*Fragmentos: Concierto Nº 1 (1º mov). Concierto Nº2 (1º y 2º mov).

AGOSTO...

CONCIERTOS PARA PIANO Nº 1 OP. 11 y Nº 2 OP. 21.

*INTEGRAL DE: MAZURKAS, POLONESAS, VALSES Y NOCTURNOS.

*SONATA OP. 35 Nº 2 (MARCHA FÚNEBRE).

El concierto para piano y orquesta

 

l encanto melódico y la delicada esencia que se desprende de la música de Frédéric Chopin (1810-1849) ha hecho de su obra un lenguaje único e incomparable que jamás ha podido ser imitado. Por otra parte la exquisita fluidez y habilísima escritura que presenta la vasta producción de este gran romántico, lo sitúan como un compositor pulcro en el detalle; verdadero cincelador de formas, resultando así sus partituras, una invalorable muestra de enseñanzas cuyo caudal emotivo dice de la honda inspiración de este artista que desarrolló su existencia en una de las épocas más caras a las emociones del espíritu.

Si muchas de sus páginas aparecen como resultado de estados anímicos o productos de su sensibilidad exacerbada, otras contienen el encanto candoroso de ensueños juveniles. Entre estas últimas sitúanse las obras de su juventud, en las que alienta la fantasía íntimamente ligada a la expresión melódica, dentro de una pureza de estilo que demuestra ya en forma definitiva las modalidades esenciales de su personalidad musical. De este modo, plasmadas en armonías de una belleza sin par, Chopin supo reflejar en sus páginas imperecederas, imágenes propias de la atmósfera romántica de su época, a través de emociones que experimentó como patriota y vivió con el ímpetu de su naturaleza apasionada. Es por ello que al amor y al dolor debe el autor de los incomparables "Nocturnos" las más inspiradas y bellas páginas de su repertorio.

En la extensa producción de Frédéric Chopin, cuéntase la existencia de dos Conciertos, para piano y orquesta. El "Concierto Nº 2" fué compuesto por Chopin en 1836, a la edad de 26 años, apareciendo dedicado en su primera edición a la Condesa Delphine Potocka. La época que corresponde a la concepción de este Concierto, sitúa el desengaño sufrido por el autor respecto a su candoroso amor por la dulce María Wodzinska y el surgimiento, prometedor y cordial, de su amistad con la escritora George Sand, hacia la cual había experimentado anteriormente cierta antipatía. En esa era, una fugaz permanencia en Viena, advirtió a Chopin la necesidad de contar dentro de su repertorio con algunas obras pertenecientes al género del Concierto para piano y orquesta y a ello se debe en parte la escritura del "Concierto Nº 2 en Fa menor", cuyo desarrollo presenta características muy originales al ser comparado con el resto de la obra del compositor. El primer movimiento de esta obra; "Maestoso", ofrece exquisita delicadeza, reproduciendo la entrada del piano el tema expuesto con anterioridad por la orquesta. Dulces y apasionadas frases musicales, portadoras de cierta melancolía, se entrelazan con los ecos del teclado, manteniendo, en perfecto equilibrio sonoro, la armoniosa y cautivadora esencia romántica del verbo "chopiniano". El segundo movimiento, escrito en forma de "Larghetto", comienza con una brevísima melopea lenta, de sabor místico, cuya melodía es cantada al unísono por las cuerdas, predominando los profundos acentos de los violoncelos y los contrabajos. Después de haber sido expuestas estas sugerentes frases musicales, el piano entona una subyugante melodía, destacando hermosos trinos a través de este fragmento de singular belleza y enternecedora pasión. Este "Larghetto", tan lleno de poesía, concluye repitiendo el tema inicial expuesto por la orquesta, entonando también el piano un lento y melancólico arpegio de un sabor muy emotivo. El "Allegro Vivace", con el cual finaliza el "Concierto", destaca en sus frases apasionadas e impetuosas, extraordinaria maestría instrumental, sugiriendo una explosión de sentimientos en pasajes ejecutados al unísono por el instrumento solista y la masa orquestal. Esta partitura, que finaliza así embellecida por nuevos y armoniosos adornos musicales, contó con las preferencias del autor, quien a menudo ejecutaba como un trozo fragmentario el "Larghetto", complaciéndose con las delicadas sugerencias de su tierna melodía.

Piano Concerto n.° 1

Jacek Kaspszyk, conductor.

Martha Argerich, piano.

 

Sinfonia Varsovia Orchestra.

Piano Concerto n.° 2

Arthur Rubinstein, piano.

London Symphony Orchestra.

 

André Previn, conductor.