incesante actividad creadora, este músico admirablemente dotado asumió a veces un imprevisible rol de financista, especie de magnate del arte prácticamente sin precedentes en la esfera musical. Hubo ocasiones en que llegó a ofrecer precios exorbitantes para conseguir los derechos sobre un tema que le interesaba, desplazando a algún colega no tan influyente y menos acaudalado. También podría decirse de él que explotó algunas de sus fórmulas de éxito más allá del límite razonable. Pero en su única ópera de asunto cómico, Gianni Schicchi, logró decantar y cristalizar con mano maestra el espíritu de los dos primeros actos de La Bohème.
El compositor de La Bohème fue un auténtico creador, por mucho que ciertos críticos y compositores hayan pretendido rebajarlo al nivel de un fácil artesano; un estratega del bel canto vocal de sus tenores; un pintor de situaciones conmovedoras y espectaculares; un proveedor de melifluas y azucaradas melodías. En la estructura arquitectónica del drama de La Bohème hay sin capaz de extractar hasta la última gota de provecho del rango embargo, un notable equilibrio entre todos los elementos que han hecho de ella una de las óperas más firmemente asentadas en la predilección popular; el lustre de las melodías y efectos vocales; la mesurada y contrastante abundancia de los episodios animados que en cierto momento parecerían inclinarse hacia la farsa. El primer diálogo entre el poeta Rodolfo y el pintor Marcelo, su agitación y su vano esfuerzo por vencer el frío, la imprevista llegada de Schaunard el músico, y el conjunto que se origina a propósito de las viandas de que dispone el grupo de bohemios; la espontaneidad de la conversación con el casero, M. Banoît; durante el segundo acto, las tretas de la coqueta Musetta, y la parada militar; el cuarteto de la Barrière d'Enfer (efectiva réplica del sexteto de Lucia y del cuarteto de Rigoletto); en el cuarto acto, el melancólico duetto de los dos jóvenes artistas, la escena y aria de Colline, el filósofo, son invenciones de un vigor inagotable y de una vis teatral que denuncia en él a un genuino maestro de la commedia in música. Que haya sido capaz de ligar entre sí todos esos rasgos individuales cuyo ingenio evoca sin duda el de Falstaff, y esos enredos amorosos en los que la seducción vocal predomina con tan genuína destreza, no es la menos importante de sus proezas. La orquestación es hábil y compleja, sin anegar jamás en su sonoridad la melodiosa línea vocal que confía a sus cantantes. Hay un atisbo de procedimiento wagneriano en la forma en que los temas reaparecen a medida que se desenvuelve la acción, por más que ello ocurra en Puccini en una forma simple y espontánea que la aleja de los métodos sinfónicos empleados por Wagner en Tristan o en Parsifal.
La sentimental atracción de esa historieta se ve acentuada por su lógica continuidad, la invención anecdótica y sobre todo por la inimitable aplicación del material musical. En una época en que el teatro lírico, a continuación de las titánicas convulsiones de Bayreuth y de los afectados matices del debussismo se empeñaba en marchitarse en insustancial alambicamiento, Puccini tuvo la suerte -o el acierto- de expandir a través del mundo una forma tensa, concisa y dramática que era eminentemente adecuada a la escena teatral. Su progenie artística es enorme e incluye hasta El Cónsul y La Ópera de tres centavos. Desde entonces y contraviniendo las lecciones que él tan bien enseñara, muchos compositores de todos los países y escuelas han olvidado, deliberadamente o no, que el teatro tiene aún imperativas necesidades que la búsqueda de lo abstracto o una naturaleza puramente técnica, no pueden llegar a satisfacer.
Puccini trató las voces con un cuidado que jamás admitió desfallecimiento, sus melodías se expanden con amplitud y decisión, gracias a su fuerza, entonación y movimiento, que les imparten de común acuerdo su inconfundible naturaleza. Se requiere todo el cálido squillo de una soprano italiana para expresar todo su brío y su morbidez. El rol de Mimí, contrariamente a lo que ocurre con los de Floria Tosca o la princesa Turandot, no reclama una tesitura particularmente exigente, salvo quizás el do agudo que cierra el primer acto y que debería cantarse a media voz. En cuanto al rol de Rodolfo, constituye una de las más temidas y consagratorias pruebas de fuego para un tenor de medio carácter. Los intérpretes, no satisfechos con cantar un vibrante do agudo en la culminación del aria del primer acto Che gélida manina, que a veces se ven obligados a transportar un semitono abajo, como consecuencia del gradual incremento del pitch, desde el año 1896, se han habituado por tradición a terminar el duetto del primer acto o soave fanciulla no en el mi que indica la partitura, sino al unísono con el do sostenido de Mimí.
Resumen argumental
Primer acto
En una bohardilla del barrio latino de París.
En el interior de un ático que ocupan en el Barrio Latino, y a través de cuyos inclinados ventanales se divisa imponente y sugestivo el panorama nevado de la ciudad inmensa en plena estación invernal, el pintor Marcelo y el poeta (¿o periodista?) Rodolfo, tratan en vano de calentarse durante una cruda noche del año romántico de1830. Poco tardarán en reunirse a sus ateridos amigos, otros dos miembros conspicuos de la pintoresca banda de bohemios que los cuatro constituyen, y que sólo Dios sabe cómo subsisten.
Gracias al dinero de cierto Milord a la pesca de un músico, Schaunard ha logrado providencialmente los francos necesarios para convertir de improviso el hambre en saciedad.
La improvisada fiesta sufre una imprevista interrupción al hacerse presente, atraído por el bullicio, el casero Benoît, quien aspira a poner al día la atrasada cuenta de los alquileres. Dispuestos a no pagar tampoco ese día, los jóvenes lo inducen hábilmente a referirse a sus éxitos amorosos, debilidad a la que es propenso el vejete, y concluyen expulsándolo con cómica violencia, bajo acusación de liviandad e inconducta inaceptables en un hombre de su edad y condición.
Excepción hecha de Rodolfo, quien debe concluir un artículo de fondo (?) que destina a "El Castor" -periódico que le cuenta entre sus más expectables colaboradores-, todos se marchan luego a seguir la juerga en el Café de Momús, su punto de cita habitual, donde -ante la demora inmediata del poeta- han de aguardar luego su llegada. Apenas ha quedado solo Rodolfo, disponiéndose a reanudar su trabajo, le sorprenden unos golpes aplicados a la puerta de la bohardilla. Es Mimí, una joven -bordadora de profesión y al parecer vecina de los bohemios- quien desprovista de fuego ha venido a buscar lumbre para su candela. Mimí pierde la llave en la semipenumbra del ático y mientras ambos la buscan, las manos de Rodolfo (quien ha encontrado ya la llave mas no está dispuesto todavía a admitirlo) rozan como por casualidad las de la muchacha, heladas y trémulas. El joven le habla de sus sueños de poeta y ella le cuenta sencillamente su propia historia. Las manos se unen, los corazones comienzan a latir al unísono, y pronto ellos mismos, convertidos en una nueva pareja de fervientes enamorados partirán rumbo al café donde la bohemia los aguarda.
Segundo acto
En el cafe de Momüs.
En la terraza del café los recién llegados Rodolfo y Mimí -que es presentada a los bohemios- se suman al animado grupo. Marcelo está particularmente convulsionado por el arribo de la coquetísima Musetta a quien ama y que le da achares con un viejo admirador, el rico Alcindoro. Este la abruma con su obsequiosidad y la muchacha visiblemente atraída por el gallardo y apasionado pintor canta -para reconquistarlo- su famoso e intencionado vals. A poco se libra con una treta de la presencia del pegajoso anciano pretextando que uno de sus zapatos le aprieta demasiado y debe ir en busca de un nuevo par. Tan pronto como Alcindoro, aunque no de muy buen grado emprende el camino hacia la zapatería (en ese tiempo, al parecer, las tiendas funcionaban hasta bien entrada la noche), Musetta se suma jubilosa al grupo de alegres bohemios. Se oyen cada vez más próximos los sones de una retreta militar, y cuando la multitud, atraída por la música, corre hacia la bocacalle para ver pasar a los soldados, la alegre pandilla emprende oportuna retirada, dejando a Alcindoro -para cuando regrese- la enojosa tarea de abonar la consumición general. Como no conserva más que uno de sus zapatos, Musetta es llevada en vilo por el Filosófico Colline y el enamorado Marcelo.
Tercer acto
La Barrière D'enfer, una de las puertas de acceso a París.
Amanece en París. Es pleno invierno. Nieva suavemente en aquel extremo del boulevar que desemboca en la carretera de Orleans. A la izquierda se alza una pequeña taberna, momentánea residencia de Marcelo y su amiga, con la cual no cesa de disputar airadamente. Ha trocado la pensión para ambos por la decoración del frente, tarea a la que aplica actualmente sus dotes de pintor.
Mimí llega hasta el minúsculo cabaret ansiosa de hablar con Marcelo. La muchacha se siente muy enferma, mas en procura de un pretexto para alejarse de su amigo el poeta, cuyos absurdos celos no puede soportar, le asegura al pintor que éste es el único motivo por el cual va a separarse de Rodolfo. Este llega también en busca de su amigo, y Mimí, oculta, escucha la conversación que ambos sostienen. A su vez, el poeta pretende que Mimí es una coqueta sin remedio, que se deja galantear por todo el mundo. Mas apremiado por Marcelo, Rodolfo concluye por admitir la verdad, pronunciando estas palabras que desgarran el corazón de la oculta Mimí a la vez que inquietan al pintor, consciente de la presencia de aquélla: "Esta muy enferma; y para devolverle la vida... no basta el amor." Hace falta dinero, y eso no puede proporcionárselo él, pobre poeta sin ocupación fija. La tos que Mimí no puede ya contener, denuncia su presencia. En conmovedor diálogo, ambos deciden separarse pronto. Con la tierna conversación se mezclan los improperios que intercambian airadamente, en plena enésima disputa Marcelo y Musetta, originándose así el célebre cuarteto que cierra la acción del tercer acto.
Cuarto acto
La misma bohardilla del primer acto.
Aparentemente abandonados por sus respectivas amigas, el pintor y el poeta han retornado al viejo ático que tantos recuerdos encierra para ellos. Uno y otro pretenden engañarse –sin conseguirlo- acerca de la verdadera importancia que atribuyen a la doble ausencia de Mimí y Musetta. Cuando a poco llegan sus amigos, todos bailan alegremente para levantar el ánimo decaído. La cómica escena desemboca sin transición en el trágico epílogo, al aparecer Musetta en el vano de la escalera, presa de inusitada agitación. Les anuncia que Mimí ha quedado aguardándola en la planta baja, puesto que sus actuales fuerzas no le alcanzan para ascender hasta la bohardilla por sus solos medios. Los cuatro amigos vuelan en auxilio de la enferma, y de retorno con ella, la acomodan tiernamente en un lecho que disponen sumariamente en el centro de la estancia. La pobre muchacha, sintiéndose morir, le ha pedido a Musetta que la acompañase hasta la vieja y querida bohardilla que fue testigo de sus amores con Rodolfo y donde, a despecho de las continuadas riñas, ha vivido las únicas horas felices de su existencia. Mientras Rodolfo se esmera inútilmente por entibiar entre las suyas las manos de la enferma, Musetta decide empeñar sus pendientes para comprarle el pequeño manguito por el cual suspira la moribunda. Y el heroico Colline -en uno de los pasajes más conmovedores e inspirados de la magistral partitura- comprende que es su deber empeñar también el viejo -y único- gabán de que dispone, para comprar lo que demanden el alivio -o la curación- de la pobre Mimí. Durante un momento quedan solos en el ático los antiguos amantes, recordando nostálgicos las más bellas horas del pasado. Los amigos retornan con el manchón y un poco de vino cordial para calentar a la moribunda. Esta parece reposar. Rodolfo sólo comprende la verdad cuando la lee en los rostros acongojados de sus amigos. Mimí ha muerto con la misma suave dulzura con que viviera, y sobre su cuerpo exánime estallan los sollozos del poeta a quien tanto amara la frágil heroína del romance de Murger, salvada del olvido por la música inmortal de Giacomo Puccini.
Juan Manuel Puente
Texto en español e italiano.
Personajes
RODOLFO MARCELO SCHAUNARD COLLINE MIMÍ MUSETTA ALCINDORO BENOÎT |
Poeta, Amante
de Mimí Pintor, Amante de Musetta Músico Filósofo
Modistilla, Amante de
Rodolfo Amante de Marcelo Viejo Protector de Musetta Casero de los Bohemios |
Tenor Barítono Barítono Bajo Soprano Soprano Bajo Bajo |
La acción se desarrolla en el Barrio Latino de París en el año 1840
ACTO PRIMERO
En la Buhardilla
(Amplia ventana desde la cual se
divisan tejados cubiertos de nieve.
A la izquierda una estufa. Una mesa,
una cama, un caballete con una tela
esbozada, un taburete, una cama.
Libros esparcidos, pilas de papeles,
dos candelabros, cuatro sillas, un
armario pequeño,. Una puerta en
el centro; otra, a la izquierda.
Rodolfo, en la ventana, mira hacia
fuera, meditabundo. Marcelo
trabaja en su cuadro "El paso del
Mar Rojo", con las manos rígidas
por el frío, que calienta con su
boca. Cambia de posición con
frecuencia debido al intenso frío)
MARCELO
(Sentado, mientras está pintando)
Este Mar Rojo me empapa
y me deja aterido de frío como si
me cayese encima, de un golpe.
Para vengarme, ahogaré al Faraón.
(Vuelve a su tarea. A Rodolfo)
¿Qué haces!
RODOLFO
(Girándose un poco)
En los cielos grises
contemplo humear
las miles de chimeneas de París,
(Señala su estufa, sin fuego)
y pienso en esta holgazana, vieja,
escuálida y engañosa chimenea
que vive ociosa,
como un gran señor.
MARCELO
Sus honestas rentas
hace tiempo no recibe.
RODOLFO
Y esos estúpidos bosques,
¡qué hacen ahí, bajo la nieve?
MARCELO
Rodolfo, quiero decirte
un pensamiento mío, profundo.
(mientras se sopla en los dedos)
Tengo un frío de perros.
RODOLFO
(acercándose a Marcelo)
Y yo, Marcelo, no te oculto
que no creo en el sudor de la frente.
MARCELO
Tengo helados los dedos;
casi como si los tuviese metidos
en ese carámbano enorme,
que es el corazón de Musetta.
(Emite un largo y burlón suspiro
y deja de pintar; suelta la paleta y
los pinceles)
RODOLFO
El amor es una estufita
que nos consume demasiado...
MARCELO
...y muy deprisa!
RODOLFO
...en ella, el hombre es la brasa.
MARCELO
...y la mujer es el altar...
RODOLFO
...el uno arde en un soplo...
MARCELO
...¡y la otra se queda mirando!
RODOLFO
Mientras tanto, aquí nos helamos...!
MARCELO
...¡y nos morimos de hambre!
RODOLFO
Necesitamos un fuego...
MARCELO
(Agarrando una silla y haciendo el
acto de romperla)
Espera... ¡sacrificaremos la silla!
(Rodolfo impide la acción de Marcelo,
con alegría, por una idea que se le
acaba de ocurrir)
RODOLFO
¡Eureka!
MARCELO
¿Lo has encontrado?
RODOLFO
(Corre hacia la mesa y saca,
un voluminoso manuscrito)
¡Sí! Aguza el ingenio...
¡Que ardan en llamas las ideas!
MARCELO
(señalando su cuadro)
¿Quemamos el Mar Rojo?
RODOLFO
No; apesta la tela pintada.
Mi obra de teatro...
¡Que nos caliente mi fogoso drama!
MARCELO
(Teatralizando un gesto de espanto)
¿Vas a leerlo quizás?
Me congelaría aun más.
RODOLFO
No;
que el papel se convierta en cenizas
y la inspiración vuele a los cielos.
(Declamando, grandilocuente)
Al siglo, gran daño le amenaza...
Está Roma en peligro...
MARCELO
(Exagerando)
¡Qué gran corazón!
RODOLFO
Para ti el Acto Primero...
MARCELO
¡Dame!
RODOLFO
¡Rompe!
MARCELO
¡Quémalo!
(Rodolfo golpea con un atizador,
enciende una candela y va hacia la
estufa con Marcelo; Los dos hacen
arder una parte del manuscrito.
Luego, cogen un par de sillas en
las que se sientan frente al fuego
y se calientan con todo placer)
RODOLFO, MARCELO
¡Qué bello resplandor!
(Se abre, ruidosamente, la puerta
y entra Colline tiritando, helado
sacudiéndose los pies. Arroja
sobre la mesa un paquete
de libros atado con un pañuelo)
COLLINE
Ya se ven las señales
del Apocalipsis...
¡En Nochebuena
no se aceptan empeños!
(Se interrumpe, sorprendido al ver
la estufa funcionando)
¡Un fuego!
RODOLFO
(A Colline)
¡Calla!
Se está representando mi obra...
MARCELO
...en el fuego.
COLLINE
La encuentro centelleante.
RODOLFO
Vivaz.
(El fuego va apagándose)
COLLINE
Pero dura poco.
RODOLFO
La brevedad: una gran virtud.
COLLINE
(Quitándole la silla a Rodolfo)
Autor: ¡dame la silla!
MARCELO
Estos intermedios
hacen morir de aburrimiento.
¡Rápido!
RODOLFO
(En las manos, tiene otra parte del
manuscrito)
¡Acto Segundo!
MARCELO
(A Colline)
No rechistes.
(Rodolfo rompe parte del
manuscrito y lo arroja a la
estufa: el fuego se reaviva.
Colline acerca la silla y se
calienta las manos; Rodolfo de pié,
con lo que queda del manuscrito)
COLLINE
¡Sabia razón!
MARCELO
!El color exacto!
RODOLFO
En ese azul resplandor, se esfuma
una ardiente escena de amor...
COLLINE
Crepita una página...
MARCELO
... donde había besos...
RODOLFO
Ahora, quiero oír, de un golpe,
tres actos.
(Arroja al fuego el resto del
manuscrito)
COLLINE
¡Así son las ideas de los audaces!
TODOS
(Aplauden, con entusiasmo)
Se desvanece la belleza
en alegre llamarada...
(Las llamas, poco a poco, van
decreciendo)
MARCELO
¡Oh, Dios! Ya declinan las llamas...
COLLINE
¡Qué fútil! ¡Qué obra tan frágil!
MARCELO
Resplandece, se encrespa, muere....
COLLINE, MARCELO
(el fuego se apaga)
¡Abajo, abajo el autor...!
(Por lo puerta entran dos niños,
llevando uno, comida,
botellas de vino y cigarros;
y el otro, un haz de leña.
Marcelo, Rodolfo y Colline
se vuelven y, gritando, se
lanzan, hacia las provisiones,
que ponen sobre la mesa.
Colline coge la leña y la pone
junto a la chimenea)
RODOLFO
¡Leña!
MARCELO
¡Cigarros!
COLLINE
¡Burdeos!
RODOLFO
¡Leña!
MARCELO
¡Burdeos!
TODOS
¡La abundancia de una feria
nos ha regalado el destino...!
(Los muchachos se van. Schaunard
entra, con aire triunfal, arrojando
unas monedas al suelo)
SCHAUNARD
¡El banco de Francia
por vosotros entrará en quiebra!...
COLLINE
(Recogiendo las monedas junto a
los otros)
¡Recógelas! ¡Recógelas!
MARCELO
(Incrédulo)
¡Son piezas de plata!
SCHAUNARD
(Le muestra una moneda)
¿Estás sordo?... ¿Estás ciego?
¿Quién es este hombre?
RODOLFO
(Inclinándose)
¡Luis Felipe!
¡Me inclino ante mi rey...!
TODOS
¡A nuestros pies está Luis Felipe!
(Schaunard quiere contarles su
buena suerte, pero los demás no lo
escuchan. Van y vienen atareados,
disponiendo todo sobre la mesa y,
la leña, en la estufa)
SCHAUNARD
Ahora voy a contaros algo,
pues este oro, o mejor dicho, plata,
tiene su historia peculiar...
RODOLFO
(Poniendo leña en la estufa)
¡Templemos la estufa!
COLLINE
¡Ha padecido tanto frío...!
SCHAUNARD
Un inglés... un señor...; lord
o milord, o lo que fuera, quería
que un músico...
MARCELO
(Tirando de la mesa los libros de
Colline)
¡Fuera! ¡Pongamos la mesa!
SCHAUNARD
¿Yo? ¡Vuelo!
RODOLFO
La lumbre, ¿dónde está?
COLLINE
Ahí.
(Prenden fuego en la estufa)
MARCELO
Coge aquí
SCHAUNARD
...y me presento...
Me acepta, le pregunto...
(Ponen las viandas en su sitio;
Rodolfo enciende la otra vela)
COLLINE
¡Asado frío!
MARCELO
¡Pasteles!
SCHAUNARD
...¿Para cuándo las lecciones?
(viendo que nadie le hace caso)
Me presento, me acepta,
le pregunto:
¿Cuándo empezamos...?
Responde:
(Imitando el acento ingles)
"Comenzaremos...¡Mire!"
Y me señala un papagayo
que hay en un primer piso.
Después, añade:
"Usted tocar hasta que ése morir"
RODOLFO
La sala refulge espléndida
MARCELO
(pone las dos velas sobre la mesa)
Ahora, las velas.
SCHAUNARD
Y sucedió así:
Toqué durante tres largos días...
Entonces, usé el encanto
de mi bella presencia...,
seduje a la doncella...,
le di perejil.. al loro...
MARCELO
Comer... ¿sin mantel?
RODOLFO
No; tengo una idea...
(Saca, de uno de sus bolsillos, un
periódico; y lo despliega)
MARCELO, COLLINE
¡El Constitucional!
RODOLFO
¡Qué buen papel!
¡Comamos y devoremos!
(Extienden el periódico en la mesa,
como un mantel. Rodolfo y Marcelo
acercan las cuatro sillas a la mesa;
mientras, Colline sigue atareado
con los platos de comida)
SCHAUNARD
...el lorito extendió sus alas,
el lorito abrió el pico,
un poco de perejil;
y ¡murió como Sócrates
(Viendo que nadie le hace caso,
agarra a Colline, que pasa por
su lado con un plato)
COLLINE
(A Schaunard)
¿Quién?
SCHAUNARD
(Enfurruñado)
¡Idos todos al infierno!...
(Viendo a los otros a punto de
comerse el pastel de carne fría)
Pero bueno, ¿qué es lo que hacéis?
(Con gesto solemne, pone la mano
sobre los alimentos e impide que
los amigos los coman; después,
los toma y los mete en el armario)
¡No! Esta comida es la reserva
para los días futuros,
tenebrosos y oscuros.
¿Cenaremos en casa
el día de Nochebuena mientras
en el Barrio Latino se llenan
las calles de salchichas y golosinas?
¿cuando un olor a frituras
embalsama las callejas?
Allí, las chicas cantan alegres...
TODOS
(Rodean a Schaunard, entre risas)
¡La Noche de Navidad!
SCHAUNARD
...y todas desean tener
a un estudiante!
Un poco de tradición,
señores míos:
se bebe en casa,
pero se come fuera...
(Rodolfo cierra la puerta con
llave; luego, van todos hacia
la mesa y sirven el vino)
BENOÎT
(Desde fuera, llamando a la puerta)
¿Se puede?
COLLINE
¿Quién es?
BENOÎT
Benoît.
MARCELO
¡El dueño de la casa!
(Dejan los vasos sobre la mesa)
SCHAUNARD
Dale con la puerta en las narices.
COLLINE
(Grita)
¡No hay nadie!
SCHAUNARD
¡Esta cerrado!
BENOÎT
Una palabra.
SCHAUNARD
(Después de consultar con
los demás, va a abrir)
¡Una sola!
(Entra Benoît sonriendo)
BENOÎT
(ve a Marcelo y le muestra un
papel)
El alquiler.
MARCELO
(muy cordialmente)
¡Eh! ¡Dadle una silla!
RODOLFO
¡Enseguida!
BENOÎT
(A la defensiva)
No hace falta. Quería...
SCHAUNARD
(Insistiendo, y con dulce violencia,
le hace sentarse)
¡Siéntese!
MARCELO
(Le ofrece un vaso a Benoît)
¿Quiere beber algo?
BENOÎT
Gracias.
RODOLFO, COLLINE
¡Brindemos!
SCHAUNARD
Beba
(Beben. Benoît, Rodolfo, Marcelo y
Schaunard sentados, Colline de pie.
Benoît deja el vaso sobre mesa
y le muestra a Marcelo el papel)
BENOÎT
Este es el último trimestre...
MARCELO
(Con ingenuidad)
Muy bien...
BENOÎT
Pues, por tanto...
SCHAUNARD
(Interrumpiéndolo)
Un sorbo más.
(Rellenando el vaso)
BENOÎT
Gracias.
RODOLFO, COLLINE
(Se ponen de pie)
¡Brindemos!
(Todos acercan su vaso
al de Benoît)
TODOS
(De pie)
¡A su salud!
(Se sientan y beben. Colline
coge el escabel del caballete,
y se sienta él también)
BENOÎT
(a Marcelo)
A usted me dirijo
porque el trimestre pasado
me prometió...
MARCELO
¡Lo prometí y lo mantengo!
(Señala las monedas
que están sobre la mesa)
RODOLFO
( en voz baja a Marcelo)
¿Qué haces?...
SCHAUNARD
¿Estás loco?
MARCELO
(A Benoît)
¿Lo ve? Ahora, vamos,
quédese un momento en nuestra
compañía.
(Apoyándose sobre la mesa)
Dígame: ¿cuántos años tiene,
querido señor Benoît?
BENOÎT
Los años... ¡Por favor!
RODOLFO
Más o menos, de nuestra edad.
BENOÎT
(protestando)
Más, muchos más.
(Mientras hacen hablar a Benoît,
le llenan el vaso conforme lo va
vaciando)
COLLINE
Ha dicho más o menos...
MARCELO
(Bajando la voz y con un tono
pícaro, de complicidad )
La otra noche, en el Mabil...
¡lo han pillado
en pecado de amor...!
BENOÎT
(Nervioso)
¿A mi?
MARCELO
¿Lo niega?
BENOÎT
Una casualidad.
MARCELO
(Adulándolo)
¡Hermosa mujer!
BENOÎT
(Medio iluminado, de pronto)
¡Ah! ¡Mucho!
SCHAUNARD
(Dándole golpecitos en el hombro)
¡Pillín!
RODOLFO
¡Bribón!
COLLINE
(golpea sobre el otro hombro)
¡Seductor!
MARCELO
(Magnificando)
¡Una fiera...! ¡Un cañón...!
RODOLFO
El señor tiene buen gusto.
BENOÎT
(Riéndose)
¡Bueno, bueno!
MARCELO
El pelo rizado y hueco.
SCHAUNARD
¡Pícaro!
MARCELO
Él se pavoneaba, sacaba pecho...
BENOÎT
Soy viejo, pero robusto.
COLLINE, SCHAUNARD, RODOLFO
(Con irónica admiración)
Él se pavoneaba, sacaba pecho...
MARCELO
A él se rendía
la femenina virtud.
BENOÎT
(Con plena confianza)
Tímido cuando joven;
ahora me resarzo.
Ya se sabe, es un "divertimento"
cualquier mujercita alegre... y ...
un poco...
(Dibuja curvas femeninas)
No digo una ballena
o un mapamundi
o una cara redonda, de luna llena,
pero, delgada, flaca... ¡no!
¡desde luego que no!
Las mujeres delgadas
son insoportables
siempre... neuróticas...
y están llenas de dolores,
se quejan...;
por ejemplo: mi mujer...
(Marcelo da un puñetazo
y se levanta; los otros lo imitan,
Benoît les mira, estupefacto)
MARCELO
(con fuerza)
¡Este hombre está casado
y tiene deseos impuros
en el corazón!
LOS DEMÁS
¡Qué horror!
RODOLFO
Y envilece, y mancilla
nuestra honrada casa.
(Benoît, pálido, se levanta e
intenta, inútilmente, hablar)
LOS DEMÁS
¡Fuera!
MARCELO
¡Es necesario esparcir incienso!
COLLINE
¡Y deshacerse del réprobo!
SCHAUNARD
¡La moral ofendida
es la que os expulsa!
BENOÎT
(Gritando)
Yo no... Yo no...
RODOLFO, COLLINE, MARCELO
(Rodeandolo y empujándolo,
poco a poco, hacia la puerta)
¡Silencio!
BENOÎT
(Cada vez mas atónito)
Señores míos...
LOS DEMÁS
(Empujando a Benoît)
¡Silencio!...¡Váyase, señor!...
(Todos mirando hacia el
rellano de la escalera)
¡Váyase de aquí! Y...
¡Buenas noches
a vuestra señoría!
¡Ja, ja, ja, ja...!
(Volviendo al centro del
escenario, riendo)
¡Ja, ja, ja, ja...!
MARCELO
(Cierra la puerta)
Ya he pagado el trimestre.
SCHAUNARD
¡En el Barrio Latino
nos espera Momus!
MARCELO
¡Viva quien gasta!
LOS DEMÁS
¡Compartamos el botín!
(Se reparten las monedas)
RODOLFO, COLLINE
¡Repartamos!
MARCELO
(Pone, frente a Colline, un
espejo roto)
Ahí fuera hay bellezas
caídas del cielo.
Ahora que eres rico,
adecenta tu imagen.
Oso: ¡córtate el pelo!
COLLINE
Conoceré por primera vez
a un barbero.
Guiadme, pues,
al ridículo ultraje
de una navaja de afeitar.
MARCELO, SCHAUNARD, COLLINE
(Cómicamente)
¡Andando!
RODOLFO
Yo me quedo, para terminar
el editorial del "Castor"
MARCELO
Apresúrate.
RODOLFO
Cinco minutos; conozco el trabajo.
COLLINE
Te esperamos abajo,
donde el portero.
MARCELO
Si tardas, vas a oír qué coro...
RODOLFO
Cinco minutos.
(Coge una luz y va a abrirles.
Marcelo, Schaunard y Colline
bajan por la escalera)
SCHAUNARD
(Al salir)
Córtale rala la cola a tu "Castor"
MARCELO
(Desde fuera)
Ojo con la escalera
¡Sujetaos en la barandilla!
RODOLFO
(En el rellano de la escalera,
alzando la luz)
¡Despacio!
COLLINE
(Fuera)
¡Está muy oscuro!
(Las voces se van
alejando cada vez mas)
SCHAUNARD
¡Maldito portero!
(se oye un ruido)
COLLINE
(Gritando)
¡Maldita sea!
RODOLFO
Colline, ¿estás muerto?
COLLINE
(Desde abajo)
¡Todavía no!
.
MARCELO
¡Ven enseguida!
(Rodolfo cierra la puerta.
Sobre la mesa coloca tinta y
papel, y se pone a
escribir. Escribe, deja de
escribir, piensa, vuelve a la
escritura. Se pone nervioso,
destruye lo que había escrito
y tira la pluma, con genio)
RODOLFO
(Desalentado)
No estoy en vena.
(llaman tímidamente a la puerta)
¿Quién es?
MIMÍ
(Desde fuera)
Disculpe.
RODOLFO
(levantándose)
¡Una mujer!
MIMÍ
Por favor,
se me ha apagado la vela.
¿Le importaría...?
RODOLFO
(Abriendo la puerta)
Pase; siéntese un momento.
MIMÍ
(En la puerta, con una vela en
la mano y una llave)
No se moleste.
RODOLFO
(insistiendo)
Se lo ruego; entre.
(Entra Mimí y, de repente,
se siente sofocada)
RODOLFO
(Solícito)
¿Se encuentra mal?
MIMÍ
No;... no es nada.
RODOLFO
¡Palidece!
MIMÍ
(Tose)
Es que me falta el aliento...
Esas escaleras...
(Se desmaya y, Rodolfo, la
acomoda sobre una silla;
de las manos de Mimí, caen
el candelabro y las llaves)
RODOLFO
(Con embarazo)
Y ahora, ¿Qué hago?...
(Va a buscar agua con la
que salpica el rostro de ella)
¡Así!
(Mirándola con mucha atención)
¡Qué cara de enferma!
(Mimí se recupera)
¿Se encuentra mejor?
MIMÍ
(con un hilo de voz)
Sí.
RODOLFO
Aquí hace tanto frío.
Siéntese junto al fuego.
(Mimí; niega con un gesto)
Espere...
quizás un poco de vino...
MIMÍ
Gracias.
RODOLFO
(Le da el vaso y le sirve vino)
A su gusto...
MIMÍ
Poco, poco.
RODOLFO
¿Así?
MIMÍ
Gracias.
(Bebe)
RODOLFO
(mirándola, para sí)
¡Qué muchacha tan guapa!
MIMÍ
(Se levanta y busca su candelabro)
Ahora, permítame
que encienda la vela.
Ya me encuentro mejor.
RODOLFO
¡Tenéis prisa!
MIMÍ
Sí.
(Rodolfo recoge el candelabro,
lo enciende y se lo da a Mimí
sin decir una palabra)
MIMÍ
(En ademán de salir)
Gracias. Buenas noches.
RODOLFO
(La acompaña hasta la puerta)
Buenas noches.
(Vuelve, rápidamente, a la mesa)
MIMÍ
(Sale)
¡Oh! ¡Qué despistada soy!
(Entra de nuevo en escena
y se para en la puerta, que
se había quedado abierta)
La llave de mi habitación,
¿dónde la he dejado?
RODOLFO
No se quede en la puerta;
la llama vacila con el aire.
(La vela de Mimí se apaga)
MIMÍ
¡Oh, Dios mío!
¡Vuelva a encender!
(Rodolfo acude con su vela para
encender la de Mimí, pero,
al acercarse a la puerta, sopla
furtivamente y apaga su vela. La
habitación se queda a oscuras)
RODOLFO
¡Oh, Dios mío!...
También se ha apagado la mía.
MIMÍ
(Avanzando a tientas, deja
sobre la mesa el candelabro)
Y la llave, ¿dónde estará?
RODOLFO
( cierra la puerta)
¡No se ve nada!
MIMÍ
¡Qué mala suerte tengo!
RODOLFO
¿Donde estará?
MIMÍ
Qué inoportuna es su vecina...
RODOLFO
(Se vuelve hacia donde
oye la voz de Mimí)
¿Usted cree?
MIMÍ
(Repite con gracia, avanzando
con cuidado)
Qué inoportuna es su vecina...
(Busca la llave en el suelo,
arrastrando los pies)
RODOLFO
¡Qué cosas dice! ¿Usted cree?
MIMÍ
Busque.
RODOLFO
(Deja su vela y se pone a
buscar la llave palpando el
suelo con las manos)
Busco.
MIMÍ
¿Dónde estará?
RODOLFO
(Al encontrar la llave,
deja escapar una exclamación
pero, arrepentido, se la mete
en el bolsillo)
¡Ah!
MIMÍ
¿La ha encontrado?
RODOLFO
No.
MIMÍ
Me pareció...
RODOLFO
Pues, no.
MIMÍ
(Buscando a tientas)
¿Está buscando?
RODOLFO
(Finge que busca pero,
guiado por la voz de Mimí,
intenta aproximarse a ella)
La busco.
(Mimí, sobre el suelo, busca
a tientas. Rodolfo se ha
acercado y su mano
encuentra la de Mimí)
MIMÍ
(Sorprendida)
¡Ah!
RODOLFO
(Sujetando la mano de Mimí y
con la voz henchida de emoción)
¡Qué manita tan fría!
Déjeme que se la caldee.
Buscar, ¿qué importa?
En la oscuridad nada se encuentra.
Aunque, por fortuna,
es una noche de luna,
y, aquí, la luna la tenemos cerca.
(Mimí intenta liberar su mano)
Espere, señorita,
le diré en dos palabras quién soy,
qué hago, cómo vivo.
¿Quiere?
(Mimí calla. Rodolfo suelta la mano
de Mimí, Quien, yendo hacia atrás,
encuentra una silla sobre la que se
deja caer ,abatida por la emoción)
¿Quién soy?...Soy un poeta.
¿A qué me dedico?...Escribo.
Y, ¿cómo vivo?...Vivo.
Aun en mi pobreza despilfarro,
como un gran señor,
rimas e himnos de amor.
En sueños y en quimeras
y en castillos en el aire
tengo el alma millonaria.
Y ahora, del cofre de mis tesoros
me roban todas las joyas
dos ladrones: Esos bellos ojos
que han entrado con usted,
y, mis sueños de siempre,
mis bellos sueños,
veo evaporarse!
Pero no importa que me los roben
pues han hecho renacer en mí
una dulce esperanza.
Ahora que me conoce,
hable usted; vamos, hable.
¿Quién es?
¿Le apetece decírmelo?
MIMÍ
(Titubea, pero se decide a hablar.
Sigue sentada)
Sí.
Me llaman Mimí,
aunque me llamo Lucia.
La historia mía es breve.
En tela o en seda bordo,
en casa y fuera.
Soy tranquila y alegre,
y me distraigo
haciendo lirios y rosas.
Me gustan las cosas
que tienen ese dulce hechizo,
que hablan de amor,
de primaveras;
que hablan de sueños,
y de quimeras,
esas cosas que llaman poesía...
¿Me entiende?
RODOLFO
(Conmovido)
Sí.
MIMÍ
Me llaman Mimí.
El por qué ... no lo sé.
Sola me hago la comida,
para mi sola.
No voy siempre a misa,
pero le rezo bastante al Señor.
Vivo sola, solita; ahí,
en una pequeña habitación blanca,
miro a los tejados y al cielo.
Y, cuando comienza el deshielo,
el primer sol es mío,
¡el primer beso de abril es mío!
Germina, plantada, una rosa,
hoja a hoja, la aspiro;
es tan delicado
el perfume de una flor...
Pero las flores que yo hago,
¡ay de mi!
las flores que yo hago... ¡ay!
no tienen olor...
De mi, nada más sabría contarle.
Soy su vecina que le viene,
a deshora, a importunar.
SCHAUNARD
(Desde el corredor)
¡Eh, Rodolfo!
COLLINE
¡Rodolfo!
MARCELO
¡Aquí! ¿No nos oyes?
(Con los gritos de los amigos,
Rodolfo se impacienta)
¡Pesado!
COLLINE
¡Poetastro!
SCHAUNARD
¡A por los vagos!
(Rodolfo, impaciente, va
a tientas hasta la ventana,
se asoma un poco, para
responder a los amigos.
Por ella entran los rayos
de luna que iluminan la
habitación)
RODOLFO
(en la ventana)
Escribo tres líneas más y vuelo.
MIMÍ
(acercándose a la ventana)
¿Quiénes son?
RODOLFO
(a Mimí)
Mis amigos.
SCHAUNARD
¡Nos vas a oír!
MARCELO
¿Qué es lo que haces ahí solo?
RODOLFO
No estoy solo; estamos dos.
Id a Momus; coged sitio;
iré enseguida.
(Se queda en la ventana
para ver que sus amigos se
van. Se acerca Mimí y los
rayos de luna la iluminan)
MARCELO, SCHAUNARD, COLLINE
(Alejándose)
Momus, Momus, Momus,
callados, discretos,
nos vamos de aquí.
MARCELO
Ha encontrado la inspiración.
(Rodolfo, al volverse, ve a Mimí
envuelta en un haz de luz y la
contempla, extasiado)
RODOLFO
¡Oh, tierna niña!
¡Dulce carita de bondad
arropada por la luz de la luna!
Tú eres el sueño
que siempre quise soñar!
MIMÍ
(Muy conmovida)
¡Ah! ¡Todo lo que tú quieras,
amor...!
RODOLFO
(Estrechándola entre sus brazos)
Tiembla mi alma,
por una extrema dulzura.
MIMÍ
(Casi abandonándose a él)
¡Oh! ¡Cuán dulces penetran
tus palabras en mi corazón!...
¡Amor, sólo mandas tú!...
RODOLFO
¡En mi beso palpita el amor...!
(La besa)
MIMÍ
(Desasiéndose)
¡No, por caridad!
RODOLFO
¡Eres mía!
MIMÍ
Le esperan sus amigos...
RODOLFO
¿Quieres que me vaya?
MIMÍ
(Titubeando)
Quería decir...,
pero no me atrevo...
RODOLFO
(Con cortesía)
Dilo.
MIMÍ
(Con una graciosa sonrisa pícara)
Y... ¿si fuese con vosotros?
RODOLFO
(Sorprendido)
¿Qué? ¡Mimí!
(Insinuante)
Sería tan dulce quedarse aquí...;
hace frío ahí fuera.
MIMÍ
(Con sentimiento)
Estaré a tu lado.
RODOLFO
(Amorosamente, ayuda a Mimí
a ponerse el chal)
Y, ¿a la vuelta?
MIMÍ
(Maliciosa)
¡Qué curioso!
RODOLFO
Dame tu brazo, pequeñita mía...
MIMÍ
(Da el brazo a Rodolfo)
¡Le obedezco, señor!
(Se van hacia la puerta tomados
del brazo)
RODOLFO
Que me amas... dímelo...
MIMÍ
(Entusiasmada)
¡Yo, te amo...!
(Se van)
RODOLFO, MIMÍ
¡Amor! ¡Amor! ¡Amor!
(Cae el telón)
ACTO SEGUNDO
En el Barrio Latino
(Un cruce de calles; la parte más ancha
toma la forma de una plazoleta repleta
de tiendas, vendedores de todo tipo. A
un lado, el Café Momus. La víspera de
Navidad. Abundante y variopinto gentío:
burgueses, soldados, chicos, niñas,
estudiantes, modistas, gendarmes, etc. A
la puerta de sus tiendas las vendedores
gritan a todo pulmón, incitando a la
masa de compradores. Separados, entre
esa presión de gente, andan, de un lado
a otra Rodolfo y Mimí. Colline está junto
a la tienda de una zurcidora; Schaunard,
en una tienda de viejo, comprando un
silbato y una cama. Marcelo, va de un
lado a otro, a donde lo lleva lo gente.
Parejas de burgueses en mesas, fuera
del Café Momus. Atardecer. Las tiendas
están iluminadas can lamparillas y
farolillos encendidos; un gran farol
ilumina la entrada del café. La masa de
gente hace que el bullicio sea incesante)
VENDEDORES
(En la puerta de sus tiendas, todos
gritando)
¡Naranjas! ¡Dátiles!
¡Castañas calientes!
¡Muñecos, cruces!
¡Turrones y caramelos!
¡Flores, para las mujeres guapas!
¡Vaya pasteles!
¡Nata montada!
¡Gorriones, pájaros!
¡Dátiles! ¡Truchas!
¡Leche de coco!
¡Zanahorias!
GOLFILLOS
(Gritando)
¡Naranjas! ¡Muñecos!
¡Castañas calientes y caramelos!
¡Turrones!
LA MULTITUD
¡Cuánta gente! ¡Qué jaleo!
(Se alza el telón)
Sujétate a mí. ¡Qué jaleo!
Dejen pasar... ¡corramos!
¡Lisa! ¡Emma!
¡Ven rápido, Emma,
cuando te llamo!
Aún nos queda otra calle...
cojamos la calle Mazzarino,
que me falta ya el aliento...
¿Lo ves? El Café está aquí al lado.
¡Oh! ¡Qué joyas tan estupendas!
¡Los ojos más bonitos que he visto!
Peligrosos ejemplos
nos está dando hoy la multitud...
En mis tiempos era mejor.
¡Viva la libertad!
EN EL CAFÉ
(Gritando y reclamando al camarero
que va y viene atareado)
¡Rápido Aquí! ¡Camarero! ¡Un vaso!
¡Cerveza! ¡Un café!
VENDEDORES
(De un lado a otro, entre la multitud,
ofreciendo mercancía)
¡Caramelos! ¡Flores para las guapas!
¡Pasteles! ¡Nata montada!
¡Gorriones y pinzones! ¡Dátiles!
¡Leche de coco!
GOLFILLOS
¡Vamos, deprisa! ¡Leche de coco!
VENDEDORES
¡Leche de coco! ¡Zanahorias!
SCHAUNARD
(Después de haber tocado la corna
por la que ha regateado durante
un buen rato con un buhonero)
¡Falso es este Rey!
Boquilla y corna... Cuánto es?
(Paga. Rodolfo y Mimí, pasan
por entre la multitud, hacia el taller
de la modista)
COLLINE
(Junto a la zurcidora que le ha
cosido el bajo del chambergo)
Está un poco usado...
RODOLFO
Vamos...
MIMÍ
¿Vamos por el sombrerito?
COLLINE
...pero es bueno, y a buen precio
(Paga. Luego distribuye, los
libros con lo que va cargando, entre
los muchos bolsillos del chambergo)
RODOLFO
Sujétate de mi brazo,
Así, bien sujeta... ¡Vamos!
(entran en la tienda de una modista)
MARCELO
(Completamente solo, entre la
gente, con un paquete bajo el brazo,
mirando a las jóvenes que el gentío
casi le pone en sus brazos)
Yo, casi me siento capaz de gritar:
"¿Quién quiere, alegres damiselas,
un poco de amor?".
VENDEDORES
¡Dátiles! ¡Truchas!
UN VENDEDOR AMBULANTE
(Atraviesa la escena, gritando)
¡Ciruelas de Tours!
MARCELO
(Acercándose a una muchacha)
¡Vayamos juntos a
comprar y vender!
Yo, doy por una sola moneda,
mi virginal corazón!
(La muchacha se aleja, riéndose)
SCHAUNARD
(Se pasea frente al café Momus,
esperando a los amigos, armado
con el enorme el cuerno de caza,
mira curiosamente a la multitud)
Entre empujones y pisotones
se apresura la multitud,
entreteniéndose en probar
placeres nuevos... tonterías...
Insatisfechos.
(Entra un grupo de vendedoras)
ALGUNAS VENDEDORAS
¡Muñecos, alfileres!
¡Dátiles y caramelos!
COLLINE
(Sale al encuentro de Schaunard,
triunfalmente, con un viejo libro)
Copia rara. mas bien, única:
¡la Gramática Rúnica!
SCHAUNARD
(Le da unas palmaditas en la
espalda, compadeciéndolo)
¡Hombre ingenuo!
MARCELO
(Al llegar al café Momus, les grita
a Schaunard y a Colline)
¡A comer!
SCHAUNARD, COLLINE
¿Y Rodolfo?
MARCELO
Entró en una modista.
RODOLFO
(Subiendo de la modista con a Mimí)
Ven, nos esperan los amigos.
(Marcelo, Schaunard y Colline buscan
una mesa libre en la terraza del café,
pero sólo hay una y ocupada por un
grupo de burgueses. Los tres los
fulminan con miradas displicentes
de desprecio. Entran en el Café)
MIMÍ
(Señalando el sombrerito que
lleva puesto con mucha gracia)
¿Me queda bien este sombrero rojo?
RODOLFO
(A Mimí)
Eres morena
y ese color te va muy bien.
CLIENTES DEL CAFÉ
¡Camarero! ¡Un vaso!
¡Deprisa! ¡Aquí!
¡Licor de cerezas!
MIMÍ
(Extasiada ante una tienda)
¡Qué precioso collar de coral!
RODOLFO
Tengo un tío millonario.
Si el buen Dios se hace cargo de él,
voy a comprarte un collar
mucho más bonito...!
(Rodolfo y Mimí, conversando
se dirigen hacia el fondo
pierdéndose entre la multitud.
En una tienda un vendedor,
sobre una silla, ofrece a la venta,
gesticulando, lencería, gorros de
dormir, etc. Un grupo de chicos se
paran ante la tienda y estallan
en carcajadas)
GOLFILLOS, MODISTAS, ESTUDIANTES
(Riendo)
¡Ja, la, la, la...!
BURGUESES
¡Hagamos cola con la multitud!
¡Niños: estad atentos!
¡Qué jaleo! ¡Cuánta gente!
¡Cojamos la calle Mazzarino!
Me ahogo... ¡Vámonos!
¡Mira! ¡el café está aquí cerca!
¡Entremos en el Momus!
¡Ah!
VENDEDORES
¡Naranjas! ¡Dátiles!
¡Muñecos! ¡Flores!
(mucha gente por todas partes,
va de aquí para allá de la pequeña
placita; luego, se reúnen al fondo.
Colline, Schaunard y Marcelo
salen del café llevando una mesa; les
sigue un camarero con las sillas. Los
burgueses de la mesa de al lado,
fastidiados por el ruido, se
levantan y se van, al poco rato.
Avanzan Rodolfo y Mimí; ella
observa a un grupo de estudiantes)
RODOLFO
(Con un dulce reproche a Mimí)
¿A quién miras?
COLLINE
Odio al vulgo profano,
igual que Horacio.
MIMÍ
(A Rodolfo)
¿Estás celoso?
RODOLFO
Al hombre feliz la sospecha
siempre acecha.
SCHAUNARD
Yo, cuando me he saciado,
quiero abundancia de espacio...
MIMÍ
(A Rodolfo)
¿Eres feliz?
MARCELO
(Al camarero)
Queremos una cena suculenta.
RODOLFO
(Apasionadamente)
¡Claro que si! Mucho...
MARCELO
¡Rápido!
SCHAUNARD
Para muchos.
RODOLFO
¿Y tú?
MIMÍ
¡Si! ¡Mucho...!
MODISTAS, ESTUDIANTES
(Algunos)
¡Allí! ¡Vamos a Momus!
(Entran en el café)
MARCELO, SCHAUNARD, COLLINE
(Al camarero, que entra corriendo al
café, mientras, otro sale con una
bandeja con todo lo necesario para
preparar la mesa)
¡Rápido!
(Rodolfo y Mimí se dirigen
al café Momus)
LA VOZ DE PARPIGNOL
(VENDEDOR AMBULANTE)
(Desde lejos)
¡Llegan los juguetes de Parpignol!
RODOLFO
(Se une a sus amigos y les
presenta a Mimí)
Dos sillas.
COLLINE
¡Por fin!
RODOLFO
Ya estamos aquí.
Os presento a Mimí, sabia florista.
Su venida completa
la agradable compañía.
Pues... porque yo soy el poeta
y ella, la poesía.
De mi mente, nacen los cantos:
de sus dedos, nacen las flores...
De las almas exultantes
¡nace el amor!
MARCELO, SCHAUNARD, COLLINE
(Riendo)
¡Ja, ja, ja, ja!
MARCELO
(Con ironía)
¡Dios qué ideas tan raras!
COLLINE
(Solemne, señalando a Mimí)
Digna es de entrar.
SCHAUNARD
(Teatralizando la autoridad)
Que entre pues; si es necesario.
COLLINE
Yo no le doy sino un "accésit"
LA VOZ DE PARPIGNOL
(Más cerca)
¡Llegan los juguetes de Parpignol!
(Se sientan todos a la mesa; entretanto,
vuelve el camarero)
COLLINE
(al ver al camarero, le grita con
énfasis)
¡Salami!
(El camarero les da la lista de platos
que pasa por las manos de los cuatro
amigos, la miran en profundidad, con
una especie de admiración. Por la
calle Delfino aparece una carreta
de chucherías y flores iluminada
con farolillos. Quien la empuja es
Parpignol el popular vendedor de
juguetes; los niños la siguen
brincando y rodeando el carro,
extasiados con los juguetes)
CHICOS, NIÑAS
(Alrededor)
¡Parpignol! ¡Parpignol! ¡Parpignol...!
(Salen)
¡Aquí está Parpignol! ¡Parpignol!
¡Con la carreta llena de flores!
¡Aquí está Parpignol!
¡Quiero la trompeta, el caballito!
¡El tambor, el tamboril...!
¡Quiero el cañón, quiero el látigo,
el ejército de soldaditos!
(Niñas y chicos rodean la carreta
de Parpignol gesticulando con gran
vivacidad Un grupo de madres
buscan a los chicos y, al encontrarlos
junto a Parpignol, se ponen
a gritarles: una coge al hijito por una
mano, la otra saca de ahí a su niña.
Algunas amenazan; otras gritan
aunque, inútilmente, porque ni las
niñas ni los niños quieren separarse
de la carreta)
SCHAUNARD
¡Ciervo asado!
MARCELO
(Examinando el papel y pidiendo,
en voz alta, al camarero)
¡Un pavo!
SCHAUNARD
¡Vino del Rin!
COLLINE
¡Vino de mesa!
SCHAUNARD
¡Langosta sin piel!
LAS MADRES
(Furiosas, amenazantes)
¡Ah, pequeños endemoniados!
¿Qué habéis venido a hacer
a este lugar?
¡A casa! ¡A la cama!
¡Vamos, traviesos, descarados!
¿Los coscorrones os
han sabido a poco?
(Una mamá coge de la oreja
a un niño y este se pone a
lloriquear)
UN NIÑO
(Lloriqueando)
¡Quiero la trompeta, el caballito...!
RODOLFO
Y tú, Mimí, Qué quieres?
MIMÍ
La crema.
(Las mamas, enternecidas, se
deciden a comprar a Parpignol.
Los niños saltan de alegría,
apropiándose de los juguetes)
SCHAUNARD
(Con muchísima importancia
dice al camarero que tome buena
nota de todo lo que le han pedido)
Y, bien servido pues...
¡hay una dama!
(Parpignol va hacia la calle Comedia.
Los niños lo siguen, con alegría,
marchando y fingiendo que van
tocando los instrumentos musicales
que les acaban de comprar)
NIÑOS, NIÑAS
¡Viva Parpignol! ¡Parpignol!
¡El tambor! ¡El tamboril...!
¡El ejército de soldaditos ...!
(salen, siguiendo la carreta
de Parpignol)
MARCELO
(Como siguiendo la conversación)
Señorita Mimí, ¿qué regalo raro
os ha hecho su Rodolfo?
MIMÍ
(Muestra un sombrerito que saca
de un paquete envuelto)
Un sombrerito con encajes,
bordado todo en rojo.
Con mi cabello oscuro va muy bien.
Hacía tiempo que un sombrerito así
había deseado... y él ha sabido leer
lo que guardaba en mi corazón...
Quien puede leer un corazón
conoce el amor... y lo interpreta.
SCHAUNARD
Experto profesor...
COLLINE
(Siguiendo la idea de Schaunard)
...que ya tiene diplomas
y no son armas nuevas sus rimas...
SCHAUNARD
(Interrumpiendo)
¡Hasta parece cierto
todo lo que expresa!
MARCELO
(Mirando a Mimí)
¡Oh, bella edad
de engaños y de utopía!
Se cree, se espera,
y todo parece ser bello...
RODOLFO
El más bello poema
es aquél, amigo mío,
que nos enseña a amar.
MIMÍ
Amar es aún más dulce que la miel
MARCELO
(Enfadado)
Según el paladar, es miel o es hiel.
MIMÍ
(Sorprendida, a Rodolfo)
¡Oh, Dios mío! ¡Lo he ofendido!
RODOLFO
El está de luto, querida Mimí.
SCHAUNARD, COLLINE
(Por cambiar de conversación)
¡Animaos! ¡Un brindis!...
MARCELO
(Al camarero)
¡Aquí el licor!...
TODOS
(Levantándose)
Fuera las preocupaciones...
¡Arriba los vasos!... ¡bebamos!
MARCELO
(Interrumpe, al ver que
entra Musetta, riendo)
¡Para mi, veneno!
(cae en la silla. Por la esquina
de la calle Mazzarino aparece una
belle señorita de modales coquetos
y alegres, de sonrisa provocativa. La
sigue, detrás, Alcindoro un anciano
pomposo en el vestir, en las maneras
sociales y en la personalidad)
SCHAUNARD, COLLINE, RODOLFO
(Sorprendidos, al ver a Musetta)
¡Oh! ¡Musetta!
MARCELO
¡Ella!
TENDERAS
(Al ver a Musetta)
¡Anda! ¡Ella! ¡Si!
¡Anda, si es ella, Musetta!
¡Estamos en auge...! ¡Qué ropas!
ALCINDORO
(Convulso)
Como un portamaletas...
corriendo por aquí y por allá...
¡No, no! ¡Así no podemos seguir!...
MUSETTA
(deprisa, mirando aquí y allá,
como buscando a alguien; Alcindoro
la sigue, bufando y enfadado.
Ella lo llama, como si fuese un perro)
¡Ven, Lulú!
ALCINDORO
¡Ya no puedo más!
MUSETTA
¡Vamos, Lulú!
SCHAUNARD
¡Ese animal estúpido hasta parece
que esta sudando!
(Musetta ha visto la mesa de los
amigos delante del café Momus e
indica a Alcindoro que se siente
en la mesa que han dejado libre
los burgueses)
ALCINDORO
(a Musetta)
¿Cómo? ¿Aquí fuera?
¿Aquí...?
MUSETTA
¡Siéntate, Lulú!
(Irritado, se sienta, y, con genio, se
sube el cuello del abrigo)
ALCINDORO
(Barruntando)
Esos apodos, te lo ruego,
resérvalos para la intimidad.
(Un camarero se acerca y
prepara la mesa)
MUSETTA
¡No te hagas el Barbazul!
(Ella se sienta también a
la mesa, de cara al café)
COLLINE
(Examinando al viejo)
Es un vicioso discreto...
MARCELO
(Con desprecio)
¡Con la casta Susana!.
MIMÍ
(A Rodolfo)
Va muy bien vestida.
RODOLFO
Los ángeles van desnudos.
MIMÍ
(Con curiosidad)
¿La conoces? ¿Quién es?
MARCELO
(A Mimí)
Pregúntamelo a mi.
Se llama Musetta...
MUSETTA
(Molesta, al ver que los amigos de la
mesa de al lado no la miran)
Marcelo me ha visto...
MARCELO
...de apellido: ¡Tentación!
MUSETTA
...¡y no me mira, el malvado!...
MARCELO
Por vocación propia se dedica
a ser la rosa de los vientos...
MUSETTA
(Cada ve mas alterada)
¡Y ese Schaunard, riéndose...!
MARCELO
...va cambiando, de un día a otro,
de amantes y de amores...
MUSETTA
¡Me están revolviendo el estómago!
MARCELO
...y así como la lechuza...
MUSETTA
¡Si pudiese picarlo!
¡Si lo pudiese arañar...!
MARCELO
...es un pájaro sanguinario;
su alimento cotidiano
¡es el corazón...!
MUSETTA
Pero no tengo a mano
sino a ¡este pelicano!...
MARCELO
¡Come corazones!
MUSETTA
...¡espera!
MARCELO
(Con amargura)
Por eso, yo ya no tengo...
¡Eh, camarero!
(Ocultando su emoción)
¡Pasadme la salsa!
MUSETTA
(Grita, al oler uno de los platos,
al camarero, que corre hacia ella)
¡Eh! ¡Camarero!
¡Este plato apesta a refrito!
(Con fuerza, arroja el plato al
suelo, el camarero recoge los
pedazos)
ALCINDORO
(Reteniéndola)
¡No, Musetta! ¡Calla! ¡Cálmate!
MUSETTA
(Viendo que Marcelo no se vuelve)
¡Y no se vuelve!
ALCINDORO
(Con ridícula desesperación)
¡Calla, calla!
¡Modérate! ¡Ten maneras!
¿A quién le estás hablando?
COLLINE
¡Este pollo es un poema!
MUSETTA
(Furiosa)
Le voy a pegar... ¡Lo mato!
ALCINDORO
Pero... ¿a quién le estas hablando?
MUSETTA
Al camarero. ¡No me fastidies!
SCHAUNARD
¡El vino es excelente!
MUSETTA
Quiero hacer mi voluntad...
ALCINDORO
Habla más bajo...
Habla más bajo...
(Coge el menú y empieza
a pedir la cena)
MUSETTA
¡Quiero hacer lo que me apetezca!
¡No me fastidies!
ALCINDORO
¡Habla más bajo!... ¡Más bajo...!
MUSETTA
¡No me fas-ti-dies!
MODISTAS
(Atraviesan la escena; se paran un
momento al ver a Musetta)
Mira, mira a quién se ve:
¡pero si es ella: la misma Musetta!
ESTUDIANTES
(Atravesando la escena)
Con ese viejo que tartamudea...
¡ella... la mismísima Musetta!
(Riendo)
¡ja, ja, ja, ja!
MUSETTA
¿Estará celoso de esta momia?...
ALCINDORO
(Interrumpe su pedido al camarero
para sosegar a Musetta, que sigue
muy agitada)
La apariencia...
la posición... la virtud...
MUSETTA
...veamos si me queda
poder sobre él
para hacerlo ceder.
SCHAUNARD
¡La representación es estupenda!
MUSETTA
(Mirando a Marcelo, en voz alta)
¡No me estás mirando!
ALCINDORO
(Cree que Musetta se está
dirigiendo a él, se complace y
le responde con gravedad)
¡Ya ves que te obedezco!...
SCHAUNARD
¡La representación es estupenda!
COLLINE
¡Estupenda!
RODOLFO
(A Mimí)
Ten en cuenta, que no voy a
estar perdonándote siempre.
SCHAUNARD
Ella habla a uno,
para que se entere el otro.
MIMÍ
(A Rodolfo)
Te amo, y soy toda tuya...
¿Qué me dices de perdones?
COLLINE
(A Schaunard)
Y el otro, indiferente, cruel,
finge no enterarse de nada,
pero liba la miel.
MUSETTA
Pero tu corazón te golpea el pecho.
ALCINDORO
Baja el tono de voz, despacio
MUSETTA
Pero tu corazón
te golpea fuerte el pecho.
ALCINDORO
Habla más bajo, más bajo.
MUSETTA
(Sentada, dirigiéndose
intencionadamente a Marcelo,
que empieza a removerse en la silla)
Cuando voy solita por la calle,
la gente se para y mira,
y mi belleza
todos admiran,
de la cabeza a los pies...
MARCELO
(A los amigos, con voz sofocada)
¡Atadme a la silla!
ALCINDORO
¿Qué estará diciendo esa gente?
MUSETTA
Y saboreo, entonces, ese anhelo
sutil que en sus ojos brillan
y la suave evidencia de mostrar
la oculta belleza.
(Se pone de pie)
Así, el efluvio del deseo,
toda me envuelve,
y me siento feliz, ¡liviana y feliz!...
ALCINDORO
(Se dirige a Musetta
tratando de que se siente)
¡Ese canto impúdico
me revuelve la bilis!
MUSETTA
(A Marcelo)
Y tú, que conoces, que recuerdas
y te abrasas, ¿tanto huyes de mi?
Bien lo sé: tu angustia
no voy a desvelar,
¡pero te sientes morir!
MIMÍ
(A Rodolfo)
Bien se ve ..
que la pobrecita
suspira por Marcelo...
Suspira por él...
(Schaunard y Colline se levantan
y observan la escena con
curiosidad, mientras que
Rodolfo y Mimí siguen sentados
hablándose con ternura. Marcelo,
todavía más nervioso, ha dejado su
sitio, quiere irse, pero no puede
resistirse a la voz de Musetta)
ALCINDORO
¿Qué estará diciendo esa gente?
RODOLFO
(A Mimí)
Marcelo la amaba, antes...
SCHAUNARD
¡Ah! ¡Marcelo cederá!
RODOLFO
(A Mimí)
...y la muy fresca lo abandonó...
COLLINE
¡Quién sabe lo que puede suceder!
RODOLFO
... para, luego,
darse mejor vida.
(Alcindoro intenta persuadir,
a Musetta para que se siente a
la mesa pues, la cena está ya lista)
SCHAUNARD
Encuentran dulce, ambos, el lazo:
quien lo tiende y quien lo recibe...
COLLINE
¡Santos dioses!
En semejante intriga
jamás caerá Colline!
MUSETTA
(para sí)
¡Ah! ¡Marcelo arde...!
¡Está vencido...!
ALCINDORO
¡Habla más bajo!... ¡Calla, calla!...
MIMÍ
(Mirando a Alcindoro)
Ese infeliz me inspira piedad.
COLLINE
¡Esa si que es buena!
No estoy ciego.
MIMÍ
(Estrechándose contra Rodolfo)
¡Te amo!
SCHAUNARD
(para sí)
¡Ese bravucón caerá en un segundo!
¡Estupenda es la comedia!
¡Marcelo cederá!
(A Colline)
Si una persona así, tan bella,
te tratase íntimamente,
tu ciencia rezonglona
mandarías pronto al diablo...
RODOLFO
(Ciñendo a Mimí por la cintura)
¡Mimí!
Flaco es el amor
que la ofensa
no sabe vengar.
Un amor que ha muerto,
no resurge,...
MIMÍ
El amor que no es generoso
es un amor triste
¡Ese infeliz me inspira piedad!
COLLINE
...me gusta bastante más
una pipa y un texto griego.
Musetta es bella;
no estoy ciego, pero...
ALCINDORO
(A Musetta)
¡Compórtate! ¡Calla, calla!...
MUSETTA
Bien conozco tu angustia;
no quiero contarla...
¡Ah! Pero te sientes morir...
(A Alcindoro)
Quiero hacer lo que me apetece,
lo que me venga en gana.
¡No me fastidies! ¡No me fastidies!
¡No me fastidies!
(Para sí)
Ahora conviene librarse del viejo
(Fingiendo un fuerte dolor
en el pie, va a sentarse de nuevo)
¡Ay...!
ALCINDORO
¿Qué te ocurre?
MUSETTA
¡Qué dolor! ¡Qué escozor!
ALCINDORO
¿Dónde?
(Se inclina para desatar
el zapato a Musetta)
MUSETTA
(Enseñando el pie con coquetería)
¡En el pie!...
MARCELO
(Conmovido, adelantándose)
¡Juventud mía, no has muerto,
ni ha muerto tu recuerdo...
si llamases a mi puerta
mi corazón te iría a abrir!
MUSETTA
¡Afloja, desata, rompe, rasga!
Te lo suplico...
ahí abajo, el zapatero...
¡Corre, rápido! ¡Quiero otro par!
¡Ay! ¡Qué daño...!
¡Maldita estrechura de zapato!
(Se quita el zapato y lo pone en
la mesa)
Ahora me lo quito...; aquí está.
(Impacientándose)
¡Corre, ve, corre! ¡Rápido, ve, ve!
MIMÍ
Bien se ve que la pobrecita suspira
por Marcelo...
RODOLFO
Me doy cuenta;
¡la comedia es estupenda!
ALCINDORO
¡Imprudente!
¿Qué va a decir la gente?
¿Y, mi reputación?
¿es que quieres que la comprometa?
¡Espera, Musetta! ¡Voy!
(Corre, hacia la calle)
COLLINE, SCHAUNARD
¡La comedia es estupenda!
(Musetta y Marcelo se abrazan
con toda pasión)
MUSETTA
¡Ah!
MARCELO
¡Sirena!
SCHAUNARD
¡Estamos en la última escena!
(El camarero trae una cuenta)
TODOS
(Levantándose con sorpresa)
¡La cuenta!
SCHAUNARD
¿Tan pronto?
COLLINE
¿Quién la ha pedido?
SCHAUNARD
(Al camarero)
Veamos.
(Tras mirarla, la pasa a los
amigos)
COLLINE, RODOLFO
(Mirando la cuenta)
¡Qué caro!
(A lo lejos se oye una música militar
que se va acercando poco a poco)
RODOLFO, SCHAUNARD, COLLINE
¡Sacad dinero!
SCHAUNARD
Colline, Rodolfo, y ¿tú, Marcelo?
GOLFILLOS
(corriendo hacia la derecha)
¡La retreta!
MARCELO
¡Estoy seco!
SCHAUNARD
¿Cómo?
MODISTAS, ESTUDIANTES
(Saliendo apresuradamente
del café Momus)
¡La retreta!
RODOLFO
Tengo treinta sueldos en total.
LOS BURGUESES
¡La retreta!
MARCELO, SCHAUNARD, COLLINE
¿Cómo? ¿Ya no hay más?
SCHAUNARD
Pero, y mi tesoro, ¿dónde está?
GOLFILLOS
¿Se acercan por aquí?
MUSETTA
(Al camarero)
A mi, dadme mi cuenta.
MODISTAS, ESTUDIANTES
¡No! ¡Por allí!
GOLFILLOS
Se acercan por allí...
MODISTAS, ESTUDIANTES
¡Vienen por aquí!
GOLFILLOS
¡No! ¡Vienen por allí!
MUSETTA
(Al camarero que le da la cuenta)
¡Bien!
BURGUESES, VENDEDORES
¡Paso! ¡Paso!
MUCHACHOS
(Algunos en la ventana)
¡Quiero verlo! ¡Quiero oírlo!
MUSETTA
¡Rápido! ¡Sumad eso con esto!
¡Paga el señor
que estaba aquí conmigo!
LAS MADRES
(Alguna en la ventana)
Lisetta, ¿te quieres callar?
Tonio, ¿quieres parar ya?
MUCHACHAS
Mamá, quiero verlo;
Papá, quiero oírlo...
RODOLFO, MARCELO,
SCHAUNARD, COLLINE
¡Paga el señor!
MUCHACHOS
¡Quiero ver la retreta!
MADRES
¿Quieres callarte?
¿Quieres parar ya?
MODISTAS
¡Se acercan por aquí!
BURGUESES
¡Se acercan por allí!
TODOS
¡Sí, si, por aquí!
GOLFILLOS
Cuando lleguen
les seguiremos al paso.
COLLINE, SCHAUNARD, MARCELO
¡paga el señor!
MUSETTA
Y, donde estaba sentado,
mi saludo encontrará...
(Pone la cuenta encima de la silla)
BURGUESES
En esos redobles se aprecia
la patria majestad.
RODOLFO, COLLINE,
SCHAUNARD, MARCELO
¡Y donde se sentó que
encuentre tu saludo!
LA MUCHEDUMBRE
¡Paso, paso! ¡Aquí están!
GOLFILLOS
¡Qué! Atentos: ¡aquí están!
MARCELO
¡Se aproxima la retreta!
LA MUCHEDUMBRE
¡En fila!
COLLINE, MARCELO
¡Que el viejo no nos vea
huyendo con su prenda!
RODOLFO
¡Se acerca la retreta!
MARCELO, SCHAUNARD, COLLINE
¡Esa turba aglomerada
buen escondite ofrece!
MIMÍ, MUSETTA, RODOLFO,
MARCELO, SCHAUNARD, COLLINE
¡Rápido! ¡Rápido! ¡Rápido!
LA MUCHEDUMBRE
¡Los gastadores!
¡Los gastadores! ¡Aquí!
¡El tambor mayor:
parece un general!
¡La retreta ha llegado!
¡Aquí está, el lindo tambor mayor!
¡La bastón de oro, todo esplendor,
que mira, pasa y se va!
(El desfile atraviesa la escena,
dirigiéndose hacia el fondo.
Musetta no puede caminar pues tiene
un solo zapato, es levantada por los
brazos por Marcelo y Colline para
seguir al desfile. El gentío al ver a
Musetta levantada triunfalmente,
empieza a aplaudir clamorosamente.
Marcelo y Colline con Musetta se
colocan tras el desfile, detrás
Rodolfo y Mimí cogidos del brazo y
Schaunard con su cuerno de caza,
después los estudiantes y las
modistas saltando, después
muchachos, burgueses, mujeres
cogiendo el paso de la marcha.
Todos se alejan por el fondo
siguiendo el desfile militar)
RODOLFO, MARCELO,
SCHAUNARD, COLLINE
¡Viva Musetta! ¡Corazón alegre!
¡Gloria y honor, honor y gloria
del Barrio Latino!
LA MUCHEDUMBRE
¡Todo esplendor!
¡De Francia, el mejor hombre!
¡El bello tambor mayor!
¡Ahí va!
Que mira, pasa y se va...
(Entre tanto, Alcindoro vuelve con
un par de zapatos hacia el café
Momus buscando a Musetta; el
camarero que ha servido la mesa,
coge la cuenta dejada por ella y se
la presenta ceremoniosamente.
Al ver la suma y no encontrar a
nadie, cae sobre una silla,
estupefacto)
ACTO TERCERO
La Barrera D'enfer.
(Junto a la barrera, el bulevar
exterior; en el fondo, la calle de
Orleans, a la izquierda una taberna
y un pequeño paseo flanqueado por
algunos plátanos. Algunos aduaneros
duermen ante un brasero. En la
taberna, de tanto en tanto, se oyen
gritos, brindis y carcajadas. Es una
mañana de febrero, can nieve por
todas partes. Detrás de la verja,
cerrada, golpean los pies, por el frío,
algunos barrenderos)
BARRENDEROS
¡Eh! ¡Ahí, la guardia! ¡Abrid!
¡Esos de Gentily!
¡Somos los barrenderos!...
Caen buenos copos de nieve.
¡Aquí nos congelamos!
UN ADUANERO
(Bostezando y estirando
los brazos)
¡Voy!
VOCES DE LA TABERNA
(Dentro de la taberna, el
canto se acompaña de brindis)
Quien en el beber encontró
el placer en su vaso ¡ah!
¡en una boca, ardorosa,
encontró el amor!
LA VOZ DE MUSETTA
(Dentro de la taberna)
¡Ah! ¡Si en el vaso está el placer,
en una boca joven está el amor!
VOCES INTERNAS
(Dentro de la taberna)
Tra-le-ra-lé...
¡Eva y Noé!
(Terminando con una risotada)
VOCES DESDE EL BULEVAR
Hopp...la! Hopp...la!
ADUANEROS
¡Aquí están ya las lecheras!
(Abren el cierre. Una fila de carretas
con campesinos entran, junto a las
lecheras)
LAS LECHERAS
¡Buenos días!
CAMPESINOS
(Entran con cestas al brazo)
¡Mantequilla y queso!
¡Pollos y huevos!
Vosotros, ¡a dónde vais?
A San Miguel.
¡Nos vemos después!
¡A mediodía!
(Se alejan por varias calles. Entra
Mimí por la calle D'enfer; en cuanto
se detiene junto a un plátano, le
viene un violento acceso de tos. Ya
repuesta, le ve al sargento y se le
acerca)
MIMÍ
(Al sargento)
Sabe decirme, disculpe,
¿cuál es la hostería...
(no recuerda el nombre)
...donde trabaja un pintor?
SARGENTO
(Indicando la taberna)
Ésa es.
MIMÍ
Gracias.
(Sale de la taberna una mujer
de servicio. Mimí se le aproxima)
Buena señora, ¿me hace el favor
de llamar al pintor Marcelo?
Tengo que hablarle.
Y tengo tanta prisa...
Dígale, en voz baja,
que Mimí lo espera.
SARGENTO
(A uno que pasa)
¡Eh, esa canasta!
ADUANERO
¡Vacía!
SARGENTO
¡Que pase!
(Por la valla entra más gente, por
una parte y por otra. Todo el mundo
se aleja. La campana del asilo
María Teresa suena a maitines,
amanece, día de invierno triste y con
niebla. De la taberna salen algunas
parejas que vuelven a casa)
MARCELO
(Marcelo sale de la taberna
y sorprendido ve a Mimí)
¿Mimí?
MIMÍ
Soy yo. Esperaba encontrarte aquí.
MARCELO
Sí; estamos aquí desde hace un mes,
dependemos del posadero
Musetta enseña canto a los clientes,
yo pinto esos guerreros
sobre la fachada.
(Mimí tose)
Hace frío. Entra.
MIMÍ
¿Está Rodolfo?
MARCELO
Si.
MIMÍ
No puedo entrar. ¡No, no!
MARCELO
(Sorprendido)
¿Por qué?
MIMÍ
(Rompe a llorar, desesperada)
¡Oh, querido Marcelo...,
ayudadme, ayudadme!
MARCELO
¿Qué ha ocurrido?
MIMÍ
Rodolfo me ama y huye de mi.
Rodolfo se retuerce de celos.
Un paso, un dicho, una caricia,
una flor suscitan su sospecha...
después, gritos e ira.
Una noche, por ejemplo,
finjo estar dormida
y noto su mirada fija en mi,
espiándome el sueño.
Me grita a cada momento:
¡No lo hagas por mi;
búscate otro amante!
No lo hagas por mi. ¡Ay de mi!
Es el monstruo de los celos
quien habla por su boca pero...
¿Qué responderle, Marcelo?
MARCELO
Cuando la situación se pone así,
no se debe vivir juntos.
MIMÍ
Dices bien. Conviene separarnos.
¡Ayúdanos! Ayudadnos vosotros!
Nosotros ya lo hemos intentado
otras veces pero... en vano.
MARCELO
Yo no presiono a Musetta
y ella no me presiona a mi,
porque nos amamos con alegría
cantos y risas: así es la flor
de un invariable amor...
MIMÍ
Dices bien, dices bien.
Nos conviene separarnos.
Haz lo que creas mejor.
MARCELO
Está bien; ahora lo despierto.
MIMÍ
¿Está dormido?
MARCELO
Se ha tumbado aquí
una hora antes del amanecer.
Está tumbado sobre un banco.
Mira:
(Le hace un gesto a Mimí para que
mire por la ventana de la taberna.
Mimí; tose mucho. La compadece)
¡Qué tos!
MIMÍ
Desde ayer, tengo los huesos rotos.
Huyó de mi anoche diciéndome:
"Hemos terminado"
Por la mañana,
he salido para venir aquí.
MARCELO
(Observa a Rodolfo, en el interior
de la taberna)
Se despereza, se levanta.
Me busca... Viene.
MIMÍ
¡Que no me vea!
MARCELO
Ahora, vuelve a casa...
Mimí... por caridad,
¡no hagas aquí una escena!
(Mimí se dirige lentamente hacia
la esquina de la taberna, pero
gira curiosa la cabeza. Marcelo
corre al encuentro de Rodolfo)
RODOLFO
(Sale de la taberna y camina hacia
Marcelo)
¡Marcelo, por fin!
Aquí no nos oye nadie.
Quiero separarme de Mimí
MARCELO
¿Tan voluble eres?
RODOLFO
Ya, antes, había creído
muerto mi corazón pero...
esos ojos azules,
con su esplendor, lo reavivaron.
Ahora, el tedio lo asalta...
MARCELO
¿Y le quieres renovar el funeral?
RODOLFO
¡Para siempre!
MARCELO
Cambia de rima.
De necios es el amor tétrico
que lágrimas destila;
si no ríe y se divierte
el amor es flaco y quebradizo.
¿Estás celoso?
RODOLFO
Un poco.
MARCELO
¡Colérico, lunático,
lleno de prejuicios,
ruidoso, testarudo!
MIMÍ
(Para sí)
Ahora lo va a encolerizar,
¡pobre de mi!
RODOLFO
(Con ademanes irónicos)
Mimí es una fresca
que coquetea con todos:
un moscardón de vizcondesito
le ilumina la mirada,
ella se levanta la falda
y le descubre el tobillo
de manera provocativa y pícara,
MARCELO
¿Tengo que decírtelo?
No me pareces sincero.
RODOLFO
Está bien. No lo soy .
En vano, en vano escondo
mi verdadera tortura: amo a Mimí
más que a nada en el mundo,
¡la amo!
¡Pero tengo miedo, tengo miedo.!
¡Mimí está tan enferma!
Cada día está peor.
¡La pobrecita
está condenada!
MARCELO
(Sorprendido, con voz ronca)
¿Mimí?
MIMÍ
(Para sí)
¿Qué querrá decir?
RODOLFO
Una tos terrible
su pecho leve sacude.
y sus mejillas se tiñen
de gotas rojas de sangre...
MARCELO
¡Pobre Mimí!
MIMÍ
(para sí, llorando)
¡Ay de mi! ¡Moriré!
RODOLFO
Mi habitación
es una guarida escuálida.
El fuego está apagado,
entra el viento del norte
y hace remolinos.
Ella canta y sonríe
y el remordimiento me muerde.
¡Yo, culpable del mal fatal
que la está matando!
MARCELO
¿Qué hacer, pues?
MIMÍ
(desolada, para sí)
¡Oh, mi vida!
(Angustiada)
¡Ay de mí! ¡Se acaba...!
¡Oh, mi vida! ¡Se acaba...!
¡Ay de mi! Moriré!
RODOLFO
Mimí, flor de montaña,
la pobreza la ha marchitado.
Para retenerla en la vida
no basta sólo el amor.
MARCELO
Pobrecita.
¡Pobre Mimí!
¡Pobre Mimí!
(Mimí tose entre sollozos
y revelando su presencia)
RODOLFO
(viéndola y acercándose a ella)
¡Qué! ¡Mimí! ¿Tú, aquí?
¿Me has oído?
MARCELO
¡Ella estaba escuchando!
RODOLFO
Fácil al miedo,
por nada me asusto.
¡Ven aquí al calor!
(Quiere hacerla entrar
en la taberna)
MIMÍ
No;
ese ambiente cargado me sofoca.
(Se oye a Musetta, riendo,
dentro de la taberna)
RODOLFO
(Estrecha, amorosamente, entre
sus brazas a Mimí y la acaricia)
¡Ah! ¡Mimí!
MARCELO
Es Musetta quien ríe.
(Corre a la ventana de la taberna)
¿Con quién ríe?
¡Ah, descarada! ¡Vas a aprender!
(Entra rápido en la taberna)
MIMÍ
(Desasiéndose de Rodolfo)
Adiós.
RODOLFO
(Sorprendido)
¡Qué! ¿Te vas?
MIMÍ
(afectuosamente)
A donde feliz respondió a tu llamada
de amor, vuelve sola Mimí
al nido solitario
vuelve de nuevo
a bordar falsas flores.
Adiós, sin rencor.
Escucha, escucha:
Las pocas cosas que dejé en tu casa,
recógelas. En mi cajón
están el anillito de oro
y el libro de oraciones.
Envuelve todo en un atillo;
yo, mandaré al portero...
Ten cuidado; debajo de la almohada
está la gorrita roja, si quieres...
consérvala como recuerdo de amor...
Adiós, sin rencor.
RODOLFO
Entonces, ya todo ha terminado.
¡Te vas, te vas
mi palomita?
¡Adiós, sueño de amor!
MIMÍ
¡Adiós,
dulce despertar de la mañana!
RODOLFO
¡Adiós, vida de ensueño!
MIMÍ
(Sonriendo)
¡Adiós, peleas y celos...
RODOLFO
... que una sonrisa tuya disipaban!
MIMÍ
¡Adiós, sospechas!...
RODOLFO
Besos.
MIMÍ
¡Punzante amargura...
RODOLFO
...que yo, como verdadero poeta,
rimaba con dulzura!
RODOLFO, MIMÍ
Solos, el invierno es para morirse.
MIMÍ
Solos...
RODOLFO, MIMÍ
Mientras que, en primavera,
acompaña el sol.
MIMÍ
¡La compañía del sol!
(En la taberna estrépito de
platos y vasos rotos. Marcelo y
Musetta peleándose)
MARCELO
(desde dentro)
¿Qué hacías? ¿Qué decías
junto al fuego, a aquel señor?
MUSETTA
(desde dentro)
¿Qué quieres decir?
(Sale corriendo discutiendo)
MIMÍ
Nadie está solo en abril.
MARCELO
(Apoyándose en la puerta
de la taberna, vuelto a Musetta)
En cuanto he llegado yo
has cambiado de color.
MUSETTA
(Con actitud provocativa)
Ese señor me decía:
"¿Le gustaría bailar, señorita?"
RODOLFO
Se habla con los lirios y rosas.
MIMÍ
Salen de sus nidos
las cigüeñitas gentiles...
MARCELO
¡Vana, frívola, desvergonzada!
MUSETTA
Ruborizada, yo respondía:
¡"Bailaría hasta el amanecer"!
MARCELO
Esas palabras esconden
miras deshonestas.
MUSETTA
¡Quiero plena libertad!
MARCELO
(Arrojándose, casi, contra Musetta)
¡Te voy a ajustar las cuentas!...
RODOLFO, MIMÍ
Cuando llegue la primavera
nos acompañará el sol.
MUSETTA
¿Por qué me gritas?
¿Qué me reprochas?
No estamos casados.
MARCELO
¡Si te pesco coqueteando...!
¡Ten cuidado! ¡Debajo de este pelo
no crecen ciertos ornamentos...!
MUSETTA
Detesto a los amantes
que actúan como maridos.
RODOLFO, MIMÍ
Rumorean las fuentes,
la brisa de la tarde, como bálsamo,
consuela las penas humanas.
MARCELO
No voy a ser el hazmerreír
de tus nuevos pretendientes.
¡Vana, frívola, desvergonzada!
¿Te vas? ¡Te lo agradezco!
(Irónico)
¡Mejor, ahora salgo ganando!
MUSETTA
Hago el amor con quien me apetece,
¿no te gusta?
¡Pues, lo hago con quien quiero!
Musetta se va.
MARCELO, MUSETTA
A vuestros pies...
RODOLFO, MIMÍ
¿Quieres que esperemos
hasta la primavera?
MUSETTA
Señor: ¡adiós
os digo con gran placer!
MARCELO
¡Obedezco, y me largo!
(Musetta se aleja, corriendo,
furiosa; después, se detiene)
MUSETTA
(Gritando)
¡Pintor de brocha gorda!
MARCELO
(Desde el centro grita)
¡Serpiente!
MUSETTA
¡Sapo!
(Sale)
MARCELO
(Vuelve a entrar en la taberna)
¡Bruja!
MIMÍ
(acercándose a Rodolfo)
Siempre tuya... para toda la vida.
RODOLFO, MIMÍ
Nos separaremos...
...en la estación de las flores...
MIMÍ
(con dulzura)
¡Quisiera que el invierno
durase eternamente!
(Lentamente, va cayendo el telón)
RODOLFO, MIMÍ
(Alejándose)
¡Nos separaremos
en la estación de las flores!...
ACTO CUARTO
En la Buhardilla
(igual que en el Acto I. Marcelo
ante su caballete; Rodolfo está
sentado, en su mesa. Quisieran
poder concentrarse para trabajar
pero en cambio no hacen más que
charlar.)
MARCELO
(Continuando la conversación)
... ¿en un carruaje?
RODOLFO
Con un criado de librea.
Me saludó riendo.
¡Eh, Musetta! ...le dije
¿y el corazón?
"No late, o yo no lo oigo,
gracias al terciopelo que lo cubre".
MARCELO
(Esforzándose por reír)
Pues, me alegro por ella.
RODOLFO
(Para sí)
Farsante...Te mueres y ríes
(Retoma el trabajo)
MARCELO
(Pinta una pincelada)
¿No le late?
Bien, yo he visto también a...
RODOLFO
¿A Musetta?
MARCELO
A Mimí.
RODOLFO
(Con viveza, deja de escribir)
¿La has visto?
(Fingiendo indiferencia)
¡Caramba!
MARCELO
(Deja el trabajo)
Iba en una carroza
vestida como una reina.
RODOLFO
(Alegremente)
¡Qué bien! Me alegro...
MARCELO
(Para sí)
Mentiroso. Se muere de amor
RODOLFO
Trabajemos.
MARCELO
Trabajemos.
(intentan trabajar pero, de
repente, arrojan pluma y pincel)
RODOLFO
(Arroja la pluma)
¡Qué infame pluma!
(continúa sentado, muy pensativo)
MARCELO
(Arroja el pincel)
¡Qué infame pincel!
(Observa, fijamente, su cuadro y,
a escondidas de Rodolfo, saca del
bolsillo un trozo de seda y lo besa)
RODOLFO
(Para sí)
¡Oh, Mimí, tú ya no vuelves!
¡Oh, bellos días
pequeñas manitas,
cabellos perfumados,
cuello de nieve...! ¡Ah, Mimí,
mi breve juventud!
MARCELO
(Para sí. Se guarda la tela
y observa, de nuevo, su cuadro)
Yo no sé cómo sucede
pero mi pincel
trabaja y empasta colores
contra mi voluntad.
RODOLFO
... cuello de nieve!
¡Ah, Mimí, efímera juventud ...!
MARCELO
Si pintar quiero
cielos y tierras
o inviernos o primaveras,
él me traza dos pupilas negras
y una boca procaz,
y surge, de nuevo,
el rostro de Musetta...
RODOLFO
(Del cajón de la mesa, saca el
sombrerito de Mimí)
Y tú, sombrerito ligero que,
bajo la almohada,
dejó ella al marcharse.
Tú sabes de nuestra felicidad.
Ven a mi corazón,
sobre este corazón que ha muerto,
cuando ha muerto el amor...
MARCELO
...y surge de nuevo
el rostro de Musetta
todo encanto y travesura
Musetta es feliz y mi vil corazón
la llama y espera...
(Rodolfo lleva el sombrero de Mimí
a su corazón; después, ocultando
su emoción a Marcelo, se vuelve,
desenvuelto, y le pregunta...)
RODOLFO
¿Qué hora será?
MARCELO
(Permanece meditabundo,
escuchando las palabras de
Rodolfo y alegre le responde)
La hora de comer...
de ayer.
RODOLFO
Y, Schaunard, ¿no ha vuelto?
(Entran Schaunard y Colline
con cuatro panes y un paquete
que dejan sobre la mesa)
SCHAUNARD
Aquí estamos.
RODOLFO
¿Qué hay?
MARCELO
¿Qué hay?
(Schaunard pone los panes sobre
la mesa. Con displicencia)
¿Sólo pan?
COLLINE
(Del paquete saca un arenque que
también coloca sobre la mesa)
Es un plato digno de Demóstenes:
¡Un arenque!...
SCHAUNARD
... salado...
COLLINE
La comida está en la mesa.
(Se sientan a la mesa fingiendo
asistir a un banquete)
MARCELO
Éste es un manjar
propio de reyes.
SCHAUNARD
(Pone el sombrero de Colline
sobre la mesa y coloca dentro
una botella de agua)
Ahora, pongamos en hielo
el champán.
RODOLFO
(A Marcelo ofreciéndole el pan)
Elija, barón... ¿trucha o salmón?
MARCELO
(Lo agradece y acepta; luego,
se vuelve a Schaunard y le
presenta otro trozo de pan)
Duque,
¿una lengua de papagayo...?
SCHAUNARD
(Gentilmente, lo rehúsa; llena un
vaso de agua que le pasa a
Marcelo; el único vaso pasa
de uno a otro. Colline que ha
devorado su pan, se levanta)
Gracias, me engorda;
esta noche tengo un baile.
RODOLFO
(A Colline)
¿Saciado?
COLLINE
(Con importancia y gravedad)
Tengo prisa;
me espera el Rey.
MARCELO
(Con interés)
¿Alguna intriga?
RODOLFO
¿Algún misterio?
(Se levanta, se acerca a Colline
y le dice con curiosidad cómica)
SCHAUNARD
¿Algún misterio?
MARCELO
¿Algún misterio?
COLLINE
(Se pasea pavoneándose
con aires de gran importancia)
El Rey me llama
a su servicio.
RODOLFO, MARCELO, SCHAUNARD
(Rodean a Colline y le hacen
una gran inclinación)
¡Estupendo!
COLLINE
(con aire protector)
Sin embargo, veré a ... Guizot!
SCHAUNARD
(A Marcelo)
Alcánzame la copa.
MARCELO
(Le da el único vaso)
Sí, bebe; yo zampo.
SCHAUNARD
(Solemne, se sube a una silla
y levanta en alto el vaso)
¡Os ruego me deis vuestro
noble consejo!...
RODOLFO, COLLINE
(Interrumpiéndolo y gritando)
¡Basta!
MARCELO
¡Asno!
COLLINE
¡Pesados!
MARCELO
¡Esfúmate!
COLLINE
(cogiendo el vaso a Schaunard)
¡Dame la copa!
SCHAUNARD
(Con la mirada, indica a los amigos
que lo dejen continuar, inspirado)
¡La Musa, irresistible,
me inspira esta canción!...
LOS OTROS
(gritando)
¡No!
SCHAUNARD
(Conciliador)
¿Algo de danza, entonces?...
LOS OTROS
(Aplaudiéndolo, lo rodean
y hacen bajar de la silla)
¡Sí! ¡Sí!
SCHAUNARD
¡Danza y acompañamiento vocal!
COLLINE
¡Que se despeje la sala!
(Aparta a un lado la mesa y
la silla y se dispone a bailar)
¡Gavota!
MARCELO
(Proponiendo distintas danzas)
¡Minueto!
RODOLFO
¡Pavana!
SCHAUNARD
(Marcando la danza española)
¡Fandango!
COLLINE
¡Propongo la "cuadrilla"!
(Los otros la aprueban)
RODOLFO
(alegremente)
Mano a las damas.
COLLINE
¡Yo dirijo!
(Finge hacer un gran trabajo
para colocar la "cuadrilla")
SCHAUNARD
(Improvisando, marca el compás
con grandes aspavientos)
¡Laralá, laralá, laralá.....!
RODOLFO
(Se acerca a Marcelo, y se
inclina ofreciéndole la mano)
Suave damisela...
MARCELO
(Con recato, imitando la voz
femenina)
Respete mi inocencia,
(Con su voz)
se lo ruego.
(Rodolfo y Marcelo bailan
la "cuadrilla")
SCHAUNARD
¡Laralá, laralá, laralá.....!
COLLINE
(Dirige los pasos de baile)
¡Balancez!
MARCELO
¡Laralá, laralá, laralá.....!
SCHAUNARD
(Provocador)
¡Primero está el Rondó!
COLLINE
(provocador)
¡No, bestia!
SCHAUNARD
(Con exagerado desprecio)
¡Qué modales de lacayo!
(Rodolfo y Marcelo continúan
bailando)
COLLINE
(ofendido)
Si no me equivoco,
usted me ofende.
¡Desenvaine su espada!
(coge el atizador de la chimenea)
SCHAUNARD
(Coge la paleta de la chimenea
poniéndose en posición de batirse)
¡Listos! ¡En guardia!
¡Tu sangre quiero beber!
(Se baten, los otros cantan)
COLLINE
(Hace otro tanto)
Uno de nosotros
quedará sin tripas...
(Marcelo y Rodolfo paran de
bailar, desternillándose de risa)
SCHAUNARD
¡Preparad una camilla!
COLLINE
¡Preparad el cementerio!
RODOLFO, MARCELO
(alegremente)
Mientras sus espadas chocan
gira y cimbrea el rigodón.
(Rodolfo y Marcelo bailan
alrededor de los contendientes
que se dan golpes de espada.
Entra Musetta, muy agitada)
MARCELO
(viéndola)
!Musetta!
MUSETTA
(Con la voz rota)
Es Mimí...
(Con ansiedad rodean a Musetta)
Es Mimí,
viene trás de mí; se encuentra mal.
RODOLFO
¿Dónde está?
MUSETTA
Subiendo la escalera;
no puede más...
(Se ve, por la puerta abierta, a Mimí
sentada en el ultimo peldaño)
RODOLFO
¡Ah!
(Rodolfo se precipita hacia Mimí;
Marcelo acude también)
SCHAUNARD
(A Colline)
¡Acerquemos ese camastro!
(Entre los dos, la llevan a la
cama y la tumban en ella)
RODOLFO
¡Allí!
(A los amigos, despacio)
¡Algo para beber!
(Musetta acude con el vaso
con agua y le da un sorbo a Mimí)
MIMÍ
(con gran pasión)
¡Rodolfo!
RODOLFO
(Recuesta a Mimí sobre la cama)
Calla. Descansa.
MIMÍ
(Abrazando a Rodolfo)
¡Rodolfo mío!
¿me aceptas contigo, aquí?
RODOLFO
¡Oh, Mimí, querida!
¡Siempre! ¡Siempre!
(Persuade a Mimí que se acueste
sobre la cama y la cubre con la
colcha, después le acomoda la
almohada bajo la cabeza)
MUSETTA
(Lleva aparte a los demás,
y en voz baja)
Supe que Mimí,
huida de vizcondesito,
estaba ya en el final de su vida.
¿dónde estaba...?
La busco y la busco...
y la veo por la calle,
caminando con dificultad.
Me dice: "¡Ya no puedo más!...
¡Me muero!..., ¡lo presiento!...
(Se agita y, sin darse cuenta,
sube la voz)
¡Quiero morir con él!
Quizá me espera...
¿Me acompañas, Musetta?....
MARCELO
(Hace señas de hablar bajito
y Musetta se pone a mayor
distancia de Mimí)
Sss!
MIMÍ
Me siento mucho mejor...
¡Déjame que mire alrededor!...
(Sonríe, dulcemente)
¡Ah! ¡Qué bien se esta aquí...!
(Incorporándose un poco, vuelve
a abrazar a Rodolfo)
Renazco...
Siento la vida, otra vez, aquí.
¡No! ¡No me abandones nunca...!
RODOLFO
¡Bendita boca;
de nuevo me hablas!...
MUSETTA
(A los demás)
¿Qué tenéis en casa?
MARCELO
¡Nada!
MUSETTA
¿No hay café? ¿Ni vino?
MARCELO
(con gran desconsuelo)
Nada. ¡Qué miseria!
SCHAUNARD
(Cauto, observa a Mimí;
con tristeza le dice a Colline,
llevándolo aparte)
¡En media hora habrá muerto!
MIMÍ
¡Tengo tanto frío!...
¡Si tuvieras un manguito de piel!
¿Es que mis manos
nunca van a entrar en calor?
(Tose)
RODOLFO
(Coge entre las suyas las manos
de Mimí calentándoselas)
Aquí, con las mías. ¡Calla!
Hablar te fatiga
MIMÍ
Tengo un poco de tos.
Ya estoy acostumbrada.
(Viendo a los amigos de Rodolfo,
los llama por su nombre; ellos se
acercan, presurosos, a ella)
¡Buenos días, Marcelo!
Schaunard, Colline...
¡buenos días!...
(Sonriendo)
¡Todos aquí, todos aquí!
(Sonriendo a Mimí)
RODOLFO
¡No hables, no hables!...
MIMÍ
Hablo despacio; no temas.
(Haciendo un gesto de pesar)
Marcelo hazme caso...
...Musetta es tan buena...
MARCELO
Lo sé, lo sé.
(Toma la mano de Musetta.
Schaunard y Colline se apartan.
Schaunard con la cara entre las
manos; Colline pensativo.
Musetta se quita los
pendientes, se los da a Marcelo
y le dice, en voz baja)
MUSETTA
¡Toma, véndelos!
Trae cualquier medicamento.
¡Consigue un médico!...
RODOLFO
Descansa.
MIMÍ
¿No me abandonarás?
RODOLFO
¡No! ¡No!
(Mimí va durmiéndose. Rodolfo
coge una silla y se sienta junto
a la cama. Marcelo se dispone
a salir; Musetta lo detiene y lo
aleja de Mimí)
MUSETTA
¡Escucha!
Quizás sea esta la última vez
que ella expresa un deseo,
¡pobrecita! Por el manguito de piel
iré yo. Me marcho contigo.
MARCELO
(conmovido)
¡Eres buena, Musetta mía!
(Salen, apresuradamente, ambos)
COLLINE
(Mientras Musetta y Marcelo
cuchichean, se está quitando
el abrigo, emocionado)
Vieja zamarra, escucha,
yo me quedo en tierra; tú, asciende
al sacro monte de piedad.
Recibe mi agradecimiento.
Jamás encorvaste la espalda
ante el rico y el poderoso.
Pasan, en tus bolsillos,
como en amenos refugios,
filósofos y poetas.
Ahora que los días felices
se nos van, te digo adiós
fiel amigo mío.
Adiós, Adiós.
(Lo empaqueta y lo coloca bajo
el brazo; se acerca a Schaunard,
y le golpea en la espalda
diciéndole con tristeza)
Schaunard, cada uno a su manera,
(Schaunard levanta la cabeza)
hagamos juntos un acto de piedad;
yo... esto,
(Le enseña el abrigo que tiene
bajo el brazo)
y tú...
(Señalando a Rodolfo inclinado
sobre Mimí adormilada)
¡Dejémoslos solos allí!...
SCHAUNARD
(se pone en pie, conmovido)
Filósofo, ¡tienes razón!
(Mirando hacia la cama)
Es cierto... ¡Me voy!
(Mira alrededor, y para justificar
su salida coge la botella
del agua y baja detrás de Colline
cerrando con precaución la puerta)
MIMÍ
(Abre los ojos y ve que todos han
salido y alarga la mano hacia
Rodolfo, que la besa)
¿Se han ido?
Fingí estar dormida porque
quería quedarme a solas contigo.
Tengo tantas cosas que decirte....
o una sola,
pero inmensa como el mar,
como el mar, profunda e infinita...
(le pone el brazo en el cuello)
¡Tú eres mi amor...
y toda mi vida!
RODOLFO
¡Ah! ¡Mimí! ¡Mi bella Mimí!
MIMÍ
(Deja caer el brazo)
¿Aún soy bella?
RODOLFO
¡Bella como la aurora!
MIMÍ
Te equivocas al comparar;
querías decir...
"Bella, como un atardecer".
"Me llaman Mimí; ¿por qué?
No lo sé'.
RODOLFO
(enternecido y cariñoso)
Volvió a su nido la golondrina
y gorjea.
(Saca el sombrerito de Mimí
de donde lo tenia guardado,
junto a su corazón)
MIMÍ
(alegremente)
Mi sombrerito!
Mi sombrerito...
¡Ah!
(Acerca la cabeza a Rodolfo,
que le pone el sombrerito
Mimí hace sentarse cerca de ella
a Rodolfo y queda con la cabeza
apoyada sobre el pecho de él)
¿Te acuerdas de cuando
entré aquí
la primera vez?
RODOLFO
¡Que si me acuerdo...!
MIMÍ
Se había apagado la llama...
RODOLFO
¡Estabas tan turbada!...
Después, perdiste la llave...
MIMÍ
¡Y te pusiste a buscarla a gatas!...
RODOLFO
...y, buscando, buscando...
MIMÍ
Mi querido señor,
hoy puedo decirlo,
la encontró usted tan deprisa...
RODOLFO
Ayudaba al destino.
MIMÍ
(Recordando su encuentro con
Rodolfo la tarde del día de Navidad)
Estábamos a oscuras y, mi rubor
no se veía....
(Susurra las palabras de Rodolfo)
"Qué manita tan fría...
déjeme caldeársela...".
Estábamos a oscuras y,
me cogiste la mano...
(Mimí presa de un espasmo
de tos, deja recaer la cabeza,
extenuada)
RODOLFO
(Asustado, la sostiene en sus brazos)
¡Dios mío! ¡Mimí!
(Schaunard entra en ese momento
al grito de Rodolfo corre al lado de
Mimí)
SCHAUNARD
¿Qué ocurre?
MIMÍ
(abre los ojos y sonríe para
tranquilizar a Rodolfo y Schaunard)
Nada; estoy bien.
RODOLFO
(La deja sobre la almohada)
No hables, por caridad.
MIMÍ
Si, si, perdona;
ahora seré buena.
(Regresan Marcelo y Musetta;
después, Colline. Musetta pone una
vela sobre la mesa)
MUSETTA
(A Rodolfo)
¿Duerme?
RODOLFO
(acercándose a Marcelo)
Descansa.
MARCELO
He visto al doctor. Vendrá.
Le he dicho que se dé prisa.
Aquí está la medicina.
(Enciende una lámpara y
la pone sobre la mesa)
MIMÍ
¿Quién está hablando?
MUSETTA
(Se acerca a Mimí y le
da el manguito de piel)
Yo. Musetta.
MIMÍ
(Con la ayuda de Musetta se
incorpora y con alegría casi
infantil coge el manguito)
¡Oh, qué bonito y qué blando!
No tendré más las manos heladas.
Su tibieza...
las embellecerá.
(A Rodolfo)
¿Eres tú quien me lo ha comprado?
MUSETTA
(Rápida)
Sí.
MIMÍ
(tiende una mano a Rodolfo)
¡Tú! Qué inconsciente...
¡Gracias! Lo que habrá costado...
(Rodolfo rompe a llorar)
¿Lloras?...Si estoy bien.
Llorar así..., ¿por qué?
¡Aquí... amor... siempre contigo!
Las manos... al calor... y dormir.
(Pone las manos en el manguito se
adormece inclinando la cabeza
sobre el manguito. Entra en coma.
Silencio. Rodolfo, ya repuesto al
ver que Mimí se ha dormido, se
aleja de ella y, con el gesto,
indica a los demás que no hagan
ruido. Se acerca a Marcelo)
RODOLFO
¿Qué ha dicho el médico?
MARCELO
Que vendrá.
(Calienta la medicina traída por
Marcelo sobre el hornillo encendido,
y casi inconscientemente murmura
una plegaria. Rodolfo, Marcelo y
Schaunard hablan muy bajito entre
ellos; de tanto en tanto Rodolfo se
acerca a la cama, vigilando a Mimí,
para después, silenciosamente,
volver con los amigos)
MUSETTA
(Rezando)
Señora bendita.
dale tu gracia a esta pobrecita;
que no muera...
(Se interrumpe. A Marcelo)
Aquí hace falta una defensa
pues la llama se agita por el viento.
(Marcelo se acerca y pone un libro
bajo la mesa como parapeto
para la llama)
Así.
(Retoma la plegaria)
Que pueda curarse.
Señora santa, yo soy
indigna de perdón;
Mimí, sin embargo,
es un ángel del cielo.
(Mientras Musetta reza,
Rodolfo se le acerca)
RODOLFO
Aún tengo esperanza.
¿Crees que es grave?
MUSETTA
No creo.
SCHAUNARD
(de puntillas se acerca a la cama,
hace un gesto de dolor y vuelve
apesadumbrado junto a Marcelo.
Con voz ahogada)
Marcelo, ¡ha muerto!
(Rodolfo se percata que el sol
de la ventana va a caer sobre
el rostro de Mimí y se coloca
delante para evitarlo; Musetta
se da cuenta y le da su chal,
estudiando la forma de colocarlo
sobre la ventana. Marcelo se
acerca a la cama y se aleja
asustado. Entra Colline que
pone el dinero sobre la mesa
cerca de Musetta)
COLLINE
Musetta, para ti.
(Después ve que Rodolfo solo no
puede colocar el chal y corre a
ayudarlo preguntando por Mimí)
¿Cómo está?
RODOLFO
Ves... está tranquila.
(Se vuelve hacia Mimí.
Musetta le hace señas de que la
medicina estará pronto, pero
cuando acude rápido a Musetta,
se da cuenta de la expresión de
Marcelo y Schaunard. Con voz
ahogada por la aflicción dice)
¿Qué quiere decir
ese ir y venir...
ese mirarme así...
MARCELO
(No lo soporta, corre hacia Rodolfo
y abrazándolo, con voz angustiada
le grita)
¡Valor!
RODOLFO
(se precipita a la cama de Mimí, la
sacude, grita con desesperación
extrema, llorando)
¡Mimí...! ¡Mimí...!
(Se arroja sobre el cuerpo de Mimí)
¡Mimí...! ¡Mimí...!
(Musetta corre a la cama, lanza
un grito angustioso, arrojándose
arrodillada y llorando a los pies de
Mimí al otro lado de la cama.
Schaunard se desploma sobre una
silla a la izquierda de la escena.
Colline va a los pies de la cama,
quedando aterrorizado por la
de la catástrofe. Marcelo solloza,
volviendo la espalda).
FIN DE LA OPERA
ATTO PRIMO
In Soffitta
(Amplia finestra dalla quale si scorge
una distesa di tetti coperti di neve. A
sinistra, un camino. Una tavola, un
letto, un armadietto, una piccola
libreria, quattro sedie, un cavalletto
da pittore con una tela sbozzata ed
uno sgabello: libri sparsi, molti fasci
di carte, due candelieri. Uscio nel
mezzo, altro a sinistra. Rodolfo
guarda meditabondo fuori della
finestra. Marcello lavora al suo
quadro: «Il passaggio del Mar
Rosso», con le mani intirizzite dal
freddo e che egli riscalda alitandovi
su di quando in quando, mutando,
pel gran gelo, spesso posizione.)
MARCELLO
(seduto, continuando a dipingere)
Questo Mar Rosso mi ammollisce
e assidera come se addosso
mi piovesse in stille.
Per vendicarmi, affogo un Faraon!
(Torna al lavoro. A Rodolfo)
Che fai?
RODOLFO
(volgendosi un poco)
Nei cieli bigi
guardo fumar dai mille
comignoli Parigi
(additando il camino senza fuoco)
e penso a quel poltrone
di un vecchio caminetto ingannatore
che vive in ozio
come un gran signore.
MARCELLO
Le sue rendite oneste
da un pezzo non riceve.
RODOLFO
Quelle sciocche foreste
che fan sotto la neve?
MARCELLO
Rodolfo, io voglio dirti
un mio pensier profondo:
(Soffiandosi le ditta)
ho un freddo cane.
RODOLFO
(avvicinandosi a Marcello)
Ed io, Marcel, non ti nascondo
che non credo al sudore della fronte.
MARCELLO
Ho ghiacciate le dita;
quasi ancora le tenessi immollate
giù in quella gran ghiacciaia
che è il cuore di Musetta...
(Lascia sfuggire un lungo sospirone,
e tralascia di dipingere, deponendo
tavolozza e pennelli.)
RODOLFO
L'amore è un caminetto
che sciupa troppo...
MARCELLO
... e in fretta!
RODOLFO
... dove l'uomo è fascina...
MARCELLO
... e la donna è l'altare...
RODOLFO
... l'uno brucia in un soffio...
MARCELLO
... e l'altro sta a guardare!.
RODOLFO
Ma intanto qui si gela! ...
MARCELLO
... e si muore d'inedia!...
RODOLFO
Fuoco ci vuole...
MARCELLO
(afferrando una sedia e facendo
atto di spezzarla)
Aspetta... sacrifichiam la sedia!
(Rodolfo impedisce con energia l'atto
di Marcello con gioia ad un'idea che
gli è balenata.)
RODOLFO
Eureka!
MARCELLO
Trovasti?
RODOLFO
(Corre alla tavola e ne leva un
voluminoso scartafaccio.)
Sì. Aguzza
l'ingegno. L'idea vampi in fiamma.
MARCELLO
(additando il suo quadro)
Bruciamo il Mar Rosso?
RODOLFO
No. Puzza la tela dipinta.
Il mio dramma...,
L'ardente mio dramma ci scaldi.
MARCELLO
(con comico spavento)
Vuoi leggerlo forse?
Mi geli.
RODOLFO
No,
in cener la carta si sfaldi
e l'estro rivoli ai suoi cieli.
(con importanza)
Al secol gran danno minaccia...
E Roma in periglio...
MARCELLO
(con esagerazione)
Gran cor!
RODOLFO
A te l'atto primo.
MARCELLO
Qua.
RODOLFO
Straccia.
MARCELLO
Accendi.
(Rodolfo batte un acciarino accende,
una candela e va al camino con
Marcello: insieme dànno fuoco a
queila parte dello scartafaccio
buttato sul focolare, poi entrambi
prendono delle sedie e seggono,
riscaldandosi voluttuosamente)
RODOLFO, MARCELLO
Che lieto baglior!
(Si apre con fracasso la porta in fondo
ed entra Colline gelato, intirizzito,
battendo i piedi, gettando con ira sulla
tavola un pacco di libri legato con un
fazzoletto.)
COLLINE
Già dell'Apocalisse
appariscono i segni.
In giorno di vigilia
non si accettano pegni!
(Si interrompe sorpreso, vedendo
fuoco nel caminetto.)
Una fiammata!
RODOLFO
(a Colline)
Zitto,
si dà il mio dramma.
MARCELLO
... al fuoco.
COLLINE
Lo trovo scintillante.
RODOLFO
Vivo.
(Il fuoco diminuisce. )
COLLINE
Ma dura poco.
RODOLFO
La brevità, gran pregio.
COLLINE
(levandogli la sedia)
Autore, a me la sedia.
MARCELLO
Questi intermezzi
fan morire d'inedia.
Presto!.
RODOLFO
(Prende un'altra parte dello
scartafaccio.)
Atto secondo.
MARCELLO
(a Colline)
Non far sussurro.
(Rodolfo straccia parte dello scartafaccio
e lo getta sul camino: il fuoco si ravviva.
Colline avvicina ancora più la sedia e si
riscalda le mani: Rodolfo è in piedi,
presso ai due, col rimanente dello
scartafaccio.)
COLLINE
Pensier profondo!
MARCELLO
Giusto color!
RODOLFO
In quell'azzurro guizzo languente
Sfuma un'ardente scena d'amor....
COLLINE
Scoppietta un foglio.
MARCELLO
Là c'eran baci!
RODOLFO
Tre atti or voglio
d'un colpo udir.
(Getta al fuoco il rimanente dello
scartafaccio.)
COLLINE
Tal degli audaci l'idea s'integra.
TUTTI
(Applaudono entusiasticamente)
Bello in allegra vampa
svanir.
(La fiamma dopo un momento
iminuisce.)
MARCELLO
Oh! Dio... già s'abbassa la fiamma.
COLLINE
Che vano, che fragile dramma!
MARCELLO
Già scricchiola, increspasi, muore.
COLLINE, MARCELLO
(Il fuoco è spento.)
Abbasso, abbasso l'autore
(Dalla porta di mezzo entrano due
Garzoni, portando l'uno provviste di
cibi, bottiglie di vino, sigari, e l'altro un
fascio di legna. Al rumore, i tre innanzi
al camino si volgono e con grida di
meraviglia si slanciano sulle provviste
portate dal garzone e le depongono sul
tavolo. Colline prende la legna e la
porta presso il caminetto: comincia a
far sera.)
RODOLFO
Legna!
MARCELLO
Sigari !
COLLINE
Bordò!
RODOLFO
Legna!
MARCELLO
Bordò!
TUTTI
Le dovizie d'una fiera
il destin ci destinò.
(I garzoni partono. Schaunard entra
dalla porta di mezzo con aria di trionfo,
gettando a terra alcuni scudi)
SCHAUNARD
La Bancadi Francia
per voi si sbilancia.
COLLINE
(raccattando gli scudi insieme a
Rodolfo e Marcello)
Raccatta, raccatta!
MARCELLO
(incredulo)
Son pezzi di latta!...
SCHAUNARD
(mostrandogli uno scudo)
Sei sordo?... Sei lippo?
Quest'uomo chi è?
RODOLFO
(inchinandosi)
Luigi Filippo!
M'inchino al mio Re!
TUTTI
Sta Luigi Filippo ai nostri pie'
(Depongono gli scudi sul tavolo.
Schaunard vorrebbe raccontare la sua
fortuna, ma gli altri non lo ascoltano:
vanno e vengono affaccendati
disponendo ogni cosa sul tavolo.)
SCHAUNARD
Or vi dirò: quest'oro,
o meglio argento,
ha la sua brava istoria...
RODOLFO
(ponendo la legna nel camino)
Riscaldiamo il camino!
COLLINE
Tanto freddo ha sofferto.
SCHAUNARD
Un inglese... un signor... lord
o milord che sia, volea
un musicista...
MARCELLO
(gettando via il pacco di libri di
Colline dal tavolo)
Via! Prepariamo la tavola!
SCHAUNARD
Io? volo!
RODOLFO
L'esca dov'è?
COLLINE
Là.
(Accendono un gran fuoco sul camino)
MARCELLO
Prendi qua.
SCHAUNARD
E mi presento.
M'accetta, gli domando...
(mettendo a posto le vivande, mentre
Rodolfo accende l'altra candela)
COLLINE
Arrosto freddo!
MARCELLO
Pasticcio dolce!
SCHAUNARD
A quando le lezioni?...
(visto che nessuno presta attenzione)
Mi presento, m'accetta,
gli domando:
A quando le lezioni?
Risponde:
(Imitando l'accento inglese)
"Incominciam... Guardare!"
E un pappagallo
m'addita al primo piano,
Poi soggiunge:
"Voi suonare finché quello morire!"
RODOLFO
Fulgida folgori la sala splendida.
MARCELLO
(Mette le due candele sul tavolo )
Or le candele!
SCHAUNARD
E fu così:
Suonai tre lunghi dì...
Allora usai l'incanto
di mia presenza bella...
Affascinai l'ancella...
Gli propinai prezzemolo!...
MARCELLO
Mangiar senza tovaglia?
RODOLFO
No: un'idea!
(Levando di tasca un giornale
e spiegandolo)
MARCELLO, COLLINE
Il Costituzional!
RODOLFO
Ottima carta...
Si mangia e si divora un'appendice!
(Dispongono il giornale come una
tovaglia: Rodolfo e Marcello
avvicinano le quattro sedie al tavolo,
mentre Colline é sempre affacendato
coi piati di vivande)
SCHAUNARD
Lorito allargò l'ali,
Lorito il becco aprì,
un poco di prezzemolo;
da Socrate morì!
(Vedendo che nessuno gli bada, afferra
Colline che gli passa vicino con un
piatto.)
COLLINE
(A Schaunard)
Chi?!...
SCHAUNARD
(urlando indispettito)
Che il diavolo vi porti tutti quanti!
(Poi, vedendoli in atto di mettersi a
mangiare il pasticcio freddo:)
Ed or che fate?
(Con gesto solenne stende la mano sul
pasticcio ed impedisce agli amici di
mangiarlo; poi leva le vivande dal
tavolo e le mette nel piccolo armadio.)
No! Queste cibarie
sono la salmeria
pei dì futuri
tenebrosi e oscuri.
Pranzare in casa il dì della vigilia
mentre il Quartier Latino le sue vie
addobba di salsicce e leccornie?
Quando un olezzo di frittelle imbalsama
le vecchie strade?
Là le ragazze cantano contente...
TUTTI
(Circondano ridendo Schaunard.)
La vigilia di Natal!
SCHAUNARD
Ed han per eco ognuna
uno studente!
Un po' di religione,
o miei signori:
si beva in casa,
ma si pranzi fuori.
(Rodolfo chiude la porta a chiave, poi
tutti vanno intorno al tavolo e versano
il vino.)
BENOÎT
(di fuori, battendo due colpi alla porta)
Si può?
MARCELLO
Chi è là?
BENOÎT
Benoît!
MARCELLO
Il padrone di casa!
(Depongono i bicchieri.)
SCHAUNARD
Uscio sul muso.
COLLINE
(Grida)
Non c'è nessuno.
SCHAUNARD
È chiuso.
BENOÎT
Una parola.
SCHAUNARD
(Dopo essersi consultato cogli altri,
va ad aprire.)
Sola!
(Entra sorridente Benoît)
BENOÎT
(vede Marcello e mostrandogli
una carta)
Affitto!
MARCELLO
(ricevendolo con grande cordialità)
Olà! Date una sedia.
RODOLFO
Presto.
BENOÎT
(schermendosi)
Non occorre. Vorrei...
SCHAUNARD
(Insistendo con dolce violenza,
lo fa sedere.)
Segga.
MARCELLO
(Gli versa del vino).
Vuol bere?
BENOÎT
Grazie.
RODOLFO, COLLINE
Tocchiamo.
SCHAUNARD
Beva.
(Tutti bevono. Benoît, Rodolfo, Marcello
e Schaunard seduti, Colline in piedi.
Benoît depone il bicchiere e si rivolge
a Marcello mostrandogli la carta.)
BENOÎT
Questo è l'ultimo trimestre.....
MARCELLO
(con ingenuità)
Ne ho piacere.
BENOÎT
E quindi...
SCHAUNARD
(interrompendolo)
Ancora un sorso.
(riemple i bicchieri.)
BENOÎT
Grazie.
RODOLFO, COLLINE
(Alzandosi)
Tocchiamo
(Toccando tutti il bicchiere
di Benoît)
TUTTI
(Alzandosi)
Alla sua salute!
(Si siedono e bevono. Colline va
a prendere lo sgabello presso il
cavalletto e si siede anche lui.)
BENOÎT
(riprendendo con Marcello)
A lei ne vengo
perché il trimestre scorso
mi promise...
MARCELLO
Promisi ed or mantengo.
(mostrando a Benoît gli scudi che
sono sul tavolo)
RODOLFO
(con stupore, piano a Marcello)
Che fai?...
SCHAUNARD
Sei pazzo?
MARCELLO
(a Benoît, senza badare ai due)
Ha visto? Or via,
resti un momento in nostra
compagnia.
(Appoggiando i gomiti sulla tavola)
Dica: quant'anni ha,
caro signor Benoît?
BENOÎT
Gli anni?... Per carità!
RODOLFO
Su e giù la nostra età.
BENOÎT
(protestando)
Di più, molto di più.
(Mentre fanno chiacchierare Benoît,
gli riempiono il bicchiere appena
egli l'ha vuotato.)
COLLINE
Ha detto su e giù.
MARCELLO
(abbassando la voce e con tono
di frberia)
L'altra sera al Mabil...
L'hanno colto
in peccato d'amore.
BENOÎT
(inquieto)
Io?
MARCELLO
Neghi.
BENOÎT
Un caso.
MARCELLO
(lusingandolo)
Bella donna!
BENOÎT
(mezzo brillo, con subito moto)
Ah! molto.
SCHAUNARD
(Gli batte una mano sulla spalla.)
Briccone !
RODOLFO
Briccone !
COLLINE
(Fa lo stesso sull'altra spalla.)
Seduttore !
MARCELLO
(magnificando)
Una quercia!... un cannone!
RODOLFO
L'uomo ha buon gusto.
BENOÎT
(Ridendo)
Eh! Eh!
MARCELLO
il crin ricciuto e fulvo.
SCHAUNARD
Briccone!
MARCELLO
Ei gongolava arzillo, pettoruto.
BENOÎT
Son vecchio, ma robusto.
COLLINE, SCHAUNARD, RODOLFO
(con gravità ironica)
Ei gongolava arzuto e pettorrillo.
MARCELLO
E a lui cedea
la femminil virtù.
BENOÎT
(in piena confidenza)
Timido in gioventù,
ora me ne ripago...
Si sa, è uno svago
qualche donnetta allegra... e...
un po'...
(accenna a forme accentuate)
Non dico una balena,
o un mappamondo,
o un Viso tondo da luna piena,
ma magra, proprio magra, no e
poi no!
Le donne magre
sono grattacapi
e spesso... sopracapi...
e son piene di doglie,
per esempio...
mia moglie...
(Marcello dà un pugno sulla tavola
e si alza: gli altri lo imitano: Benoît
li guarda sbalordito.)
MARCELLO
(con forza)
Quest'uomo ha moglie
e sconce voglie ha
nel cor!
GLIALTRI
Orror!
RODOLFO
E ammorba, e appesta
la nostra onesta magion!
(Benoît, allibito, si alza e tenta
inutilmente di parlare)
GLI ALTRI
Fuor!
MARCELLO
Si abbruci dello zucchero.
COLLINE
Si discacci il reprobo.
SCHAUNARD
È la morale offesa
che vi scaccia!
BENOÎT
(Allibito, tenta inutilmente di parlare.)
Io di... Io di...
RODOLFO, COLLINE, MARCELO
(Circondano Benoît sospingendolo
verso la porta.)
Silenzio!
BENOÎT
(sempre più sbalordito)
Miei signori...
GLI ALTRI
(spingendo Benoît fuori dalla porta)
Silenzio ! .... Via signore! ....
(sulla porta guardando verso il
pianerottolo sulla scala)
Via di qua! ...
e buona sera
a Vostra signoria.
Ah! ah! ah!...
(ritornando nel mezzo della scena,
ridendo)
Ah! ah! ah! ah!
MARCELLO
(chiudendo l'uscio)
Ho pagato il trimestre.
SCHAUNARD
Al Quartiere Latino
ci attende Momus.
MARCELLO
Viva chi spende!
GLI ALTRI
Dividiamo il bottino!
(Dividono gli scudi rimasti sul tavolo.)
RODOLFO, COLLINE
Dividiam!
MARCELLO
(presentando uno specchio rotto a
Colline)
Là ci sono beltà
scese dal cielo.
Or che sei ricco,
bada alla decenza!
Orso, ravviati il pelo.
COLLINE
Farò la conoscenza
la prima volta
d'un barbitonsore.
Guidatemi al ridicolo
oltraggio d'un rasoio.
MARCELLO, SCHAUNARD, COLLINE
(Comicamente)
Andiamo.
RODOLFO
Io resto per terminar
l'articolo di fondo del Castoro.
MARCELLO
Fa presto.
RODOLFO
Cinque minuti. Conosco il mestiere.
COLLINE
Ti aspetterem dabbasso
dal portiere.
MARCELLO
Se tardi, udrai che coro!
RODOLFO
Cinque minuti.
(Prende un lume ed apre l'uscio:
Marcello, Schaunard e Colline
escono e scendono la scala.)
SCHAUNARD
(uscendo)
Taglia corta la coda al tuo Castoro!
MARCELLO
(di fuori)
Occhio alla scala. Tienti
alla ringhiera.
RODOLFO
(sul pianerottolo, presso l'uscio aperto,
alzando il lume)
Adagio!
COLLINE
(di fuori)
È buio pesto.
(Le voci di Marcello, Schaunard e
Colline si fanno sempre più lontane)
SCHAUNARD
Maledetto portier!
(Rumore d'uno che ruzzola).
COLLINE
(Gridando)
Accidenti!
RODOLFO
Colline, sei morto?
COLLINE
(lontano, dal basso della scala)
Non ancor!
MARCELLO
Vien presto!
(Rodolfo chiude l'uscio, depone
il lume, sgombra un angolo del
tavolo, vi colloca calamaio e
carta, poi siede e si mette a
scrivere dopo aver spento l'altro lume
rimasto acceso: si interrompe, pensa,
ritorna a scrivere, s'inquieta, distrugge
lo scritto e getta vi a la penna.)
RODOLFO
(sfiduciato)
Non sono in vena.
(Si bussa timidamente all'uscio.)
Chi è là?
MIMÌ
(di fuori)
Scusi.
RODOLFO
(alzandosi)
Una donna!
MIMÌ
Di grazia,
mi si è spento
il lume. Vorrebbe...?
RODOLFO
(Corre ad aprire.)
S'accomodi un momento.
MIMÌ
(sull'uscio, con un lume spento in
mano ed una chiave)
Non occorre.
RODOLFO
(insistendo)
La prego, entri.
(Mimì, entra, ma subito è presa
da soffocazione.)
RODOLFO
(premuroso)
Si sente male?
MIMÌ
No... nulla.
RODOLFO
Impallidisce !
MIMÌ
(presa da tosse)
Il respir...
Quelle scale...
(Sviene, e Rodolfo è appena a tempo
di sorreggerla ed adagiarla su di una
sedia, mentre dalle mani di Mimì
cadono candeliere e chiave.)
RODOLFO
(imbarazzato)
Ed ora come faccio?...
(Va a prendere dell'acqua e ne spruzza
il viso di Mimì.)
Così!
(guardandola con grande interesse)
Che viso da malata!
(Mimì rinviene.)
Si sente meglio?
MIMÌ
(con un filo di voce)
Sì.
RODOLFO
Qui c'è tanto freddo.
Segga vicino al fuoco.
(Mimì fa cenno di no.)
Aspetti..
un po' di vino...
MIMÌ
Grazie...
RODOLFO
(Le dà il bicchiere e le versa da bere.)
A lei.
MIMÌ
Poco, poco.
RODOLFO
Così?
MIMÌ
Grazie.
(Beve.)
RODOLFO
(ammirandola)
Che bella bambina!
MIMÌ
(Levandosi, cerca il suo candeliere.)
Ora permetta
che accenda il lume.
È tutto passato.
RODOLFO
Tanta fretta?
MIMÌ
Sì.
(Rodolfo scorge a terra il candeliere,
lo raccoglie, accende e lo consegna a
Mimì senza far parola.)
MIMÌ
(S'avvia per uscire.)
Grazie. Buona sera.
RODOLFO
(L'accompagna fino all'uscio.)
Buona sera.
(Ritorna subito al lavoro.)
MIMÌ
(Esce)
Oh ! sventata !
(reintrando in scena e fermandosi
sul. Limitare della porta che rimane
aperta)
La chiave della stanza
dove l'ho lasciata?
RODOLFO
Non stia sull'uscio; i
l lume vacilla al vento.
(Il lume di Mimì si spegne.)
MIMÌ
Oh Dio!
Torni ad accenderlo.
(Accorre colla sua candela per
riaccendere quella di Mimì, ma
avvicinandosi alla porta anche il suo
lume si spegne e la camera rimane
buia.)
RODOLFO
Oh Dio!... Anche il mio s'è
spento!
MIMÌ
(Avanzandosi a tentoni, incontra il
tavolo e vi depone il suo candeliere.)
E la chiave ove sarà?...
RODOLFO
(Si trova presso la porta e la chiude.)
Buio pesto!
MIMÌ
Disgraziata!
RODOLFO
Ove sarà?
MIMÌ
Importuna è la vicina...
RODOLFO
(Si volge dalla parte ove ode la voce
di Mimì.)
Ma le pare?...
MIMÌ
(Ripete con grazia, avanzandosi
ancora cautamente.)
Importuna è la vicina...
(Cerca la chiave sul pavimento,
strisciando i piedi.)
RODOLFO
Cosa dice, ma le pare!
MIMÌ
Cerchi.
RODOLFO
(Urta nel tavolo, vi depone il suo
candeliere e si mette a cercare la chiave
brancicando le mani sul pavimento.)
Cerco.
MIMÌ
Ove sarà?...
RODOLFO
(Trova la chiave e lascia
sfuggire una esclamazione,
poi subito pentito mette
la chiave in tasca.)
Ah !
MIMÌ
L'ha trovata?...
RODOLFO
No!
MIMÌ
Mi parve...
RODOLFO
In verità...
MIMÌ
(Cerca a tastoni.)
Cerca?
RODOLFO
(Finge di cercare, ma guidato dalla
voce e dai passi di Mimì, tenta
di avvicinarsi)
Cerco !
(Mimì china a terra, cerca sempre
tastoni: in questo momento Rodolfo si è
avvicinato ed abbassandosi esso pure,
la sua mano incontra quella di Mimì)
MIMÌ
(sorpresa)
Ah!
RODOLFO
(tenendo la mano di Mimì, con
voce piena di emozione)
Che gelida manina!
Se la lasci riscaldar.
Cercar che giova?
Al buio non si trova.
Ma per fortuna
è una notte di luna,
e qui la luna l'abbiamo vicina.
(Mimì vorrebbe ritirame la mano)
Aspetti, signorina,
le dirò con due parole
chi son, che faccio e come vivo.
Vuole?
(Mimì tace: Rodolfo lascia la mano di
Mimì, la quale indietreggiando trova
una sedia sulla quale si lascia quasi
cadere affranta dall'emozione.)
Chi son? Sono un poeta.
Che cosa faccio? Scrivo.
E come vivo? Vivo.
In povertà mia lieta
scialo da gran signore
rime ed inni d'amore.
Per sogni, per chimere
e per castelli in aria
l'anima ho milionaria.
Talor dal mio forziere
ruban tutti i gioielli
due ladri: gli occhi belli.
V'entrar con voi pur ora
ed i miei sogni usati
e i bei sogni miei
tosto son dileguar!
Ma il furto non m'accora,
poiché vi ha preso stanza
la dolce speranza!
Or che mi conoscete,
parlate voi. Deh, parlate.
Chi siete?
Via piaccia dir?
MIMÌ
(È un po' titubante, poi si decide
a parlare; sempre seduta.)
Sì.
Mi chiamano Mimì,
ma il mio nome è Lucia.
La storia mia è breve.
A tela o a seta
ricamo in casa e fuori...
Son tranquilla e lieta
ed è mio svago
far gigli e rose.
Mi piaccion quelle cose
che han sì dolce malìa,
che parlano d'amor,
di primavere,
che parlano di sogni
e di chimere,
quelle cose che han nome poesia...
Lei m'intende?
RODOLFO
(commosso)
Sì.
MIMÌ
Mi chiamano Mimì,
il perché non so.
Sola, mi fo il pranzo
da me stessa.
Non vado sempre a messa,
ma prego assai il Signore.
Vivo sola, soletta
là in una bianca cameretta:
guardo sui tetti e in cielo;
ma quando vien lo sgelo
il primo sole è mio
il primo bacio dell'aprile è mio!
Germoglia in un vaso una rosa...
Foglia a foglia l'aspiro:
Cosi gentile
il profumo d'un fiore!
Ma i fior ch'io faccio,
ahimè,
il fior ch'io faccio
ahimè! non hanno odore.
Altro di me non le saprei narrare.
Sono la sua vicina
che la vien fuori d'ora a importunare.
SCHAUNARD
(dal cortile)
Ehi! Rodolfo!
COLLINE
Rodolfo!
MARCELLO
Olà. Non senti?
(Alle grida degli amici, Rodolfo
s'impazienta.)
Lumaca!
COLLINE
Poetucolo!
SCHAUNARD
Accidenti al pigro!
(Sempre più impaziente, Rodolfo a
tentoni si avvia alla finestra e l'apre
spingendosi un poco fuori per
rispondere agli amici che sono giù
nel cortile: dalla finestra aperta
entrano i raggi lunari, rischiarando
così la camera.)
RODOLFO
(alla finestra)
Scrivo ancor tre righe a volo.
MIMÌ
(avvicinandosi un poco alla finestra)
Chi sono?
RODOLFO
(a Mimì)
Amici.
SCHAUNARD
Sentirai le tue.
MARCELLO
Che te ne fai lì solo?
RODOLFO
Non sono solo. Siamo in due.
Andate da Momus, tenete il posto,
ci saremo tosto.
(Rimane alla finestra, onde assicurarsi
che gli amici se ne vanno.Mimì si è
avvicinata ancor più alla finestra per
modo che i raggi lunari la illuminano)
MARCELLO, SCHAUNARD, COLLINE
(allontanandosi)
Momus, Momus, Momus,
zitti e discreti
andiamocene via.
MARCELLO
trovò la poesia.
(Rodolfo, volgendosi, scorge Mimì
avvolta come da un nimbo di luce,
e la contempla, quasi estatico.)
RODOLFO
O soave fanciulla,
o dolce viso
di mite circonfuso alba lunar
in te, vivo ravviso il sogno
ch'io vorrei sempre sognar!
MIMÌ
(Mimì commossa)
Ah, tu sol comandi,
amor...!
RODOLFO
(cingendo con le braccia Mimì)
Fremon già nell'anima
le dolcezze estreme,
MIMÌ
(quasi abbandonandosi)
Oh! come dolci scendono
le sue lusinghe al core...
tu sol comandi, amore!...
RODOLFO
Nel bacio freme amor!
(Bacia. Mimì)
MIMÌ
(svincolandosi)
No, per pietà!
RODOLFO
Sei mia!
MIMÌ
V'aspettan gli amici...
RODOLFO
Già mi mandi via?
MIMÌ
(titubante)
Vorrei dir...
ma non oso...
RODOLFO
(con gentilezza)
Di'.
MIMÌ
(con graziosa furberia)
Se venissi con voi?
RODOLFO
(sorpreso)
Che?... Mimì?
(insinuante)
Sarebbe così dolce restar qui.
C'è freddo fuori.
MIMÌ
(con grande abbandono)
Vi starò vicina!...
RODOLFO
(Aiuta amorosamente Mimì a
mettersi lo scialle)
E al ritorno?
MIMÌ
(maliziosa)
Curioso!
RODOLFO
Dammi il braccio, mia piccina.
MIMÌ
(Dà il braccio a Rodolfo.)
Obbedisco, signor!
(S'avviano sottobraccio alla porta
d'uscita.)
RODOLFO
Che m'ami di'...
MIMÌ
(con abbandono)
Io t'amo!
(Escono)
RODOLFO , MIMÌ
Amor! Amor! Amor!
(Cola il siparo)
ATTO SECONDO
Al Quartiere Latino
(Un crocicchio di vie che al largo
prende forma di piazzale; botteghe,
venditori di ogni genere; da un lato,
il Caffè Momus. La vigilia di Natale.
Gran folla e diversa: borghesi, soldati,
fantesche, ragazzi, bambine, studenti,
sartine, gendarmi, ecc. Sul limitare
delle loro botteghe i venditori gridano
a squarciagola invitando la folla de'
ompratori. Separati in quella gran calca
di gente si aggirano Rodolfo e Mimì da
una parte, Colline presso la bottega di
una rappezzatrice; Schaunard ad una
bottega di ferravecchi sta comperando
una pipa e un corno; Marcello spinto
qua e là dal capriccio della gente.
Parecchi borghesi ad un tavolo fuori del
Caffè Momus. È sera. Le botteghe sono
dorne di lampioncini e fanali accesi; un
grande fanale illumina l'ingresso al
Caffè. La folla e composta di studenti,
sartine, borghesi e popolo)
I VENDITORI
(sul limitare delle loro botteghe,
tutti gridando)
Aranci, datteri!
Caldi i marroni!
Ninnoli, croci.
Torroni! Caramelle!
Fiori alle belle!
Oh! La crostata!
Panna montata!
Fringuelli passeri!
Datteri! Trote!
Latte di cocco! Giubbe
Carote!
MONELLI
(Gridando)
Aranci! Ninnoli!
Caldi e marroni
e caramelle. Torroni.
LA FOLLA
Quanta folla! Su, corriam! Che chiasso!
(Si alza il spiraro)
Stringiti a me. Che chiasso!
Date il passo, corriam!
Lisa! Emma!
Date il passo
Emma, quando ti chiamo!
Ancora un'altro giro...
pigliam via Mazzarino;
qui mi manca il respiro....!
Vedi? Il Caffè è vicino,
Oh! Stupendi gioielli!
Son gli occhi assai più belli!
Pericolosi esempi
la folla oggi ci dà!
Era meglio ai miei tempi!
Viva la libertà!
DAL CAFFÈ
(gridando e chiamando i Camerieri
che vanno e vengono affaccendati)
Presto qua! Camerier! Un bicchier!
Birra! Un caffè!
VENDITORI
(Aggirandosi tra la folla ed offrendo
la propria merce)
Caramelle! Fiori alle belle!
La crostata! Panna montata!
Fringuelli, passeri. Datteri!
Latte di cocco!
MONELLI
Su, corriamo! Latte di cocco!
VENDITORI
Latte di cocco! Carote!
SCHAUNARD
(dopo aver soffiato nel corno che ha
contrattato a lungo con un venditore
di ferravecchi)
Falso questo Re!
Pipa e corno quant'è?
(Paga. Rodolfo e Mimì, a braccio,
attraversano la folla avviati al
negozio della modista)
COLLINE
(presso la rappezzatrice che gli
ha cucito la falda di uno zimarrone)
È un poco usato...
RODOLFO
Andiamo...
MIMÌ
Andiamo per la cuffietta?
COLLINE
ma è serio e a buon mercato...
(paga, poi distribuisce con giusto
equilibrio y libri dei quali è carico
nelle molte tasche del zimarrone)
RODOLFO
Tienti al mio braccio
stretta... Andiamo!
(entrano in una bottega da modista)
MARCELLO
(tutto solo in mezzo alla folla, con un
involto sotto il braccio, occhieggiando
le donnine che la folla gli getta quasi
fra le braccia)
Io pur mi sento in vena di gridar:
Chi vuol, donnine allegre,
un po' d'amor!
VENDITORI
Datteri! Trote!
UN VENDITORE AMBULANTE
(atravesando la scena, gridando)
Prugne di Tours!
MARCELLO
(Avvacinandosi ad una ragazza)
Facciamo insieme
a vendere e a comprar!
Io do ad un soldo il vergine
mio cuor!
(La ragazza si allontana ridendo.)
SCHAUNARD
(Va a gironzolare avanti al caffè Momus
aspettandovi gli amici: intanto armato
della enorme pipa e del corno da caccia
guarda curiosamente la folla.)
Fra spintoni e pestate
accorrendo affretta la folla
e si diletta nel provar
gioie matte...
insoddisfatte...
(Entra un grupo di venditrici)
ALCUNE VENDITRICI
Ninnoli, spillette!
Datteri e caramelle!
COLLINE
(se ne viene al ritrovo, agitando
trionfalmente un vecchio libro)
Copia rara, anzi unica:
la grammatica Runica!
SCHAUNARD
(Giunge alla spalle di Colline
compassionandolo)
Uomo onesto!
MARCELLO
(Arrivando al caffè Momus grida
a Schaunard e Colline)
A cena!
SCHAUNARD, COLLINE
Rodolfo?
MARCELLO
Entrò da una modista.
RODOLFO
(uscendo dalla modista insieme a Mimì)
Vieni, gli amici aspettano.
(Marcello, Schaunard e Colline cercano
se vi fosse un tavolo libero fuori del
Caffè, all'aria aperta; ma ve n'è uno
solo de è occupato da onesti borghesi.
Y tre amici li fulminato con occhiate
sprezzanti, poi entrano nel Caffè)
MIMÌ
(accennando ad una cuffietta che
porta graziosamente)
Mi sta bene questa cuffietta rosa?
RODOLFO
(a Mimì)
Sei bruna
e quel color ti dona.
CLIENTI DAL CAFFÈ
Camerier! Un bicchier!
Presto, olà!
Ratafià!
MIMÌ
(ammirando la bacheca di una bottega)
Bel vezzo di corallo!
RODOLFO
Ho uno zio milionario.
Se fa senno il buon Dio,
voglio comprarti un vezzo
assai più bel!
(Rodolfo e Mimì, in dolce colloquio, si
avviano verso il fondo della scena e si
perdono nella folla. Ad una bottega del
fondo un venditore monta su di una
seggiola, con grandi gesti offre in
vendita delle maglierie, dei berretti
da notte, ecc. Un gruppo di ragazzi
accorre intorno alla bottega e scoppia
in allegre risate.)
MONELLI, SARTINE, STUDENTI
(ridendo)
Ah! Ah! Ah! Ah!
BORGHESI
Facciam coda alla gente!
Ragazze, state attente!
Che chiasso! Quanta folla!
Pigliam via Mazzarino!
Io soffoco, partiamo!
Vedi il Caffè è vicin!
Andiamo là da Momus!
Ah...!
VENDITORI
Aranci, datteri,
ninnoli, fior!
(Molta gente entra da ogni parte e si
aggira per il piazzale, poi si raduna
nel fondo. Colline, Schaunard e Marcello
escono dal caffè portando fuori una
tavola; li segue un cameriere colle
seggiole; i borghesi al tavolo vicino,
infastiditi dal baccano che fanno i
tre amici, dopo un po' di tempo s'alzano
e se ne vanno. S'avanzano di nuovo
Rodolfo e Mimì, questa osserva un
gruppo di studenti.)
RODOLFO
(con dolce rimprovero, a Mimì)
Chi guardi?
COLLINE
Odio il profano volgo
al par d'Orazio.
MIMÌ
(a Rodolfo)
Sei geloso?
RODOLFO
All'uom felice sta il sospetto
accanto.
SCHAUNARD
Ed io, quando mi sazio,
vo' abbondanza di spazio...
MIMÌ
(a Rodolfo)
Sei felice?
MARCELLO
(al cameriere)
Vogliamo una cena prelibata.
RODOLFO
(appassionato a Mimì)
Ah, sì, tanto!
MARCELLO
Lesto.
SCHAUNARD
Per molti.
RODOLFO
E tu?
MIMÌ
Sì, tanto!
STUDENTI, SARTINE
(alcuni)
Là da Momus! Andiamo!
(Entrano nel caffè.)
MARCELLO, SCHAUNARD, COLLINE
(al cameriere, che corre frettoloso
entro al caffè, mentre un altro ne esce
con tutto l'occorrente per preparare la
tavola)
Lesto!
(Rodolfo e Mimì s'avviano al
caffè Momus )
LA VOCE DI PARPIGNOL
(VENDITORE AMBULANTE)
(interno, lontano)
Ecco i giocattoli di Parpignol!
RODOLFO
(Si unisce agli amici e presenta
loro Mimì).
Due posti.
COLLINE
Finalmente !
RODOLFO
Eccoci qui
Questa è Mimì, gaia fioraia.
Il suo venir completa
la bella compagnia,
perché... perchè son io il poeta,
essa la poesia.
Dal mio cervel sbocciano i canti,
dalle sue dita sbocciano i fior;
dall'anime esultanti
sboccia l'amor.
MARCELLO, SCHAUNARD, COLLINE
(ridendo)
Ah! Ah! Ah! Ah!
MARCELLO
(ironico)
Dio, che concetti rari!
COLLINE
(solenne, accennando a Mimì)
Digna est intrari.
SCHAUNARD
(con autorità comica)
"Ingrediat si necessit"
COLLINE
Io non do che un "accessit"!
LA VOCE DI PARPIGNOL
(oiù vicino)
Ecco i giocattoli di Parpignol!
(Tutti siedono intorno al tavolo,
mentre il cameriere ritorna.)
COLLINE
(Vedendo il cameriere gli grida
con enfasi:)
Salame!
(Il cameriere presenta la lista delle
vivande, che passa nelle mani dei
quattro amici, guardata con una specie
di ammirazione ed analizzata
profondamente. Da via Delfino sbocca
un carretto tutto a fronzoli e fiori,
illuminato a palloncini: chi lo spinge è
Parpignol, il popolare venditore di
giocattoli; una turba di ragazzi lo segue
saltellando allegramente e circonda il
carretto ammirandone i giocattoli.)
BAMBINE, RAGAZZI
(interno)
Parpignol, Parpignol! Parpignol!
(escono)
Ecco Parpignol, Parpignol!
Col carretto tutto fior!
Ecco Parpignol, Parpignol!
Voglio la tromba, il cavallin,
il tambur, tamburel...
Voglio il cannon, voglio il frustin,
... dei soldati il drappel.
(Bambine e ragazzi, attorniato il
carretto di Parpignol, gesticolano
con gran vivacità; un gruppo di
mamme accorre in cerca dei ragazzi
e, trovandoli intorno a Parpignol,
si mettono a sgridarli; l'una prende
il figliolo per una mano, un'altra
vuole condur via la propria bambina,
chi minaccia, chi sgrida, ma
inutilmente, ché bambine e ragazzi
non vogliono andarsene.)
SCHAUNARD
Cervo arrosto!
MARCELLO
(esaminando la carta ed ordinando
ad alta voce al cameriere)
Un taschino!
SCHAUNARD
Vin del Reno!
COLLINE
Vin da tavola!
SCHAUNARD
Aragosta senza crosta!
MAMME
(strillanti e minaccianti)
Ah! razza di furfanti indemoniati,
che ci venite a fare
in questo loco?
A casa, a letto! Via, brutti sguaiati,
gli scappellotti vi parranno poco!
A casa, a letto,
razza di furfanti, a letto!
(Una mamma prende per un orecchio
un ragazzo il quale si mette a
piagnucolare.)
UN RAGAZZO
(piagnucolando)
Vo' la tromba, il cavallin!...
RODOLFO
E tu, Mimì, che vuoi?
MIMÌ
La crema.
(Le mamme, intenerite, si decidono
a comperare da Parpignol, i ragazzi
saltano di gioia, impossessandosi
dei giocattoli.)
SCHAUNARD
(con somma importanza al cameriere,
che prende nota di quanto gli viene
ordinato)
E gran sfarzo.
C'è una dama!
(Parpignol prende giù per via
Commedia. I ragazzi e le bambine
allegramente lo seguono, marciando
e fingendo di suonare gli strumenti
infantili acquistati loro.)
BAMBINE, RAGAZZI
Viva Parpignol, Parpignol!
Il tambur! Tamburel!
Dei soldati il drappel!
(Escono, seguendo el carreto
di Parpignol)
MARCELLO
(come continuando il discorso)
Signorina Mimì, che dono raro
le ha fatto il suo Rodolfo?
MIMÌ
(mostrando una cuffietta che toglie
da un involto)
Una cuffietta a pizzi, tutta rosa,
ricamata; coi miei capelli bruni
ben si fonde.
Da tanto tempo tal cuffietta
è cosa desiata!... Egli ha letto
quel che il core asconde...
Ora colui che legge dentro a un cuore
sa l'amore ed è... lettore.
SCHAUNARD
Esperto professore...
COLLINE
(seguitando l'idea di Schaunard)
... che ha già diplomi
e non son armi prime le sue rime...
SCHAUNARD
(interrompendo)
... tanto che sembra ver
ciò ch'egli esprime!...
MARCELLO
(guardando Mimì)
O bella età
d'inganni e d'utopie!
Si crede, spera, e tutto
bello appare!
RODOLFO
La più divina delle poesie
è quella, amico,
che c'insegna amare!
MIMÌ
Amare è dolce ancora più del miele...
MARCELLO
(stizzito)
... secondo il palato è miele, o fiele!...
MIMÌ
(sorpresa, a Rodolfo)
O Dio! ... l'ho offeso!
RODOLFO
È in lutto, o mia Mimì.
SCHAUNARD, COLLINE
(per cambiare discorso)
Allegri, e un toast!...
MARCELLO
(al cameriere)
Qua del liquor!...
TUTTI
(alzandosi)
E via i pensier,
alti i bicchier! Beviam!
MARCELLO
(interrompendo, perché ha veduto
da lontano Musetta)
Ch'io beva del tossico!
(Si lascia cadere sulla sedia. All'angolo
di via Mazzarino appare una bellissima
signora dal fare civettuolo ed allegro,
dal sorriso provocante. Le vien dietro
Alcindoro, un signore pomposo, pleno
di pretensione negli abiti, nei modi,
nella persona.)
RODOLFO, SCHAUNARD, COLLINE
(con sorpresa, vedendo Musetta)
Oh! Musetta!
MARCELLO
Essa!
BOTTEGAIE
(vedendo Musetta)
To'! Lei! Sì! To'! Lei!
Musetta!
Siamo in auge! Che toeletta!
ALCINDORO
(trafelato)
Come un facchino...
correr di qua... di là...
No! No! non ci sta... non ne posso più!
MUSETTA
(con passi rapidi, guardando qua e là
come in cerca di qualcuno, mentre
Alcindoro la segue, sbuffando e stizzito
chiamandolo come un cagnolino)
Vien, Lulù!
ALCINDORO
Non ne posso più
MUSETTA
Vien, Lulù!
SCHAUNARD
Quel brutto coso mi
par che sudi!
(Musetta vede la tavolata degli
amici innanzi al Caffè Momus ed
indica ad Alcindoro di sedersi
al tavolo lasciato libero poco
prima dai borghesi.)
ALCINDORO
(a Musetta)
Come! qui fuori?
Qui?
MUSETTA
Siedi, Lulù!
(Siede irritato, alzando il bavero del
suo pastrano)
ALCINDORO
(Borbottando.)
Tali nomignoli,
prego, serbateli al tu per tu!
(Un cameriere si avvicina e
prepara la tavola.)
MUSETTA
Non farmi il Barbablù!
(Siede anch'essa al tavolo rivolta
verso il Caffè.)
COLLINE
(esaminando il vecchio)
È il vizio contegnoso...
MARCELLO
(con disprezzo)
Colla casta Susanna!
MIMÌ
(a Rodolfo)
Essa è pur ben vestita!
RODOLFO
Gli angeli vanno nudi.
MIMÌ
(con curiosità)
La conosci? Chi è?
MARCELLO
(a Mimì)
Domandatelo a me.
Il suo nome è Musetta...
MUSETTA
(colpita nel vedere che gli amici
non la guardano)
Marcello mi vide...
MARCELLO
cognome: Tentazione!
MUSETTA
Non mi guarda, il vile!
MARCELLO
Per sua vocazione
fa la Rosa dei venti;
MUSETTA
(sempre più stizzita)
Quel Schaunard che ride!
MARCELLO
gira e muta soventi
e d'amanti e d'amore.
MUSETTA
Mi fan tutti una bile!
MARCELLO
E come la civetta ...
MUSETTA
Se potessi picchiar,
se potessi graffiar!
MARCELLO
...è uccello sanguinario;
il suo cibo ordinario
è il cuore...
MUSETTA
Ma non ho sottomano
che questo pellican!
MARCELLO
Mangia il cuore!...
MUSETTA
Aspetta!
MARCELLO
(Con amarezza)
Per questo io non ne ho più...
Ehi! Camerier!
(Nascondendo la commozione)
Passatemi il ragù!
MUSETTA
(Gridando; annusando un piatto,
al camerier che accorre ad essa)
Ehi! Camerier! Questo piatto
ha una puzza di rifritto!
(Getta il piatto a terra con forza, il
camerier si affretta a raccogliere i
cocci.)
ALCINDORO
(frenandola)
No, Musetta... Zitta zitta!
MUSETTA
(vedendo che Marcello non si volta)
E Non si volta!
ALCINDORO
(con comica disperazione)
Zitta! zitta! zitta!
Modi, garbo!
A chi parli?...
COLLINE
Questo pollo è un poema!
MUSETTA
(rabbiosa)
Ora lo batto, lo batto!
ALCINDORO
Con chi parli?...
MUSETTA
Al cameriere! Non seccar!
SCHAUNARD
Il vino è prelibato.
MUSETTA
Voglio fare il mio piacere....
ALCINDORO
Parla pian
parla pian!
(Prende la nota del cameriere e
si mette ad ordinare la cena.)
MUSETTA
... vo' far quel che mi pare!
Non seccar.
ALCINDORO
Parla pian! Parla pian!
MUSETTA
Non secca-a-ar!
SARTINE
(Attraversando la scena, si arrestano
un momento vedendo Musetta.)
Guarda, guarda chi si vede,
proprio lei, Musetta!
STUDENTI
(attraversando la scena)
Con quel vecchio che balbetta...
... proprio lei, Musetta!
(ridendo)
Ah, ah, ah, ah!
MUSETTA
Che sia geloso di questa mummia?
ALCINDORO
(interrompendo le sue ordinazioni,
per calmare Musetta che continua
ad agitarsi)
La convenienza...
il grado... la virtù...
MUSETTA
...Vediam se mi resta
tanto poter su lui
da farlo cedere!
SCHAUNARD
La commedia è stupenda!
MUSETTA
(guardando Marcello, a voce alta)
Tu non mi guardi!
ALCINDORO
(Credendo che Musetta gli abbia rivolto
la parola, se ne compiace e le risponde
gravemente)
Vedi bene che ordino!...
SCHAUNARD
La commedia è stupenda!
COLLINE
Stupenda!
RODOLFO
(a Mimì)
Sappi per tuo governo
che non darei perdono in sempiterno.
SCHAUNARD
Essa all'un parla
perché l'altro intenda.
MIMÌ
(a Rodolfo)
Io t'amo tanto, e son tutta tua!...
Ché mi parli di perdono?
COLLINE
(a Schaunard)
E l'altro invan crudel...
finge di non capir,
ma sugge miel!...
MUSETTA
Ma il tuo cuore martella!
ALCINDORO
Parla piano, piano
MUSETTA
Ma il tuo cuore
martella!
ALCINDORO
Parla piano, piano
MUSETTA
(sempre seduta dirigendosi
intenzionalmente a Marcello,
il quale comincia ad agitarsi)
Quando men vo soletta
per la via, la gente sosta e mira
e la bellezza
mia tutta
ricerca in me da capo a pie'...
MARCELLO
(agli amici, con voce soffocata)
Legatemi alla seggiola!
ALCINDORO
Quella gente che dirà?
MUSETTA
... ed assaporo allor la bramosia
sottil, che da gli occhi traspira
e dai palesi vezzi intender sa
alle occulte beltà.
(Alzandosi)
Così l'effluvio del desìo
tutta m'aggira,
felice mi fa! felice mi fa!
ALCINDORO
(Si avvicina a Musetta, cercando di
farla tacere.)
Quel canto scurrile
mi muove la bile!
MUSETTA
(A Marcello)
E tu che sai, che memori e ti struggi
da me tanto rifuggi?
So ben: le angoscie tue
non le vuoi dir,
ma ti senti morir!
MIMÌ
(a Rodolfo)
Io vedo ben...
che quella poveretta,
tutta invaghita di Marcel,
tutta invaghita ell'è!
(Schaunard e Colline si alzano e
si portano da un lato, osservando la
scena con curiosità, mentre Rodolfo
e Mimì rimangon soli, seduti,
parlandosi con tenerezza. Marcerllo,
sempre più nervoso ha lasciato il
suo posto, vorrebbe andarsene, ma
non sa resistere alla voce di Musetta.)
ALCINDORO
Quella gente che dirà?
RODOLFO
(a Mimì)
Marcello un dì l'amò.
SCHAUNARD
Ah, Marcello cederà!
RODOLFO
(a Mimì)
La fraschetta l'abbandonò
COLLINE
Chi sa mai quel che avverrà!
RODOLFO
per poi darsi
a miglior vita.
(Alcindoro tenta inutilmente di
persuadere Musetta a riprendere posto
alla tavola, ove la cena è già pronta.)
SCHAUNARD
Trovan dolce al pari il laccio...
... chi lo tende e chi ci dà.
COLLINE
Santi numi,
in simil briga...
mai Collineintopperà!
MUSETTA
(fra sè)
Ah! Marcello smania...
Marcello è vinto!
ALCINDORO
Parla pian! Zitta, zitta!
MIMÌ
(Guardando Alcindoro)
Quell'infelice mi muove a pietà.
COLLINE
Essa è bella -
non son cieco
MIMÌ
(Stringendosi a Rodolfo)
T'amo!
SCHAUNARD
(fra sè)
Quel bravaccio a momenti cederà!
Stupenda è la commedia!
Marcello cederà!
(a Colline)
Se tal vaga persona,
ti trattasse a tu per tu,
la tua scienza brontolona
manderesti a Belzebù!
RODOLFO
(cingendo Mimì alla vita)
Mimì !
È fiacco amor
quel che le offese
vendicar non sa!
Non risorge
spento amor!
MIMÌ
L'amor ingeneroso
è tristo amor!
Quell'infelice mi muove a pietà.
COLLINE
....ma piaccionmi assai più
una pipa e un testo greco.
Essa è bella,
non son cieco...
ALCINDORO
(A Musetta)
Modi, garbo! Zitta, zitta!
MUSETTA
Sò ben le angoscie tue
non le vuoi dir.
Ah! ma ti senti morir.
(ad Alcindoro, ribellandosi)
Io voglio fare il mio piacere!
Voglio far quel che mi par,
non seccar! non seccar!
non seccar!
(A sè)
Or convien liberarsi del vecchio!
(Simulando un forte dolore ad un
piede, va di nuovo a sedersi.)
Ahi!
ALCINDORO
Che c'è?
MUSETTA
Qual dolore, qual bruciore!
ALCINDORO
Dove?
(Si china per slacciare la
scarpa a Musetta.)
MUSETTA
(mostrando il piede con civetteria)
Al pie'!
MARCELLO
(commosso sommamente, avanzandosi)
Gioventù mia, tu non sei morta,
né di te morto è il sovvenir!
Se tu battessi alla mia porta,
t'andrebbe il mio core ad aprir!
MUSETTA
Sciogli, slaccia, rompi, straccia!
Te ne imploro...
Laggiù c'è un calzolaio.
Corri presto! Ne voglio un altro paio.
Ahi! che fitta,
maledetta scarpa stretta!
(Si leva la scarpa e la pone
sul tavolo. )
Or la levo... Eccola qua.
(impazientandosl)
Corri, va, corri. Presto, va! va!
MIMÌ
Io vedo ben
ell'è invaghita di Marcello!
RODOLFO
Io vedo ben;
la commedia è stupenda!
ALCINDORO
Imprudente !
Quella gente che dirà?
Ma il mio grado!
Vuoi ch'io comprometta?
Aspetta ! Musetta! Vo'.
(va via frettolosamente.)
SCHAUNARD E COLLINE
La commedia è stupenda!
(Musetta e Marcello si abbracciano
con grande entusiasmo.)
MUSETTA
Ah!
MARCELLO
Sirena!
SCHAUNARD
Siamo all'ultima scena!
(Un cameriere porta il conto.)
TUTTI
(con sorpresa alzandosi)
Il conto?
SCHAUNARD
Così presto?
COLLINE
Chi l'ha richiesto?
SCHAUNARD
(al cameriere)
Vediam !
(Dopo guardato il conto, lo passa
agli amici.)
RODOLFO, COLLINE
(osservando il conto)
Caro!
(Lontanissima si ode la Ritirata militare
che a poco a poco va avvicinandosi.)
COLLINE, SCHAUNARD, RODOLFO
Fuori il danaro!
SCHAUNARD
Colline, Rodolfo e tu, Marcel?
MONELLI
(accorrendo da destra)
La Ritirata!
MARCELLO
Sono all'asciutto!
SCHAUNARD
Come?
SARTINE, STUDENTI
(Sortono frettolosamente dal caffè
Momus)
La Ritirata!
RODOLFO
Ho trenta soldi in tutto!
BORGHESI
La Ritirata!
COLLINE, SCHAUNARD, MARCELLO
Come? Non ce n'è più?
SCHAUNARD
Ma il mio tesoro, dov'è?
MONELLI
S'avvicinan per di quà?
MUSETTA
(al cameriere)
Il mio conto date a me.
SARTINE, STUDENTI
No! Vien di là!
MONELLI
S'avvicinan per di là!
SARTINE, STUDENTI
Vien di quà!
MONELLI
No, Vien di là!
MUSETTA
(Al cameriere che le mostra il conto)
Bene!
BORGHESI, VENDITORI
Largo! Largo!
RAGAZZI
(alcuni dalle finestre)
Voglio veder! Voglio sentir!
MUSETTA
Presto, sommate quello con questo!
Paga il signor
che stava qui con me!
MAMME
(alcune, dalle finestre)
Lisetta, vuoi tacer?
Tonio, la vuoi finir?
FANCIULLE
Mamma, voglio vedere!
Papà, voglio sentire!
RODOLFO, MARCELLO,
SCHAUNARD, COLLINE
Paga il signor!
RAGAZZI
Vuò veder la Ritirata!
MAMME
Vuoi tacer,
la vuoi finir!
SARTINE
S'avvicinano di quà!
BORGHESI
S'avvicinano di là!
TUTTI
Si, di quà!
MONELLI
Come sarà arrivata,
la seguiremo al passo
COLLINE, SCHAUNARD, MARCELLO
Paga il signor!
MUSETTA
E dove s'è seduto
ritrovi il mio saluto!
(Metendo il conto sulla sedia)
BORGHESI
In quel rullio tu senti
la patria maestà.
RODOLFO, MARCELLO,
SCHAUNARD, COLLINE
E dove s'è seduto
ritrovi il mio saluto!
LA FOLLA
Largo, largo, eccoli qua!
MONELLI
Ohè! Attenti eccoli qua!
MARCELLO
Giunge la Ritirata!
LA FOLLA
In fila!
MARCELLO, COLLINE
Che il vecchio non ci veda
fuggir colla sua preda!
RODOLFO
Giunge la Ritirata!
MARCELLO, SCHAUNARD, COLLINE
Quella folla serrata
il nascondiglio appresti!
MIMÌ, MUSETTA, RODOLFO,
MARCELL SCHAUNARD, COLLINE
Lesti, lesti, lesti!
LA FOLLA
I Zappatori!
I Zappatori! Olà!
Ecco il Tambur Maggior:
pare un general!
La Ritirata è qua!
Eccolo là! Il bel Tambur Maggior!
La canna d'or, tutto splendor!
Che guarda, passa, va!
(La Ritirata attraversa la scena,
dirigendosi verso il fondo a destra.
Musetta non potendo camminare perché
ha un solo piede calzato, è alzata a
braccia da Marcello e Colline che
rompono le fila degli astanti, per seguire
la Ritirata; la folla vedendo Musetta
portata trionfalmente, ne prende pretesto
per farle clamorose ovazioni. Marcello e
Colline con Musetta si mettono in coda
alla Ritirata, li seguono Rodolfo e Mimì
a braccetto e Schaunard col suo corno
imboccato, poi studenti e sartine
saltellando allegramente, poi
ragazzi, borghesi, donne che prendono il
passo di marcia. Tutta questa folla si
allontana dal fondo seguendo la Ritirata
militare.)
RODOLFO, MARCELLO,
SCHAUNARD, COLLINE
Viva Musetta! Cuor birichin!
Gloria ed onor, onor e gloria
del quartier latin!
LA FOLLA
Tutto splendor!
Di Francia è il più bell'uom!
Il bel Tambur Maggior
Eccolo là!
Che guarda, passa; va!
(Intanto Alcindoro con un paio di
scarpe bene incartocciate ritorna
verso il Caffè Momus cercando di
Musetta; il cameriere, che è presso
al tavolo, prende il conto lasciato da
questa e cerimoniosamente lo presenta
ad Alcindoro, il quale vedendo la
somma, non trovando più alcuno, cade
su di una sedia, stupefatto, allibito.)
ATTO TERZO
La Barriera D'enfer.
(Al di là della barriera, il boulevard
esterno e, nell'estremo fondo, la strada
d'Orléans, a sinistra un cabaret e un
piccolo largo costeggiato da alcuni
platani. Certi doganieri dormono
avnti ad un bracieri. Dal cabaret, ad
intervalli, grida, crozi di bicchieri
risate. È un alba di febbraio. La neve
è doppertutto. Dietro la cancellata
chiusa, battendo i piedi dal freddo e
soffiandosi su le mani intirizzite,
stanno alcuni Spazzini.)
SPAZZINI
Ohè, là, le guardie! Aprite! Ohè, là!
Quelli di Gentilly!
Siamgli spazzini!...
Fiocca la neve Ohè, là!
Qui s'agghiaccia!
UN DOGANIERE
(alzandosi assonnato e stirandosi
le braccia)
Vengo!
VOCI INTERNE DAL CABARET
(dal cabaret, accompagnano il canto
battendo i bicchieri)
Chi nel ber trovò il piacer
nel suo bicchier,
ah! d'una bocca nell'ardor,
trovò l'amor!
LA VOCE DI MUSETTA
(dal cabaret)
Ah! Se nel bicchiere sta il piacer,
in giovin bocca sta l'amor!
VOCI INTERNE
(Dal cabaret)
Tra-lle-ra-llè...
Eva e Noè!
(Dànno in una risata clamorosa)
VOCI DAL BOULEVARD
Hopplà! Hopplà!
DOGANIERE
Son già le lattivendole!
(Egli apre el cancello. Una fila di
carretti con contadini entra assieme
alla lattaie)
LATTIVENDOLE
Buon giorno!
CONTADINE
(entrando in scena con ceste a braccio)
Burro e cacio!
Polli ed uova!
Voi da che parte andate?
A San Michele!
Ci troverem più tardi?
A mezzodì!
(Si allontanano per diverse strade.
Mimì, dalla via d'Enfer, entra.
Appena giunta al primo platano, la
coglie un violento accesso di tosse.
Poi riavutasi e veduto il Sergente,
gli si avvicina.)
MIMÌ
(al Sergente)
Sa dirmi, scusi,
qual'è l'osteria...
(non ricordando il nome)
...dove un pittor lavora?
SERGENTE
(indicando il Cabaret)
Eccola.
MIMÌ
Grazie .
(Esce una fantesca dal Cabaret;
Mimì le si avvicina.)
O buona donna, mi fate il favore
di cercarmi il pittore
Marcello? Ho da parlargli.
Ho tanta fretta.
Ditegli, piano,
che Mimì lo aspetta.
SERGENTE
(ad uno che passa)
Ehi, quel panier!
DOGANIERE
Vuoto!
SERGENTE
Passi!
(Dalla barriera entra altra gente, e
chi da una parte, chi dall'altra tutti si
allontanano. Le campane dell'ospizio
Maria Teresa suonano mattutino. È
giorno fatto, giorno d'inverno, triste
e caliginoso. Dal Cabaret escono
alcune coppie che rincasano.)
MARCELLO
(Esce dal Cabaret e con
sorpresa vede Mimì.)
Mimì?!
MIMÌ
Son io. Speravo di trovarti qui.
MARCELLO
È ver. Siam qui da un mese
di quell'oste alle spese.
Musetta insegna il canto ai passeggeri;
Io pingo quel guerrier
sulla facciata.
(Mimì tossisce.)
È freddo. Entrate.
MIMÌ
¿è Rodolfo?
MARCELLO
Sì.
MIMÌ
Non posso entrar. No! No!
MARCELLO
(sorpreso)
Perché?
MIMÌ
(Scoppia in pianto, disperata)
O buon Marcello,
aiuto! aiuto!
MARCELLO
Cos'è avvenuto?
MIMÌ
Rodolfo m'ama. Rodolfo m'ama
e mi fugge e si strugge per gelosia.
Un passo, un detto, un vezzo,
un fior lo mettono in sospetto...
Onde corrucci ed ire.
Talor la notte fingo di dormire
e in me lo sento fiso
spiarmi i sogni in viso.
Mi grida ad ogni istante:
Non fai per me,
prenditi un altro amante.
Non fai per me.
Ahimè!
In lui parla il rovello;
lo so, ma che rispondergli,
Marcello?
MARCELLO
Quando s'è come voi
non si vive in compagnia.
MIMÌ
Dite bene. Lasciarci conviene.
Aiutateci! Aiutateci voi;
noi s'è provato
più volte, ma invano.
MARCELLO
Son lieve a Musetta
ed ella è lieve a me,
perché ci amiamo in allegria...
Canti e risa, ecco il fior
d'invariabile amor!
MIMÌ
Dite bene. Dite bene.
Lasciarci conviene.
Fate voi per il meglio.
MARCELLO
Sta ben! Ora lo sveglio.
MIMÌ
Dorme?
MARCELLO
E piombato qui
un'ora avanti l'alba; s'assopì
sopra una panca.
Guardate...
(Fa cenno a Mimì di guardare per la
finestra dentro il Cabaret. Mimì tossisce
con insistenza. Compassionandola)
Che tosse!
MIMÌ
Da ieri ho l'ossa rotte.
Fuggì da me stanotte
dicendomi: È finita.
A giorno sono uscita
e me ne venni a questa volta .
MARCELLO
(osservando Rodolfo nell'interno
del Cabaret)
Si desta... s'alza,
mi cerca... viene.
MIMÌ
Ch'ei non mi veda!
MARCELLO
Or rincasate...
Mimì... per carità,
non fate scene qua!
(Spinge do lcemente Mimì verso
l'angolo del Cabaret di dove però
quasi subito sporge curiosa la testa.
Marcello corre incontro a Rodolfo.)
RODOLFO
(Esce dal Cabaret ed accorre verso
Marcello.)
Marcello. Finalmente!
Qui niun ci sente.
Io voglio separarmi da Mimì.
MARCELLO
Sei volubil così?
RODOLFO
Già un'altra volta credetti
morto il mio cor,
ma di quegli occhi azzurri
allo splendor esso è risorto.
Ora il tedio l'assale....
MARCELLO
E gli vuoi rinnovare il funerale?
RODOLFO
Per sempre!
MARCELLO
Cambia metro.
Dei pazzi è l'amor tetro
che lacrime distilla.
Se non ride e sfavilla
l'amore è fiacco e roco.
Tu sei geloso.
RODOLFO
Un poco.
MARCELLO
Collerico, lunatico,
imbevuto di pregiudizi,
noioso, cocciuto!
MIMÌ
(fra sé)
Or lo fa incollerir!
Me poveretta!
RODOLFO
(con amarezza ironica)
Mimì è una civetta
che frascheggia con tutti.
Un moscardino di viscontino
le fa l'occhio di triglia.
Ella sgonnella
e scopre la caviglia
con un far promettente e lusinghier.
MARCELLO
Lo devo dir?
Non mi sembri sincer.
RODOLFO
Ebbene no, non lo son.
Invan nascondo
la mia vera tortura.
Amo Mimì sovra ogni cosa
al mondo, io l'amo, ma ho paura,
ma ho paura !
Mimì è tanto malata!
Ogni dì più declina.
La povera piccina
è condannata!
MARCELLO
(sorpreso, con voce sorda)
Mimì?
MIMÌ
(fra sé)
Che vuol dire?
RODOLFO
Una terribil tosse
l'esil petto le scuote
e già le smunte gote
di sangue ha rosse...
MARCELLO
Povera Mimì!
MIMÌ
(fra sè, piangendo)
Ahimè, morire!
RODOLFO
La mia stanza
è una tana
squallida... il fuoco ho spento.
V'entra e l'aggira il vento
di tramontana.
Essa canta e sorride
e il rimorso m'assale.
Me, cagion del fatale
mal che l'uccide!
MARCELLO
Che far dunque?
MIMÌ
(desolata)
O mia vita!
(angosciata, fra sè)
Ahimè! È finita
O mia vita! È finita
Ahimè, morir!
RODOLFO
Mimì di serra è fiore.
Povertà l'ha sfiorita;
per richiamarla in vita
non basta amore!
MARCELLO
Oh, qual pietà!
Poveretta !
Povera Mimì!
(La tosse e i singhiozzi violenti
rivelano la presenza di Mimì.)
RODOLFO
(vedendola e accorrendo a lei)
Che? Mimì! Tu qui?
M'hai sentito?
MARCELLO
Ella dunque ascoltava?
RODOLFO
Facile alla paura
per nulla io m'arrovello.
Vien là nel tepor!
(Vuol farla entrare
nel Cabaret.)
MIMÌ
No,
quel tanfo mi soffoca!
(Dal Cabaret si ode ridere
sfacciatamente Musetta.)
RODOLFO
(Stringe amorosamente Mimì fra
le sue braccia e l'accarezza.)
Ah, Mimì!
MARCELLO
È Musetta che ride.
(Corre alla finestra del Cabaret.)
Con chi ride?
Ah, la civetta! Imparerai.
(Entra impetuosamente nel Cabaret)
MIMÌ
(svincolandosi da Rodolfo)
Addio.
RODOLFO
(sorpreso)
Che! Vai?
MIMÌ
(affettuosamente)
D'onde lieta uscì al tuo grido
d'amore, torna sola Mimì
al solitario nido.
Ritorna un'altra volta
a intesser finti fior.
Addio, senza rancor.
Ascolta, ascolta.
Le poche robe aduna che lasciai
sparse. Nel mio cassetto
stan chiusi quel cerchietto
d'or e il libro di preghiere.
Involgi tutto quanto in un grembiale
e manderò il portiere...
Bada, sotto il guanciale
c'è la cuffietta rosa.
Se... vuoi... serbarla a ricordo d'amor!...
Addio, senza rancor.
RODOLFO
Dunque è proprio finita?
Te ne vai, te ne vai,
la mia piccina?!
Addio, sogni d'amor!...
MIMÌ
Addio,
dolce svegliare alla mattina!
RODOLFO
Addio, sognante vita...
MIMÌ
(sorridendo)
Addio, rabbuffi e gelosie!
RODOLFO
... che un tuo sorriso acqueta!
MIMÌ
Addio, sospetti!...
MARCELLO
Baci...
MIMÌ
Pungenti amarezze!
RODOLFO
Ch'io da vero poeta
rimavo con carezze!
MIMÌ, RODOLFO
Soli d'inverno è cosa da morire!
MIMÌ
Soli!
MIMÌ, RODOLFO
Mentre a primavera
c'è compagno il sol!
MIMÌ
c'è compagno il sol!
(nel Cabaret fracasso di piatti e
bicchieri rotti. Marcello e Musetta
bisticciando)
MARCELLO
(di dentro)
Che facevi, che dicevi
presso al fuoco a quel signore?
MUSETTA
(di dentro)
Che vuoi dir?
(Esce correndo. bisticciando)
MIMÌ
Niuno è solo l'april.
MARCELLO
(fermandosi sulla porta del Cabaret,
rivolto a Musetta:)
Al mio venire
hai mutato colore.
MUSETTA
(con attitudine di provocazione)
Quel signore mi diceva:
Ama il ballo, signorina?
RODOLFO
Si parla coi gigli e le rose.
MIMÌ
Esce dai nidi
un cinguettio gentile...
MARCELLO
Vana, frivola, civetta!
MUSETTA
Arrossendo rispondeva:
Ballerei sera e mattina.
MARCELLO
Quel discorso asconde mire
disoneste.
MUSETTA
Voglio piena libertà!
MARCELLO
(quasi avventandosi contro Musetta)
Io t'acconcio per le feste....
MIMÌ, RODOLFO
Al fiorir di primavera
c'è compagno il sol!
MUSETTA
Ché mi gridi?
Ché mi canti?
All'altar non siamo uniti.
MARCELLO
Se ti colgo a incivettire!
Bada, sotto il mio cappello
non ci stan certi ornamenti...
MUSETTA
Io detesto quegli amanti
che la fanno da mariti...
MIMÌ, RODOLFO
Chiacchieran le fontane
la brezza della sera balsami
stende sulle doglie umane.
MARCELLO
Io non faccio da zimbello
ai novizi intraprendenti.
Vana, frivola, civetta!
Ve n'andate? Vi ringrazio:
(ironico)
or son ricco divenuto.
MUSETTA
Fo all'amor con chi mi piace!
Non ti garba?
Fo all'amor con chi mi piace!
Musetta se ne va.
MARCELLO, MUSETTA
Vi saluto.
MIMÌ, RODOLFO
Vuoi che aspettiam
la primavera ancor?
MUSETTA
Signor: addio!
vi dico con piacer!.
MARCELLO
Son servo e me ne vo!
(S'allontana correndo furibonda,
a un tratto si sofferma)
MUSETTA
(Gridando)
Pittore da bottega!
MARCELLO
(dal mezzo della scena, gridando:)
Vipera !
MUSETTA
Rospo!
(Esce.)
MARCELLO
(Entra nel Cabaret.)
Strega!
MIMÌ
(avviandosi con Rodolfo)
Sempre tua per la vita...
RODOLFO, MIMÌ
Ci lasceremo...
... alla stagion dei fior...
MIMÌ
(Carezzevole)
Vorrei che eterno
durasse il verno!
(Cala lentamente il siparo)
MIMÌ, RODOLFO
(dall'interno, allontanandosi)
Ci lascerem
alla stagion dei fior!
ATTO QUARTO
In Soffitta
(La stessa scena del Atto I. Marcello
sta ancora dinanzi al suo cavalletto,
come Rodolfo sta seduto al suo tavolo:
vorrebbero persuadersi l'un l'altro
che lavorano indefessamente, mentre
invece non fanno che chiacchierare.)
MARCELLO
(continuando il discorso)
In un coupé?
RODOLFO
Con pariglia e livree.
Mi salutò ridendo.
To', Musetta! Le dissi:
e il cuor?
"Non batte o non lo sento
grazie al velluto che il copre"
MARCELLO
(sforzandosi di ridere)
Ci ho gusto davver !
RODOLFO
(fra sè)
Loiola, va! Ti rodi e ridi.
(Ripiglia il lavoro.)
MARCELLO
(Dipinge a gran colpi di pennello.)
Non batte? Bene!
Io pur vidi...
RODOLFO
Musetta?
MARCELLO
Mimì.
RODOLFO
(Ardentemente, smette di scrivere.)
L'hai vista?
(Fingendo noncuraza)
Oh, guarda!
MARCELLO
(Smette il lavoro.)
Era in carrozza
vestita come una regina.
RODOLFO
(allegramente)
Evviva ! Ne son contento.
MARCELLO
(fra sè)
Bugiardo, si strugge d'amor.
RODOLFO
Lavoriam.
MARCELLO
Lavoriam.
(Riprendono il lavoro, ma subito
gettano penne e pennello)
RODOLFO
(Getta la penna)
Che penna infame!
(sempre seduto e molto pensieroso.)
MARCELLO
(Getta il pennello.)
Che infame pennello!
(Guarda fissamente il suo quadro, poi
di nascosto da Rodolfo estrae dalla
tasca un nastro di seta e lo bacia.)
RODOLFO
(Fra sè)
Oh, Mimì tu più non torni.
Oh, giorni belli,
piccole mani,
odorosi capelli,
collo di neve! Ah! Mimì,
mia breve gioventù!
MARCELLO
(Fra sè. Ripone el nastro ed
osserva di nuovo il suo cuadro)
Io non so come sia
che il mio pennello
lavori ed impasti
colori contro la voglia mia.
RODOLFO
...collo di neve! Ah! Mimì,
mia breve gioventù!
MARCELLO
Se pingere mi piace
o cieli o terre
o inverni o primavere,
egli mi traccia due pupille nere
e una bocca procace,
e n'esce di Musetta
e il viso ancor...
RODOLFO
(Dal cassetto del tavolo leva la
cuffietta di Mimì).
E tu, cuffietta lieve,
che sotto il guancial
partendo ascose,
tutta sai la nostra felicità,
vien sul mio cuor!
Sul mio cuor morto,
poichè morto amor.
MARCELLO
E n'esce di Musetta
il viso tutto vezzi e tutto frode.
Musetta intanto gode
e il mio cuor vil...
la chiama e aspetta il vil mio cuor...
(Pone sul cuore la cuffietta, poi
volendo nascondere a Marcello
la propria commozione, si rivolge
a lui e disinvolto gli chiede:)
RODOLFO
Che ora sia?
MARCELLO
(Rimasto meditabondo, si scuote alle
parole di Rodolfo e allegramente gli
risponde:)
L'ora del pranzo...
di ieri.
RODOLFO
E Schaunard non torna?
(Entrano Schaunard e Colline, il
primo porta quattro pagnotte e
l'altro un cartoccio.)
SCHAUNARD
Eccoci.
RODOLFO
Ebben?
MARCELLO
Ebben?
(Schaunard depone le pagnotte
sul tavolo. Con sprezzo)
Del pan?
COLLINE
(Apre il cartoccio e ne estrae
un'aringa che pure colloca sul tavolo.)
È un piatto degno di Demostene:
un 'aringa...
SCHAUNARD
... salata.
COLLINE
Il pranzo è in tavola.
(Siedono a tavola, fingendo d'essere
ad un lauto pranzo.)
MARCELLO
Questa è cuccagna
da Berlingaccio.
SCHAUNARD
(Pone il cappello di Colline sul
tavolo e vi colloca dentro una
bottiglia d'acqua.)
Or lo sciampagna
mettiamo in ghiaccio.
RODOLFO
(a Marcello, offrendogli del pane)
Scelga, o barone; trota o salmone?
MARCELLO
(Ringrazia, accetta, poi si rivolge
a Schaunard e gli presenta un altro
boccone di pane.)
Duca,
una lingua di pappagallo?
SCHAUNARD
(Gentilmente rifiuta, si versa un
bicchiere d'acqua poi lo passa a
Marcello; l'unico bicchiere passa da uno
all'altro. Colline, che ha divorato in
gran fretta la sua pagnotta, si alza.)
Grazie, m'impingua.
Stasera ho un ballo.
RODOLFO
(a Colline)
Già sazio?
COLLINE
(con importanza e gravità)
Ho fretta.
Il Re m'aspetta
MARCELLO
(premurosamente)
C'è qualche trama?
RODOLFO
Qualche mister?
(Si alza, si avvicina a Colline,
e gli dice con curiosità comica:)
SCHAUNARD
Qualche mister?
MARCELLO
Qualche mister?
COLLINE
(Passeggia pavoneggiandosi con
aria di grande importanza.)
Il Re mi chiama
al Minister.
RODOLFO, SCHAUNARD, MARCELLO
(Circondan Colline e gli fanno
grandi inchini.)
Bene!
COLLINE
(con aria di protezione)
Però... vedrò... Guizot!
SCHAUNARD
(a Marcello)
Porgimi il nappo.
MARCELLO
(Gli dà l'unico bicchiere.)
Sì, bevi, io pappo!
SCHAUNARD
(Solenne, sale su di una sedia e
leva in alto il bicchiere.)
Mi sia permesso
al nobile consesso...
RODOLFO, COLLINE
(interrompendolo e gridando)
Basta!
MARCELLO
Fiacco!
COLLINE
Che decotto!
MARCELLO
Leva il tacco!
COLLINE
(prendendo il bicchiere a Schaunard)
Dammi il gotto!
SCHAUNARD
(Fa cenno agli amici di lasciarlo
continuare, ispirato)
M'ispira irresistibile
l'estro della romanza!...
GLI ALTRI
(urlando)
No!
SCHAUNARD
(arrendevole)
Azione coreografica allora?...
GLI ALTRI
(Applaudendo, circondano Schaunard
e lo fanno scendere dalla sedia.)
Sì! Sì!...
SCHAUNARD
La danza con musica vocale!
COLLINE
Si sgombrino le sale...
(Portano da un lato la tavola e le
sedie e si dispongono a ballare.)
Gavotta.
MARCELLO
(proponendo varie danze)
Minuetto.
RODOLFO
Pavanella.
SCHAUNARD
(marcando la danza spagnola)
Fandango.
COLLINE
Propongo la quadriglia.
(Gli altri approvano.)
RODOLFO
(allegramente)
Mano alle dame.
COLLINE
Io detto!
(Finge di essere in grandi faccende
per disporre la quadriglia.)
SCHAUNARD
(Improvvisando, batte il tempo con
grande, comica importanza.)
La-lle-ra, la-lle-ra, la-lle-ra, là.
RODOLFO
(Si avvicina a Marcello, gli fa un
grande inchino offrendogli la mano.)
Vezzosa damigella...
MARCELLO
(con modestia, imitando la voce
femminile)
Rispetti la modestia.
(con voce naturale)
La prego.
(Rodolfo e Marcello ballano
la quadriglia)
SCHAUNARD
La-lle-ra, la-lle-ra, la-lle-ra, là.
COLLINE
(ordina le figurazioni)
Balancez.
MARCELLO
La-lle-ra, la-lle-ra, la-lle-ra,
SCHAUNARD
(provocante)
Prima c'è il Rondò.
COLLINE
(provocante)
No, bestia !!
SCHAUNARD
(con disprezzo esagerato)
Che modi da lacchè!
(Rodolfo e Marcello continuano
a ballare.)
COLLINE
(offeso)
Se non erro,
lei m'oltraggia.
Snudi il ferro.
(Corre al camino e afferra le molle.)
SCHAUNARD
(Prende la paletta del camino.
Mettendosi in posizione per battersi)
Pronti. Assaggia.
Il tuo sangue io voglio ber.
(Si battono mentre gli altri cantono)
COLLINE
(Fa altrettanto.)
Uno di noi
qui si sbudella.
(Rodolfo e Marcello cessano dal
ballare e si smascellano dalle risa.)
SCHAUNARD
Apprestate una barella.
COLLINE
Apprestate un cimiter.
RODOLFO, MARCELLO
(allegramente)
Mentre incalza la tenzone,
gira e balza rigodone.
(Ballano intorno ai duellanti, che
fingono di essere sempre più
inferociti. Si spalanca l'uscio ed
entra Musetta in grande agitazione.)
MARCELLO
(scorgendola)
Musetta
MUSETTA
(ansimante)
C'è Mimì...
(Con viva ansietà attorniano Musetta.)
C'è Mimì
che mi segue e che sta male.
RODOLFO
Ov'è?
MUSETTA
Nel far le scale
più non si resse.
(Si vede, per l'uscio aperto, Mimì
seduta sul più alto gradino della scala)
RODOLFO
Ah!
(Si precipita verso Mimì; Marcello
accorre anche lui.)
SCHAUNARD
(a Colline)
Noi accostiamo quel lettuccio.
(Ambedue la portano nella stanza
e la stendono sul letto.)
RODOLFO
Là.
(agli amici, piano:)
Da bere.
(Musetta accorre col bicchiere
dell'acqua e ne dà un sorso a Mimì.)
MIMÌ
(con grande passione)
Rodolfo!
RODOLFO
(Adagia Mimì sul letto.)
Zitta, riposa.
MIMÌ
(Abbraccia Rodolfo.)
O mio Rodolfo!
Mi vuoi qui con te?
RODOLFO
Ah! mia Mimì,
sempre, sempre !
(Persuade Mimì a sdraiarsi sul letto
e stende su di lei la coperta, poi con
grandi cure le accomoda il guanciale
sotto la testa.)
MUSETTA
(Trae in disparte gli altri, e
dice loro sottovoce:)
Intesi dire che Mimì,
fuggita dal Viscontino,
era in fin di vita.
Dove stia?
Cerca, cerca... la veggo
passar per via
trascinandosi a stento.
Mi dice: «Più non reggo...
Muoio! lo sento...
(Agitandosi, senz'accorgersene
alza la voce.)
Voglio morir con lui!
Forse m'aspetta...
M'accompagni, Musetta?...
MARCELLO
(Fa cenno di parlar piano e
Musetta si porta a maggior
distanza da Mimì.)
Sst.
MIMÌ
Mi sento assai meglio...
lascia ch'io guardi intorno.
(con dolce sorriso)
Ah, come si sta bene qui!
(alzandosi un poco e
riabbracciando Rodolfo)
Si rinasce,
ancor sento la vita qui...
No! tu non mi lasci più!
RODOLFO
Benedetta bocca,
tu ancor mi parli!
MUSETTA
(da parte agli altri tre)
Che ci avete in casa?
MARCELLO
Nulla!
MUSETTA
Non caffè? Non vino?
MARCELLO
(con grande sconforto)
Nulla! Ah! miseria!
SCHAUNARD
(osservata cautamente Mimì,
tristemente a Colline, traendolo
in disparte:)
Fra mezz'ora è morta!
MIMÌ
Ho tanto freddo!...
Se avessi un manicotto!
Queste mie mani riscaldare
non si potranno mai?
(Tossisce.)
RODOLFO
(Prende nelle sue le mani di Mimì
riscaldandogliele.)
Qui nelle mie! Taci!
Il parlar ti stanca.
MIMÌ
Ho un po' di tosse!
Ci sono avvezza.
(Vedendo gli amici di Rodolfo, li
chiama per nome: essi accorrono
premurosi presso di lei.)
Buon giorno, Marcello,
Schaunard, Colline...
buon giorno.
(sorridendo)
Tutti qui, tutti qui
(sorridenti a Mimì.)
RODOLFO
Non parlar, non parlar.
MIMÌ
Parlo piano, non temere.
(facendogli cenno di appressarsi)
Marcelo date retta:
è assai buona Musetta.
MARCELLO
Lo so, lo so.
(Porge la mano a Musetta. Schaunard
e Colline si allontanano tristemente:
Schaunard siede al tavolo, col viso
fra le mani; Colline rimane pensieroso.
Conduce Marcello lontano da Mimì,
si leva gli orecchini e glieli porge
dicendogli sottovoce:)
MUSETTA
A te, vendi, riporta
qualche cordial,
manda un dottore!...
RODOLFO
Riposa.
MIMÌ
Tu non mi lasci?
RODOLFO
No! No!
(Mimì a poco a poco si assopisce,
Rodolfo prende una scranna e siede
presso al letto. Marcello fa per
partire, Musetta lo arresta e lo
conduce più lontano da Mimì.)
MUSETTA
Ascolta!
Forse è l'ultima volta
che ha espresso un desiderio,
poveretta! Pel manicotto
io vo. Con te verrò.
MARCELLO
(commosso)
Sei buona, o mia Musetta.
(Musetta e Marcello partono frettolosi.)
COLLINE
(Mentre Musetta e Marcello
parlavano, si è levato il pastrano,
con commozione crescente)
Vecchia zimarra, senti,
io resto al pian, tu ascendere
il sacro monte or devi.
Le mie grazie ricevi.
Mai non curvasti il logoro
dorso ai ricchi ed ai potenti.
Passar nelle tue tasche
come in antri tranquilli
filosofi e poeti.
Ora che i giorni lieti
fuggir, ti dico: addio,
fedele amico mio.
Addio, addio.
(Colline, fattone un involto, se lo pone
sotto il braccio, ma vedendo Schaunard,
si avvicina a lui, gli batte una spalla
dicendogli tristemente:)
Schaunard, ognuno per diversa via
(Schaunard alza il capo.)
mettiamo insiem due atti di pietà;
io... questo!
(Gli mostra la zimarra che tiene
sotto il braccio)
E tu...
(accennandogli Rodolfo chino
su Mimì addormentata)
lasciali soli là!...
SCHAUNARD
(Si leva in piedi, commosso)
Filosofo, ragioni!
(guardando verso il letto)
È ver!... Vo via!
(Si guarda intorno, e per giustificare
la sua partenza prende la bottiglia
dell'acqua e scende dietro Colline
chiudendo con precauzione l'uscio.)
MIMÌ
(Apre gli occhi, vede che sono tutti
partiti e allunga la mano verso Rodolfo,
che gliela bacia amorosamente.)
Sono andati?
Fingevo di dormire
perché volli con te sola restare.
Ho tante cose che ti voglio dire,
o una sola,
ma grande come il mare,
come il mare profonda ed infinita...
(Mette le braccia al collo di Rodolfo.)
Sei il mio amore
e tutta la mia vita!
RODOLFO
Ah, Mimì, mia bella Mimì!
MIMÌ
(Lascia cadere le braccia.)
Son bella ancora?
RODOLFO
Bella come un'aurora.
MIMÌ
Hai sbagliato il raffronto.
Volevi dir: bella
come un tramonto.
"Mi chiamano Mimì,
il perché non so... "
RODOLFO
(intenerito e carezzevole)
Tornò al nido la rondine
e cinguetta.
(Si leva di dove l'aveva riposta, sul
cuore, la cuffietta di Mimì e gliela
porge.)
MIMÌ
(gaiamente)
La mia cuffietta...
La mia cuffietta...
Ah!
(Tende a Rodolfo la testa, questi
le mette la cuffietta. Mimì fa sedere
presso a lei Rodolfo e rimane
colla testa appoggiata sul petto
di lui.)
Te lo rammenti
quando sono entrata
la prima volta, là?
RODOLFO
Se lo rammento!
MIMÌ
Il lume si era spento...
RODOLFO
Eri tanto turbata!
Poi smarristi la chiave...
MIMÌ
E a cercarla tastoni ti sei messo!...
RODOLFO
...e cerca, cerca...
MIMÌ
Mio bel signorino,
posso ben dirlo adesso:
lei la trovò assai presto...
RODOLFO
Aiutavo il destino...
MIMÌ
(ricordando l'incontro suo con Rodolfo
la sera della vigilia di Natale)
Era buio; e il mio rossor
non si vedeva...
(Sussurra le parole di Rodolfo).
"Che gelida manina...
Se la lasci riscaldar!..."
Era buio e la man
tu mi prendevi...
(Mimì è presa da uno spasimo di
soffocazione e lascia ricadere il
capo, sfinita.)
RODOLFO
(Spaventato, la sorregge.)
Oh Dio! Mimì!
(In questo momento Schaunard
ritorna: al grido di Rodolfo accorre
presso Mimì).
SCHAUNARD
Che avvien?
MIMÌ
(Apre gli occhi e sorride per
rassicurare Rodolfo e Schaunard.)
Nulla. Sto bene.
RODOLFO
(La adagia sul cuscino.)
Zitta, per carità.
MIMÌ
Sì, sì, perdona,
ora sarò buona.
(Musetta e Marcello entrano
cautamente, Musetta porta un
manicotto e Marcello una boccetta.)
MUSETTA
(a Rodolfo)
Dorme?
RODOLFO
(avvicinandosi a Marcello)
Riposa.
MARCELLO
Ho veduto il dottore!
Verrà; gli ho fatto fretta.
Ecco il cordial.
(Prende una lampada a spirito, la
pone sulla tavola e l'accende.)
MIMÌ
Chi parla?
MUSETTA
(Si avvicina a Mimì
e le porge il manicotto.)
Io, Musetta.
MIMÌ
(Aiutata da Musetta si rizza sul letto,
e con gioia quasi infantile prende il
manicotto.)
Oh, come è bello e morbido!
Non più, Non più le mani
allividite. Il tepore
le abbellirà...
(a Rodolfo)
Sei tu che me lo doni?
MUSETTA
(pronta)
Sì.
MIMÌ
(Stende una mano a Rodolfo).
Tu, spensierato!
Grazie. Ma costerà.
(Rodolfo scoppia in pianto.)
Piangi? Sto bene...
Pianger così, perché?
Qui.. amor... sempre con te!
Le mani... al caldo... e... dormire.
(Mette le mani nel manicotto, si
assopisce inclinando graziosamente la
testa sul manicotto in atto di dormire.
Entrando in coma. Silenzio.
Rassicurato nel vedere che Mimì si è
addormentata, cautamente si allontana
da essa e fatto un cenno agli altri di
non far rumore, si avvicina a Marcello)
RODOLFO
Che ha detto il medico?
MARCELLO
Verrà.
(Fa scaldare la medicina portata
da Marcello sul fornello a spirito, e
quasi inconsciamente mormora una
preghiera. Rodolfo, Marcello e
Schaunard parlano assai sottovoce
fra di loro; di tanto in tanto Rodolfo
ça qualche passo verso il letto,
sorvegliando Mimì, poi ritorna verso
gli amici.)
MUSETTA
(pregando)
Madonna benedetta,
fate la grazia a questa poveretta
che non debba morire.
(interrompendosi, a Marcello)
Qui ci vuole un riparo
perché la fiamma sventola.
(Marcello si avvicina e mette un libro
ritto sulla tavola formando paravento
alla lampada.)
Così.
(Ripiglia la preghiera.)
E che possa guarire.
Madonna santa, io sono
indegna di perdono,
mentre invece Mimì
è un angelo del cielo.
(mentre Musetta prega, Rodolfo
le si è avvicinato.)
RODOLFO
Io spero ancora.
Vi pare che sia grave?
MUSETTA
Non credo.
SCHAUNARD
(Camminando sulla punta dei piedi
va ad osservare Mimì, fa un gesto di
dolore e ritorna presso Marcello. Con
voce strozzata)
Marcello, è spirata...
(Intanto Rodolfo si è avveduto che il
sole della finestra della soffitta sta
per battere sul volto di Mimì e cerca
intorno come porvi riparo; Musetta se
ne avvede e gli indica la sua mantiglia,
sale su di una sedia e studia il modo di
distenderla sulla finestra. Marcello si
avvicina a sua volta al letto e se ne
scosta atterrito; intanto entra Colline
che depone del danaro sulla tavola
presso a Musetta.)
COLLINE
Musetta, a voi!
(Poi visto Rodolfo che solo non riesce
a collocare la mantiglia corre ad
aiutarlo chiedendogli di Mimì)
Come va?...
RODOLFO
Vedi?... È tranquilla.
(Si volge verso Mimì, in quel mentre
Musetta gli fa cenno che la medicina
è pronta, scende dalla scranna, ma
nell'accorrere presso Musetta si
accorge dello strano contegno di
Marcello e Schaunard. Con voce
strozzata dallo sgomento)
Che vuol dire
quell'andare e venire,
quel guardarmi così...
MARCELLO
(Non regge più, corre a Rodolfo e
abbracciandolo con voce angosciata
grida:)
Coraggio !
RODOLFO
(Si precipita al letto di Mimi, la
solleva e scotendola grida colla
massima disperazione. Piangendo)
Mimì... Mimì!...
(Si getta sul corpo esanime di Mimì)
Mimì... Mimì!...
(Musetta, spaventata corre al letto,
getta un grido angoscioso, buttandosi
ginocchioni e piangente ai piedi di
Mimì dalla parte opposta di Rodolfo.
Schaunard si abbandona accasciato
su di una sedia a sinistra della scena.
Colline va ai piedi del letto, rimanendo
atterrito per la rapidità della
catastrofe. Marcello singhiozza,
volgendo le spalle al proscenio.)
FINE DELL' OPERA
Che gelida manina
Luciano Pavarotti