*Fragmentos.
FEBRERO...
DIXIT DOMINUS RV807, RV594 Y RV595.
("Dixit Dominus RV807", salmo escrito por Antonio Vivaldi alrededor de 1732 que fue desconocido hasta el año pasado, tiempo en el que la partitura fue encontrada en Dresde, en un hallazgo histórico con pocos precedentes.)
*GLORIA.
*LAS CUATRO ESTACIONES.
*CONCIERTOS RV84, 93, 100, 106, 151, 121, 127, 210, 461, 516, 532, 541, 542, 548 Y 558.
Antonio Lucio Vivaldi. Su obra
os doce opus instrumentales editados durante su vida comprenden 30 sonatas y 84 conciertos. La mayor parte de las obras de Vivaldi están inéditas, sin embargo, y es posible encontrarlas en la Biblioteca Nazionale de Turín, a la que fueron legadas por Giordano y Foà, mientras que algunas se encuentran en la Sächsische Landesbibliotek de Dresde. Unas pocas composiciones se hallan dispersas en otras bibliotecas. La producción de Vivaldi suma, incluyendo los doce opus ya mencionados, más de 400 conciertos para uno, dos, tres y cuatro violines, para violoncello, viola d’amore, mandolina, flauta, “flautino”, oboe, bajo, trompeta, cuerno y para varios conjuntos; 53 sonatas; alrededor de 50 obras sacras, un oratorio (Juditha triumphans), numerosas cantatas y alrededor de 40 óperas.
Dixit Dominus RV 807
or increíble que parezca, aún siguen apareciendo nuevas obras de autores tan archi-conocidos como Antonio Vivaldi. Hace aproximadamente un año, la musicóloga australiana Janice Stockigt daba cuenta del descubrimiento de una partitura del Prete Rosso erróneamente atribuida, en 1754, al también compositor italiano Baldassare Galuppi. Se trataba de un Dixit Dominus de once movimientos, hallado por la propia Stockigt en la Biblioteca Nacional de Sajonia, en Dresde, e interpretado tan sólo unos días después en Melbourne. El hallazgo fue celebrado por los expertos en la obra de Vivaldi y Michael Talbot, acaso el mas reputado de todos esos expertos, no dudó en calificarlo como “el mayor descubrimiento musical de los últimos 75 años”. El porqué de la atribución del Dixit Dominus a Galuppi no deja de ser curioso. El editor Iseppo Baldan, cura veneciano (como el propio Vivaldi) y famoso por sus falsificaciones de partituras, se vio obligado a entregar numerosos manuscritos a un tribunal judicial alemán. Entre los requerimientos del tribunal, estaban varias partituras de Galuppi, pero, en vista de que no aparecían todas, Baldan no tuvo escrúpulos en hacer pasar el Dixit Dominus de Vivaldi como si fuera del susodicho Galuppi. ¿Asombroso descubrimiento? Quizá no tanto, ya que en los últimos tres lustros, en esa misma Biblioteca Nacional de Sajonia, se encontraron un Beatus vir y un Nisi Dominus que figuraban con el nombre de Galuppi como el de su autor y que en realidad pertenecían a Vivaldi, porque lo que se descarta que en los próximos años continuemos topándonos con sorpresas como éstas. Si la reaparición de una obra después de dos siglos y medio de ostracismo es siempre motivo de celebración, mucho más lo es si atesora la calidad de este Dixit Dominus. Hace no demasiado tiempo, apenas cinco años, el mundillo musical sufrió una conmoción brutal cuando se comunicó el hallazgo, en Londres, de una obra de juventud de George Frideric Händel, un Gloria in excelsis Deo, del que se contaban mil maravillas (algún osado musicólogo llegó a decir que sería más popular incluso que el Aleluya de El Mesías). Escuchada la pieza a su debido momento, pudo comprobarse que no era para tanto. Y no sólo no era para tanto, musicalmente hablando, sino que recientes indagaciones parecen evidenciar que ni siquiera Händel fue su autor. Hace también un año, aproximadamente, se anunciaba a bombo y platillo el descubrimiento, en la biblioteca de la duquesa Ana Amalia de Weimar, de una ignota aria estrófica de Johann Sebastián Bach, “Alles mit Gott und nichts onh' ihn”, de la que igualmente se cantaban un sinfín de excelencias. Escuchada la pieza a su debido momento, pudo comprobarse que tampoco era para tanto (música bella, sí, pero años luz de las composiciones geniales del Kantor). Como dicen que no hay dos sin tres, cuando cayó en nuestras manos este Dixit Dominus vivaldiano pensamos que la historia se iba a repetir. Pero no fue así, porque, en efecto, los que se habían deshecho en elogios hacia la obra estaban en lo cierto, al punto de que podría pasar como una de las composiciones sacras más inspiradas de Vivaldi. Su coro inicial es trepidante, y algunas de sus arias, como el “Virgam virtutis tuae” para soprano, el “Dominus a dextris tuis” para tenor o el “De torrente in viva bidet” para contralto, son cautivadoras.
Eduardo Torrico